domingo, 30 de octubre de 2011

LAS MUJERES CON CUATRO OJOS





...y cuando ellas terminaron de hablar apagué el televisor, encendí el brasero, me tumbé en el sofá y poco después dormí una larga y pesada siesta. Tan larga y pesada que al despertar no recordaba ni el día que era. Cosas del exceso de garbanzos, pensé, siempre he sido muy bestia comiendo. Tampoco aprenderé a hacer eso de otra forma. Hasta que me "aprendan". Así aprendemos la mayoría: cuando no queda más remedio.

Aún tenía tiempo de sobra antes de ir a trabajar, podría haber navegado por la Red, fumarme unos cuantos cigarrillos, ver la tele, leer algo...pero tenía tal nube en la cabeza que decidí darme una ducha y largarme con el coche a un sitio tranquilo, a fin de cuentas la tarde se veía espléndida a través de la ventana, estaría mejor fuera que dentro, y es que sólo somos tontos para lo que queremos, para lo que no queremos.

Aparqué el coche, apagué la música, me hice un pito, salí afuera y me senté en un banco mientras miraba la ciudad lo suficientemente lejos como para hacerlo con cierta indiferencia. La distancia hace que todo pierda importancia. Lo suficientemente lejos para que no te encuentren y lo suficientemente cerca para no perderte.

A lo lejos se oían trompetas, por un momento pensé que quizá fuera la pareja de perroflautas que me encontré al llegar, estaban con su camión de mierda y su perro de mierda, los portones abiertos, apestaba sólo imaginarlo, así que me aparté todo lo que pude, no quiero nada con esa gente, no quiero nada con nadie que no quiere saber nada más que como colocarse sin moverse y que sólo corren cuando necesitan quedarse quietos. Y en silencio. Estúpidos.

Poco después llegó un coche con una pareja joven dentro, él conducía y ella hablaba lo suficientemente alto como para que pudiera oírla a pesar de que me encontraba a 50 metros. Pararon. Me vieron. Al menos él. "Vámonos a mi casa", imagino que le dijo porque ella empezó a ametrallarle al instante, "¿PARA ESTO ME HACES SALIR?...¿PARA ÉSTO ME SACAS DE MI CASA?, ¿NO DECÍAS QUE NOS ÍBAMOS A FUMAR UN PORRO? ¡HÁZTELO! ¡YO NO ME VOY A TU CASA! ¡ESTOY HARTA DE ESTAR ENCERRADA! ¡SI TE VAS A TU CASA DÉJAME EN CASA DE MIS PADRES! ¡ESTOY HARTA!...". El chico arrancó el coche, puso el ruido discotequero y se fueron. Sonreí. Yo también tenía que irme, subí al mío y regresé por el mismo sitio, los perroflautas se habían ido, nunca sabré si las trompetas eran suyas porque ya iba con las mías, las que me gustan, además que tampoco sonaban tan estupendas como para buscarlas. Y menos aún cuando por delante te esperan diez horas de trombones solistas y tubas solistos, las buenas orquestas se escuchan en los buenos teatros, en los bares están las pachangas, cada una haciendo la guerra por su cuenta, así suenan, como si estuvieran afinando los instrumentos, pero el problema es que nunca arrancan a tocar, siempre están afinando, o al menos creyéndolo, aunque lo único que hacen es desafinarlos cada vez más por sus ansias de sobresalir sobre el resto, así que en el corral de comedias que son los bares sólo se oye a quienes lo hacen mal, aunque de vez en cuando escuches una bella nota perdida entre la vorágine de ruidos, cosa que tampoco te valdrá de mucho, tú eres el director de la función y no puedes abandonarla a no ser que quieras que destrocen tu pequeño retablo de las maravillas, debes seguir con lo tuyo, dándoles más para que se crean mejores, viendo, oyendo y callando, únicamente de esta manera es posible dirigir una orquesta de aspirantes a borrach@s: anulándote, dejándoles que trago a trago se dirijan por su cuenta, ya se cansarán y se marcharán a las últimas titiriterías abiertas, allí donde el violín se toca con los dientes y la flauta con los pies, allí donde la memoria se queda en la puerta...entonces será tu momento para sacar a escena a Herbert von Aspirina y dejar que haga su trabajo para que vuelva a colocar tus neuronas en su sitio. No hay otro como él.


