lunes, 30 de abril de 2012

NUBES DE COLORES



El domingo, día del Señor, es el reservado por los mozos viejos de nuestro pueblo para ponerse guapos y salir de paseo con los amigos.

Con raras excepciones siempre van los mismos, siempre van vestidos igual, siempre beben lo mismo y siempre hablan de lo mismo, a grandes voces a medida que van consumiendo alcohol, porque normalmente cada uno paga una ronda, aunque al ser numerosas las estaciones de penitencia a veces, sólo a veces, la rueda se para en la mitad. Pero seguro que llevan la cuenta para que en la siguiente vuelva a ponerla a rodar quien se fue de rositas en la anterior: no son tontos con el dinero. Nadie es tonto con su dinero. Sólo los políticos se hacen los tontos con el dinero, pero es con el ajeno, claro, "ser chulo cuesta las perras" dice un dicho de aquí. Olé sus cojones el que lo sea con su parné. Con el suyo, of course...


Los mozos viejos se conocen de toda la vida, desde pequeños, cuando las grandes cuadrillas están en proceso de formación, como las células que van uniéndose para formar algo más grande y complicado, entonces parece como si de allí fuera a salir algo nuevo, diferente y decisivo, pero poco después uno se da cuenta de que lo diferente y decisivo se encuentra en las tetas de las chicas, y es ahí, en ese momento, cuando la célula empieza a descomponerse poco a poco, al principio con una elástica cuerda de seguridad a la cintura que finalmente se rompe entre los dientes de alguna moza vieja deseosa de encontrar a su príncipe marrón mierda, pero al menos, Señor, que sea capaz de hacerme madre. Y así, con el correr de los años, de esta manera, la célula se queda en su base, en su núcleo, fuerte y penosamente indivisible: la única mujer buena es tu madre. Pero jamás se supo de una verdad que llevada al extremo fuera beneficiosa para tu salud mental.

Los mozos viejos miran a las mujeres como si fueran nubes de primavera, en silencio, de reojo; y cuando están lo suficientemente lejos respiran aliviados y se guiñan los ojos, hablan entre ellos, fuerte, riendo, y así también espantan su nube más negra, esa que cada vez está más llena de agua, aunque lo importante es que no sea rosa, el agua nunca es rosa, pero sólo hace falta que muchos lo digan para que el mozo viejo tema la sola posibilidad de que eso ocurra. Y entonces, con la esperanza de que eso nunca les pase a ellos, algunos mozos viejos se van de putas de la misma manera que algunas echan un polvo: para que les vean.

Los mozos viejos desprecian mucho, desprecian y temen todo aquello que no entienden, lo cual es prácticamente todo, ellos se quedaron al inicio del camino, cuando todos eran iguales, cuando nadie destacaba,   maldicen el día en el que el primero de la cuadrilla tocó una teta, ese fue el principio del fin, el final de lo bueno, el mazo en el espejo. Desde entonces son numerosas las visitas a la farmacia, a fin de cuentas ahí es donde venden las tiritas y las gasas, pero el cristal de su espejo ya tiene tantas que reflejan una momia, si al menos fuera un vampiro...esos tienen vampiresas, mujeres como ellos sueñan, obedientes a su amo, pero una momia, una jodida momia...¿vivir envuelto en papel higiénico? ¿quién querrá follar con alguien así?. Ni pagando.

Aunque después de todo siempre les quedará el fútbol, ahí sí son ellos los que ganan, no conocerás a alguno que no sea del Madrid o del Barcelona, y si lo hay es el más cerril, el auténtico, el que se quedó en el río pero ya ni quiere ni desea a nadie que le eche una cuerda desde la orilla. Lo único que quiere es que todo pase pronto, llegar a la catarata y no arrepentirse cuando esté cayendo.


Porque ya sería la hostia, la rehostia, que en el último instante se diera cuenta de que ha estado toda su vida haciendo el gilipollas; para eso, mejor no haber nacido.


Lo único que necesita es algo de cerveza las tardes de los domingos, los cubalibres hace tiempo que lo vuelven loco.


Y no es plan que durante uno de esos ataques su nube empiece a derramar agua color de rosa.


Mejor la momia del espejo.


Aunque ya no se le ponga dura.


Y reza para que no se le vuelva a poner, no sea que...


sábado, 28 de abril de 2012

HASTA EL BORDE



Tendrá mi edad, incluso un poco más joven, alto, delgado, grandes barbas...está pidiendo limosna cerca de mi casa, aunque sería más exacto decir que está recibiendo limosna, no pide, no da la tabarra, simplemente está ahí y algunos le damos pasta.

Suelo hacerlo, limosnear, quisir, aunque tengo mis normas, mis reglas: que no me cuenten historias (escritas o no) y que sean del terreno. No es que sea racista, eso es cosa de los USA como sabe todo el mundo, aquí en España somos muy estupendos, to el mundo e güeno y tal...veremos ahora que la vaca no tiene más leche. Veremos a ver, que decían los viejos.

Un euro, eso es lo que le suelto, el primer día me dió las gracias tres o cuatro a veces, acostumbrado como está a recibir la incómoda morralla que a casi todos nos sobra. Conocí a una vieja bruja que dejaba moneditas de esas tras las puertas de su casa, en el suelo, colocadas en forma de triángulo, su hija me contaba que eso daba suerte. No sé si será verdad, pero el caso es que a la vieja bruja siempre le ha ido bien en el tema económico, aunque pienso que más era por su maldad, su fiero egoísmo, que por cualquier otra consideración.  Hará un par de meses que me encontré unas cuantas monedas de esas tiradas por el suelo de la habitación, sin duda cosa de quitarse el pantalón cuando apenas te tienes de pie, me acordé de la vieja bruja y las coloqué como ella, tras la puerta. Mi racha con las diferentes loterías sigue llevando camino de convertirse en legendaria, pero he dejado de beber. Quizá el dios brujo sabe lo que conviene a cada cual. O quizá, simplemente, sea que ya tocaba. Los dioses siempre han vivido de la superstición. Los dioses siempre quisieron a los cobardes.

Un euro jamás ha sido dinero para mi, y el día que no pueda darle uno a un pobre es que habré pasado a ser uno de ellos. No me entendáis mal, no soy rico ni nada eso, mi cuenta bancaria siempre está lindando con el cero, mi número vital, después de veinte años trabajando no tengo nada: todo lo gordo, lo importante, continúo compartiéndolo con don Emilio, mi casa sigue siendo más suya que mía y lo será así por muchos años, ahora que no pienso dejar piedra sobre piedra como vengan peor dadas. Le prendo fuego antes de ser desahuciado por sus perros. Así al menos, como Homer, sabrá quien es Kufisto: otro ciclista subiendo y bajando las montañas alpinas mientras los jueces de meta esperan calentitos nuestra llegada a su estación de esquí con una de sus múltiples fulanas en las rodillas y la botella de Dom Perignon a la orden. Y todo por una jodida copa de hojalata y dos besitos de sus putas. Pero nada es para siempre; tal vez el día en el que nos saquemos una pipa de nuestras enormes hueveras está más cerca de lo que esos cabrones se imaginan.

