martes, 27 de septiembre de 2011

BOO ES EL MAYOR DE LOS DESGRACIADOS





¿Qué sería la ardilla sin sus garras, sin su rapidez, sin su agilidad?

¿Qué sería de ella si pudiéramos atraparla con nuestras propias manos, llevárnosla a casa y meterla en una bonita jaula donde no le faltara de nada?

La observamos en silencio, sin movernos, como si estuviéramos en la ópera, en una iglesia, en la consulta del dentista; así es como se comprenden las cosas: callados, quietos, sin ánimo para cambiarlas, únicamente ojos y soledad, eso es todo lo necesario.

Hay que pensar durante el camino, pero cuando llegamos a la posada hay que VER, entonces todo cobra sentido, todo aparece tal y como es, sin ropajes ni abalorios, la verdad, ni fea ni hermosa, simple y diáfana, la verdad es ver las cosas como son no como quisiéramos que fueran, ver la realidad sin desear transformarla para hacerla menos dura, más llevadera, más esperanzadora...convertirla en una mentira. Otra.

Sólo los niños, los locos y los malos intentan atrapar a la ardilla, sólo quienes no pueden quedarse quietos nada más que para dormir creen que es posible, desconocen que no debemos correr para sentir la verdad, ignoran que estando despierto es cuando uno no debe moverse y no decir palabra alguna, en el caso de que desees conocer el por qué de las cosas, sino haz lo que quieras, haz lo que eres.

Después, cuando retomes el camino, todo se difuminará entre el ruido y las luces de colores, pero sabrás que bastará con llegar a la siguiente posada para quedarte en silencio, sin moverte, y ver otra vez la verdad de las cosas: que todo lo que es no puede serlo de otra forma.


Y cuando lo intentas estás cometiendo el mayor crimen conocido.


Estar ciego pudiendo VER.

domingo, 25 de septiembre de 2011

EL BUENO DE CREDO




- "...y entonces el Maestro me preguntó que hasta dónde estaba dispuesto a llegar para adquirir el Conocimiento...le contesté que haría lo que fuera necesario...Él salió de la choza y al rato regresó con la mano de un muerto...me dijo que la comiera...yo la cociné y me la comí..."

Bueno...he escuchado historias y he visto cosas, pero debo confesar que ésta me sorprendió.

El tipo que la contaba era un viejo negrazo del África, un "zangoma" o algo así, un brujo, vamos, un gurú, un tío extraño...un Genio en palabras de David Icke, es más, "el Genio más Grande que he conocido en toda mi vida", según anuncia en la presentación del documental, seis horas en versión original, yo me ví la subtitulada, un par de ellas, quedé con ganas de más, tendré que esperar a que alguien termine el trabajo.

Y a las próximas vacaciones.

He tenido unos días, no muchos, no me he ido a ningún sitio, me he quedado aquí, terminé tan quemao, tan hasta la polla, que lo único que me apetecía era descansar, no pisar un maldito bar y dar algún que otro paseo, así que eso es lo que hice. Eso y ver alguna que otra cosa por la Red, cosas extravagantes, delirantes, es lo que pasa cuando tu vida es un telediario: que miras las de otros para olvidar la tuya.

Al David Icke éste ya lo conocía de antes, es un inglés que fue portero de fútbol hasta que a los treinta años conoció a no sé quién y desde entonces se dedica a viajar por el mundo, charlatanear a otros colgaos como él y divulgar las paranoias de los más variados frikis que pueblan el planeta. Según su teoría estamos gobernados por una raza de lagartos extraterrestres entre los que incluye a todas las familias reales, banqueros, políticos, empresarios...en fin, el equipo habitual.

Pero de Credo Mutwa yo no sabía una puta mierda hasta ahora.

Sentado sobre unos almohadones y con una colorida sábana por fondo en la que aparece en lugar preferente el careto del Jefe de los Lagartos que nos subyugan, el bueno de Credo responde a las preguntas del entrevistador, aunque más bien se trata de un monólogo en el que recuerda su infancia, su Iniciación y cuenta algunas buenas historias aderezadas, como no podía ser de otra forma, por continuos anatemas hacia el "hombre blanco".

Nos revela que cuando los lagartos del espacio exterior llegaron a África nuestros antepasados tenían los dos sexos, se comunicaban mentalmente y cuando tenían hambre sólo tenían que mirar al animal deseado para que éste se pusiera a sus pies y se dejara matar. Entonces llegaron ésos y les dijeron que si les servían harían dioses de ellos, aceptaron y se abrió el melón.