Al llegar a casa recordé a las mujeres que tienen dos ojos en la frente (von Aspirina estaba haciendo bien su trabajo, como de costumbre), escuché sus quebradas voces, ví sus lágrimas, lágrimas que tienen más años que vida disfrutaron sus hij@s, lágrimas que aún caerán de sus ojos cuando sólo queden las cuencas, lágrimas que pudrirán prematuramente la madera de sus ataúdes, lágrimas que fertilizarán la tierra que las acoja en su último viaje, lágrimas que ojalá y hagan crecer buenos frutos...


porque esa es la Lluvia de la Justicia, de la Memoria y de la Dignidad, la Santa Lluvia que no cae de las nubes, la Sagrada Lluvia que nace de la tierra donde muchos inocentes dieron su sangre para que nosotros podamos seguir dejando nuestra memoria a las puertas del último garito de la noche.


Una noche tan oscura que dará asco cuando miremos para atrás.


Ahora sé que no fueron los garbanzos.

viernes, 28 de octubre de 2011

¡A LAS BICICLETAS!




Pocas cosas hay que me pongan tan triste como oír el tañido a muerto de las campanas en una tarde fría y lluviosa.

Es algo que viene conmigo desde la infancia, primer y único avituallamiento que tendremos en nuestro camino, aunque somos tantos, hacemos la carretera tan estrecha y vamos tan rápido que muchos se quedan sin él y luego pasa lo que pasa: no es que quieran el de los otros, quieren que los otros estén como estuvieron ellos; aunque no saben que eso es imposible: nunca conseguirán que olvidemos una felicidad pasada, es como la huella de un elefante, de un gigante, así de grandes y profundos son los recuerdos de la niñez, que por mucha mierda que vayamos echándole encima jamás será tanta como para borrarla.

Creo que aquel sentimiento me viene de cuando se murió mi abuelo materno.

Era el día de los Santos Inocentes, estábamos de vacaciones navideñas y nuestra madre nos despertó, "¡levantaos que os llama el abuelo!", fuimos al teléfono, "¡os he comprado unas bicis!", nos volvimos locos, pero cuando estaba despidiéndose dijo que era una broma, que era el 28 de Diciembre, que éramos unos inocentes, y se reía, se reía mucho, al principio nos enfadamos, le dijimos tonto y eso, pero luego nos dió por reír, a nuestra madre también, todos reíamos...

Dos horas después volvieron a llamar. Era la abuela, la "yaya": el abuelo había muerto de un infarto. Mi madre empezó a llorar, nosotros también, ella se fue y se quedo una tía con nosotros. Yo tenía 9 años, mi madre 30 y mi abuelo 60. Todos demasiado jóvenes. La muerte casi siempre es una metepatas, una aguafiestas, pero aquella mañana, además, fue un poco bastante hija de la gran puta.

Ése fue mi primer contacto con la muerte, ahí me dí cuenta de que no era una cosa de las novelas o de las películas, donde sólo morían los malos, donde la muerte era justa; no, no lo era, y también era mala, estaba haciendo llorar a gente que nunca la había visto llorar, tenía que ser muy mala para lograr eso, me dí cuenta de que nunca más volvería a ver a mi abuelo y me sofoqué mucho, quizá también, en ese momento, sin darme cuenta, supe que también yo tendría que morir. Tal vez sea necesario despertar a la muerte para despertar a la vida. A la verdadera vida, a la que tienes que escribir tú, no leer de otros. Tal vez no. Seguro.