Eso o hacen las etapas más llevaderas, porque ya no damos para más ni aunque sus mengeles en nómina nos inyecten sangre de Tyranosaurio en las venas. Cuidadín que el globo está a punto de explotar, hijos de puta.

Pues eso...que un euro al día puedo dárselo hasta a las ardillas del parque, no voy a hacerlo con una persona.

Y además es del Atleti, como no podría ser de otra forma. Me lo dijo la segunda vez que lo ví, después de mi segundo euro, se ve que el hombre quería devolverme algo, no sé, ser amable con su más esplendido mecenas; habla rápido, a trompicones, como todos aquellos para quienes el simple hecho de hablar con alguien ha pasado a ser algo así como el premio en una etiqueta de coca-cola, inesperado y bueno aunque sea una chuminá, se trata de la ilusión más que nada, porque cada día que pasa más cerca te encuentras de que nada pueda sacarte de ahí, del hoyo en el que nadie mira, del hoyo cuya voz es tan fea, tan amenazadoramente cercana, que huyes lo más lejos que puedas para olvidar siquiera su existencia.

Pero por mucho que te empeñes, por mucho que quieras olvidarlo, no podrás evitar su recuerdo, el temor de que quizá tu hoyo ya esté esperándote, que cualquier día de estos vayas caminando por la calle y la tierra se abra bajo tus pies, entonces serás tú quien grite pidiendo ayuda, o quizá no lo permita la dignidad con la que te educaron, pero el hecho, la realidad, es que estarás dentro. Y de esos hoyos no se puede escapar sin ayuda externa. Alguien tiene que echarte una escalera para que el cielo pueda esperarte un ratito más.

Porque de estos dijo Jesucristo que será el cielo, aunque también dijo que no tenemos que tener prisa, ser ansiosos, impacientes, todo llegará...


Ojalá tenga razón, ojalá sea real, ojalá haya Justicia en algún lugar.


Mientras tanto seguiré con el patronazgo mayoritario de otro hombre sin nombre, hablando del Atleti y la Reala, buenos tiempos para él y tampoco son malos para mi:


El Atleti a punto de ser campeón de la Europa de los pobres y nosotros nos mantenemos en Primera.


Pero también los pobres tenemos estómago, está feo que siempre ganen los mismos las copas de oro, sin posibilidad de cambio, ellos tienen todo el dinero y todas las armas gordas, así cualquiera, así es imposible, uno acaba hartándose del sucio brillo de la hojalata.


Algún día, en algún lugar, más allá de toda sucursal bancaria.




viernes, 27 de abril de 2012

BUENOS DÍAS



Estaba a punto de irme a la cama, después de otro día sin nada a reseñar (si acaso una siesta olímpica sobre una noche de buen sueño. Desde que he dejado de beber me ha dado por dormir), cuando en mi habitual última vuelta de reconocimiento por sitios amigos me he llevado un agradabilísimo sorpresón:

Pío Moa me enlaza en su blog personal, sección "Sitios de interés".

Mi blog es interesante para uno de los escritores más leídos de España...Kufisto al lado de profesores reconocidos y periodistas de renombre, importantes...¡y por si fuera poco es el único que no trata de Historia o Actualidad!...

No me lo podía creer...

Recargué la página varias veces, salí y volví a entrar: sí, ahí estaba el mío, no se trataba de ningún error.

Algunos de los que me seguís desde hace tiempo sabéis mi historia en la Red, cómo y porqué empecé con esto, así que no lo repetiré, he escrito varias entradas sobre ello que siguen estando a la vista de todos y quien tenga interés puede buscarlas en los archivos.

Siempre he admirado a quienes han ido contracorriente, no hay más que ver mi alias para darse cuenta, y Pío es uno de ellos, aunque después de esto que os cuento pueda sonar a peloteo, a pasteleo. En fin, no puedes hacer nada contra la opinión que la gente tenga de ti, además de ser una estúpida pérdida de tiempo; que cada cual piense lo que quiera, que yo sé lo que pienso.

Cuando uno no puede comprobar las cosas por sí mismo ha de fiarse de la opinión que sobre ese asunto tengan las personas que más le quieren; no la de desconocidos que por algún interés, económico o no, quieran arrimar tu sardina a su ascua.

Y esto es lo que me pasa a mi con el tema de Franco y su España: que veo más verdad en los escritos de Pío que en el resto

Sé que esto no os va a gustar a algunos de vosotros, mentar hoy en día a Franco y a Moa sin cagarte en ellos es un ejercicio de masoquismo, cuando no de kamikazismo, pero es justo. Y con eso basta.

Mi verdad esta aquí, en el blog. El Kufisto personaje, el Kufisto trollaco, el Kufisto liante se queda para según qué lugares, ninguno desde hace bastante tiempo, pero unos cardan la lana y otros se llevan la fama, a fin de cuentas, como Pacino, todos estamos atrapados por nuestro pasado, y a lo hecho, pecho, y por matar un gato me llaman matagatos, y...paro ya que parezco Sancho y soy más Quijote.


Está a punto de cumplirse el segundo aniversario de la creación de este blog, pues durante el primer verano lo cerré durante casi dos meses por un problema surgido a raíz de la publicación de un artículo en el que metí en un lío gordo a un buen amigo por un descuido tonto, cosa que estuvo a punto de conseguir que lo cerrara definitivamente, pero pudo más mi egoísmo que cualquier otra cosa, como suele acontecer de ordinario.


Me hacía falta seguir, lo necesitaba y lo hice, lo necesito y seguiré haciéndolo, es mi última posibilidad para vivir como yo quiero, quizá lo consiga, quizá no, pero mientras tanto seguiré con ello.


Más aún ahora, que uno de los escritores más importantes de España considera que lo mío tiene interés.


Gracias, Pío.


Como diría Jagger: "Sólo es un blog, ¡pero me gusta!"









miércoles, 25 de abril de 2012

APOCALYPSE NOW



El fútbol es la guerra en suelo desarrollado, suelo que no hay que manchar, suelo que está fuera del Negocio porque desde algún sitio hay que planificar el Negocio.