Lo primero fue que les obligaron a entrar en una de las dos cuevas elegibles: quien entraba por una salía convertido en hombre y quien escogía la otra en mujer. No le gustó mucho al personal, según nos cuenta Credo; los hombres miraban con asco los dos bultos de ellas y éstas ni os cuento al ver esa especie de serpiente que a ellos le colgaba entre las piernas. No tuvieron mucho tiempo para arrepentirse porque en 0´2 los pusieron a currar como esclavos para extraer los minerales que los lagartos necesitan para sobrevivir.

La lagarta preferida del Rey se apiadó de nuestros antepasados, y viendo lo triste de su existencia les enseñó a follar, con lo que la producción de minerales tuvo un considerable bajón. Al darse cuenta el Rey Lagarto de lo que estaba pasando cogió a su zorra favorita y le arrancó la cabeza no sin antes echarle mil maldiciones, después hizo que las hembras humanas se quedaran preñadas y ésto no le gustó mucho al sector masculino, las pajas no eran lo mismo, así que uno de ellos le plantó cara y durante la lucha le cercenó el Rabo Real, el Rey Lagarto se volvió loco, se comió su cabeza y tuvo que cortarle la polla a un semejante para seguir funcionando. Tampoco para él era lo mismo, perdería sensibilidad, así que todo el mundo continuó para delante pero bastante más encabronaos.

Y así seguimos.

Otra buena historia fue cuando un colega lo llamó para que fuera a su país para ver algo increíble. El bueno de Credo hizo el petate y para allá que se fue, llegó a la choza de su amigo y junto con la mujer preferida de éste bajaron a un hoyo cercano donde le dió a comer algo que sabía como a metal. Lo comieron, subieron para arriba, se metieron en la casa y estuvieron una semana más p´allá que p´acá, con fiebre, diarrea, palpitaciones...el pobre Credo creía que se moría. Al cabo del cuarto día preguntó a su amigo por lo que habían comido, "la carne de un dios" le respondió, al parecer se trataba de uno de esos lagartos, le dijo que se tranquilizara, que si había sobrevivido a los dos primeros días estaba salvado, que aguantara...tenían tal picor que se desollaron vivos de tanto rascarse, terminaron meándose unos a otros a ver si se les pasaba, el bueno de Credo incluso da a entender que se embadurnaron con mierda, en fin, un desastre...pero pasó, de todo se sale. En el camino de regreso a su patria se dió cuenta de que todos sus sentidos se habían agudizado, se sentía más fuerte, todo un super-hombre, a fin de cuentas se habían comido a un dios, ¡qué menos!...

Un año después lo abdujeron.

Estaba por el campo, cerca de unas montañas, cuando una niebla rosa lo envolvió. Al recobrar la consciencia se dió cuenta que estaba tumbado en una mesa, paralizado aunque no tenía ninguna atadura, unos extraños seres empezaron a hurgarle, le hicieron pasar las de Caín, cuando uno fue a echarle mano al nabo no pudo contenerse y le meó encima, el lagarto retrocedió, entonces llegó una lagarta híbrida y lo montó, Credo dice que la tipa no mostraba ninguna emoción, Credo siempre fue un ingenuo, cuando terminó de ordeñarle lo dejaron ir, "desde entonces soy bisexual" confiesa con timidez.

Hay muchas más buenas historias, es un artista contándolas, pero de la información vital que iba a revelar al planeta no puedo deciros nada que no sepáis: que hay que ser bueno y hacer el bien.


Iba a irme a la cama cuando ví un enlace a una breve entrevista que el mismo Icke le hizo poco después, sentí curiosidad por el título ("Credo necesita vuestra ayuda") y la pinché.

Algo le había pasado, no era el mismo hombre tranquilo y bonachón, se le veía de mala hostia, de muy mala hostia...

le habían guindao su collar y su bastón. Un marrón.

Un joven había estado atosigándolo durante días con que lo acompañara a Swazilandia para su Iniciación, Credo le daba largas pero el tío cansino no cedía, hasta que lo mandó a tomar por culo y le dijo que se olvidara de él.

Poco después recibió una llamada del joven dicidiéndole que había llegado a su destino pero que era necesaria su presencia para no sé qué historia, el bueno de Credo picó, agarró su bastón mágico, su collar mágico y pilló un tren hasta ese país bautizado por Groucho. Pero allí la cosa no fue de risa...le torturaron hasta arrancarle sus tesoros y no lo mataron porque Credo demostró que por algo es un "zangoma", un hombre santo, les dijo cosas que no podía saber, los acojonó y le dejaron ir, pero eso sí, sin sus milenarias reliquias.

