sábado, 29 de septiembre de 2012
GRIS, CASI NEGRO
La noche del regreso al trabajo terminó como si las vacaciones no hubiesen existido. Y eso que me presenté con ciertos ánimos, pero fue entrar al bar y tardar 0´2 en desaparecer, quizá 0´3, pero muy poco más. Tal vez fuera porque sea difícil tener que volver a ver a todos cuando has estado diez días sin necesidad de ver a ninguno, puede que el tiempo, gris y lluvioso, ya son cuatro días seguidos sin ver el sol ni parar de llover, cosa que me obligaría a viajar muy atrás en mi pasado para encontrar un precedente, creo que entonces todavía llevaba la cartera a la espalda y soñaba con ser Arconada, pero de lo que estoy seguro es que me sentía igual de triste, puede que más: hay imágenes de tu pasado que siempre van acompañadas de banda sonora, y esta lleva el toque a muerto de las campanas de la iglesia. La gente se muere más cuando no ve el sol. O puede que tú no las oigas cuando no hay nubes negras sobre tu cabeza.
Desperté igual, con la misma sensación de abatimiento con la que me acosté, no me hizo falta subir la persiana, a veces no es necesario ni abrir los ojos para saber que nada ha cambiado, a veces los ojos no son más que el prospecto de las aspirinas.
En la calle llovía como anoche, más parecían granos de arena que gotas de agua, tan fina y leve se veía al trasluz, cayendo como alas de mosca, o de mosquito, o del bichejo que más pequeñas las tenga, pero no por pequeñas dejan de ser molestas, que todo lo malo empieza siendo pequeño. No hay nada grande que no lo haya sido siempre. O casi.
Compré lo imprescindible, y alguna otra cosa que cada vez lo va a ser menos, y regresé a casa peor de como había salido quince minutos antes. Me hice un cigarrillo y me comí una aspirina.
Y cuando comencé a escribir esto oí unos gritos de mujer que venían de la calle.
Y al asomarme por la ventana y ver lo que había pasado pensé que allí no había más que cuento.
O casi.
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El otoño, la pérdida del sol, no sienta bien.
ResponderEliminarA muchos, que no a todos.
Pero hay quien necesita la luz del sol como si tuviera q hacer la fotosíntesis. Soy de ese colectivo.
Migrañas y un pesar en el alma sin razón aparente. O con la misma razón aparente de siempre pero peor.
Pensar que el ciclo natural está por algo, racionalizar para no dejarse vencer por la sensación, y los arbolitos con miles de amarillos y ocres en las hojas y las setas y el fresco y bla bla. Milongas.
Luz. Más luz!!
Besos Kufis querido. Y ánimo.
Así estoy yo, que se me ha juntado todo de golpe.
EliminarNecesito sol y una buena sesión de saco, pero primero lo primero, si no...nada.
Besos, preciosa, y muchas gracias.
Aqui tambien se echa en falta el sol de hace dias... pero bienvenido sea el fresco, aunque ni garganta se resienta. Por fin puedo volver a respirar.
ResponderEliminarKufis hace nada ya te decía yo que era mejor quejarse de mucho calor que de lo contrario. El calor es molesto pero también es luz, es alegría en la calle, es movimiento.
ResponderEliminar¿4 días sin ver el sol?, vente a Vitoria y verás. Mejor dicho, no lo verás en mucho tiempo.
Aquí ha sido la primera mañana que he llegado casi tiritando al coche, que frio. Y el cielo nublado; y enseguida el jodido cambio horario para que encima tengamos menos horas de sol al salir del curro. Estoy convencido hacen ese cambio horario para matarnos antes.