A partir de entonces cada vez que oía el lúgubre y monótono canto de las campanas me embargaba una fuerte sensación de tristeza, recuerdo que en algunas ocasiones echaba a correr todo lo rápido que podía para dejarlas de oír, sabía lo que significaban y no podía soportarlo, pero no conseguía silenciarlas, aunque me encerrara en mi cuarto las malditas campanas seguían en mi cabeza, el tono agudo y después el grave, hasta el infinito, parecía que se iban pero no, otra vez volvían a empezar, una y otra vez, hasta que al final paraban. También ellas.


Hoy no las he oído, aunque sí he visto al resto del reparto: nubes bajas, frío intenso, lluvia fina, débil, vieja...


Hoy el badajo de la campana han sido las miradas de los pocos otros que han pasado al bar, el silencio de sus bocas en las copas, la mano en la mejilla, el codo en la barra, el pie en la chambrana del taburete, parecía como si cada miembro de sus cuerpos buscaran un punto de apoyo, un lugar donde aferrarse para no caer, para seguir en el camino, para continuar dando pedales, no hay que pararse, no puedes pararte, las caídas ya no son como antes, que más que de huesos estabas hecho de goma, cada vez cuesta más, cada vez son más peligrosas, cada vez eres menos de goma y más de huesos, cada vez tu airbag está menos inflado, cada vez está más cerca el día en que suene tu campana,


pero hasta entonces...


¡HAY QUE SEGUIR DANDO PEDALES!


Y si también nos quitan la bici...seguiremos andando, aunque sea arrastras, no os va a ser tan fácil desembarazaros de nosotros.


Podréis quitarnos todo el avituallamiento que nos quede, pero lo mejor ya nos lo comimos, así que hala, comeros las putas sobras.


Pero no olvidéis que seguimos enteros. De una pieza. Y todavía quedan reservas de todo aquello.


¡De pie, coño!

miércoles, 26 de octubre de 2011

MI PRIMER CLÓN





Estaba lurkeando en el blog de unos amiguetes culés cuando me he visto y no me he reconocido.

- "¿Cómorrllll?"

Sí, ahí estaba yo, "kufisto dijo...", y a continuación un comentario malmetedor, dedojero, de ésos que estilaba cuando vivía un perpetuo día de año nuevo, aquella época en la que vomitaba por los dedos, cuando me odiaba tanto que tenía que odiar a todo el mundo si quería seguir respirando, el niño loco alemán era Bill Crosby a mi lao, en fin, cosas del desamor...

Pues sí, ahí estaba el viejo kufisto, de vuelta a las andadas, uno tras otro aparecían ante mis ojos post provocadores, hirientes, sarcásticos, escritos durante la noche de ayer y el día de hoy, "¿qué coño hice ayer?", si no recordaba mal no bebí ni gota, es más, me dormí antes de la medianoche por primera vez en un cuarto de siglo, desde que empezó el otoño arrastro un resfriado un poco cabrón, no consigo curarlo, y ayer en mi día de descanso me venció de tal manera como para hacer algo tan inusual, tan imposible para mí, como dormirme antes de que acabara el día. Luego me desperté a las dos y media y estuve toda la noche en vela, pero en fin, eso es otra historia, malditos pulmones...

No sé, últimamente la memoria no es mi fuerte, océanos mentales provocan que a veces no recuerde ni siquiera donde he dejado las llaves del coche cuando las tengo en mis manos, pero esto también es otra historia; aunque con las cosas importantes, con aquello que realmente pueda afectarme, los oceános se transforman en charcos, a fin de cuentas la memoria no es sino tu interés: si notas que el fuego te está quemando las pelotas no es necesario que nadie te recuerde que tienes que correr. Creo firmemente que cuando uno no recuerda algo es que ya no merece la pena ser recordado. Y lo mejor sería dejarlo en el limbo. Pero lo conveniente para uno casi siempre se contrapone al deseo de tus otros, así que para no enfadar a quienes te quieren te esfuerzas en recordar y cumplir con tus obligaciones. Vivir para otros es vivir contra tí.

Así que enseguida me he dado cuenta de que ése no era yo. Ése era mi primer clón.