El fútbol tiene sus soldados que luchan, sus generales que dirigen, sus políticos que ordenan dónde y cuando, y sus países que les sufragan y apoyan.

El fútbol es la guerra cercana, la auténtica, no la de la tele en mitad de ningún sitio, la válvula de escape para que una vez cubierto lo básico demos salida a los gases que envenenan nuestro ser, "semen retentum venenum est"; el odio, la envidia, la avaricia...no desaparecen con las películas de Walt Disney, está demostrado, siguen ahí, escondidos, esperando que el aburrimiento vital dé el primer picotazo en el túnel de la fuga, hartos de ser solamente buenos y no ser siempre felices escapamos con la esperanza de encontrar en la maldad, felicidad.

Nadie sufre arritmias viendo un partido entre los amigos de Ronaldo contra los amigos de Zidane.

Para sufrir, para gozar, hay que jugarse algo, tiene que existir la posibilidad de una derrota dolorosa, placentera, que remueva tus cada vez más hastiados sentidos: sin la posibilidad del dolor no existe el placer.

Placer y dolor del otro son casi sinónimos en la práctica. Y en su totalidad cuando dejas de creer en los cuentos que te contaron cuando eras un niño, en el caso que tuvieras a alguien que te los contara.

Quien busca placer sobre todas las cosas es el ser más desdichado del mundo. Y el más malvado.

Así que sí, queremos ver a los amigos de Zidane contra los amigos de Ronaldo, pero queremos verlos como si los amigos de Zidane hubieran asesinado a los primogénitos de los amigos de Ronaldo y a la inversa. Queremos que se odien porque nosotros les odiamos. Después de todo, queremos lo que somos. Y tal como dice la canción:

"...y vió que las manos que construyen,
también pueden destruir..."

Lo llevamos dentro, y si quieren quitárnoslo tendrán que lobotomizarnos.

Mourinho le va a ganar la batalla a Guardiola porque es más despiadado y más profesional: el objetivo es vencer, no importa cómo. Ganar de cualquier manera, pero ganar. Y si no crees en esto hazte valdanorista: vivirás bien, pero nadie dará una gota de sangre por ti.

Mourinho le va a ganar la batalla a Guardiola porque sabe que en la guerra, como en el amor, como en cualquier cosa que merezca la pena, "el fin justifica los medios", porque si no lo haces tú lo hará el otro. Y se llevará el premio gordo por tu vértigo ante el abismo que no viene en los libros "nihil obstat" pero que es tan real, más, que la llanura soleada donde reina el dos por dos igual a cuatro. La verdad desnuda se encuentra en los números irracionales.

Mourinho le va a ganar la batalla a Guardiola porque es mejor, porque se adapta mejor al medio, porque sabe que no importa como te recuerden, si no que te quieran y odien mientras no seas un recuerdo, durante el tiempo en el que tu sangre circule por donde debe circular: por tus venas. La sangre se muere si no se mueve, y mil partidos amistosos no la hacen recorrer la distancia de uno a cara de perro. Más aún cuando haces lo que dicen que no deberías hacer porque ellos lo hicieron antes que tú o porque no tuvieron agallas para hacerlo.

No hay queroseno para la sangre como sentirte vivo, amado y odiado, apoyado y vilipendiado; más te alimenta el odio de tus enemigos que el amor de tus amigos, porque sí, este mundo es una mierda, pero antes de cerrar los ojos ante él y decir OMMM con el estómago, algunos prefieren sacar la espada y luchar, uno se duerme si cierra los ojos, sólo los chinos son capaces de ello y ya les tiramos dos bombas como Dios manda para que despertaran. Y despertaron, ¡vaya sí despertaron!.

Cuando hay hambre uno se come hasta el ajo cocido, nunca fueron tiempos para apartar nada del plato, tampoco éstos.

Y si no lo entiendes, no juegues: mira desde fuera.


No he visto ningún equipo de fútbol que haya jugado mejor que el Barcelona de Guardiola, pero su historia acaba de terminar en las garras de alguien que tiene claro algo importante: si quieres ganar olvídate de lo demás.


Si quieres que los tuyos te quieran haz lo necesario para darles lo que quieren.


Si quieres matar al Rey, compra un buen cuchillo.


Y en el fútbol, en nuestra guerra de andar por casa, no hay otro mejor que ese portugués.


Nadie más que Kurtz deseaba su propia muerte. Quizá a Pep le esté pasando lo mismo.



"...y vió que las manos que construyen,
también pueden destruir...":



martes, 24 de abril de 2012

DEL MARTILLO AL PAY-PAY



- "Hay que joderse..." he dicho lo suficientemente alto para que ella lo oyera mientras comprobaba mi bonoloto de ayer.
- "¿Qué?"
- "El hijo de la gran puta éste...". Y he señalado unos décimos del expositor.
- "No tienes nada...¿quién?"
- "Este hijo de puta inglés, el que sale en la lotería del sábado, Enrique VIII, échame una múltiple de siete para hoy..."
- "¿Una?" ha respondido un tanto turbada. Creo que no tenía ni puta idea de lo que estaba hablando.
- "Sí, claro..."

Mientras atinaba a darme el cambio he seguido dando el mítin; no sé, quizá esperando una sonrisa cómplice, a lo mejor un ¡Gibraltar español!...nada, "¿Enrique VIII...de qué coño está hablando este gilipollas?"

- "Ahí tienes"
- "Uno de los mayores enemigos de la Historia de España en nuestra lotería...esto solo pasa aquí, en España...claro que España es diferente...España es así..."

Ella seguía mirándome como si no me conociera, ha intentado sonreír pero le ha salido una cosa rara, tal vez estaba hablando demasiado fuerte, por mi auricular derecho Plant continuaba berreando su "Inmigrant song", esa furiosa canción de abordaje...me he puesto el izquierdo y he dejado de oír nada.

- "Adiós"

Al darme la vuelta, y de reojo, he visto a los dos viejos que esperaban turno con sus papelas en la mano, también ellos miraban sorprendidos, "¿qué le pasa a éste del sombrero blanco? ¿quien es el hijo de puta inglés del que habla? ¿será del Barcelona?...putos catalanes, ¡a ver si os eliminan esta noche!".

He salido a la calle y me he echado a reír.


