martes, 18 de mayo de 2010

ODISEA EN CORREOS





Jodeeeeeeeeeeeeerrrr!

En verdad os digo que antes prefiero sacarme 3 muelas que ir a Correos...

Es desesperante; siete por delante de mí, la que me precede es una veinteañera, buen culo, se vuelve (ha debido olerme, me he echao una buena rociada de "Gucci", 70 pavos el frasco y eso que es algo más grande que un dedal, a la mayoría de las tías les gustan los hombres limpios y que huelan bien. Yo estoy recién duchado, afeitado y perfumado, vamos, soy el puto George Clooney...):
- "Holaaaaaa Kufisto"
- "Hola, ¿como estás?" le digo con la mejor de mi sonrisas
- "Bieeeen...a enviar unas cartas de la oficina" (llevará unas quinientas. Me cago en la puta...)
- "Ya..."
- "¿Qué taaaal?"
- "Bien...trabajando como siempre...a ver si pago el recibo de telefónica..."
- "Ahhh...pues te cuelo cuando me toque a mí...¿vale?"
- "Gracias Inma...me haces un favor..."
- "Naaada...luego me invitas a una copa..." Me dice sonriendo, y es que las tías privan que es una barbaridá, conozco a varias que son capaces de tumbar a leñadores. Seguimos charlando (más bien habla ella), esto, aquello, la zorra de la Maki, el cabrón de Chema...joder que boca...Es mi turno:

- "Buenos días"
- "..."

No sé para qué me molesto. No voy a aprender en la puta vida.

- "A pagar esto...". La mierda de rata con forma de funcionaria cincuentona me coge la factura sin siquiera mirarme, hijadeputa, asquerosa...Tiene la misma expresión facial que Ana Obregón después de verse completo el debate sobre el estado de la nación, me imagino su coño, es un segundo, demasiado...

- "Esto no lo lee (¡¡¡pero como lo va a leer, hija de la gran puta, si con esa cara que tienes hasta la máquina tiene que sentir asco!!!), tendrás que llamar a la compañía".

Cojo el puto papel y me largo:

- "Que tengas suerte Inma" le digo guiñándole un ojo.
- "Hasta luego Kufisto" responde sonriéndome.

Salgo encabronao, como siempre que tengo que ir a Correos, bueno, vamos a echar los ciegos al Hospital, allí tengo a mi vendedor, un buen tío, tenía un bar, fué perdiendo la vista y cuando se dió cuenta de que veía menos que una polla liá en un trapo tuvo que dejarlo y meterse a vender cupones...:

- "¿Sabes lo que más me jode, Kufisto?"
- "Dime, Vicente..."
- "Pues que el personal se cree que por vender esta mierda tienes que ser un gilipollas...el otro día paso a un bar, voy ofreciéndola, educadamente, ya me conoces, y llega un gilipollas y me empieza a chulear...me cago en su puta cabeza, hijoputa...le paré los pies, oye que si quieres comprar, compra y si no que te den por culo..."
- "Bien hecho."
- "Porque veo menos que una polla liá en un trapo, que si no...se quedaron mudos"
- "Hay mucho mierda suelto, Vicente..."
- "Y atao, Kufisto, y atao..."

Llego al Hospital. No está Vicente. Voy al kiosko.

- "Hola Juanito"
- "Hola Kufisto"
- "Oye, mírame esto..."
- "Trae..."

Me pasa por la máquina los cupones. Gano algo.

- "Joder...increíble..."
- "Son 9 euros, Kufisto...tampoco te vas a retirar..."
- "Bien seguro, amigo, bien seguro...toma, mírame ahora los 7/39..."

Juanito que me los coge y me los pasa 10 veces. Tampoco los lee. Debe ser que las máquinas se han puesto en huelga antes que los funcionarios.

- "Ná, déjalo, ya lo miraré en el periódico...oye, ¿has visto a Vicente?" (mírame, has visto, joder Kufisto, eres un cabrón, si son ciegos... ¡como van a ver!... ya...pero son amigos míos y saben que lo digo sin maldad, si estuviera de cachondeo se darían cuenta...Y los ciegos tienen muy mala hostia cuando se mosquean.)
- "A esta hora debe andar por dentro del Hospital..."
- "Bueno, es igual, ya lo veré...hasta luego Juanito"
- "Hasta luego Kufisto"


Llego a casa. La Mari me está haciendo la limpieza quincenal.

- "Pero hermoso...¿has visto como tienes la bañera?..."
- "Ya..."
- "Anda, anda...voy a ver si te la puedo desatascar...¿cómo eres tan desastre?"

Le doy un par de besos. "Pero que bandido eres...". Me conoce desde que nací, ayudaba a mi madre a limpiar nuestra casa, éramos demasiados hermanos, y a mi pobre madre no le daba tiempo a hacerlo sola, con el trabajo y tó la hostia...La Mari es como de la familia, es más que mucha de mi familia. Toda la puta vida trabajando, fregando casas, viuda desde hace veintitantos años, tuerta, fea, pero es buena y no es ninguna idiota, ni paleta, ni nada por el estilo...ésta mujer sí que ha conseguido lo que tiene a fuerza de bocaos.


Cuando termine la llevaré a su casa:

- " Espera...llévate esto..."
- "Que no, Mari, no te molestes..."
- "¡No seas tonto!, toma"

Y me da una rosca de pan, un par de magdalenas caseras, unas berenjenas guisadas que están de muerte, una trozo de tortilla que tenga preparada...lo que ella vaya a comer. Le doy otros dos besos.

- "Adiós Mari. Muchas gracias"
- "Hasta luego Kufisín...sé bueno"


Lo soy Mari, lo soy.

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