domingo, 28 de julio de 2013

MI PANDERETA




- "¡Estás obeso!"

Evidentemente se dirigía a mi, estaba pesándome en la báscula de la farmacia, casi sin respirar, es de esas electrónicas, no estoy acostumbrado, tanto que ni esperé a que me diera la sentencia por escrito, bastaba con haberla visto en sus números rojos, siempre rojos. Poco me faltará para que se corran al negro.

La había reconocido sin necesidad de verla, su voz es inconfundible a pesar de que quizá hayan pasado dos años desde la última vez que la había oído; dejaron de venir por el bar, tanto ella como su marido, ni sé la razón ni me importa un carajo. Nunca me gustaron del todo.

Él era anestesista, supongo que seguirá siéndolo aunque no por mucho tiempo, ya es mayor, estará a punto de jubilarse en la Madre Patria, son cubanos, cubanos blancos, racistas, muy de derechas, él me contó su historia una tarde que no tenía nada mejor que hacer que beber Carlsberg´s heladas mientras hacía tiempo para su "amol", su "novia", eran tan ridículos, tan cariñosones, que resultaban difíciles de tener delante. Al menos para mi.

Me reí, sí, ¿qué otra cosa podría haber hecho?, ¿decirle que ella era más fea que el pequeño de los hermanos Calatrava comiendo limones verdes y más bruja que la madre de Britney Spears?...Y es la verdad, no así su comentario, yo no estoy obeso, eso es una jodida mentira, sólo tengo un ligero sobrepeso causado por una semana un tanto descuidada de priva y comidas de madre, ahora le ha dado por ahí, me ve poco con el cambio de horario, las trae mi hermano al bar, "llévale este tupper a Kufisto", ¿como coño voy a decirle que se las devuelva?, eso para una madre es casi como si le pegaras. Además, que están de muerte aunque no haga una hora desde que picaste algo mientras recogías las cañas.

Recogí el bicarbonato del asiento para tomarse la tensión y me despedí de todos con un adiós general, ni se me ocurrió parar a preguntarle qué tal le iba, después de todo yo sigo donde siempre, fueron ellos quienes se largaron. Y buen viaje lleven. 

"Hija de puta, y que estoy obeso...¿noventa kilos y medio para metro ochenta es estarlo?...y eso que estaba vestido, quítate kilo y medio o así...89...eso me lo quito yo en un par de semanas normales...hijaputa...¿qué estaría comprando la muy bruja?...seguro que potingues para sus hechizos y macumbas, y vudús, y mierdas de esas...¡pero qué mala espina me dan!...desde luego que son como los de La semilla del Diablo...sí...igual..."

Y no me dio tiempo a más porque ya estaba de vuelta en el bar.

Media hora después de haberme comido un plato de arroz (sin pan) apareció mi hermano con dos litros de gazpacho y un tupper, también traía un saco de hielo, pero eso era lo de menos. Pasé a la cocina para meter la comida en el frigorífico, el tupper estaba aún caliente, "no es bueno que lo meta así...voy a abrirlo un rato para que se airée y se temple...sí..." Error. Carne en salsa con patatas fritas. Me lo comí en cero coma. Sin pan. Casi recé un padrenuestro al tirar la salsa a la basura.

Llegué a casa a eso de las ocho y media, la tarde estaba fresca por primera vez en mes y medio y determiné salir a pasear la noche, sí, que llevo unos días que me duele la cabeza y es por eso, por andar poco y dormir menos, este calor es peor que ir preso a la casa de Gran Hermano: cuarenta días a cuarenta grados. Sólo nos diferencia de Jesucristo el aire acondicionado. Y no sé si será peor.

Abrí las ventanas y me tumbé en el sofá, corría el suficiente aire fresco como para hacerme reír, poco después se me puso dura, muy dura, y pensé en llamar a una puta, pero no lo hice, casi me quedé dormido, puede que durmiera un rato, a veces no te das cuenta de lo que haces o no haces...Bueno, muchas veces.

Cené unos spaghettis integrales con una latilla de atún y dos rebanadas de pan tostado integral (la mitad de lo habitual), "me fumo un pito y a la calle", volví a tumbarme, casi que hacía falta una camiseta, "jodeeeerrrrr...qué gusto, coño" Tanto, tanto, que al final ni salí, ni llamé a nadie y me fui a la cama, aunque tardé un poco en quedarme frito, mi habitación es como uno de esos hornos de Auschwitz, uno de esos que todavía deben estar calientes según la marcha que cuentan les dieron.

He despertado un tanto encogido antes de que amaneciera, me he levantado para bajar la persiana y al uno el ventilador, he mirado el reloj, las seis y media, ya se va notando que el sol anda buscando el cigarrillo de después; benditos sean los polvos de los demás mientras no te enteres.

"¿Y por qué no salir a andar...?"

A la ducha. Pero primero me he mirado el culo, o al menos lo he intentado, creo que me ha salido un grano justo debajo de la fístula operada, espero que sea eso y no que se haya reproducido, mecagoenlaputa, que ya no son horas.

El culo está donde está por una buena razón, Dios lo puso ahí por algo, para darnos una oportunidad de ser felices, ¿quien puede serlo si tiene que verse mientras caga?, es imposible, no hubiéramos hecho más que llorar nuestra suerte, suicidarnos en masa, "esto no mola", y habríamos tenido motivo más que suficiente para ello, "Espera un momento, voy al water...", y te pones a jiñar por las manos, "vaya mierda", ¿quién iba a tocar a nadie? Extinción.

No me he pegao una hostia de milagro, había apoyado una pierna sobre el lavabo, de espaldas, separando los glúteos con las manos, mirando al espejo, "a ver...¡ay!, ¡joder!..." Sí, por un instante me ha parecido verlo, parecía un grano, "menos mal...esto te pasa por tumbarte en pelota picá en el sofá, a lo mejor ha estado antes el gato, seguro, y tú ahí, mezclando sudores...¡Dios!, acabarás como Goldblum en La mosca"

Hoy no he desayunado mis tres onzas de chocolate puro, "70 %", dicen que es mejor cuanto más lo es, que estos son tiempos para descubrir América cuando no has salido de Wisconsin,  me he conformado con el zumo y las cuatro nueces y he cogido una chaquetilla en previsión del frescor de la mañana, aunque no muy convencido, no lo parecía, pero mi piso es como uno de esos hornos...y tal.

Nada más salir me he dado cuenta de que me iba a sobrar, pero he seguido adelante, que luego vuelves atrás y te lo piensas todo dos veces. Enseguida me he encontrado con los últimos de la noche, una cuadrilla de chicos y chicas muy jóvenes que salían riendo de la churrería cargados de bolsas, no tendrían ni veinte años, me ha dado tiempo a ver como un cincuentón pasaba entre ellos con cara de amargado, seguro que pensando en la mierda de juventud y de país, claro que todo es una mierda cuando ya no puedes hacerlo sin parecer Cañita Brava.

No he durado mucho, apenas una hora, el cielo estaba cubierto, y una amanecida así es como un torneo de verano, pero me ha dado tiempo a escuchar un estupendo programa de Radio Clásica, era una reposición sobre Pablo Sorozábal, te contaban su vida intercalada con diferentes músicas de la gente que fue encontrando hasta los treinta años, sus comienzos y tal, ha estado muy bien. Como cierre han contado la anécdota de una ocasión en la que un amigo le preguntó si querría pasar a la sala de disección de los cadáveres, estaban en una Universidad o algo así y aquel era el encargado, o el profesor, o quien leches fuera, no me acuerdo, pero no era cosa de gamberrada tipo Porky´s y tal. "Y por no hacerme menos hombre, por no parecer cobarde, pasé"

Había tres cadáveres, tres cuerpos que nadie había reclamado, pero él sólo se fijó en uno de ellos, el de una putilla con la que se había liado alguna vez poco después de llegar a Bilbao, ciudad de la que echaba pestes por pacata y pueblerina. Y al verla ahí, muerta y violácea, recordó una de las noches en que tocó para ella la música de una canción popular que hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Al terminar han empezado con una reposición de Gerswhin y ha sido lo que me faltaba para regresar a casa. No lo soporto.

En el camino de vuelta he escrito algunos wasap´s al grupo, ya los leerán cuando despierten, eran sobre las chicas de la churrería, tan macizorras todas ellas, y repasando los de anoche he visto otro genial meme de Julio, de nuestro Julio, y pensando en la vida que ha llevado me ha vuelto el dolor de cabeza, y también el del culo, y entonces he recordado que antes de ayer vi con su mujer a quien hace veinte años fue mi compañero de habitación en el hospital, hacía siglos que no los veía, ya están viejos, yo iba en el coche y pasé de saludarles, pero me ha parecido curioso esos dos breves encuentros, el de estos y la vieja bruja, y la aparición de mis dos dolores, como si estuvieran relacionados, como si fuera verdad eso que dicen nuestros gurús de que todo esto, todo lo que nos pasa, no sea más que nuestra proyección, que pese a todo vemos y vivimos lo que queremos ver y vivir...Ná, ha sido cosa de un segundo.

Acabo esto con una aspirina trabajándome el estómago, ella sabe donde tiene que ir, ¿o es que va a todos los sitios?

¿Qué esperas si a las diez y media ya te has fumado lo de las cinco de la tarde?

Pero por lo menos creo que esta vez me ha salido una buena cagada.

Y vuelvo a tener hambre.




sábado, 27 de julio de 2013

ACCIDENTE DEL TREN ALVIA: HUELE A PODRIDO




                                                                               POR PRIEDE


****Última. CADA VEZ HUELE PEOR. ESTO ES MUY FUERTE. ROMPE POR LA MITAD LA VERSIÓN QUE HASTA AHORA NOS ESTABAN CONTANDO

Con todo, cuatro kilómetros no es, ni mucho menos, la distancia límite a partir de la cual habría tenido que frenar para evitar el trágico descarrilamiento. Según informó a LA RAZÓN el secretario general del sindicato de maquinistas Semaf, Juan Jesús García Fraile, el tren siniestrado cuenta con un sistema especial de frenado de emergencia que permitiría, en caso de necesidad extrema, detener el convoy desde los 200 km/h a cero en tan sólo 700 metros de distancia. Aunque se especula con la posibilidad de que el maquinista hubiese accionado el freno de emergencia al percatarse del exceso de velocidad en la aproximación a la curva, el mecanismo, con el que van equipados la mayor parte de los trenes, sólo hubiese frenado el tren y evitado el descarrilamiento de haberse puesto en funcionamiento dentro del túnel que precede a la curva, teniendo así tiempo y distancia suficientes para adecuar la velocidad al giro.

Incluso podría haber tardado un poco más en accionar el freno de emergencia, pues los 700 metros son para detener totalmente el Alvia, y en realidad la curva admite cierto margen de exceso de velocidad. Como ya informó ayer este diario, los trazados de ferrocarril de alta velocidad –la zona del accidente es una zona de transición entre la alta velocidad y las vías convencionales– permiten márgenes de hasta el 50% en algunos casos. De hecho, expertos consultados creen que el tren podría haber tomado la curva a 120 km/h. De forma muy brusca, eso sí, pero sin llegar a descarrilar.

