domingo, 23 de septiembre de 2012

BIENVENIDO, BIENHALLADO




Como el viento que viene barriendo las moscas y demás seres inmundos.
Como la fuerte lluvia que trae nuevos y buenos aires.
Como el frío que acaba con todo aquello que no puede vivir un año completo.

Así debes verlos, como amigos que hacen el trabajo que tú no puedes hacer, que el mismo sol no puede hacer, pues la vida sin la muerte sería el peor de los infiernos.

¿Acaso hubo alguien que limpiara de moscas el verano hasta no dejar ninguna?
¿Acaso hubo alguien con tal ventilador capaz de limpiar los malos vapores de la sequía?
¿Acaso hubo alguien que mereciera nuestra admiración sin poderle a un solo invierno?

¿Echas de menos a las moscas, al aire viciado, a la flor que te ahoga?

¿No recuerdas todo lo malo de ellos? ¿tan poca memoria tienes? ¿o te entristeces y lloras porque sabes que te quedan menos inviernos?

Pero nada es bueno por solo compartir tu destino, nada es memorable porque haya pasado un rato contigo, nada te conviene por el mero hecho de no ser venenoso.

Has de amar a la Buena Muerte aún cuando no entiendas todas sus decisiones, piensa que estás mucho más cerca de no saber nada que de saberlo todo.

Se acerca el Otoño, viene ajustando las cuentas del Invierno, y quien no pueda pagarlas ya sabe lo que le espera.

Ya habrá tiempo para desear a la Primavera y su explosión de vida para todo lo que puede vivir.

¿Y odias al Gran Examinador, al Justo, al que solo permite pasar de curso a quien lo merece?

Sí que hay Justicia en el mundo, pero también muchos injustos.

Y es que el desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento.

Hola, Otoño, me alegro de volverte a ver.


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