A veces me pregunto si alguna vez dejé la tierra del hielo y la nieve...y si España alguna vez tuvo un Martillo en lugar de un pay-pay:





viernes, 20 de abril de 2012

OTRO CAMBIO DE LUNA




Es una cincuentona, alta y delgada, tirando a fea, tirandísimo, vamos, pero tiene una nariz que me gusta, siempre me gustaron las mujeres de narices, a fin de cuentas, para bien o para mal, es lo que define un rostro, y como la Belleza no tiene nada que ver con el atractivo personal (sino aquí no follarían más que cuatro y el del tambor) personalmente la encuentro deseable, cosa que en el caso de ser pública entre la mayoría de mis conocidos les provocaría la risa y el cachondeo, cuando no el consejo de que ingrese en una institución psiquiátrica, que también puede ser.

Por lo que sé de ella, en su juventud, ya tan lejana, fue un poco jipi y golfa, pero aquí, en los pueblos de la España típica y tópica, esa calificación es algo normal en todas aquellas que se divorciaron en cuanto pudieron y vivieron su vida a su aire. Evidentemente el asunto no es visto de la misma forma por los hijos de nuestros Caifás, y ya no os cuento de sus nietos. Sí, típica y tópica, pero ya menos: no hay más que ver una procesión o pasar a una misa para darse cuenta de que las cosas llevan tiempo cambiando. O viejos o niños, de los del medio ni Blas. O casi. Por cierto que el otro día hice el amago de entrar a una Iglesia (cosas de escritor, más que nada) y salí disparado sin cruzar el umbral: eran las doce del mediodía y daba miedo el cuadro que había dentro. El Vacío con aroma a Flöyd.

Por esas casualidades que tiene la vida está compartiendo habitación de hospital con mi padre; bueno, ella no, el suyo, pero es la acompañante, hoy la he visto, "¿qué tal, cómo estás?", nos conocemos del bar y eso, café, tabaco y algo de charla, como toda mujer jipi y golfa que se precie ha leído historias, y a veces hablamos de algo diferente a la crisis y al fútbol, cosa que agradezco sobremanera, estoy hasta los cojones y más allá de esos temas, pero en fin, un bar es un bar, no sé qué sería de los mass-media sin los bares, de verdad...

La han llamado por teléfono y me he sentado un rato con el viejo y mi tío. Está mejor, pero sigue hinchado, "retención de líquidos", mi Supermán está rodeado de kryptonita desde hace años, pero ahí sigue el hombre, con un par y la yema del otro, nos hemos reído cuando se ha levantado para ir al baño dejándonos ver sus enormes calzoncillos, "¡qué erótico estás!", un restaurante podría hacer la compra diaria con ellos, en fin..."iros a tomar por culo".

Poco después ha pasado ella, la cara desencajada, lágrimas en sus grandes ojos azules: un chaval ("el hijo de tal, Kufisto, el del pelo largo...", "¿el de las rastas?", "sí...") se ha ahogado practicando submarinismo. Tenía treinta y tres años, amigo de sus hijos, se criaron juntos, ella lo tenía por uno más, las madres son así, todos somos sus hijos porque piensan que a los que parió puede pasarles lo mismo. Y una madre puede aceptarlo todo, hasta lo más jodido que pueda ocurrírsele a la mente más enferma, con tal de no enterrar al fruto de sus entrañas.

Lo conocí hace años, una noche que vino con un amigo mío y su chica de entonces, era tarde, cerré y mientras bebíamos y se fumaban unos canutos charlamos de esto y aquello, pensaba como aparentaba su aspecto, tenía muchas cosas claras, quienes eran los malos y quienes eran los buenos, suele ocurrir en aquellos que vienen de familia "bien", se pasan al otro lado y reniegan de su pasado, era demasiado joven, pero también educado y al menos oía las ideas ajenas, te dejaba hablar aunque no escuchara, cuando alguien está tan convencido de algo ni quiere convencer ni que le convenzan, ¡si lo sabré yo!. Fue una noche agradable, de esas que solo el alcohol y los canutos pueden permitir: sin estar colocados, ¿cómo íbamos a charlar gente tan dispar?. Las drogas son más buenas que malas cuando quienes las usan son más buenos que malos. Sencillo.


Me he levantado, me he despedido de mi tío, le he dado un beso a ella y un toque a la puerta del water donde mi padre seguía a lo suyo, "¡que me voy al banco!", "¡¡¡VAAALE!!!".


Y he ido al banco, y he pagado lo que he podido, y al salir todo estaba en su sitio, nada era diferente a cualquier otro día.


Nada ni nadie a quien hoy no visite la muerte, claro, esperada o no siempre lo cambia todo.


Aunque todo siga en el mismo sitio con el mismo aspecto.


Pero el espejo de hoy tendrá diferente forma para muchos. Y quienes lo vean añorarán el de ayer.

jueves, 19 de abril de 2012

MI COCKTAIL MÁS LOGRADO




Una de las lecturas que más he disfrutado fue el "Fausto" de Goethe. Ahora bien, si me preguntáis mi opinión sobre él, poco os podré decir.

Era primavera, abril creo, cuando aquellos que vivimos en pueblos que algunos snobs vergonzantes se empeñan en llamar ciudades vemos nacer los colores y los olores primaverales. Al contrario que los ciudadanos que se dan cuenta de su llegada porque se les cae el moco y el sol aún no se ha ido al terminar su trabajo, nosotros, los pueblerinos, la vemos y olemos donde hay que hacerlo: en el campo.

Aún no había cumplido los veinte, cosa que recuerdo porque aquella tarde memorable la pasé bajo el cotidiano efecto del hachís, sustancia que abandoné al poco de iniciar mi segunda década por este valle de lágrimas, a veces, y encantado otras. Porque "como es sabido" (que diría el genial paisano manchego que clava José Mota), que algo te siente bien no quiere decir que siempre te siente bien. No existe tal cosa, y si pensamos lo contrario es que no hemos vivido lo suficiente.

Mi vida por entonces era la que más me gustaría llevar ahora, lo que pasa es que no lo sabía, era demasiado joven y no me conocía bien. Ahora sí, pero ahora, de momento, no puedo recuperar aquello. Será que me he vuelto más comodón. Y más cobarde. ¡Que San Bonoloto me eche una mano, Señor!. Otra, y a poder ser, mayor, no mucho más, lo justo para poder hacerlo a mi manera el resto que me quede de vida. Soy tan frugal...andaaaa

No estudiaba, no trabajaba a diario, tenía mucho tiempo libre, poco dinero y un coche de tercera mano que me llevaba a donde quería: allí donde corriera el aire sin bultos parlantes que te despistaran.

Me acostaba tarde y me levantaba tarde, daba una vuelta, comía algo y después me iba por ahí, a lomos de mi 3361 de la F, de color verde mierda, con un loro que no paraba de hablar lo que me gustaba: The Cure. Era cojonudo.