Si no hubiese empleado el sistema de emergencia y tan sólo hubiese usado los frenos normales del tren, la distancia de frenado habría sido, según García Fraile, de 900 metros. «Dudo que no intentase frenar al observar la curva y el exceso de velocidad», asegura el dirigente de Semaf. Además, volvió a incidir en el hecho de que el sistema de seguridad ERTMS –un mecanismo más moderno que el que empleaba el Alvia accidentado y que emplean algunas líneas de AVE– habría evitado el accidente. «El tren se habría frenado mucho antes, pues el ERTMS detiene el convoy automáticamente ante cualquier exceso de velocidad ante el que el maquinista no actúe», señala. Mientras continúan las pesquisas de la investigación para tratar de aclarar las causas que llevaron al tren a tomar una curva limitada a 80 km/h a 190 km/h, ADIF no confirma si el maquinista intentó o no frenar in extremis


http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/3125956/sociedad/700-metros-para-parar-el-tren#.UfPU9qyCCVo

********¿Lo quieren volver loco, o dejar por loco?

El conductor sigue negándose a declarar. El Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela le llamará a declarar antes de mañana, domingo, a las 19.40 horas, cuando se cumple el límite legal de 72 horas para hacerlo.

Fuentes sanitarias han precisado a Efe que el maquinista tiene traumatismo torácico y ha sido visitado en el hospital por su madre, quien también se encuentra enferma. Al conductor se le ha ofrecido en el centro ayuda psicológica, apoyo que ha rechazado.


http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/27/espana/1374913383.html

****Las ganas de confundir aun más: Según confirmaron a ELMUNDO.es fuentes ferroviarias “el problema es que justo a 300 metros de la curva, a la salida de un túnel, se termina este sistema ERMTS y empieza otro más antiguo llamado ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático)”.

Por tanto el servicio automático ERMTS no funcionó antes de esa curVa, puesto que si iba a doscientos kms/h es imposible que en 300 metros, cuando se inicia el sistema ASFA, el tren baje la velocidad a 80 kms/hora.

Añádase que: En el caso concreto del siniestro, EL MUNDO informó este viernes de que la vía tiene una señal a 300 metros antes del lugar del siniestro. En concreto, se trata de un semáforo, que cuando pasó el tren estaba en verde. ¿Qué sucedió entonces? Habrá que esperar al ‘teloc’, la caja negra del tren.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/27/espana/1374913383.html

****El maquinista reconoció que efectivamente iba a 190, pero lo que no se dice es que además añadió esto:

Preguntado por cómo se encuentra el maquinista, García Fraile ha repetido que “está muy afectado, dijo que no sabía exactamente qué es lo que había ocurrido, que no sabe si ha obrado bien o mal. Él bajó y se puso a sacar heridos del tren”

Es decir, que casi con toda probabilidad se vio dentro de una situación incontrolable y actuó de una manera determinada, y que todavía no sabe si fue la correcta. Eso no casa muy bien con el ‘despiste’. ¿Verdad o mentira lo que cuenta el maquinista?

http://www.libertaddigital.com/espana/2013-07-27/el-maquinista-del-tren-de-santiago-no-pasara-este-sabado-a-disposicion-judicial-1276496155/

Otra. No solo dijo que iba a 190 sino “voy a 190 y voy a descarrilar”

http://www.abc.es/local-galicia/20130725/abci-maquinista-conversacion-telefono-tren-201307250541.html

viernes, 26 de julio de 2013

SÍ, SEMOS DIFERENTES, SÍ...




Hay ocasiones en las que no buscas una historia que contar, es ella quien te encuentra, quien se apodera de ti sin avisar, sin motivo aparente. ¿Qué ha sido? ¿eso que has escuchado o aquello que has visto? ¿o ese olor tan...? Sin saber como ni porqué empiezas a mezclar las cosas, a tirar del hilo, mejor; y mentalmente ya tienes el trabajo hecho en su mayor parte: sólo queda pulirlo y ordenarlo. No importa que estés rellenando las cámaras, o sirviendo copas, o navegando en la Red, o hablando con algún cliente...No importa nada más que lo que está calentando tu líquido encefalorraquídeo hasta casi llevarlo a la ebullición. El resto son cosas mecánicas que tu parte mona se basta y se sobra para conducirlas entre sus amplios márgenes. Sólo tienes que cuidar de lo inestable.

Hace mucho tiempo que no escribo de otra manera, que no tiro de memoria, y menos aún de fantasía, creo que todavía está por llegar la primera vez, carezco de ella, no sabría qué hacer con ella. La memoria es otra cosa, no es que tenga superabundancia de ella ni que dé para más que para contar lo mil veces contado antes que yo, pero sé como manipularla, como hacerla atractiva para quienes ya no piden demasiado, algunas de mis historias más celebradas han venido de ella. Es fácil, demasiado fácil. Y mi pasado me importa un güevo.

Prefiero contar de los días que puedo recordar lo que comí.

Como por ejemplo antes de ayer, miércoles. Comí arroz. Otra vez.

Era media tarde, apenas faltaban dos horas para acabar mi turno cuando de golpe y porrazo me pasó lo del principio, y además muy intensamente, con mucha claridad, tal que si solamente hiciera falta una pequeña incisión en mi cabeza para extraerla, puede que hasta encuadernada. Todo casaba, esto me llevaba a eso y este allí; y no acababa aquí la cosa: casi que tenía hasta las palabras, las jodidas frases, los puntos y las comas, los silencios...Todo.

Increíblemente fácil y bueno.

Decidí tomarme una copa sin hacer mucho caso a la baliza de mi experiencia, beber como lo hago yo no es bueno para casi nada, pero eran las siete y pico, me iba a las ocho, "bah...", un gintonic, algunas anotaciones, nada expreso, sólo lo fundamental, las ideas, que no se me olvidaran, lo demás ya estaba en su sitio como crucigrama de Mambrino resuelto, "joderrr...va a salirme realmente bien..." Me eché otro, lo apuré a menos diez, daba tiempo para un tercero, pero eso ya sería demasiado, había cogido el punto. Lo tenía.

Y acordándome del consejo de un buen amigo y su alabanza al vino eché una botella de tinto frío en la bolsa, "por si..."

Llegué a casa con el piloto automático, ni quité a los Sabbath de lo concentrado que iba, eché una buena cagada, me refresqué, me puse cómodo, encendí el ordenador, quité el celofán del puro y...abrí la botella de vino.

Por un momento, quizá dos, puede que hasta tres, me lo pensé: "Estás bien, comiste un poco a las dos, si ahora te bebes eso...puede que la jodas" Me serví el vaso más grande que tengo hasta arriba.

Empecé bien, pero no tardé mucho en atrancarme, mala señal, más vino, más humo, estaba dándome cuenta de que la cosa no iba, que se me estaba yendo, me mosqueé, bebí más, tiré de cigarrillos, "se me va...se me va..." Y lo acabé bastante borracho.

Tenía hambre, agarré media sandía del frigorífico y me la comí a bocaos, "tengo más hambre", me vestí y salí a la calle, fui al bar de los hijos de un amigo muerto hace un año, no había vuelto desde entonces, no había nadie, reconocí al que conocía, el otro que estaba era su hermano, me lo dijo después cuando se sentó conmigo en la terraza, no le dije nada de su padre, él tampoco, pero los dos no podíamos pensar en otra cosa. Era un tanto incómodo. Los hijos no están cómodos con los amigos de su padre muerto muy antes de tiempo.

Me prepararon un buen bocadillo y me bebí tres jarras de cerveza y dos whiskies con cocacola.

Y regresé a casa peor de lo que había salido.

Encendí el ordenador y vi lo del tren, no le hice mucho caso, pasé por el blog de un amigo y monté el espectáculo con uno de sus participantes, estaba cabreado, muy cabreado. Poco después me fui a la cama y miré los wasaps del grupo antes de dormirme, estaban con lo del accidente, ya iban no sé cuantos muertos, "Lástima de gente" escribí. Y me dormí.

El despertar fue el esperado, tiré de ibuprofenos, me duché y me preparé algo para comer, tenía un hambre negra, me hubiera comido cualquier cosa. Pero gracias a Dios apenas había nada en la nevera, así que pelé un par de tomates, les eché una latilla de atún en aceite y los devoré con unas rebanadas de pan integral, al igual que hice con dos huevos duros y un poco de sal. Zumo de naranja con miel y limón, un agualimón bicarbonatado de dos litros para pasar la tarde y pá el bar.

Justo antes de irme recordé que había escrito algo, lo miré y tardé cero coma en meterlo a la nevera. "Gilipollas" Ya van unos cuantos.

No pasé muy mal el mediodía, el buen desayuno estaba ayudando lo suyo, y al terminar la hora de los cafés de la tarde me conecté a Internet para mirar lo del tren, por supuesto en ningún periódico de los mass-mierda, prefiero los foros, ahora que todavía son libres.

Uno puede apartarse de la mierda, pero no dejará de saber que la mierda existe: nunca estarás a salvo.

Algunos enlazaban los titulares de los grandes, sus últimas noticias y todo eso, no con la idea de darle márchamo de veracidad, al contrario, la inmensa mayoría lo hacía con el ánimo indignado, que la gente que corre por la Red lo hace huyendo de algo, y de verdad...para vomitar. Y lo del ABC...me callo.

Vi la foto del maquinista, "tiene cara de rojo" le dije a un amigo, y casi que pensé más en él que en los muertos: "hoy no hay nadie en este mundo que esté peor que este"

En menos que canta un Nokia ya habían resuelto el caso: "Mirad aquí: este es"

Esta mañana, a última hora, ha llegado al bar uno de mis mejores clientes, un amiguete rojeras que es ferroviario, venía de trabajar, "una cerveza helá, Kufisto".

Estaba fumándome un pito en la puerta y ha salido él para hacer lo mismo, ha vuelto al vicio después de estar dos años limpio, fue a un brujo, bueno, psicólogo, o parapsicólogo, o no se qué mierdas, el tratamiento consistió en estar un par de horas totalmente a oscuras tumbado sobre una camilla con unas piedras en diferentes lugares del cuerpo, eso y un par de sesiones previas en plan comeollas, "el fumar es algo físico", ¿o era psicológico?, ya no me acuerdo, pero le resultó.

- "Qué calor"
- "Joder...qué ganas tengo de que llegue octubre"
- "Sí...pues allí en B no veas, algo ya insoportable"
- "Pues será el puto infierno"
- "Casi"
- "Y decían que no iba a haber verano"
- "Los franceses, que son mu listos"
- "Ya..."

Hemos echado unas caladas en silencio. He tenido la misma sensación que la otra noche.

- "¿Y lo del tren...?"

Yo quería preguntarle y él contármelo.

Y ha empezado a hablar así como corre el agua después de un corte en el suministro. No hay más sindicato nacional que el de la RENFE. En verdad, son como una familia: para lo bueno y para lo malo.