Debo reconocer que el tipo se lo ha currado, algunos daban el pego, pero otros...el periquito enseñaba el piquito...y lo he pillado. Sé quién es.

La verdad es que resulta halagador que un completo desconocido se haga pasar por tí con el deseo de dañarte, eso significa que le importas, y si le importas a alguien es que estás vivo, hay muertos que les siguen importando a millones de personas, pero tambien hay millones de seres vivos que no le importan a nadie. Y es preferible ser odiado a ser invisible. Más aún cuando quien mal te quiere tiene un cierto nivel, no es un moco crudo, así resulta más reconfortante.

Resumiendo...he hecho acto de aparición en el blog señalado, les he dicho que ése kufisto no era el Kufisto y las cosas han vuelto a su ser, quizás hubiera sido mejor dejarlo correr, a ver donde habría llegado, las prisas no son buenas para nada, casi siempre que encontramos algo bueno deberíamos esperar un poco más antes de tomarlo, como cuando eras un crío y te comías esos sandwiches de nocilla, que te dejabas el bocao más gordo, el del centro, el más lleno de chocolate, para el final. Jamás se es más sabio que cuando se es niño: sólo haces lo que más te gusta. No hay otros.


Mientras leía a mi clón estaban pasando por la Sexta3 "La Cosa". En una de sus últimas secuencias al Barbas se le inflan los cojones y decide que para comprobar quien tiene el monstruo dentro hay que poner la sangre de cada uno al contacto del fuego.


En el caso mío y de mi primer clón no será necesario: aparte de la foto que me acompaña allá donde voy, bastará con que me pinchéis, a mi alias, digo, y él os redirigirá a mi perfil en mi blog, cosa que, por el momento, no creo pueda lograr mi Cosa.


Aunque a mi chica puede que la encuentre.


Lástima.


La quería sólo para mí.

lunes, 24 de octubre de 2011

TINTÍN





La mejor de todas es "La estrella misteriosa".

Aunque siempre haya sido bruguerón, rama mormón, he de reconocer que me he leído la práctica totalidad de sus aventuras, lo único que junto a algo de los dos galos colocados y píldoras sueltas de Peter Bagge, Robert Crumb y Vulleimin han sido mis contadas incursiones en el cómic extranjero.

Realmente no sé muy bien explicar el porqué, ya que para mí abrir un tebeo era hacerlo a la risa, eso era lo que buscaba, nada más, y Tintín y sus amigos carecen de ella casi por completo, exceptuando al capitán Haddock y al profesor Tornasol, y aún ellos lo único que te provocan es una sonrisa, no una carcajada, pero en fin...algo tendrá cuando me lo he pasado por la piedra.

Hergé era un gran dibujante, eso está claro, podría ser considerado el Antonio López de ese arte, concienzudo, detallista, hiperrealista, fotográfico. Es curioso que en un campo abonado a la fantasía, a la desmesura, uno de sus maestros más reconocidos sea alguien que en muy contadas ocasiones echó mano de ella. Para él la historia debía ser verosímil, sorprendente si se quiere pero plausible, a fin de cuentas se trataba de narrar una aventura y cualquiera que se precie necesita un margen a la imaginación, una "licencia comiquiana" si se quiere, a lo cinematográfico, pero sin hacer que salte la goma como, por ejemplo, los payasos de la Marvel, seres tan extraordinarios como ridículos por lo seriamente que se tomaban su "trabajo", algo muy propio de los yanquis, un pueblo que, por lo general, carece de sentido del humor, una cualidad que suele acompañar a quien ha sido importante y ahora recurre a ella como el zorro a las uvas. También ellos terminarán cayendo y empezarán a ver las uvas verdes por todos lados. Pero reirán más. El peso de la púrpura puede hacer de tu vida un coñazo.