Que un tío capaz de comerse la mano de un muerto, la carne de un dios y follarse a una extraterrestre, pierda lo más querido, lo más importante, aquello de lo que ha sido depositario durante toda su vida en las zarpas de cuatro negratas drogados es para perder la cabeza.


Asi que ya sabéis, si tenéis alguna información os pido por favor que se la hagáis llegar, el pobre Credo está en las últimas y no quiere irse de éste perro mundo sin saber donde están sus apichusques, cualquiera se presenta ante el Gran Jefe diciendo que ha perdido el material...


¡Ay, Credo! ¡PERO QUIÉN TE MANDARÍA COMERTE ÉSA MANO!


martes, 20 de septiembre de 2011

EL SIGNIFICADO DE LAS COSAS





Creo que uno de los problemas más importantes, decisivos, que hace que las cosas estén como están es que no sabemos lo que queremos ni lo que decimos.

Por ejemplo:

Estaba el otro día en el parque, fumándome un cigarrillo, escuchando musiquita, mirando los pajarillos, cuando un cuarentón se puso a hacer dominadas y demás ejercicios a unos cuarenta metros de mí.

Bien, cojonudo, lo miré mientras lo hacía, "sí, tío, muy bien, lo has hecho, tienes 10 años más que yo y eres capaz de hacer algo que yo no puedo. Muy bien".

Y conforme vino se fue y yo me quedé a lo mío, a lo que estaba.

Si en lugar de haber estado solo hubiera estado acompañado por alguien seguro que habríamos dicho: "¡Joder, qué envidia!". Y hubiéramos estado mintiéndonos.

Lo primero para conocer algo es saber su significado, y como estoy convencido de que tantos años de ondas electromagnéticas sobre nuestras cabezas están haciendo de ella quesos gruyere será conveniente saber qué significa la palabra "envidia":

1.f. Tristeza airada o disgusto por el bien ajeno o por el cariño o estimación de que otros disfrutan:
tiene mucha envidia de su hermano pequeño.
2.Deseo honesto de emular alguna cualidad o algún bien que otro posee:
tengo envidia de tu habilidad.

La primera definición descarta por completo el uso de esa palabra en el caso que os cuento; ni me sentí triste ni disgustado al ver como ese pureta hacía el mono con una barra metálica sujetada por dos maderos.

En cuanto a la segunda, "DESEO HONESTO..." o "fuerte inclinación de la voluntad por conseguir algo rectamente, sin subterfugios, ni trampas..."

De acuerdo, vale, como anillo al dedo...volvamos al caso de que hubiera estado acompañado viendo el espectáculo, seguro que alguien habría dicho: "¡joder, ojalá pudiera hacerlo yo!" es decir, "tengo envidia de su fuerza", envidia "sana" como suele decirse, envidia que no desea el mal sino la emulación.

Entonces pudiera ser que llevados por nuestra innata estúpidez aquella hipotética conversación desembocara en un pacto: "vamos a ponernos en forma. Mañana empezamos a ir al gimnasio". Y comienzas a hacer algo que jamás se te habría ocurrido en caso de haber estado solo en ese momento, suele pasar, la mayoría de las veces actuamos de diferente manera hacia la misma situación según estemos solos o acompañados.

Empiezas a cuidarte, dejas de fumar, de beber, de comer lo que te gusta, te machacas rodeado de otros tan estúpidos como tú, te cambia el humor, siempre alerta, negándote, luchando contra tí mismo...¿para qué?, ¿para que cuatro meses después puedas hacer las mismas monadas? ¿y después qué? ¿cuando veas a uno travolteando en la discoteca te vas apuntar a clases de baile para que te magree un cubano?

Cuando pasa una cierta edad, la edad del apogeo físico, cuando ya no vas a ir más para adelante sino hacia atrás, es conveniente tener CLARO lo que quieres hacer tú, no lo que el resto piense que se debe hacer, el tiempo vuela siempre pero a partir de cierto momento ya es que ni te enteras si vas en el avión, es como si te dieran la pastilla de los vuelos transoceánicos, "¿ya hemos llegao?". "Sí, ya hemos llegao y tú ni te has enterao, drogao como ibas por el miedo que tenías a montar el espectáculo".