- "Mira...Kufisto...anoche estuve cenando con cinco maquinistas...eso ha sido un error humano...ese hombre no se ha dado cuenta...se ha despistado. Viene de un tramo de alta velocidad, todo eso funciona con balizas, unos chismes accionan unos botones en la cabina que tienes que pulsar, señales luminosas y acústicas, para prevenir lo de hombre muerto. Puede que lo llamaran por el móvil (sí, el móvil) o que fuera pensando en otra cosa, a veces pasa, ¿no le pasa al viajante que lleva diez años haciendo el mismo trayecto y llega un día y se salta el primer stop y se mata? El problema ha sido que en ese tramo las balizas no funcionan, están desconectadas, cosas de inaugurar rápido las cosas, que no se terminan de hacer...El jefe de estación le da la hoja de ruta del trayecto, la lleva delante, del tal kilómetro a tal kilómetro a tal velocidad, y así. Todo está detallado. Este hombre se despistó, por la razón que fuera, y no se dio cuenta de que había llegado a la zona donde el pilotaje pasa a ser manual, nada más. Eso es lo que ha pasado. El despiste y las cosas a medio hacer. Lo había hecho cientos de veces, no ha sido una sorpresa ni nada de eso, sabía que era así...porque lo habían dejado así"

Y yo, que por mis venas también circula mucha sangre ferroviaria, le creo.

Eso es lo que ha pasado.

Que esto es España.

Nada más.

sábado, 20 de julio de 2013

DE BROCHAZOS Y PINCELONES




La verdad es que no había pensado pasar por allí, suelo evitar la calle que te lleva, cosas de mujeres, pero todavía estaba un tanto aturdido por el rato echado mirando a la luna mientras escuchaba la música de Vértigo, han habido momentos en los que me parecía particularmente siniestra, no sé, como si no estuviera tan lejos. También las nubecillas que de vez en cuando la ocultaban parecían muy cercanas, como volutas del humo de un cigarrillo, quizá el anterior, apenas tardaban segundos en cruzar la luna de parte a parte, "el espejo del sol" me he dicho. Somos mejores de lo que nos parecemos.

Viendo que la calle de regreso estaba bastante concurrida de vecinos tomando el fresco he decidido desviarme en el último momento, de hecho he desandando cuatro o cinco pasos, casi maquinalmente, a veces es tu cuerpo quien lleva a la cabeza, casi ni he visto a los dos únicos viejos que estaban sentados en su puerta, sólo la luz de las farolas y la de algún que otro coche que se acercaba, nada más. Sólo me fijaba en la luz.

Hasta que he salido a la iglesia.

Al otro lado de la calle había un tío pintando a brochazos un cuadro de esa mole vista desde atrás, su lado derecho, la calzada y las casas de la otra acera, un gran árbol, por ahí iba cuando he llegado. Y allí me he quedado de pie derecho hasta que lo ha terminado una media hora después.

Era un hombre de cuarenta y tantos años, medio calvo, con gafas, en pantalón corto y camiseta, nada excepcional, pero no así lo que estaba haciendo, esto no es Madrid, aquí no es normal ver a un tío pintando en la calle, y por esta razón la gente que por allí andaba se paraba a echarle un vistazo: viejos, viejas, parejas, familias enteras, chiquillos, algunos jóvenes, todos se acercaban lo más que podían y un ratito después se iban, no aguantaban mucho, después de todo estaban viendo pintar algo que podían tocar cruzando la calle, si no fuera por lo extraño de la circunstancia ni siquiera se habrían parado a contemplar ese cuadro.

Casi me había convencido de comprárselo, "como regalo de cumpleaños, sí...esto lo compré cuando estaba a punto de cumplir los cuarenta...sí...¿cuanto pedirá?...es grande, lo menos un metro y pico por...100 euros, sí: oye, me gusta el cuadro, ¿cuanto pides por él?, eso es mucho, te doy 60...bueno, vale, 100, ni uno más, ¿de acuerdo? espérame veinte minutos, voy a casa a por la pasta..."

Por esto me he acercado al ver que lo quitaba del caballete para darle una mano a los márgenes, me ha gustado su forma de hacerlo, sin muchos miramientos, ya sólo estábamos tres o cuatro viejos y yo, "no creo que estos vayan a pujar", Vértigo estaba acabando casi al mismo tiempo que el artista, aunque hacía rato que no la escuchaba...Y justo al terminar, no habían pasado ni diez segundos desde que me había quitado los cascos, el pintor le ha dado el último toque a su obra y casi como el que tira un paquete de tabaco ha hecho lo mismo con el cuadro, pom pom, ha rebotado en el suelo. Me ha encantado.

Estaba a punto de abrir la boca, pensando en como decírselo, cuando he oído como un viejo le decía a otro no sé qué de la noche de la pintura en la calle.

- "Ah...¿pero es hoy eso?" le he preguntado con una voz que me ha incitado a recordar a Ctulhu.
- "Sí, están por todas partes..."

El pintor estaba de rodillas dándole los últimos brochazos, ya no pintaba, era como algo para abrillantarlo, no sé, no tengo ni puta idea de pintura, no tengo ni puta idea de nada, después ha vuelto a colgarlo en el caballete y resultaba magnífico, de verdad, "me parece que no va a haber regalo...", se ha iniciado la conversación, era de Málaga, "mucho gasto...viaje, hotel, material...somos 70 participantes, hay gente muy buena, a las dos recogen todos los trabajos, se quedan once y los exponen durante algún tiempo..."

- "Pues no sé como serán los demás -por fin me he atrevido a decir- pero el tuyo está de puta madre" siempre los tacos, que no falten.
- "Gracias"
- "No, gracias a ti por un rato tan agradable" ¿agradable?
- "..."
- "Suerte"
- "Gracias"

Sí, a la vuelta de la iglesia estaban unos cuantos recreando su fachada, me he parado en todos, en el viejo blandengue que todavía andaba con el carboncillo, "este no lo acaba ni para el día de la Virgen", en un chico joven que estaba pintando como un novato, parecía apurado, creo que la tía que enseñaba pierna era su novia, había una cuarentona al fondo, me ha parecido como si pintara para no ensuciar, detrás de ella estaba uno con cara de guarro, las manos en los bolsillos y tal, todo aquello no valía una mierda, todo eran líneas y más líneas, formas geométricas, como aquellas cartillas para colorear de cuando éramos chicos...No tengo ni puta idea, pero reconozco lo bueno.

Un poco más adelante, en dirección a la plaza, me he encontrado a unos cuantos trabajando casi a oscuras, más tías que tíos, nada que te retuviera cinco segundos. He pasado de la plaza y su muchedumbre, casi me atropella una pareja de pijos treintañeros subidos en dos de esos chismes motorizados que introdujo Marichalar en sus paseos por las tiendas de Serrano, me he quedado loco, ¿se puede ser tan gilipollas?, ¿como puede haber gente así?...Había más personal pintando antes de llegar a la iglesia más cercana a la zona cero, también mucha más gente, pero no me importaba, si no me habían importado ese par de capullos no iban a hacerlo estos, además que yo venía de ver una luna rara y un cuadro bueno.

No he hallado rastro de los que nos había dicho el artista, tan humilde, y sí muchos con aspecto de pintor. Había uno con todo el equipo, un sesentón, más me he fijado en él que en lo que estaba pintando, era como si estuviera buscando a Wally, como si estuviera cagándose vivo, no sé, era incómodo de mirar; un poco más allá estaba un melenas un tanto desastrao, un chico joven, parecía nuevo, pero al menos estaba intentándolo con mi casa preferida del pueblo, una señorial que hace mucho vivió sus buenos tiempos, es simétrica, perfecta, siempre la miro cuando paso por allí, estaba pintándola sobre una pequeña tabla circular, con la perspectiva en consonancia a la forma, resultaba interesante, pero no mucho más.

Y por último he visto a la última de todas, una niña acompañada por su madre y su abuela que también se había decidido por la misma casa, tenía un maletín al lado con tubitos de diferentes colores perfectamente ordenados, limpitos. Ella miraba el objetivo a través de sus gafas y daba pequeñas pinceladas, concentrada, despacito, no he tardado mucho en irme, no quería molestarla, aunque he esperado hasta que se han ido cuatro perroflautas rientes, cosa de poco, estos imbéciles sólo viven para reír, la abuela ha respirado aliviada al verlos marchar y me ha mirado sonriendo...

El mejor, el único, el primero.

Se trata de pintar, no de dibujar, que ya somos muy grandes.

Y es que un brochazo bien dao dice más que mil pinceladas.


Hoy no me puedo resistir a poner esto...

lunes, 15 de julio de 2013

DON QUIJOTE HA MUERTO



El sueño estaba venciéndome sin haberle llamado, agradable derrota si no estás conduciendo o a punto de palmarla por el frío, pero justo cuando la cuenta andaba por el ocho, casi viéndome sonreír de gusto, he ido a caer en la idea de que no sería buena hacerlo ahí, en ese sofá, en el que me tumbo durante los meses de calor, el que está en la línea de tiro del aire acondicionado, nuestro John Wayne. Pero al igual que en Liberty Valance es mejor no sentirlo directamente, aunque no tanto como saber que está lo suficientemente cerca, por lo que me he trasladado al de invierno casi sin luchar para seguir en la lona de tan convencido como estaba del k.o.

Tan así de claro lo tenía que le he echado un último vistazo al ordenador, otro que estaba a punto de caramelo, ya había cerrado su ojo y poco faltaba para que dejaran de sonar sus tripas, el calor nos puede a todos, y más si corre el aire. Y la amenaza de mi resfriado nos ha jodido la siesta a los dos.

¡¡¡BÁRCENAS ESTÁ TIRANDO DE LA MANTA!!!

Mi sueño se ha ido a su rincón y allí sigue, esperando el asalto de la noche que seguro le costará más que el del mediodía, tan extraño para quien está acostumbrado a hacer las digestiones mientras sirve los cafés de los demás.

Recuerdo que cuando yo era pequeño y leía cosas de los Harlem Globber Trotters creía que eran unos tíos que las metían todas, sin fallo, así que cuando vinieron a España para jugar algunas exhibiciones y vi que fallaban casi tanto como los demás se me cayó el alma a los pies, aunque para esas alturas ya no estaba donde empezó, ahora creo que andará cerca del centro de la Tierra, si no de Kuala Lumpur.

Quiero decir que no me creo ná.

El personal estaba bastante excitado, entusiasmado ante la visión de la inminente rueda de prensa de Rajoy, me vino a la cabeza un chiste que ayer leí por ahí: "¿Como se llama la película?", "Tiburones asesinos", "¿Y de qué va?", "De un caballo que aprende a cocinar"

El paralelepípedo de prensa transcurrió según lo previsto por cualquiera que tengo dedo y medio de frente, es decir: blablablá, blablablá, blablablá...ayer, hoy y mañana...blablablá, blablablá, blablablá...ayer, hoy y mañana...

Habló bien, que hubiera dicho mi abuela, y es que un hombre con himno, traje, corbata y micrófono puede hacer que un camello pase por el ojo de una aguja, allí nadie protestó ni hizo nada, no como en la Red, que parecía como si las palabras estuvieran escritas con escupitajos, qué sofocación, hasta yo empecé a sentirme mal, un tanto descompuesto, desnivelado, desequilibrado...De estar a las puertas del cielo había caído hasta las del Chíspate aquí un domingo a las seis de la mañana.

Aquello terminó, se fue sonriendo con el polaco y los demás se quedaron igual o incluso peor, al borde del paroxismo, ¡¡¡HIJOPUTAAAAA!!!, alguno habrá que haya echado la tarde mirando el ordenador como si tuviera la culpa de todo lo que le pasa y lo que no.