Normalmente echaba un buen libro y una botella de agua fresca, subía al cerro de los alrededores desde donde se divisaba la infinita y silenciosa llanura manchega, empapada por la indecible luz del Sol de abril, y me fumaba un canuto mientras leía. Y a veces, cuando el buen "globo" enseñoreaba mi cabeza, pillaba un destartalado cuaderno de los asientos de atrás y escribía algo, cosas que me parecían buenísimas en ese instante pero que, por norma general, se transformaban en malas ridiculeces al leerlas el día siguiente, pensamientos filosóficos...¡joder, eran tan malos que solía partirme la caja cuando los veía sin las gafas de míster Costo!.

Pero ninguno como aquel que escribí mientras aquella santa tarde leía el "Fausto".

Fue tal la cosa, me causó tal ataque de risa a la tarde siguiente, que a pesar de mi natural desconfianza para mostrar a nadie mi "material" terminé por enseñárselo a mis colegas de fumadas, provocándoles el mismo efecto que a mi. Nos reíamos tanto...

Y sin embargo recuerdo que justo al terminar de escribirlo, al releerlo una y otra vez, pensé que era maravilloso, fantástico, yo era todo un escritor, todo un filósofo...el Sol que había causado mi Revelación bailaba sus rayos festejándome, ¡Dios Santo, sólo por aquello ya merecía el Nobel, o el Cervantes, o que me hicieran Rey de algún sitio que me gustara!


Aquella fue una de las mejores tardes de mi vida, entre los sueños y las pesadillas del viejo doctor alemán también yo soñé que lo comprendía todo, también yo iba a tener lo que merecía, también yo, definitivamente, iba a ser feliz para siempre...


Después se mitigaron los efectos de la droga y bajé de allí. Y aunque volví a subir, y volví a fumar, y volví a leer ese mismo libro, jamás recuperé aquella sensación.


Buena "goma" aquella.


¿O fue la Primavera?, ¿o mis diecitantos años?


Y es que tu felicidad estará siempre en el mismo cocktail, sólo que con el paso de los años varían las proporciones.


Lo más importante para dar con tu cocktail es el vaso medidor, amigos.

miércoles, 18 de abril de 2012

SIR ALFRED Y MONSIEUR FRANÇOIS




Hay libros que sin ser obras literarias o filosóficas poseen una belleza, un embrujo, muy superior a la mayoría de éstos.

Mis primeras lecturas fueron las típicas para un niño, es decir, novelas de aventuras, misterio, ciencia-ficción...Stevenson, Salgari, Agatha Christie o Julio Verne entre otros muchos, fueron presa de mi voraz hambre lectora; a la hora del comer siempre he sido así: mucho y rápido.

Tiempo después, cuando empiezas a preguntarte el porqué las cosas son como les parece a algunos, intenté encontrar respuestas en autores como Hesse, ese alemán de catón, esto es, sin ningún sentido del humor. Prácticamente leí toda su obra, era una lectura iniciática para los adolescentes, cosa que no sé si seguirá siéndolo, pero en aquel entonces decir que habías leído "El lobo estepario" era algo así como una contraseña, un pase a otro nivel, ya no eras un pringao, un puto crío...más aún cuando una de las más apetecibles golfas del garito en el que te emborrachabas con la pandilla te miraba interesada cuando oía hablar sobre él, ella también lo había leído y le gustaba un montón, era medio jipi o algo así, dos o tres años mayor que nosotros, lo que en esas edades son varios millones de años-luz. Claro que después de beber como un cosaco para vencer tu timidez y poder mirarla directamente a sus brillantes y verdes ojos mientras hablabas y hablabas y hablabas sobre que "ese libro me ha cambiado la vida", ella terminaba marchándose con su novio de entonces; efectivamente, el más macarra del lugar: un camello de su edad que no leía ni el As.

Hace poco le dí una vuelta, al libro, digo, y me pareció infantil que todo un hombre escribiera algo así, por algo gustaba tanto a los adolescentes: porque adolece de un montón de cosas importantes y se regodea en lo superficial, en lo obvio, en lo facilón. El lobo estepario había bebido demasiado vodka mientras escribía. Y nada bueno puede salir de la pluma de un borracho, como tiempo después aprendí de Bukowski: lo bueno del borracho nace con la resaca, con el dolor controlado. Sin riendas, un caballo te puede llevar a cualquier sitio, hay que tirar de ellas, usarlas a tu antojo, para que te lleve por donde tu quieres. O para que se pare, mejor. Para escribir algo hay que haber caminado, pero debe hacerse quieto, con calma, no como un el niño alemán y su ordenador. Cuando explota el volcán hay que echar patas, ya habrá tiempo para escribir sobre ello.

Me quité de la circulación, leí mucho, muchísimo, no hice otra cosa hasta que me puse a trabajar en serio. A partir de ahí, poco. Y después, prácticamente nada.

Y un día que andaba curioseando por la zona noble del Carrefour (apenas a cincuenta metros de las longanizas y las sardinas) vi un libro en cuya portada aparecía Hitchcock: "El cine según Hitchcock". Me pareció un título fantástico, inmejorable, y como precisamente daba la casualidad de que por entonces yo andaba revisitándolo después del natural ninguneo juvenil hacia todo aquello que te haya gustado de niño, no tardé ni 0´2 en echarle mano y pasarlo por caja, además que su precio era irrisorio en comparación con el de los mamotretos bestsellerscos que ocupaban estanterías enteras...la misma mierda de siempre.

No recuerdo si lo leí de un tirón, cosas del trabajo, pero sin duda lo hubiera hecho: es un libro FANTÁSTICO.

Como bien dice Truffaut en el prólogo, ese no es un libro suyo, en todo caso se considera el iniciador, el estimulador de la idea.

Viendo el ninguneo al que la sesuda crítica sometía al gran Hitch, su admirador francés le solicitó grabar una extensa entrevista con la idea de publicarla en un libro. El Maestro aceptó y durante un período de tiempo que no recuerdo grabaron 50 horas de material que quedaron comprimidas en un libro de unas quinientas páginas, un libro que no es otra cosa sino la transcripción de aquellas charlas aderezadas con breves y concisas interpretaciones que Truffaut hace sobre las circunstancias que rodearon a Hitchcock en los momentos decisivos de su carrera.