Y te bajas del avión sin recordar siquiera quien es tu madre. Hala, ya has llegao, fin de trayecto. Fin de TU trayecto.

Estaba hablando con un amiguete hace unos días y no recuerdo como pero la conversación derivó en lo bien que se está viviendo solo, haciendo lo que quieres cuando quieres. Al menos en tu casa.

El domingo anterior pasé por el parque a eso del mediodía, una maravillosa mañana pre-otoñal. Podéis imaginároslo: centenares de parejas con sus hijos, jugando, riendo, felices de verdad. Resulta agradable de ver si tú te encuentras bien, como era mi caso en ese día. Pero solo un ratito, el suficiente para salir por la puerta siguiente y tomar tu camino, el TUYO, ni mejor ni peor, es simplemente el que te toca andar.

Cuando uno es joven, muy joven, todavía no se conoce bien, tantea, pica, va de aquí para allá, prueba, compara, se equivoca, acierta, sigue y no pasa nada, hay tiempo de sobra, hay tiempo hasta para repetir a ver si la segunda vez es mejor. Pero cuando vas cumpliendo años la cosa cambia, no es que te conozcas mejor, tal vez no llegues a conocerte nunca, pero sí sabes lo que te conviene y lo que no, discriminas un montón de posibilidades al primer golpe de vista, la experiencia y el instinto son tus mejores amigos, aquellos que te recuerdan caminos ya visitados y abandonados, sin esa brújula seríamos pollos sin cabeza. Es como cuando juega un maestro de ajedrez contra un superordenador, "¡la máquina es capaz de calcular 2 millones de jugadas por segundo!". La máquina es gilipollas, la máquina lo calcula todo, hasta lo absurdo, le sobra el tiempo que le falta al maestro, pero éste, con un sólo golpe de vista, descartará 1.999.990 jugadas en un segundo y se centrará en las diez que pueden darle ventaja, que pueden hacerle ganar la partida, porque la experiencia, el instinto, son quienes nos hacen sabios.


O al menos no demasiado imbéciles.


imbécil
1.adj. y com. desp. Alelado, poco inteligente.
2.[Persona] que molesta haciendo o diciendo tonterías.
♦ Se usa como insulto:
a ver si se calla ese imbécil.

SUSANITA TIENE UN PINGANILLO





Estaba en casa, navegando por la Red como un naúfrago que acabara de comerse una sardina cruda, cuando al leer los comentarios de una noticia he tomado la determinación de irme a tomar por culo.

Hablaban sobre el tema de los maestros y tal, eso de las dos horitas semanales, algunos parecían como si estuvieran a punto de coger la guadaña para irse a cortar cabezas a la Zarzuela, o a la Moncloa, o al Bernabéu, o a donde coño le manden sus cables cruzaos...he colgado un comentario muy kufistiano, del estilo de aquellos buenos malos tiempos primerizos en la intenné, absurdo, provocador, algo así como "me voy al campo a leer así hablo Zaratustra y a fumarme un petardo", todo mentira, decir la verdad en ese sitio es propio de subnormales, para lo único que vale es para mentir y echar el rato...anda y que se jodan.

Pero al minuto siguiente he pensado "¿por qué no?", y he pillado el libro, el tabaco, un rollo de papel higiénico, una botella de agua y las llaves del coche.

A veces de una mentira sacas una futura verdad, o casi, porque el costo hace bastante tiempo que no es lo mío.

Cualquier mentira puede ser verdad si la haces realidad. Profundo. Profundísimo. Lo único que necesita la mentira para sacudirse su mala fama son piernas. O un vehículo adaptado. La Mentira necesita Movimiento. O no, puede que se sienta mejor así, quieta, parada, viendo a los demás afanarse en encontrar algo que probablemente no existe mientras ella se bebe un mojito a la sombra y se lee el Mortadelo y Filemón. Mejor reír viendo fantasías que sudar bajo el sol buscando algo que ni sabes lo que es.

Joder, parece como si me hubiera fumado uno. Pero no, en serio, creedme...

En fin...que me he ido para el campo, "D´yer Maker" modo sin fin, a buena hostia, no sé por qué, no me gusta correr pero en ocasiones haces cosas sin pensarlas, al llegar a destino he hecho un buen trompo, hacía 20 años desde el último, he bajado del coche con todos los apichusques y me he sentado en un banco; he dejado sobre la mesa el libro, el sombrero y la mariconera, de la que he sacado todo lo demás, hasta el cuadernillo por sí se me ocurría alguna "jenialidad". A duras penas he conseguido liar un cigarrillo (sin aliñar) y lo he encendido esperando la llegada de las Musas, aunque por lo que se ve estarán de vacaciones. O peor aún, estarán con otro.