Yo me levanté, fui a mear y al verme la cara en el espejo pensé que Rajoy a mi lao se había ido con la de Jordi Hurtado.

Lo que hace ver la mala leche ajena.

Salí a andar y subí y bajé todo lo que un hombre puede subir y bajar con sus piernas en estas tierras. Hacía años desde la última vez.

País de ciegos, lazarillos y Dómines Cabras.

EL TIEMPO MUERTO




La noche del pasado sábado, una vez que decidí dar por finalizada a lo Dogs la anterior entrada (a veces uno encuentra excusas sin buscarlas, como si ya fuera creándolas inconscientemente), determiné salir a pasear con la idea de aminorar el considerable globo que, sabiendo el como pero no el porqué, inflé con la ayuda de ocho cubalibres y dos brevas de Guajiro: estaba demasiado borracho para seguir escribiendo pero no para andar. Devoré media barra de chorizo con pan del jueves (creo) y salí a la calle fumando el enésimo cigarrillo del día.

A punto estuve de sentarme en la primera terraza que encontré, no llevaba ni tres minutos andando, pero dio la casualidad de que su único cliente era un conocido capullo, un tío contrahecho y con el alma en consonancia, y por no estar cerca pasé de lejos, aunque no sin antes saludarnos en la distancia. Cosas de los pueblos.

Pensé en llamar a los colegas, un par de rayas darían para ocho copas más, ayer y mañana son palabras que no significan nada cuando estás así, pero todavía no lo estaba suficientemente, aparte que apenas llevaba dinero e iba vestido como el viejo que sale a tomar el fresco a la puerta de su casa. Por un momento me vino a la cabeza la idea de regresar a la mía, cambiarme, coger pasta y coche y no dejar ni la muestra en mi caja de Pandora. Pero no lo hice, aunque varias veces durante las casi dos horas que estuve caminando tuve la tentación.

Casi al final del trayecto me topé con una procesión. Me la encontré de golpe, al doblar una esquina, ni siquiera había oído sus cánticos, iba con los auriculares, me los quité un tanto sorprendido, alucinado, "¿qué es esto?", me acerqué a la imagen de la esquina donde aguardaban algunos curiosos, no muchos, me persigné y le pregunté a un carapadre que estaba con su mujer, "¿de qué va esto?" Bueno, no son formas, de acuerdo, y si ya no estaba como salí tampoco como cuando desperté, puede que el aliento me oliera a infierno, no sé, pero el caso es que el tío respondió de una manera que no me gustó mucho, casi sin mirarme, como evitándome, dijo algo de una Adoración Nocturna, una Celebración, enseguida llegó la cabecera de la manifestación enarbolando banderas blancas con algo pintado en ellas, todos cantaban algo que no llegué a entender, me extrañó no ver al alcalde en primera fila, "qué raro", poco después apareció el cura vestido de blanco, llevaba algo en las manos, se dirigió hacia la cancela abierta que guarda la imagen callejera y todos pararon y callaron, yo me hice a un lado como el resto y miré a ver qué pasaba.

No tardó mucho, ni siquiera un minuto, qué va, y no sé qué dijo o si llegó a decirlo, sólo que se plantó ante unos cirios rojos que iluminaban el quicio de la puerta y movió la reliquia que llevaba entre sus manos, o eso quiero recordar, después regresaron los cánticos y reanudaron su marcha a una de las altas, la calle no estaba cortada, y viendo pasar al personal di con el señor alcalde en la parte trasera del menguado pelotón, este es otro de los que su abuela le dijo "tú, hijo mío, ni delante ni atrás: en el medio" Y ni te cuento si la cosa es un sábado por la noche y no han desviado el tráfico.

Seguí mi camino hacia nuestro bar, "quizá haya que echarles una mano", otra buena excusa para echarte un par de ellos sin que tu hermano te mire mal, pero sentía curiosidad por ver como acababa aquello, así que rodeé la manzana y cual no sería mi sorpresa al no encontrar ni rastro. Palabra. Era como si hubiese sido un sueño. Me quité los cascos y localicé los cánticos, venían de la iglesia de atrás, del colegio donde estudié, y apretando el paso hacia allá me dirigí.

Y allí estaban, la procesión había sido cosa de una vuelta a la manzana, como cuando éramos chicos y apostábamos a ver quien la corría en menos tiempo según el cronómetro digital Casio que algún padre le había regalado a algún hijo por algún acontecimiento, aquello era la hostia, ¡como molaba ver los números corriendo hasta perder su forma!, recuerdo que cuando tuve el mío había noches que me entretenía parándolo en un registro determinado, normalmente el récord del mundo de los cien metros lisos, 9´93, me acuerdo bien, Calvin Smith...A veces lo conseguía. Aunque casi siempre me quedaba corto.

La cabecera estaba empezando a entrar a la iglesia cuando llegué, vi a un antiguo compañero de estudios sentado junto a su madre en el primer banco disponible y me senté junto a él, dije algo y su vieja se levantó sin mirarme para acercarse un poco más hacía la banderolada, noté un tanto incómodo a mi amigo, el mismo que el otro día me confesó su preocupación por haberse comido ya "medio gorrino", es decir, ya tiene 40, está de maestro en el mismo sitio en el que estudió, su mujer le ha regalado un viaje en Ferrari en un circuito de Madrid, no sé qué tiene que ver lo uno con lo otro pero no es el único, tiene dos chicos, chicas, creo, últimamente no nacen más que chicas, tampoco sé qué cojones pasa con esto.

Y viendo el panorama me fui para el bar: aquello sigue sin ser para mi.

Bastó un vistazo de mi hermano y ver que aún no había mucha gente para que diera media vuelta, no sin antes rechazar un par de invitaciones. Llegué a casa, pasé al dormitorio, me quedé en pelotas, puse el ventilador, abría la ventana y me dormí en menos de lo que tarda un cura en hacer su paripé.

No desperté mal, es lo bueno de beber alcohol sin adulterar, y salvé la mañana dominical como aliñan los toreros sus faenas agosteñas en los pueblos de la España que ya procesiona de cualquier manera. Pero al llegar la hora de los cafés me sentí realmente cansado: la tarde iba a hacérseme larga.

Llegó un amigo y echamos la media tarde viendo el Tour, cada vez sale menos gente los domingos, mejor una buena borrachera que dos medias, no hace tanto que incluso había para cocaína con la que mitigar los daños colaterales y seguir tirando, aunque sea lanzando bombas atómicas, pero los buenos tiempos de los demás pasaron a mejor vida, la mierda ya es para todos, algunos acabarán volviendo al pegamento, sino están ya con él. Y es que no hay nada como el primer amor. Otra cosa es que seas tan cenutrio como para creer que todo puede ser como entonces.

Como el que vino después con su hermana, un ser brutal que está medio loco y del que fui amigo hace 25 años, después cada uno se maleó a su manera y no hemos tenido más contacto que las contadas ocasiones en las que viene a nuestro bar.

No, no me gusta re-encontrarme con quienes empecé en el rollo. Ni con los que vinieron y se fueron después.

No sé si es que siempre va puesto o es que directamente ya es así, como si tuviera una loncha atravesada permanente en la napia. La cosa es que da la impresión de estar a punto de pillar su butaca para ver el combate del siglo de los pesos pesados, lo que unido a que parece uno de ellos hace que no sepas por donde cogerlo, en el caso que seas tan estúpido como para intentarlo. Lo mejor es dejarlo, ya se irá. Nada dura tanto, aunque sí lo suficiente como para tener que tragarte "de buen rollo" sus gilipolleces entre los tiempos muertos que dejaba mientras discutía con su hermana, una que hace poco de su entrada en la cueva y por ello resulta todavía más ridícula cuando sale de ella. Tiempos Modernos, que diría Chaplin, ese saco de mierda.

Se fueron al terminar su primera copa, casi tuve que darle un abrazo, "¡¡¡SIGUES IGUAL, KUFISTOOO!!!", la madre que me parió...

Mi amigo empezó a notar los efectos del alcohol y le dio por recordar cuando se iba de vacaciones a la costa con los que tenía entonces, hará cosa de veinte años, "una vez me follé a una alemana...no veas como gritaba...aunque uno nunca sabe...pero sí, esa sí..." Claro que la noche anterior se había hecho una paja en la hamaca que tiene en el patio mientras su anciana madre tomaba el fresco con las vecinas.

Yo ya no hacía más que mirar el reloj de la pared, es de manecillas, por lo que el tiempo se va más despacio, tanto que hay tardes en las que no le quito ojo con la esperanza de pillarle en un renuncio. Por cabrón.

Tengo que cambiarlo por un cronómetro que sólo marque las centésimas.

Uno de bolsillo, sí. Y mejor con el botón de stop roto.

Ya no lo necesito.

sábado, 13 de julio de 2013

XXX




No es muy normal encontrarte cerrada la puerta del patio comunitario de tu casa; piso, mejor dicho, quise casa pero fue piso, ocho años va a hacer ya, aunque antes cumpliré los cuarenta. Cua-ren-ta. Cua-cua. Ni sé si está bien silabeada...

"¡¿Coño?!"

No había manera, era cosa del pestillo, no se iba para atrás, intenté hacerlo ir hacia delante con una llave, pero más con la sensación de por si alguien me estaba viendo que ninguna otra cosa, no soy muy bueno arreglando cosas hechas por otros, la verdad es que me pasa lo mismo que con ellos, así que al acordarme de la cochera dejé de hacer lo que no sabía, "Yo, señora mía, soy así: si no salgo por lera, salgo por cagalera" Pensé en la curiosa coincidencia de que me pasara eso el primer día que lo hago a la calle con mi viejo mp3 desde que tengo a Samsung Galaxy (quien, por cierto, anda recibiendo los últimos electro-shocks), escuchando la misma canción que abría mis paseos.

Y subí arriba a por la llave del coche.

No me sorprendí cuando vi a dos vecinos hablando en el subterráneo, dos viejos, a veces pienso que echan más horas ahí que en sus casas, sobretodo uno de ellos, uno que se parece a la criatura del Jovencito Frankenstein pero ya de mayor, hasta el nardo, creo que ha transformado en despacho su trastero, sí, que lo he visto muchas veces, deja la puerta abierta mientras está, todo lleno de catapacios, de esos antiguos, de cuando los Boney M, sí...Todavía no sé como es su mujer.

- "Hola, buenos días..."
- "Hola"
- "Ehhhh...la puerta de la calle no se abre..."

Tenía que decirlo, el otro es el presidente de nuestro bloque, una vez pasó chispao a nuestro bar y fue bastante triste para mi, y no es que diera el show, qué va, sólo que a uno le cuesta tomarse como normales ciertas cosas. Y eso contando que era Navidad y por entonces yo andaba en plan livinlasvegas...

- "A ver si vas a ser como mi mujer..." ha dicho la Criatura.
- "¿Eh?"
- "Si...La puerta está bien, sólo hay que meter bien la llave...El otro día me protestaron los rumanos del...que no podían abrir, que si estaba mal la cerradura y el botón eléctrico para salir...Llegué yo y les dije: mira, así, y mira otra vez, así...¡Qué par de gilipollas!"

Estaba llamándome gilipollas.