Simplemente es la conversación de dos tíos que saben de lo que hablan sobre algo que aman casi por encima de todas las cosas, pero de forma general, nada técnica, excepto en algunas memorables secuencias hitchcockianas en las que el entrevistador no se puede contener en preguntarle como logró tal o cual efecto, cosa que también está explicada de forma que puedas entenderlo. Recuerdo ahora mismo un par de ideas que Hitchcock no pudo llevar a cabo y que eran geniales en sí mismas. Una era en una película de su etapa inglesa, en una furgoneta filmada desde atrás, viene el dibujo y todo, absolutamente deliciosa. Y la otra es de "Con la muerte en los talones", ese tótem del séptimo arte, una escena en la que Grant iría a una fábrica de automóviles en Detroit y charlaría con el encargado mientras van viendo el proceso automatizado de la fabricación de un coche...no diré más, solo que al oírla Truffaut se quedó entusiasmado y apenado porque no pudiera llevarlo a cabo, "cosas del guión, la duración se podía arreglar pero era demasiado gratuita..." se justificaba Hitch. Una verdadera lástima que no la hiciera, pero gracias a este libro podemos verla en nuestra maltrecha imaginación. Y volver a maravillarnos del inaudito genio del gordinflón inglés.


Viajes al centro de la tierra, piratas borrachos que buscan un tesoro escondido, inocentes ancianitas que descubren a malvados asesinos, tipos desesperados de ellos mismos...sí, todo está en los libros, es verdad, o más bien su pálido reflejo, solo los verdaderamente grandes pueden ir un paso más allá, como Platón en "El banquete", cuando por boca de Sócrates nos damos cuenta de lo que es el Amor, de lo que de verdad es aquello que para bien o para mal mueve el mundo, de lo que nos hace que intentemos ser mejores, más dignos, merecedores de...pero eso no se puede leer todos los días, al menos yo, para alimentarte de algo tan grande, tan fuerte, has de ser grande y fuerte.


Así que en los intervalos entre fogonazo y fogonazo alimento a mis ojos con luz adaptada a mi visión.


Y hoy por hoy, en un mundo donde se baila entre espasmos a la luz de los quásares de moda, prefiero la bombilla que ilumina lo suficiente para que dos sabios puedan mirarse a los ojos mientras hablan de lo que más les gusta. Aunque yo no tenga ni puta idea.


Y es que soy un fotosensible de la hostia.

martes, 17 de abril de 2012

EL REY Y YO




De camino al hospital he pasado por el bar para llevarle el ABC a mi padre, ayer le llevé su Gaceta habitual, cosa que casi le provocó una arritmia al tipo que me lo vendió, un cuarentón flaco, de mirada huidiza, que se puso muy nervioso. Claro que el muchacho podría tener razones para ello: gorra calada, gafas de sol, gesto adusto y encima le pido el periódico de los fachas...había un 95% de posibilidades de que llevara una pipa escondida en el pantalón del chandal. Pero no, nunca he usado de eso y no creo haber matado a más de cuatro o cinco moscas en toda mi vida, son tan rápidas y tienen tantos ojos...demasiado fuertes para mi.

Pero el estereotipo es el estereotipo, más aún en este país que solo para los extranjeros se llama España.

De camino iba, digo, cuando le he echado un vistazo a ese rollo de papel higiénico con grapas; están tremendamente preocupados por el Cazadog, ese hombre, y los últimos días no hacen más que publicar editoriales demostrando su inquebrantable fe y adhesión para con su egregia figura, a cada cual más naftalínico y alucinante, pero ya sabéis: un tonto coge una linde y se acaba la linde y el tonto sigue. Y Ésta linde hace tiempo que llegó a su fin. Pero los tontos agradecidos siguen y siguen: ellos lo llaman Lealtad, yo lo llamo estómago ulceroso.

Cuando Franco lo puso a dedo yo ni había nacido, cuando juró Biblia dándole con un canto en los dientes a su papá (Juan III, que dice Ansón, esa garrapata coja) yo todavía tenía los dientes de leche, cuando prometió vestirse de Elefante Blanco a unos pobres desgraciados en la soireé del 23-F yo me sabía de carrerilla la alineación titular de mi Real campeona, incluso los suplentes, pero de Él ni tenía noticia ni puñetera falta que me hacía, después llegó el Felipe y ya sí, poco a poco fui dándome cuenta de quienes eran todos.

Desde entonces sólo uno consiguió mi respeto: Anguita.

Recuerdo que eran las primeras elecciones en las que podía votar, las del 93, y tenía el pensamiento de hacerlo por Julio, "programa, programa y programa", cosa que no pude llevar a cabo porque cuando mi padre llegó de trabajar a eso de las cuatro de aquella tarde y nos recogió a mi madre, a mi hermano y a mi, ya llevaba los sobres con las correspondientes papeletas dentro.

Abrí el mío: PP.

- "Pero yo quiero votar a Anguita..."
- "Tú votas lo que yo te diga"
- "Pero..."

Pero ná.

Pasaron los años, Anguita se fue asqueado de la política, yo al fin me fui de casa, y cuando he cumplido con mi obligación democrática siempre lo he hecho por los mismos: PP. Aunque bien mirado es más contra que por: los socialistos del terreno le hicieron mucho daño a mi padre. Y ni olvido ni perdono según qué cosas.

Con respecto a Juan Carlos I, Rey de éste país, jamás he tenido buena opinión, pronto me di cuenta de la pantomima que le permitió llegar hasta nuestros días como macho-alfa y lo desprecié aún más. Aún estando en las antípodas de lo que querían quienes asaltaron el Congreso reconozco su valor y su hombría: se la jugaron, perdieron y callaron como putas. A la cárcel. Hace poco vi una fotografía de Tejero en el metro, sólo, cabizbajo, viejo, acabado...sí, un idiota, pero se fumó un montón de años de prisión y la eterna ignominia pública de su familia por lo que creía; le traicionaron, le utilizaron como tonto útil, seguro que él lo sabe y sigue callado. Y morirá sin hablar. Un idiota, sí, paro al menos tiene un par de huevos. Y donde verdaderamente se ve el valor de un hombre es en la derrota.

Mientras tanto don Imprescindible se ha pasado la vida de vacación en vacación, de flor en flor, tajeando aquí y allá, con sus amigos árabes, que no moros, aquellos son los que tienen pasta y éstos los desgraciados, claro, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos del mundo, haciendo exactamente lo mismo que el Urdanga, pero éste trepa no tiene el paraguas de aquel, of course, aunque más que paraguas es paraguón...

Era, mejor dicho.

Algo ha tenido que pasar para que pase lo que está pasando, a esos niveles nada ocurre sin una razón, y la súbita salida a la luz de todas las miserias de la Familia Real, el Descubrimiento, la Quitada de Caretas, está siendo gloriosa: la Ejemplar Familia es la menos ejemplar de todas.