Miraba el libraco pero no me decidía, al final ni lo he tocao, ¿a quién se le ocurre?, muchos ligan de esa forma, se llevan un libro en el regazo, hacen como que leen y, como ahora a las tías les ha dado por leer, algunas veces pica alguna, normalmente treintañera, ya con los picores domados, "¿lees a Nichte?", ahora se interesan por los que antes despreciaban, las patas de gallo y la Ley de la Gravedad deberían recibir un premio de la Asociación de Editores, o de la Agrupación de Restaurantes para Capullos. O al menos un accésit.

Al final he escrito algo, cosas como "si no quieres que las moscas te piquen ve donde esté el viento", "las moscas vuelan a ras de tierra, es normal, en ningún otro lugar hay tanta mierda", "la Tierra es una gigantesca cagada espacial, una enorme bola de mierda que nutre a los coprófagos que la habitamos"...y así.

En esas andaba cuando he recibido la enésima llamada de estos últimos días de un número que no tengo registrado. No sé vosotros, pero yo no cojo ningún número que no conozca, sólo pueden ser malas o estúpidas noticias, no creo en las buenas sorpresas...pero, sin saber por qué, ésta vez si he aceptado la llamada.

- "...Holabuenastardes mellamoSusanaylellamodesdesucompañiatelefónica, tieneunmomentoporfavor, donkufisto..."
- "Dime"
- "Sí, mire...es que estamos haciendo una oferta a nuestros clientes preferentes (ni imaginarme puedo como serán los ordinarios) y me gustaría explicársela si me concede un momento..."
- "Dime"
- "¿Tiene Internet en casa?"

Ya empezamos con las preguntas...

- "Sí"
- "¿Con qué compañía?"
- "Con N"
- "Ya...¿y sabe qué velocidad de conexión tiene contratada?"
- "Pues...ehhh...creo que 10 metas, o mebas, o megas..."
- "10 Megas, sí, mire, puede comprobar ahora mismo si su velocidad de conexión es real o no. Si me da su número de teléfono fijo se lo compruebo en un momento..."
- "Ah, no...gracias, adiós"
- "Perodonkufisto, ¿aunqueseahorretodoslosmeses...?"

Clic. O como sea con el móvil.

Se escuchaba el runrún de otras cotorras mientras ésa ametrallaba mi oído, otras como ella tratando de venderte la moto del Amo, pillar su porcentaje y olvidarte, intentando que les des tú dinero a cambio de nada, porque nada es lo que te ofrecen, ¿desde cuando 5 Megas de más o de menos significan algo?, no para mí, y si me engañan prefieron que lo haga la actual, aunque me salga algo más cara, soy un hombre de costumbres, un tonto costumbrista, sólo a los idiotas les suda la polla el dinero, si se tratara de tiempo...escucharía tu oferta.


Me he sentido bien al colgarle, tanto que me he animado a echar una cagada de espaldas al sol, un poco de intimidad, no vas a estar mirándolo mientras jiñas, sería una falta de respeto, aunque visionar como salen los truños del culo de otro no deba ser muy agradable, si me lo hicieran a mí le daría de patadas, pero el sol no, es demasiado grande, le da igual, él seguirá por aquí cuando no nos recuerde nadie, cuando nuestros culos lleven milenios sin dilatarse, cuando no quede ni el polvo de nosotros...


Sólo se mosquean los enanos con cronómetros en lugar de ojos.



domingo, 18 de septiembre de 2011

EL ASAZ (II)




Acontece en quienes desayunan, comen, cenan y roncan con la palabra Patria en la boca que suelen ser quienes menos hacen por ella, muy al contrario, por regla general, son los más perniciosos para la buena marcha del país.

La tierra que te vió nacer, o que te acogió porque buscabas un futuro mejor, se mantiene sana si cumples la Ley, fuerte si creas riqueza, y eternamente joven si formas una familia; todo lo cual puede realizarse sin llevar su bandera en los calzoncillos, su himno en el móvil y su escudo en el maletero, cosas que no son excluyentes para ser un buen patriota pero en ningún caso resultan imprescindibles para serlo.