Mi presidente, habiéndome visto hacer el gesto que señalaba a NUESTRA puerta y no la COMUNITARIA, que uno es más mono que nada si está entre extraños (es decir, la mayoría), enseguida ha salido al quite, tal vez pensando vaasoltarleunahostiaencerocoma...no por nada hubo noches que tuvo que abrirme la puerta por el telefonillo: "oiiiiee, tíiooo, ábremeee que no puerllll..." Y eso de lo que me acuerdo.

- "No, si dice la nuestra, la de nuestro bloque..."
- "Síii..." he dicho yo mirando al otro. Menos mal que sólo llevaba media hora despierto.
- "¡Ahhh...bueno...!"

Ni me he enterado de Since I´ve been loving you hasta que Plant me ha cogido por las solapas al final de la canción, "¡just one more!...¡¡¡AAAAAHHHHHHHH!!!", la nota más alta de su carrera y tal..."Tendría que haberle dicho si estaba llamándome gilipollas..."

Uno está acostumbrado a levantarse con el sol hasta que este deja de ponerse, porque en La Mancha, de mediados de junio a los mismos de agosto, no se pone nunca, me río yo de los finlandeses y sus días sin noches, como si ver porno fuera lo mismo que echar un polvo, y casi que te duermes cuando te levantabas, y entonces todo cambia, todo es diferente, los biorritmos y tal, hubo uno el otro día que me contó su deseo de vivir siempre en primavera, a lo Rosselini, aunque claro está que no le puse el ejemplo, pesa ciento cincuenta kilos, es camionero, toca la guitarra eléctrica donde lo llaman cuando falta el titular y es un gran amante de las tragaperras, mejor mudo, "ver, oír y callar", dicho de camareros. Pero yo soy escritor, así que no peco.

Entré al parque e hice cuentas, "tengo tiempo para dos...tres vueltas", eran las once y era mejor hacerlo así, además que hacía mucho tiempo desde la última vez que lo hice por dentro, más que la misma salida con el mp3, supongo que ha ayudado lo suyo, hacer lo de antes con lo de ahora es como jugar al ajedrez con guantes de boxeador.

Siempre he hecho el parque al contrario de las agujas del reloj. Siempre. Por dentro, antes, y por su mitad de fuera, ahora. Y no es por ir a la contra y tal, por kurcobein, por jeimsdin y la puta que parió a todos los incomprendiditos del mundo, no...sólo que es lo natural: el sendero de la entrada te lleva a derechas. Será porque se hizo cuando Franco y Satán.

La cosa iba bastante bien, he recordado que encima del Since... estaba el Dogs de los Pink Floyd, no la llevo en el teléfono, me encanta toda ella pero más aún su final, tan seco que no te lo crees hasta que lo confirmas por otro lao, "¿pero de verdad acaba así la canción?", recuerdo que tuve que mirarlo en Youtube para dar fe...Hasta que justo a la mitad del recorrido han aparecido un sinfín de caretos en dirección contraria, dos o tres, no más, pero la sola idea de volver a verlos ha conseguido sacarme del camino en la siguiente entrada. A casa. Y he entrado como si fuera un coche. Yo era de los que empezaban el Bollycao por la parte que tenía menos chocolate.

Y después en el bar

jueves, 11 de julio de 2013

DIZZY




Al principio creí que era cualquier otra cosa, un ratoncillo, un...yo qué sé. Pero se trataba de un pájaro, un gorrión, tuve que tocarlo para cerciorarme, pensé en un caracol cuando ya estaba agachado a pocos centímetros de él, era de noche y la luz de la farola más cercana apenas alumbraba para diferenciar una cosa de la otra, o puede que sea mi vista, jamás ha sido de águila. Para nada, oyesss...

Apenas reaccionó al ponerle el dedo encima, no sin cierto melindre, nunca me he fiado mucho de lo encontrado en la calle, pero no se movió, parecía como si estuviera muerto de pie; le di otra vez y a la tercera o cuarta se hizo torpemente hacia la pared de la casa, más corriendo que volando, me incorporé y me quedé mirándolo un rato, también le eché un vistazo a la calle, no vi a nadie a pesar de que apenas eran las diez y pico, le quité el tapón a la botella de agua que siempre sale conmigo a pasear, lo llené y se lo dejé a un par de palmos, quizá tuviera sed, era tan pequeño y hacía tanto calor...

Estaba cerca de donde iba, ni treinta metros me separaban de una pequeña placita lindante a una iglesia en la que me fumo el cigarrillo cuando salgo por la noche. Me senté en el primer banco, uno al que apenas separan tres metros de una casa, y pensé lo raro que era hacerlo precisamente ahí, tan cerca de alguien aunque estuviera oculto, más aún cuando el resto estaban desocupados, bueno, salvo dos de enfrente que sentaban a un pureta y a una pareja de viejos. No había acabado de liar el cigarrillo cuando vi que ya se habían ido, "mejor" pensé, quizá ellos pensaron lo mismo, después de todo el extraño era yo, y en fin, hay tanto malo...Si fuéramos con un cartel colgando, una pizarrita de esas, "acabo de darle el tapón de mi botella de agua a un gorrioncillo perdido y sediento. Ahora la llevo al aire, con el riesgo que ello conlleva. Todo sea por..." Yo qué sé.

Empezó a sonar el "Dazed and confused", versión en directo, veintitantos minutos, de hecho había puesto el disco entero al poco de salir, cosa rara, me acordé de la rubia que paseaba a un par de perritos, una cuarentona de buenas carnes con casi todas las papeletas gastadas, yo estaba meándome vivo, en serio, es lo que pasa si te comes dos kilos de sandía, y  pese a andar casi junto al descampado me corté de hacerme a un lado para adentrarme en la penumbra poligonera, así que apreté el pasó para dejarla lo suficientemente atrás, aunque ni miré, la cosa ya era insoportable, lo hice tras unos matorrales, algo estúpido, ya no se veía una mierda, pero la costumbre es así, estúpida, que parece que no haces nada si no lo haces como siempre. Me dio tiempo a fantasear que ella llegaba por detrás, con sus perroratas, "hola, cariño...déjame ver lo que tienes ahí..." Me cambié de acera al verla regresar por donde había venido.

No había llegado a fumar la mitad cuando me levanté para irme, no cogía el punto, todo estaba demasiado cerca, me había equivocado al elegir, ya no había remedio ¿Cómo era aquel dicho ruso? "quien pierde un segundo, pierde una eternidad" Los rusos son andaluces sin sol.

Estaba a punto de reanudar el camino cuando al coger la botella de agua me acordé del gorrión, "a ver si se la ha bebido", fui a verle y comprobé que no se había movido de su sitio, estaba igual que al encontrarlo, sólo que un poco más allá, al menos ya no corría peligro de ser pisado, pero uno salvado no te asegura llegar a viejo, sólo al siguiente, que no es poco, nada lo es mientras andamos por aquí, esperando tanto como los negros que ven Algeciras a lo lejos, aunque eso sea algo que va curándose con la enfermedad.

No la había tocado, el tapón estaba hasta el borde, "¿qué coño le pasa a este gilipollas? ¿habrá visto Agorrión, la cólera de Horus?..." Pensé en los gatos callejeros, en los perros, si es que todavía queda alguno suelto, en los canis, en las chonis, en los múltiples hijoputas que pueblan el basto mundo, y no es errata, llegué a considerar peligrosas hasta a las lagartijas, desaparecidas hasta ayer, el otro día me lo preguntaba, "¿donde cojones están?", como las abejas, o eso dicen, es el Apocalipsis por la falta de bichos, el caso es que venga ya, que algunos parecen desearlo más que ninguna otra cosa, a tal extremo nos ha llevado el exceso de comodidad y tiempo libre.

En fin, que temiendo se liara a darse cocotazos con la pared lo atrapé como si fuera una hormiga, que ya es triste en un pájaro, y lo puse sobre una rama de un árbol cercano.

No tardé dos minutos en regresar para llevármelo a casa. "Este es capaz de dejarse comer por una oruga moribunda"

Creo que unas chiquejas se dieron cuenta, tuve esa impresión al pasar por la otra acera, pero estaba tan concentrado en salvar al pájaro tonto que no eché cuentas, aparte que Jimmy ya andaba por la sección "satánica", la del arco de violín. Apreté el paso como si estuviera cagándome y encomendándome a todos los santos pedí porque le permitieran llegar vivo a mi casa.

Me fijé por primera vez en su cara al subir en el ascensor, la tenía de viejo a pesar de ser muy joven, como esa rara enfermedad, luego pensé que todos los pájaros tienen cara de viejos, de siesos, de sobraetes, será cosa del pico y de volar por encima de todo el resto de bichos vivientes. No me gustó, y de haber sido de otra forma a como soy lo hubiera espachurrado allí mismo.

Lo primero era dejarlo en un sitio seguro, y no hay mayor caja fuerte en mi casa que la cocina, por el gato, ni se dio cuenta que traía invitados, apenas sobresalía su cabecilla de mi puño, que no es precisamente el de Tyson, que digamos, aparte que estaba en su estado natural, tirado como Megan Fox, que es llegar julio y creo que cuenta los pasos que da, es tan pelón...

Intenné, Gúgel, "¿y como busco yo esto?", gorrioncillo abandonado...gorrioncillo perdido...gorrioncillo idiota...gorrioncillo suicida...El primero

Y apareció una entrada como de molde. Cliqué y se me vino el Universo encima: eso era peor que ser padre viudo al parir. "Me cago en la putaaaa..."

Le salvó que vi como se le podía alimentar con pienso de gatos, no de periquitos, que esa era mi idea, darle mijo, pero por lo visto es como si nosotros comiéramos petróleo crudo, que del otro estamos hartos, así que fui a la habitación del Gato Cabrón y le robé siete galletas, "especial esterilizados", siete y sólo siete, número mágico, el Secreto está en la Numerología y tal...Las eché en un vaso de agua y esperé a que se ablandaran, sudando como un cerdo, había cerrado la ventana no fuera a ser que viéndose salvado le diera por volar a lo Mojamé Atta, la verdad es que le daba un aire, sí...Intenté darle agua con la yema mi dedo, el hijoputa no abría el pico, me acordé de las madres que les meten la cuchara a sus bebés como si fueran de madera, yo no puedo coger a una criatura de esas sin pensar que es de cristal, de hecho no las cojo, pero esa imagen me animó a apretarle  el pico, con cuidado, eso sí, que hace mucho tiempo que no toco si no es con los billetes por delante o bajo ineludible juramento, y de ese modo logré que abriera su puta boca alguna que otra vez y por muy poco tiempo. Me vino a la cabeza Felipe de Edimburgo, era igual, clavao...

Después hice una plasta con las Siete Galletas del Gato y allí se las dejé, en un plato junto a su tapón de agua, dentro de una camita que le había preparado con la bandeja de tomates del Carreful y un par de servilletas de papel como colchón. Él, mientras tanto, miraba los azulejos de la otra esquina.

Y allí seguía esta mañana, "más que suficiente", he cogido el tapón y lo he tirado a la basura, el plato al fregadero no sin antes deshacerme con indecible asco del mejunje que contenía, voy a tirarlo en cuanto llegue a casa, yo no utilizo eso ni para poner el tarro de la miel.