Personalmente la considero una gran noticia. A mi completa seguridad de que la Historia será inexorable con don Campechanomán, se une la posibilidad de verlo salir a gorrazos junto a toda su carcomida familia de este país, y esto es algo que muchos nunca pensamos que pudiéramos llegar a ver.


No me preocupa el porqué, no es cosa de mi insignificante incumbencia, pero resulta agradable presenciar la caída de alguien que jamás de los jamases SE mereció subir.


Aunque mi padre, que es mil veces mejor que yo, lo tenga en gran estima.


Y parece ser que podrá seguir teniéndolo: otra vez cerca, pero todavía no dentro.


Larga vida a mi padre.

viernes, 13 de abril de 2012

ACTIMIERDA




Estaba leyendo el "As" mientras el peluquero me trabajaba los cuatro pelos que me quedan, cuando me he encontrado de sopetón con un reportaje sobre un chaval sin brazos que pretende competir en la natación de las próximas Paralimpiadas (¿se escribe así?) de Londres.

- "¡Hostias!"
- "¿No lo conoces?"
- "No..."
- "Sí, hombre, si salió en el programa de..."
- "No veo la tele"
- "Joder, Kufisto..."

Y entonces ha empezado a contarme la película...

Normalmente hablamos de fútbol, motos, baloncesto, de la chica de la última página (la de hoy tenía unas tetas que no eran de este mundo. Al menos del mío)...de lo que vaya encontrándome al pasar las páginas, conversación de peluquería; porque sí, señoras, los tíos tampoco paramos de hablar en la pelu, lo que pasa es que lo nuestro son diez minutos, y se hace más por el peligro que representa un tío haciendo bailar las tijeras sobre tu cabeza que por interés sobre nada: ya dijo la Biblia que no es bueno que el hombre esté solo. Ni el silencio cuando estás en las manos de alguien que pueda degollarte porque su mujer le haya echado de casa. Tú no lo sabes, pero puede ser, así que hablemos del amor...no, eso era en la canción, de fútbol y mujeres, coño, que para algo somos tíos.

El poder de la tijera acariciando tu precioso cuello...

No ha sabido responderme a la pregunta sobre si lo del chaval se debía a un accidente o a una enfermedad, aunque el corte que se veía en las numerosas fotos era tan limpio, tan perfecto, que hemos decidido de mutuo acuerdo que debía tratarse de una enfermedad, una de ésas de cuando eres un crío, o tal vez ya venía así de serie, en fin, chungo...daba igual, en resumidas cuentas el chico no tiene brazos, la razón es lo de menos, no los tiene y ya está.

Y nada.

Nada de nadar, quisir, en el agua, en la piscina, creo que su prueba es la de estilos, de verdad que no puedo imaginarlo nadando, así que menos aún que pueda hacerlo de diferentes maneras, aunque la falta de imaginación es culpa mía, a lo mejor de mis padres, que diría un valiumolleras, "los genes, tío...tú no tienes la culpa de nada". Nada de nada, en este caso.

Ya...

Y he de confesaros que la sensación de rechazo me ha asaltado casi instantáneamente.

No sé si habrá sido porque apenas llevaba media hora despierto, el actimel del desayuno, las nubes que cubrían el cielo o que simplemente mi parte mala cada vez está más loca, pero el caso es que no me ha hecho gracia verlo sonreír en las fotografías.

¿Sonreír? ¿sonreír ASÍ?.

Claro está que no he dicho nada, al contrario, he alabado su coraje y eso, aunque no he tardado mucho en pasar la página y abrir el melón del partido de ayer, "el Atlético es el equipo más patético del Universo", "jajaja...". Sin duda.

Y a otra cosa.

Al salir, las nubes todavía estaban allí, pero me ha importado menos que al entrar, si es que lo habían hecho antes, que puede ser que no. El caso es que poco después me he sentido bien, muy bien, de esas veces en las que cada paso que das, cada rostro que ves, cada coche que circula tiene sentido, todo parece estar en orden, todo parece estar en su sitio, todo cuadra...es raro, no puedo explicarlo, pero a veces pasa, a veces lo sientes: no piensas en nada y todo te parece bien. Y resulta bastante agradable. Y tranquilizador.

Tan bien me sentía que he pasado a un colmado de barrio al que ni borracho lo hubiera hecho en cualquier otro momento; quizá sean centenares las veces que lo he dejado atrás, cada vez soporto menos esos sitios, demasiado cercanos y lejanos al mismo tiempo, "tan lejos, tan cerca", "trato familiar y agradable" que diría el icono satánico de Carabanchel...las tiendas de barrio, hoy más que nunca, son eso, DEL barrio, y TÚ NO ERES DEL BARRIO, lo llevas en la cara, Kufisto, eres un extraterrestre como Dios manda: es más probable que seas malo a que seas bueno. Aunque tú sepas que eres un cacho de pan. Pero los demás no.

Casi tropiezo con un viejo al abrir la puerta, el hombre andaba liado entre bolsas y cajas, me ha dado los buenos días y yo también a él, apenas podías andar entre la mercancía, los vampiros de Sanidad podrían meterle un purazo que te cagas para que nuestros insignes próceres puedan seguir dándose la gran vida por nuestra cuenta...

Tras el mostrador una oronda treintañera, rubia de bote, pelo recogido, boca pequeña y moteada por las espinillas, estaba con la eterna vieja de estos lugares, la llamaba por su nombre, "¿y qué más, doña...?". La vieja se ha llevado un kilo y pico de garbanzos, ocho chorizos, cuatro morcillas, una buena ristra de salchichas...¿cocidaco a muerte antes de que me supriman finamente, a lo telediario de Matías Prats, malas medicinas para los viejos a ver "si nos los quitamos de encima de una puta vez y podemos continuar la juerga?". Los viejos saben. Y las viejas ni te cuento.

Después una rumana, kilo de champiñones y 100 gramos de jamón, me ha sonreído dándose la vuelta, yo también, no estaba mal, buen culo "te deho dos euros a deber, María...", "vale, te lo apunto", he estado a punto de pagárselos pero me lo he pensado mejor, cuidado con las rumanas que sonríen a los desconocidos cuando compran por cinco y pagan por tres...

Me tocaba a mi, pero antes María ha llamado a su padre, que no era otro que el viejo de la entrada; ahí seguía el hombre, removiéndolo todo, metiendo cosas en bolsas, doblando el espinazo, "ven, papa, esto se lo llevas a la Sole, esta es la cuenta, ¿la ves bien?", "sí hija, sí...", "no te equivoques...hola, ¿qué quiere?", "una barra", "¿de las normales?", "sí".