Los símbolos de la Patria son la corteza del árbol, pero si por dentro está hueco, carcomido, el futuro que le espera es más negro que el culo de un grillo. Por contra, y dando por descontado que los primeros anillos del tronco son los más macizos, duros y fuertes ya que de otra manera no sería posible una vida duradera, quienes vamos añadiéndole marcas a ese troco común debemos hacerlo como lo hicieron nuestros mayores: trabajando para que aquellos que vienen por detrás de nosotros encuentren un país mejor que el que recibimos.

La Patria no quiere individuos aislados, egoístas, quiere comunidades de personas donde todos miren por el bienestar de todos, ya que de esa forma le será mucho más díficil a la cizaña plantar su semilla; un solitario no ve más allá de sus narices, y el camino a seguir en la eterna llanura del futuro jamás debe ser encabezado por un Rompetechos renacido y pagadísimo de sí mismo que haya cambiado sus gafapastas por lentillas y el traje de funerario por uno de Armani: seguirá siendo el mismo idiota.

Y, como reza el dicho, un idiota jodío un pueblo.

Rogelio Palmírez nació un tormentoso 29 de febrero en el seno de una familia adinerada. Tuvo una infancia en la que no le faltó de nada, sus padres le amaban y le propocionaron la mejor educación que el dinero podía comprar, cosa que él, como se atisba en el primer capítulo de esta historia, no supo aprovechar.

Barruntábase algo de ello su padre cuando a pesar de haberlo podido evitar no hizo nada porque su hijo cumpliera el servicio militar; el buen hombre pensaba, y no se le puede negar la razón, que al joven Gelito le vendría bien una temporada lejos de su madre, dizque asaz protectora para con la criatura; nada mejor que la rígida disciplina de un cuartel y la compañía de jóvenes provenientes de todas las clases sociales, para que su primogénito diérase cuenta de que no todos podían permitirse ir las noches de los sábados con su flamante ocho y medio al piso que madame Geneviève tenía en pleno paseo de Gracia para tirarse a Rocíito la cordobesa, hembra de poderosas nalgas y hartas tetas que hacíale perder el melón al jovencito Ro en menos tiempo del que Usain Bolt necesita para correr 200 metros.

Como podréis imaginar fue algo que no le entusiasmó; por todos los medios y zalamerías propias de un redomado ególatra como él, intentó que su madre consiguiera la revocación de la sentencia, ya había pasado otras veces, no había cosa que mamá no consiguiera, pero en esta ocasión su padre se cerró en banda y no hubo nada que hacer. Estaba sentenciado: los próximos dieciocho meses de su vida los iba a pasar en Cáceres rodeado de gente a la que despreciaba con toda su almita.

Se sumió en un profundo silencio y esperó la llegada del fatídico día.

Una semana antes de su partida le despertaron con la terrible noticia: don Rogelio Palmírez García había amanecido muerto.

En la autopsia se dedujo que la causa había sido envenenamiento por Amanita phalloides, una seta muy tóxica propia de la zona, y aunque la cocinera juró y perjuró que no había ninguna de ellas en la cesta que su hermano le había traído para que diera gusto al señor, no pudo evitar su detención y la de su hermano, acusación por la que poco tiempo después fueron juzgados y condenados.

De esta manera Rogelio fue liberado de hacer la mili, a fin de cuentas era el primogénito y debía hacerse cargo de los negocios familiares.


La noche del día que enterraron a su padre se durmió pensando en lo gilipollas y lo descuidada que era la gente corriente.


Y más que ninguna otra las cocineras que salen a abrir la puerta a un amigo del señorito cuando tienen la comida a medio guisar.



FIN DEL SEGUNDO CAPÍTULO

sábado, 17 de septiembre de 2011

EL ASAZ (I)




Cuando Rogelio Palmirez tenía cincuenta años abandonó su patria y el lago de su patria y marchó a la montaña de Montjuich. Allí gozó de su espíritu y de su soledad y durante diez años no se cansó de hacerlo. Pero al fin su corazón se transformó, y una mañana, levantándose con la aurora, se colocó delante del sol y le habló así:

- "Oh, astro dorado que todo lo inundas con tu superabundancia, que sería de tí sino me tuvieras a mí...¿por qué me persigues? ¿asaz tú?"