"Ven aquí, cachocabrón"

Hemos bajado en el ascensor, lo he puesto en el asiento del copiloto, he bajado las ventanillas, "¡qué más da!", he vuelto a subirlas dos segundos después, le he dado al contacto y han saltado los Black Sabbath al 22, inmediatamente lo he bajado al 4, luego al AUX, él estaba igual, tieso, bien derecho, casi le pongo el cinturón de seguridad...

De camino a su calle, quitándole el tiempo cronometrado a mi súper, iba echándole un vistazo de vez en cuando, a punto he estado de llevarme por delante un par de retrovisores, y ahí seguía, como si todo lo mío le importara una galleta de gato capao.

He aparcado. Ya no estaba.

"¡Coño!"

Y buscando lo he encontrado junto a la puerta de su asiento, debajo de una vieja botella de agua podrida.

Lo he cogido igual que ayer.

Pero ha salido volando en cuanto he cerrado la puerta.

Adiós, Dizzy, que así decidí bautizarte mientras ibas a mi casa en la mano que cagaste.

¡Ay si me hubiera dado cuenta antes de llegar...!

Ná.

Ni así.

domingo, 7 de julio de 2013

TIEMPO DE VERBENA




Son las fiestas de un barrio del pueblo, las mejores según los entendidos, yo no entiendo, para mi todas las fiestas populares son un coñazo, cosas del oficio, qué le voy a hacer, y ahora menos, que con el paso de los años un tío honrado debe cuidarse de los focos, no sea que una vez conseguido el no querer engañar a nadie alguien se engañe contigo, y tú eres tan así que puedes ser capaz de engañarte para que la otra no se desengañe hasta que ella quiera, faltaría más, siempre tan caballero y todo lo demás.

Paso por allí a diario, o casi, está en mi ruta, y ya el lunes vi los primeros signos de movimiento, enseguida caí en la cuenta del porqué, hasta ahí llego, pero aquella también fue la última mañana que he pasado, es imposible madrugar con este calor, así que cuando la noche del jueves vi la carretera cortada me costó un poco dar con la razón, todavía más al ver como dos coches de policía habían enjaulado en la rotonda a otros dos de yogurines, parecían atemorizados dentro de sus flamantes bugas, sólo eran las once de la noche y ya se había levantado la veda, incluso vi llegar a otro de la guardia civil antes que mi actitud empezara a ser sospechosa, es decir, que tuviera que darme la vuelta. Cuidado con la poli que es la de ellos.

Era la noche de la inauguración, aunque más de cartel que de veras, apenas se divisaba gente, razón por la que no cambié de trayectoria, sino de qué, y sí, aquello tenía buena pinta, quisir, buena pinta para quienes les guste el ruido y las luces que se mueven, el olor a churros, a perritos calientes, a pollos abrasados y a dios sabe qué, los botes amarillos de mayonesa, los rojos de ketchup, tan gordos que dan ganas de comer lo que sea, y en fin, todo lo demás, aparatos para que te muevan el cuerpo, arriba y abajo, de lao, de cabeza o de culo, lo que sea, la cuestión es que te muevan, así te ríes y haces hambre, y luego si eso te compras una camiseta del Ché, o una navaja de Albacete, o un pirata de Andy y Lucas...No era la noche, la cosa estaba a medio gas, mucho menos, y al único que vi mirando algo fue a un tipo que se parecía al forzudo de Atraco Perfecto, el que la lía en el hipódromo para que los demás den el palo, estaba mirando los cuchillos, tenía cara de asesino aunque no conozco a ninguno. Pero he visto muchas películas.

Anoche ya fue otra cosa, pude ver los fuegos artificiales mientras me aproximaba por el flanco derecho, y donde hay esa clase de fuegos hay mucha gente, sin discusión, eso es algo irresistible, por lo que tomé la determinación de irme por la paralela en cuanto llegara a la zona cero. Y así lo hice y aún aproveché para soltar una buena meada en la zona más oscura de una gasolinera abandonada por un multimillonario que no paga a nadie y sigue libre, bien vivo y mejor coleando. España, unidad de destino en lo universal.

Ya con la idea de regresar a casa vi a lo lejos a una muchacha que se acercaba hacia mi, no por mi, malditas preposiciones, pude verla tanto como ella no a servidor de ustedes, que ya está bien de mi, pues algo debía haber en los baldosines de la acera que no les quitó ojo, aunque bien pudiera ser que fuera por evitar al matrimonio de viejos que estaban tomando el fresco y al pureta desastrao que venía de frente, no sé, tampoco las miré cuando nos dimos las espaldas, pues me vino a la cabeza la idea de como será la cosa cuando la muchacha que venga por esa calle dentro de cuarenta años lo haga rodeada por viejos y viejas solitarios, sin hijos ni nietos, y si no será preferible pasar la noche en la jaula de los leones que hacerlo por la calle de los viejos que vamos a venir.

Y hoy he acabado de decirme a pasear la noche cuando he abierto la sandía que compré ayer: sin terminar de hacerse, inmadura, verde, casi ni rosa...La madre que parió a Caraflán. Con lo que me va gustando la sandía.

Y eso que la tanteé bien, aunque reconozco que no me quité los cascos, no sé como coño lo hice, tampoco recuerdo que canción sería, la vi tan verde oscura, sin mancha alguna, perfecta, que casi daban ganar de darle un beso, o dos, "Loco sandiofílico con auriculares es reducido por el vigilante de seguridad del Centro Comercial" He mirado en la Red para la próxima vez, como saber si una sandía es buena, click, hay que pillar las que tengan el culo color amarillo cremoso y al tocarlas suenen a hueco. O sea, todas las que había menos la mía. Son las cosas de ir con tiempo, que te entretienes y acabas eligiendo a la que tiene el culo limpio.

La he tirado en una bolsa y he aprovechado para deshacerme de la basura de los últimos cuatro o cinco días. Casi llego abajo y casi me meto yo en el contenedor.

Pero bueno, ahí estaba la noche, con su aire caliente, como en pause, como si Dios hubiera visto algo que mereciera la pena, quizá las terrazas vacías de un verano en España, esa unidad de destino en el hormiguero, y por más que lo he intentando no he logrado encontrar un enlace para escuchar al completo el nuevo de los Sabbath, que no sé donde habrá metido mi vieja el adaptador de memoria del teléfono, y tontería que le pregunte, como si ella supiera qué es eso, ni falta que le ha hecho nunca ni me ha hecho a mi hasta hace cuatro días. Estará en algún cajón. Como todo lo demás.

Me he decidido por los Pink Floyd, ideales para cuando acaba de irse el sol, el Dark Side of the Moon, en orden, recuerdo que una vez lo puse en el bar en modo aleatorio y casi le dio un infarto a un buen amigo mío, "¡¿PERO QUÉ HACES, KUFISTO, ME CAGO EN SAN DIOS?!, tenía razón, eso es abominación; bueno, para mi todavía lo son las dos cosas.

Los sábados por la noche hay muy poca gente andando por los sitios de rigor, eso es durante la semana, el sábado está para otras cosas, en eso quedaron, así que el paseo ha sido bastante agradable, lo que más se veía eran grupitos de chicas jóvenes yendo hacia algún sitio, aún no tienen edad para el carnet, he estado a punto de pasar por la mitad en el último que he visto, estaba casi convencido de pasar entre ellas como el aire, como un ser de luz, de la que sea, además que el tema de apertura del Meddle te incitaba a ello, estaban bien grillaos los pinflois, "ese es un pinfloi" me contaron que se decía de quien era raro en los años setenta...

Hoy era el día grande, estarán hasta el amanecer, hay baile y orquesta, no faltará a la cita el baúl de los recuerdos, la Macarena y el resto del equipo embotacerebros habitual. He visto algunas parejas solitarias de camino hacia allá, hacia el sitio de reunión, hacia la quedada, hacia el botellón de los mayores subvencionado por el Hayuntamiento...Y no he visto amor en ninguna de ellas, no había más que verlas caminar como si fueran a un sitio donde no querían estar. Pero venían de otro donde aún lo quieren menos. Y algo hay que hacer con el tiempo cuando ya vale hasta para una verbena de barrio de pueblo. Mañana llegará y será un poco peor que hoy pero menos que pasado.

Un viejo estaba sentado en el poyete de su casa, rodeado por cuatro viejas con sus sillas, estaban hablando entre ellas, podía oírlas a pesar de los Pink Floyd, no es complicado, tienen tantos tiempos muertos, estaban tan quedaos...Pero creo que las hubiera oído igual durante el segundo punteo de Money.

Iba fumando un pito que acababa de hacerme cuando nos hemos visto a quince o veinte metros, me he fijado en su cara, parecía la de uno de esos tipos que Chuck Norris rescataba en Vietnam...

Y no he podido evitar darle una gran calada al cigarrillo en el momento de llegar a su altura por mi acera.

Sonriendo, he lanzado el humo hacia la bombilla de la farola.

Y ahora que desde aquí oigo la música sin reconocerla hago lo mismo con la pantalla del ordenador.

Sueña dulce mientras puedas.


viernes, 5 de julio de 2013

MAGO NEGRO




Hacía años de la última vez que la había visto y no lo dudé en cuanto salió a la venta:

Apocalypse Now. El montaje del director. Escenas suprimidas, imagen mejorada...El Copón

Guau...

La primera desilusión (y bien gorda) fue que habían hecho un nuevo doblaje, supongo que para adaptarlo a las partes nuevas, lo cual es un tremendo error, que no otra cosa es cuando haces que la parte se apodere del todo, y ni te cuento si ha sido añadida después de haber funcionado perfectamente sin ella.

He visto películas a las que muchos años después de ser célebres les habían añadido escenas suprimidas por la censura, creo recordar alguna de Bogart, y en ningún momento se les pasó por la cabeza hacer un nuevo doblaje: cogieron a otros que sustituyeron a los dobladores originales ya fallecidos y aquí paz y después mucha gloria.

Seguramente el motivo de hacerlo así y no de otra forma fuera el económico, como en la inmensa mayoría de los casos, pero con Apocalypse Now eso no constituía ningún problema, es más, este hubiera sido hacerlo al revés, de tapadillo, en plan cutre y tal, después de todo se trata de la que muchos consideran la obra maestra definitiva de Coppola, ese genio del cine y tal, su cara sale junto a la definición de megalomaníaco, y coño, ¡no todos los días se cumplen 25 años!, que creo esos eran los que tenía cuando le lavaron la cara, y bien que se la lavaron, que la dejaron que no la reconocieron los millones de hijos que parió, ¡si hasta volvieron a estrenarla en los cines de todo el mundo! Y es que Francis Ford había visto muchas películas de pequeño. Quizá demasiadas.

Una vez superada la estupefacción inicial (aunque decir superada es decir una barbaridad...temblaba pensando en qué habrían hecho con Brando, no podía quitármelo de la cabeza) se trataba de ir acostumbrándose a lo nuevo, de ir aceptándolo, como si eso fuera fácil de hacer sobre la marcha, me temo que ni parado, ni petrificado...Imaginad que una mañana vas a ver a tu madre y te habla con otra voz, ¿como te quedarías? Evidentemente es un ejemplo extremo, pero válido. Por todos son conocidas las polémicas de las restauraciones de cuadros famosos, que a veces los repintan, más que restaurarlos, y no me refiero al de aquella pobre mujer con su Ecce homo de regional preferente, sino a auténticas obras maestras del género. Y entonces, una vez cometido el crimen, ya no hay arreglo aunque puedan resucitarlo, o hacer como si nunca hubiera existido: lo has visto, se ha quedado para siempre en tu memoria. Y ya no volverás a verlo como antes. Te han jodido.