Por mi me hubiera quedado otro rato, mirando y escuchando, pero entonces sí que hubiera quedado clara mi condición de extraterrestre, mi pertenencia a otro planeta, beligerante, amenazador, hay tanto malo por ahí...y los peores son los no lo parecen.

Durante la tarde seguí igual, muy tranquilo, relajado, sociable, bien. Al final de la noche llegó un viejo amigo, cenó bien y le dí un pito cuando se iba con la pareja que le acompañaba, está quitándose del rollo malo, "ahora me lo fumo en casa, tranquilo, a gusto..."


Mientras recogía me he acordado del chaval sin brazos, hace bien en sonreír, hace bien en continuar intentándolo, y al que no le guste que siga jodido.


"Hijo, si no eres mejor que un negro...no eres mejor que nadie", como le contaba Hackman a Dafoe que le había dicho su papa cuando era pequeño.


Jamás el mío me ha dicho nada parecido.


Y como el mismo Hackman también dejó dicho: "¡¡¡CAPULLO, NO LE NIEGUES UN POCO DE AGUA A UN HOMBRE QUE SIGUE LUCHANDO CON LAS TRIPAS FUERA!!!"


Soy un cacho de pan que a veces se agria.


El jodido Actimel, sin duda.


Huid de las eleicaseimunitas, con ese nombre no puede traer nada bueno.


Que tú no puedas comer chorizos y morcillas no quiere decir que los demás tengan que hacer lo mismo.


Lucha y gánate el cocido, envidioso.

jueves, 5 de abril de 2012

SACARINA PARA LOS PROCESIONARIOS




- Todos los que admiras hubieran deseado ser admirados por otros.

- El miedo adora los parques infantiles.

- Sólo puedes amar a la Humanidad si estás en Plutón. Y sólo puedes amar a Plutón si estás en la Tierra.

- Un asesino en serie siempre te querrá por lo que eres: otra cosa sería si en lugar de ser como él fueras un bote de ketchup. Entonces sólo serías apetecible para los degenerados.

- Un microscopio es igual que un telescopio: pornófilos agotados.

- El científico es la pesadilla del poeta.

- La madre reza a la muerte para que se olvide de su hijo hasta que la lleve con ella.

- El Nirvana está en el cañón de una escopeta. Y su OMMM es la bala de emergencia que guardas en la pasta de dientes.

- El capuchino no se cubre en señal de respeto, sino por miedo de la burla de alguno.

- Si quieres que algo tenga apariencia de trascendencia...no lo enseñes al mediodía, no hay lejía como el Sol.

- La prima de tu riesgo se dispara al atardecer. Y no hay banco que te compre hasta la aurora.

- De noche no hay gatos pardos, son leones drogados. Los más peligrosos.

- El amor es una mala paja cuando sabes lo que no hay después: papel higiénico.

- Un padre nunca tiene un hijo; la leche de su polla jamás lo alimentó.

- Cristos y vírgenes huyen del agua como gato que lleva el diablo, "limpieza en seco o nada". El agua, la vida, lo corroe todo hasta mostrar su verdadero rostro: cromos multicolores de la tabla periódica. Pero nadie le pediría la salvación eterna a un cromo. Ni aunque fuera el de Cristiano.

- El penúltimo día de su vida Jesús todavía no se podía creer que su Padre fuera capaz de cumplir su amenaza...aún creía que los niños venían de París y que se alimentaban del aire hasta que podían coger cuchillo y tenedor.


El Padre se vengó de la Madre matando al Hijo.


Cosas de la envidia: uno da leche salada y la otra dulce.


El azúcar mueve el mundo y Dios es diabético.

miércoles, 4 de abril de 2012

UN POCO DE AGUA




Llueve.

Anoche me dormí pensando en la forma que gané a Jose Ángel, un joven prodigio que está de paso en nuestra ciudad, ¿o sería mejor llamarla nuestro pueblo?; sí, creo que para esa clase de gente, los que te dan la mano como si fueras una rana viscosa, mi ciudad siempre será un pueblo: los pueblerinos no damos la mano, echamos un pulso de gitano honesto. Se trata de marcar tu cuadra de territorio. No somos ciudadanos del mundo como ellos, somos los últimos hijos de la tierra despreciada. Aquí separar la basura es cosa de imbéciles. Aquí todo va al mismo sitio. Aquí no hay lugar para un futuro que ellos están arruinando. Aquí solo hay hoy y ayer. Sobretodo ayer.

Tardé poco en alcanzar el sueño, nada como una victoria inesperada para conseguir lo extraordinario. Me sentí bien al despertar, subí la persiana y vi la mañana oscura. No me importó. Me vestí olvidando la tomiza, el garrote y la boina, no desayuné las gachas acordadas y salí a la calle.

Estaba lloviendo.

Hice la mitad que ayer, aquí los pulsos no se le disputan a la Naturaleza, nos conformamos con cagarnos sobre ella de vez en cuando y limpiarnos el culo con sus pámpanas, seguro que alguien lo aprovechará, solo es necesario taparlo por el que venga después, ¿desde cuando la tierra se alimenta de Chanel número 5?, a la tierra le gusta lo fuerte, lo duro, lo jevi...la tierra no quiere cataplasmas porque es joven, la tierra siempre necesita probar su fuerza, la tierra jamás ha pasado un simple resfriado, todo lo más alguna erupción cutánea y algunas lágrimas descontroladas por la llegada de la Primavera, esa muchacha inconsciente. Son los ciudadanos quienes creen que está enferma. Son los enfermos quienes quieren que lo demás esté enfermo.

Ha parado de llover.

También Jose Ángel paró ayer cuando moví mi rey a dos de su alfil: no quiso ver su muerte dos jugadas después con mi torre liberada hasta h1. Le di mi mano y el tendió la suya con una mueca en el rostro. Volví a sentir que para él seguía siendo una rana viscosa de la que seguro no recordaba su nombre, lo vi marchar cabizbajo junto a sus padres y demás familia (¿todavía los llamáis así allí?), pero seguro no olvidará jamás mi última jugada de rey, la única ganadora, cuando pensaba que ya se iba a comer mis ancas...


Tampoco hoy comeré gachas, en realidad hace años que no las pruebo, los ciudadanos deberían olvidarse un poco de su Tierra y atender un poco más a los usos y costumbres de quienes la conocen porque la tienen a tiro de piedra, a tiro de onda, como bien sabía el joven David cuando se enfrentó al temible Goliath...se trata de hacer lo que se debe hacer como si estuvieras sólo en el mundo.


Tomates del terreno y un buen filete de ternera.


A las ranas nos gustan más cosas aparte del agua y cazar insectos que no saben donde están ni donde se meten.


Lloverá otra vez.