Hay que tener en cuenta que llevaba quince años sin hablar con nadie: los diez que estuvo en la cueva más los cinco anteriores que pasó recluído en una celda cartujana sita en Vélez-Málaga, de donde lo expulsaron porque durante una cena, y mientras paladeaba una cucharada de sopa, exclamó a grandes voces: "¡¡¡A ESTO LE FALTA ASAZ!!!". El padre superior que presidía la mesa, se levantó solemnemente de la silla, con una seña indicó a su monje de confianza que le trajera la pizarra de mano y escribió lo siguiente en caractéres cirílicos:

- "HERMANO ROGELIO...LARGO DE AQUÍ"

El murmullo fue generalizado, aún mayor que cuando Iniesta marcó su gol ante los heréticos holandeses, entonces la cosa se celebró con un "¡¡¡mmmmmmmmmm!!!", pero la visión de esa frase provocó que el resto de monjes lo festejara con sonoras exhalaciones y palmadas en la espalda, alguna lágrima se vió correr por las pálidas mejillas de esos hombres santos. Y es que puede decirse sin temor a equivocarnos que el señor Palmírez, "el hermano Roger" como lo llamaban ellos haciéndose cruces, no era muy popular entre la Congregación, más bien todo lo contrario, muy al contrario, harto contrario...Intenté que me explicaran la causa de su inquina hacia él, a fin de cuentas era un hermano en la fe, estaban a punto de escribírmelo cuando a la pregunta de si quería pocas o muchas patatas con la pechuga de pollo que nos íbamos a comer contesté que "Asaz", no sé, me salió así, jamás en mi vida habia escrito esa palabra, ni siquiera estaba seguro de su significado, pero algo (o alguien) me obligó a hacerlo.

Me pusieron la pechuga por sombrero y me echaron a la puta calle.

En fin...habíamos dejado a nuestro hombre regañando al sol, hora es de recogerlo.

Bajó la montaña portando en su hombro izquierdo al hámster que habíale acompañado durante todos aquellos años de retiro, y con paso firme, diríase que furioso, tomó el desvió hacia la ciudad que tenía por nombre Barcelona hasta que dizque la rebautizó como Valdezorras 2´01, nombre sonoro, significativo y que en su opinión le cuadraba como anillo al dedo al lugar que acogiólo por última vez antes de partir hacia la montaña.

Llegado que fué a los pies de V2´01 (la llamaremos así para no herir susceptibilidades) bajó a su hámster del hombro, se lo metió en el bolsillo derecho del pantalón que habíale quitado a un espantapájaros que cuidaba un campo de escarolas, y llevándose ambas manos a los riñones y a voces harto sonoras exclamó:

- "¡Oh pretérita Barcelona, rebautizada como Valdezorras 2´01 por éste que en otro tiempo orgulloso contóse entre tus hijos, ante tu quicio pídote lo recobres, antes que yo definitivamente pierda el mío...quién te vió y quién te ha visto, presa del furibundo caganalismo, lánguida yaces ora con Jordi, ora con Arturito, esos dos pajaslargas sin idea de utilizar el pito; asaz el clero, otrora harto pío, diabólicas carantoñas hácele al nazionanista impío. Mira a tu hijo más ilustre cómo regresa de su forzoso retiro, con un ratón por toda compañía y unos apestosos Lee´s que prestados tomé de un amable y silencioso payés; pobre vengo, que no mísero, fuíme rico y mira como vuelvo, bien sabes que quién así te habla para señor nació, y a señorear volveré cuando las estrellas del firmamento hágate ver con mi poderosa tranca española, pues todavía está por nacer la mujer que no recobré el buen sentido, ante el empuje fiero, asaz que tierno y decidido, de una verga como Dios manda, de unos cojones como los míos."

Acabado que hubo su sentidísima exhortación, sobresaltóse en extremo al notar una creciente humedad en la pernera derecha, "no es posible" díjose alarmado...

- "No, Maestro...soy yo...no Usted...éste humildísimo ratón, como tiene a bien llamarme, no ha podido contener la emoción...son mis lágrimas las que se derraman por su pierna, aunque otro nombre habría de inventarse para éstas que tienen la inmensa fortuna de portar y hacer partir a alguien de su magnifecencia...no soy digno de Usted, Maestro...será mejor que acabe conmigo...es mi opinión"

- "Noble y leal Gominolito (tal era como habíale bautizado a su compañero de cueva durante aquellas largas y frías noches en la Montaña) tu chupapollez háte salvado una vez más. Anda, trepa a mi hombro, tranqulízate y límpiame la cera de las orejas, siéntome algo mareado, aunque asaz pueda ser el hambre..."