Luego ves las escenas cortadas por los productores y...les das la razón: el perfecto anti-climax.

El episodio francés (lo mollar de la restauración) es tan prescindible como los cubiertos para los huevos fritos, es como esa secuencia de La última tentación de Cristo en la que le vemos muriendo en la cama después de una vida normal, se había casado y había tenido hijos, su Padre no había sido capaz de infrirgirle semejante castigo y le había perdonado la vida, "baja de la cruz", como Ratzinger, y a las puertas de la muerte ve a Judas, y este le descubre que no fue su Padre, sino el demonio en forma de inocente niña quien le dijo que no hacía falta beberse aquel cáliz, quien le dio la excusa perfecta para ser un hombre en lugar de un dios, quien habló lo que él quería escuchar. El engaño se revela y Jesús, desesperado, sale de su casa arrastrándose como una serpiente, implorando clemencia, gritándole a su Padre que sí, que quiere obedecerle, morir en la cruz, que todo se hiciera como había sido escrito en un principio...Deseo concedido: su sincero arrepentimiento le había salvado a él y a todos los demás. Y encima hemos vista la película correcta, no al Salvador construyendo jaulas para pájaros y yéndose a tomar algo con los amigotes para acabar la noche discutiendo con su mujer. No. Para eso se hicieron otras manos. O pies.

Pues un poco lo mismo pasa con la secuencia en Indochina: ¿qué hace ahí el capitán si desde el momento en el que dice "¿matar yo?...¿al coronel?" está claro que esa es su misión, que ese es su destino? ¿qué pinta el Hijo que debe matar al Padre enamorándose de una francesa casada, una burguesa aburrida en el quinto coño del mundo, cuando aún no ha salido de su Galilea, cuando todavía no ha hecho ni un milagro? No, tal hijo no merece semejante padre. Y nosotros nos quedamos como el que por fin consigue una cita con el amor de su juventud y al verla veinticinco años después piensa que sería mejor estar en cualquier otro sitio: llegas hasta el final por una simple cuestión de educación y amor propio.

Siendo este el caso más paradigmático no es el único, que he visto otros Montajes del Director de películas que me gustaron y siempre eran peores que el original, siempre, aunque no digo que no se hayan cometido verdaderas atrocidades, alguna he leído, pero mi experiencia, que es la maestra de toda vida, me dice que quienes realmente saben como están bien las cosas son los que ponen la pasta para que el resto las conozcan. ¿Por qué? porque ellos, los productores en este caso, no crean, ordenan, y para ordenar bien hay que haber visto mucho desorden y mucha mierda. Y para hacerlo con interés, para hacerlo como si fuera algo tuyo, hay que jugarse lo que más te importa: tu dinero.

De hecho, la carrera de Coppola sufrió un tremendo bajón desde que se estableció por su cuenta, desde que hizo las cosas a su manera, sin cortapisas de ningún tipo, como Kubrick, pero este era un genio, y por eso sus mejores trabajos (que ya es decir) llegaron cuando no tuvo que dar explicaciones a nadie. Y lo mejor de todo: con el dinero de los otros. Pero quienes lo tienen no son gilipollas porque también saben escuchar: "¿Que perdemos dinero con alguna película suya? ya habrá otras para recuperarlo. Pero lo de este tío es una cuestión de prestigio, de permanencia en el tiempo, y quiero que dentro de quinientos años, cuando los extraterrestres vean los títulos de crédito de 2001, sepan quien fue el que lo hizo posible: el señor MGM"

El genio que no está rematadamente loco siempre va con el freno de mano en el bolsillo, sino te pasa lo de Joyce y su Ulises: que no te entiende ni la madre que te parió. No es cuestión de un concurso de popularidad ni nada de eso, que siempre nos vamos a los extremos, más bien es como aquello que dijo Cervantes de su libro, cada cual lo leerá a su manera y todos le sacarán provecho, todos lo celebrarán de alguna forma. Eso es lo difícil, las múltiples lecturas de una obra, que todos crean entenderla, que todos tengan su opinión aunque sólo tú sepas lo que quisiste decir.

En aquel maravilloso libro-entrevista que Truffaut hizo con Hitchcock aquel le preguntaba el porqué no había sido más arriesgado en no recuerdo que película, en todo caso una de las realizadas cuando Alfred ya era el puto amo, y relata el francés que se quedó un poco sorprendido, después lo pensó un poco y le dijo algo así como que no pretendería que hiciera una película de arte y ensayo, nada más, sólo eso, pero Truffaut se dio cuenta de que ese hombre, a esas alturas de su carrera, no podía permitirse filmar algo como si no fuera nadie...porque era alguien. Y bien gordo. Y si quieres ver arte y ensayo del bueno, si quieres ver una ruleta rusa con balas de punta de plata, no de plastidecor, échale un vistazo a Vértigo, por decir una, y mira como después de quince minutos sin decir una jodida palabra un hombre normal pierde la cabeza por una desconocida. Y hasta la abuela de la fabada sabe lo que le están contando.

He recordado lo primero, y después todo lo demás, porque me he comprado el último disco de los Black Sabbath, en original, nada de copias de los negros, aunque dudo que lo tengan, veinte euros que podría haberme ahorrado y que han ido a los desahogados bolsillos de aquellos buenos chicos, que ya me dirás la falta que puede hacerles más dinero a estas alturas de sus increíbles vidas, pero tampoco es cuestión de dar las cosas, de regalarlas, eso es como quitarle todo el valor. Eso es perderte el respeto que tanto te costó ganar.

Lo llevo en el coche, salgo a canción por día, más o menos, son largas, aunque hoy he escuchado dos, una a la ida del trabajo y otra a la vuelta, y...para mi es su mejor disco.

El día que me lo trajeron de Madrid, el martes pasado, le eché un vistazo al librito que venía en su interior y me sorprendió muchísimo leer como Ozzy se deshacía en elogios hacia el productor, algo tremendo, "después de tantos años en la industria, finalmente sé lo que es trabajar con un gran productor", y está muestra de agradecimiento, de humildad, la escribe un tío que pasa por ser de lo más desquiciado que ha habido en el Rock.

Lo que ha hecho ese tío, lo que ha ordenado y moldeado, es algo reservado a unos pocos, pues conseguir que tres sesentones suenen mejor que cuando tenían veinte años es logro que más parece magia negra que cualquier otra cosa. Sí, la técnica ha avanzado que es una barbaridad, pero tú coges cualquier disco de los Pink Floyd de los setenta y suena como si lo hubieran hecho ayer. Y no pasa lo mismo con los coetáneos de Black Sabbath: parecen antiguos aunque las canciones sigan siendo buenas.

El productor no ha creado nada: Iommi ha sacado sus riffs, Geezer sus líneas de bajo y Ozzy...bueno, Ozzy supongo que le rezará por las noches. Pero quien lo ha conjuntado todo, quien lo ha puesto al día en el que vivimos para que lo sea por muchos años que vayan viniendo se llama Rick Rubin.

Y este es el que sabe como deben mezclarse los ingredientes.


jueves, 4 de julio de 2013

NO SON LAS UVAS, ES TU ESTÓMAGO




Lo malo de pedir un favor que te importa una mierda es que pueden hacértelo.

Salió por una tontería, el día anterior había leído algo sobre Utopía, una serie conspiranoica que dicen está muy bien, y como soy de los que están convencidos que ganan los malos (y de largo) no se me ocurrió otra cosa que comentárselo a un cliente, uno que está a la última de lo último, es decir, en mis antípodas:

- "¡Ah, sí...! Estoy descargando la primera temporada. Si quieres te la grabo"
- "Ehhhh...vale..."

No veo la tele, no veo películas, no veo series y no veo nada que salga en las revistas, tampoco lo que no sale, bastante tengo con lo mío, quisir...no me interesa nada de lo que interesa.

Claro que no voy con la bandera por la calle, y menos en el bar. Si tengo que oír la magnificencia de tal película la oigo, "¿no la has visto?", "no", "pues está de puta madre" Ya, seguro, pero llevo veinte años sin pisar un cine, desde el Drácula de Coppola (glorioso colocón con hach melillense del colega que allí andaba haciendo la mili), aunque creo que vi una hace cinco o seis años, sí...una de un exorcismo, una mierda, sí...la vi con mi hermano...hace tiempo que no le veo...Sí.

Una de las múltiples servidumbres del oficio es que la mano izquierda adquiere el tamaño de una luna de Saturno, en el supuesto que las tenga, que no estoy tan seguro como con Júpiter, pero para el caso va mejor aquel aunque sea más pequeño, cosas del cuadro de Goya. Así me siento yo a veces.

Podría haberlo dicho que no, que no era necesario, que lo decía por decir algo, pá darle carrete y tal, estoy en la onda y cual, pero eso hubiera sido tranchette sobre jamón ibérico, bastante catalogao estoy como para que me pongan en el cuadro de honor, y como dijo aquel capullo "no es eso...no es eso...", al menos todavía que tengo que estar con ellos, y en fin...que mudo uno está tan guapo como María Martillo en su confirmación.

- "Toma, Kufisto, la primera temporada entera. Te he grabao un par de pelis para completar...de la mafia, como no sé lo que gusta....En una sale Brad Pitt (¡¡¡YYYYAAARRRGHHHH!!!) y la otra es..."

Jódete.

"Bueno...tendré que verla, ¿no?...Seguro que me preguntará por ella, aunque podría mirarlo en la Red, como la descubrí...eso del gordo del principio, un asesinato tan sorpresivo que te deja sin aliento...Ay, madre, que voy a tener que verla..."

Me bastó con la secuencia de inicio para dar fe de que aquello no valía una cebolla de matanza.

Después salió una muchacha blanca hablando con dos puretas blancos medio idiotas, decidida, decididísima, y después un joven negro con gafas tecleando un ordenador, demasiado, pero se me abrió el cielo cuando él hizo lo mismo con su boca para hablar en inglés, sin subtítulos, "¡¡¡BIENNNN, COÑO!!!" Le envié un wasap al grabador, pasa esto, no jodas, menos que unas gachas apartás, mañana lo miro, estupendo.

Y buscando películas de la Hammer di con el documental...

No recuerdo el título, sería algo así como Mente millonaria, el Líder lo decía muchas veces a modo de coletilla, entonces el público se levantaba de sus asientos, se llevaban la mano al corazón y gritaban que tenían una mente millonaria, después chocaban las manos con quienes estaban alrededor, riendo, excitados, como si lo peor del trabajo ya estuviera hecho, como si ya olieran el pastel de carne de tía Margaret, que ya son ganas de hacer un pastel, putos herejes comemierdas...