Y tal que así, con una comida de oreja, Rogelio Palmírez y Gominolito entraron en V2´56 (su cómplice silencio habíale subido la nota) en loor de DDT


FIN DE LA PRIMERA PARTE

viernes, 16 de septiembre de 2011

NI LOS GATOS TIENEN SUFICIENTES





Siempre pasa lo mismo: cuando uno se encuentra bien cree que todo el mundo también lo está.

Y no. Dura poco, lo que tardas en ver las caras de aquellos que van a trabajar, o a llevar a los hijos al colegio, o están barriendo las calles, o subidos a un andamio...

Me dirigía al habitual puesto de observación en el parque cuando he tenido un apretón, por un momento he pensado en hacerlo tras un árbol, era temprano, había poca gente y a fin de cuentas sólo se trataba de una meada, no iba a jiñar, bastante fue aquella vez en el mirador...pero bueno, me sentía bien y no era lo correcto, así que me he encaminado hacia los servicios públicos, tampoco estabán tan lejos ni era tan urgente el asunto, más que ninguna otra cosa la educación consiste en ser paciente y esperar.

En el trayecto me he cruzado con una madurita de buen ver: rubia, jamona, de buen culo, iba haciendo footing, con los cascos puestos y las gafas de sol, he tenido la tentación de hacerle una galantería, quitarme el sombrero y darle los buenos días con la mejor de mis sonrisas, pero lo he dejado correr, casi siempre dejas pasar las cosas cuando tienes tiempo para pensarlas, cuando balanceas las posibles opciones. Generalmente uno acaba tomando el platillo de menos peso, el más cómodo de sobrellevar...el paso de los años no te hace más sabio, sólo más precavido.

Mientras me acercaba al meadero he visto a un tipo en la puerta, un chaval joven, no sé, me ha mosqueao, "¿qué coño hace ése tío ahí?", por un momento he pensado que aquello estaría completo, pero no era posible, no puede ser que a las diez de la mañana de un día laborable esté a reventar un sitio como ése; pero en fin, cosas más raras se han visto.

- "¿Se puede pasar?" le he preguntado. Me ha respondido con una especie de gruñido, parecía rumano o algo así, y con un movimiento de brazo me ha dado vía libre. Dentro estaba una tipa fregando, fea y escuchimizada, ni la he saludado de la cara que tenía, no debe ser muy divertido limpiar la mierda de desconocidos, hay que tener cuidado con según a quién y cuando das los buenos días, más aún en un lugar así, puede tomárselo como un insulto...en este caso el instinto me ha hecho ser precavido. El instinto acierta siempre.

Total, que por fin me he puesto a mear, o al menos a intentarlo, la muy puta se me ha puesto a fregar por donde yo estaba, a un par de metros, sino llega a ser por el tipo que había en la puerta le hubiera mostrado 10 neuros que llevaba en la mariconera, fijo que los hubiera cogido, a fin de cuentas es una limpiadora, una matinal limpieza de bajos suele ser muy agradable y estimulante, y no creo que gane ese dinero por cinco minutos de trabajo, pero mejor no, quizá el otro era su novio y tampoco ella valía una discusión. Ni siquiera media.

Ahora estoy en mi banco, en mi mesa, viendo a las ardillas en los árboles, haciendo mil cabriolas imposibles, jugando entre ellas, estoy seguro que si pudieran pensar lo que hacen no lo harían, se tomarían las cosas con más calma, sentadas en una rama, esperando a los capullos que les llevamos las nueces que nunca comen delante de nosotros, el instinto es lo que las obliga a permanecer en el árbol, por muchas veces que te vean llevarles comida nunca bajarán hasta que te vayas, sólo hay una vida y no te la puedes jugar con un desconocido aunque te lleve comida desde hace meses, y si te la jugaras es más que probable que terminara mal, no por tí, sino por el que venga después, quizá sea un ardillicida y la rapte para freírla en aceite, hay que tener cuidado, mejor ser maleducado que confiado, solamente tenemos una vida y no es cuestión de ponerla en peligro por un qué dirán, si tuviéramos siete como los gatos quizá pudiéramos plantearnoslo...


Aunque no sé si sabéis que un gato es el animal más desconfiado que pisa la Tierra.


Si tuviéramos mil vidas continuaríamos comportándonos igual: con cuidado.


Y es que estar vivo es tan cojonudo que nadie tiene prisa por no estarlo.


Ni las ardillas.


Ni mucho menos los gatos.