"Esto promete" Fui a la nevera, rebané media sandía, la troceé de tal forma que de haberme visto Arola hubiera sufrido un síncope mayor que el del otro día y la fui comiendo mientras escuchaba al Líder, a su traductor, más bien, la verdad es que hacía un buen trabajo, tanto que en ocasiones sobrepasaba el paroxismo original, podía oírse la voz del Líder bajo la suya aunque no fuera a compás, iba con retraso, luego se adelantó, pero qué coño...¿qué mas da? Se trata de vender la moto, no de hablarle a los dioses.

Sí, reconozco que al principio me lo tomé a cachondeo, pero esto es algo que necesita de compañía, el cachondeo, quiero decir, bien pensado casi todo lo ridículo necesita apoyo para ser risible, en caso contrario causa lástima, pero yo estaba solo, bueno, con mi gato, pero él se ríe poco, sólo cuando está recién comido y no hay ruidos, los gatos saben...

El Líder era el típico tío echao p´alante: ancho de hombros, mentón cuadrado, nariz grande y peludo. Iba en camisa de manga corta, sin corbata ni chaqueta, eso es para quienes tienen a otros a su disposición para hacer el trabajo sucio, como periodistas y tal. Este no, todavía no, se lo tiene que currar para convencer al personal: es más difícil, mucho más, conseguir que suelten la pasta a que te den el voto.

La cosa fue que poco a poco empecé a escucharle, a pesar de que cuando enfocaban al público (cada tres por dos) me venían mil historias a la cabeza, era para verlo: jóvenes, puretas, viejos, la gran mayoría blancos, algunos negros, creo que vi tres o cuatro indios y un chino, muchas mujeres...Algunas me la pusieron morcillona, sobretodo una cuarentona de pelo corto y rubio, delgada, toda de negro y llena de joyas, me ponen cachondo las MILF´s que llevan mucho oro, anillos, pulseras, collares...sí, joder, ya te he visto, golfinger, ya te he visto... También me fije en dos tíos, pero esto por mi cabeza, la de arriba. Uno apenas tendría treintaipocos años, delgado, barbitas, parecía sacado del túnel del tiempo, colector grunge, como el de los Spin Doctors, ese guarro que siempre salía con sonrisa de maría, el moco colgando, buen rollo y tal, hurra por las ladillas, llevaba un enorme collar negro al cuello lleno de pelotas, parecía un rosario, y cada vez que el Líder les ordenaba levantarse con la mano en el corazón para recitar otro mantra él unía las dos bajo su amuleto, o lo que coño fuera aquello, mirando al techo sin abrir las ojos, concentrado, y después, obedeciendo al Líder, daba grandes choques y abrazos a sus colindantes, como si acabara de hacerle un in your face a Shaq, una había que parecía haber mandado Woodstock a tomar por culo de una puta vez, no veas como reía. El otro andaría cerca de la cincuentena, un tío gordo, calvo y seboso que daría grima en plan digno, no te digo desatao, que era verlo palmearse las piernas cuando lo ordenaba el Líder, riendo como el paisano impaciente porque tiren la cabra del campanario, y parecía como si acabara de descubrir que las manos sirven para más cosas que meneársela y llevarse nuggets de pollo loco frito a esa cosa que está debajo de esa otra cosa por la que te sale la cocacola cuando Ronald McDonald te hace una broma demasiado buena.

Pero el Líder sabía lo que decía, y también como decirlo pá tós estos, y algunas de las cosas que dijo, la mayoría, eran la puta verdad.

Esta tarde, mientras leía a uno que preguntaba por los beneficios del veganismo, ha llegado un cliente, que ya es llegar, un tipo de buena cuna, un cincuentón que no lo aparenta, educado, cuidado, bienhumorado, el típico pijo, vaya, trabaja en Madrid, profesión liberal y tal, todo ese rollo, en fin...Hace unos años no podía ni verlo, me resultaba tan epatante, tan vacuo, tan equilibrado que más de una vez estuve a punto de mandarle a freír puñetas, y si no lo hice fue porque era familiar de mi ex, supongo que seguirá siéndolo, pero de un tiempo a esta parte cada vez me cae mejor, y no es que haya cambiado, siempre está con lo mismo, la economía y tal, en ocasiones me cuenta rollos de juventud, pijadas, creo que casi le da igual si lo escucho, como esta tarde, que ya estaba jiñando en el water de tías y él continuaba como si estuviera delante, a veces me habla mirando el periódico, es un fiel lector de toda la bazofia oficialnoica, "Kufisto, ¿has leído esto?", yo no leo el papel del culo, o del pescao, a pesar de que ya casi nadie lo utiliza para eso, pero siempre llevarán el aroma. Aunque ya por poco tiempo.

Me van cayendo bien quienes sonríen como si no hubieran hecho otra cosa desde que nacieron. Estoy hasta los cojones de caras largas y risas artificiales.

Y viéndolo, escuchando a este tío, me he acordado de las palabras del Líder:

¿Sabéis quien dice que no le importa el dinero? ¡Quien no lo tiene!

No me importa el dinero.

Pero no me importaría tener el suficiente como para dejar de estar con quienes dicen que no les importa porque no pueden tenerlo.

martes, 2 de julio de 2013

YELMO O BACÍA, ESA ES LA QUE FALTA




Si no hay libro tan malo que no tenga algo bueno, tampoco hay nada tan aburrido que alguien no lo haga interesante.

La tarde estaba tomando el cariz de la mayoría, de hecho era la única que tomaba algo, de lo sólo que estaba, y un tanto cansado de mirar cosas en la Red que, verdaderamente, ni me van ni me vienen, ni me vendrán nunca por muchas horas que pase entre ellas, decidí vérmelas con el crucigrama de El País, el único de los grandes que no te toma por poligonero, o casi, que hay que ver los del Mundo y el ABC, sobretodo este, es como si los crearan para ser resueltos por Leonardo Dantés, en serio, qué cosa más sinsus...

Supongo que el "artista" seguirá instrucciones de arriba, "hazlo fácil, que la gente pueda resolverlo", no recuerdo si traen las soluciones al pie de página, hace tiempo que ni lo intento, seguro que sí...Imagino a su creador como esos cocineros que salían en el programa de Ramsey, el de Pesadilla en la Cocina, el original, esos tipos que habiendo empezado fuerte en su juventud habían acabado viniéndose abajo por las circunstancias que fueran y ahora sólo intentaban sobrevivir haciendo hamburguesas y croquetas congeladas para jóvenes lo suficientemente preparados para ser estúpidos, o bazofia insípida para viejos a quienes ya todo les sabe igual. "Yo...yo...yo no era así..." terminaban confesándose con el masterchef, o su mujer, en el caso que el protagonista todavía conservara algo de estúpido orgullo con la ayuda de las drogas. Entonces Gordon les animaba a recuperar lo perdido, a que volvieran a intentarlo, a no dejarse llevar: "O eso, o cierra...pero así no puedes seguir" Siempre lo lograban. Aunque no durara mucho una vez que se quedaban solos. Igual que los niños, pero ya sin nadie que los excusara.

Digo esto porque los tipos que hacen los crucigramas de aquellos dos panfletos son parecidos a esos cocineros, sólo que ni tienen esa competencia salvaje ni nada ni nadie que les anime a currarse su trabajo. Son como esos agricultores que levantan sus vides para sembrar cosas que no valen más que para llevárselo crudo de Uropa, incluso dejar su tierra baldía, todo vale con tal de hacerse millonario: hasta dejar de usar calzoncillos por no tener qué sostener. El dinero convierte en eunucos a los hombres que siempre vivieron sin él.

No pasa lo mismo con el de El País, MAMBRINO, así firma sus retos, porque así se les puede llamar; resulta rarísimo encontrar algún cajón de sastre en sus trabajos, tan frecuentes, básicos, en los del resto, que hay palabras de las que conozco su significado sólo por mi temprana afición a ellos: el jodido baile de Canarias, el dios del Sol de los egipcios, tal símbolo químico, cual onomatopeya...en fin, ni los churros. Eres más aburrido que el crucigramador del abecé.

Y no es que el de Mambrino sea más grande, nada de eso, que algo sea grande no significa que lo sea complicado, al contrario, eso delata muchas veces la falta de talento, eso es ganar a lo Rocky, ganar por aburrimiento, por hartazgo, ¿y qué hay de bello en ganar al otro a base de aburrirlo? Como esos ajedrecistas que juegan y juegan posiciones absolutamente igualadas sólo por esperar que el rival falle a causa de un descuido producido por el cansancio, como esos juntaletras que escriben páginas y páginas para que su incauto lector crea que algo bueno debe esconder algo tan voluminoso, como esos músicos que necesitan el último instrumento conocido y mil voces en el coro para no lograr lo que Mozart con un compás de sus violines...Pero siempre hay rotos para cualquier descosido: eso es el Capitalismo. Y así está el mundo, que parece Frankenstein.

Lo que diferencia a un artista de cualquiera es que con lo mismo hace algo mejor. No recuerdo ninguna definición, pero tiene algunas que son realmente ingeniosas. No rebuscadas, no tramposas...ingeniosas, humorísticas. "¡Sí, coño, es verdad...jajaja!"

No lo hago todos los días, sólo cuando me acuerdo, cuando no hay nada mejor, como vosotros conmigo, a fin de cuentas son pasatiempos, somos pasatiempos, crucigramas que vamos resolviendo, si eso, ¿qué no lo es?; muchos no los necesitan y viven tan felices, pero nadie nos dijo que hubiera algún premio por solucionarlo, nadie nos dijo que lo intentáramos, nadie nos obligó a responder preguntas que nunca podremos resolver. Eso ha sido cosa nuestra. Y en el caso contrario...¿quien te asegura que está correcto? ¿acaso ha existido quien viera la solución? Mira que el periódico de la vida sólo tiene una edición...Y la de mañana no la veremos con estos ojos.

Hoy no he podido resolverlo, me he dado cuenta enseguida aunque me faltaban no más de cuatro palabras por completar. A veces basta con dejarlo un rato, fumarte un par de cigarrillos, regresas y lo terminas de un tirón, o casi, "¿como no me he dado cuenta antes? jajaja..." Hay que cambiar de perspectiva cuando te encallas con algo, no te lo va a decir quien tan celosamente lo guarda, es mejor mirar a otro lado. Y entonces la hallas en lo menos pensado, sin pensar, viene a ti, te lo dice él, como si te diera las pistas al verse abandonado...Así, perdiendo una batalla, se asegura de que siga la guerra. Y de vez en cuando te gana. Lo importante, lo esencial, es la posibilidad de perder...y seguir jugando.

He ido hacia el ventanal, me he sentado en un taburete y he mirado otra clase de crucigramas: la jovencita que enseña sus bronceadas piernas de camino a la piscina, hablando por el móvil y ocultando sus ojos tras unas grandes gafas de sol, el tipo que circula rápido con su potente coche pero no tanto como para verle la cara y no desear que vaya más despacio, el viejo a lomos de su destartalada furgoneta, exterminación de plagas, lleva el codo apoyado en la ventanilla, viendo su mirada parece increíble que esté conduciendo, la pareja de puretas caminando bajo la sombra del sol de la media tarde, todavía demasiado, pero no tanto como para quedarse en casa, hay que cambiar la perspectiva aunque ya sea casi mejor no encontrar la solución...

No, estos sólo puede resolverlos quien los hizo.

Demasiado complicados.

O eso nos han hecho creer algunos repartidores del periódico.