Creo que el gran éxito de Tintín, su popularidad a nivel global (sino el zorrón de Spielberg no le hubiera hincado el colmillo), se debe a la ausencia de banderines de enganche: no presume de país, ni es proselitista en materia de religión, ni se pone del lado de unas ideas políticas (salvo, claro está, cuando la práctica totalidad de Europa era nazi y se manejaba con un brazo; tampoco vas a pedirle a un cuentista que sea Aquiles). Por esto, cualquier lector del mundo no se sentirá molesto al leer sus aventuras, cosa esencial hoy en día, más que crear adeptos lo que se busca es no hacer enemigos, y el joven periodista belga resulta ideal: en sus idas y venidas hay europeos buenos y malos, moros buenos y malos, negros buenos y malos, panchitos buenos y malos, chinos buenos y malos...estamos todos y ninguno destaca para bien o para mal, en todo caso nosotros, los europeos colonizadores, pero eso se da por descontado.

Ahora...hay un problema:

las mujeres.

Se ha escrito mucho sobre el papel (o más bien la falta de él) que ellas desempeñan en las aventuras de Tintín: que si es gay, que Hergé era un misógino, que si la férrea educación religioso que recibió es la culpable...la verdad es que choca bastante. Quitando a la petarda Castafiore no recuerdo un solo personaje femenino que merezca siquiera el nombre de secundario. Y esto es algo que hoy en día resulta inaceptable. Realmente, la gran curiosidad que tengo para ver la película es como se las ha arreglado el Mago Spielberg para corregir una tara tan descomunal, no imagino que haya sido capaz de dejar fuera del juego a más de la mitad de la población mundial, es como si a nosotros nos quisieran hacer tragar con, por ejemplo, no sé...¿"Candy" o algo así?. No, fijo que el Mago de Sión ha encontrado el modo de hacerlas entrar en la historia, aunque sea con calzador y a costa de los puristas, pero un tío como él no se habrá conformado con realizar la mejor versión posible, la habrá "mejorado", "adecuado" a nuestros tiempos, aunque tampoco puede decirse que Spielberg sea un amante de las mujeres, recordemos que, en palabras suyas, es un niño grande, al estilo de Jackson pero mucho más inteligente, y no hay niño al que le gusten las niñas.


"Las aventuras de Tintín: el secreto del unicornio" va a ser uno de los cuatro o cinco bombazos cinematográficos más grandes que podamos ver en nuestras vidas, de eso no tengo ninguna duda, y si detrás de la cámara está el Mago de Sión menos tengo de que será una gran película para echar un buen rato, aunque con el modo "Caution" en nuestras seseras, que ya sabemos lo que buscan las super-producciones de Jolibú, más aún que ganar pasta...ganar adeptos.


Así que paquete de tabaco, copazo de whisky, sofá y a encontrar el primer tueste en la Red.


- "¿Y Tintín qué? ¿Ya se ha echao novia?"
- "Me da que sí, abuelo, me da que sí..."


¿O saldrá del armario?


Uno ya no sabe que sería lo mejor.


Pero el Mago de Sión sí.


"¡¡¡ESA TOSTADORA...VAAAAAAAAMOSSSS!!!"

STANLEY EN SEPANG





Hará un par de semanas que ví un documental acerca de un volatinero francés que en 1974 cruzó sobre un cable de acero los 42 metros que separaban a las Torres Gemelas; 42 metros pueden ser una enormidad si debajo de ellos hay diez veces más, y es que, como todo en la vida, las cosas hay que medirlas por comparación.

El mismo hecho afrontado por dos personas diferentes puede resultar algo sublime o ridículo. En el caso anterior tenemos a un profesional del cual sabemos es capaz de afrontar ese riesgo aún cuando las posibilidades de fracaso son elevadas. Lo hace porque quiere, nada ni nadie le obliga, es un reto personal, una obsesión que le lleva a jugarse la vida sin razón alguna, pero al mismo tiempo, de su obsesión, de su "locura", crea algo hermoso, arte en estado puro, porque el arte verdadero no es sino algo completamante inútil y, aún así, maravilloso. Si un inconsciente sin la preparación adecuada hubiera intentado emularle no nos habría maravillado porque la muerte le habría echado la zarpa a las primeras de cambio: no es el resultado la principal motivación, sino el juego, el baile con alguien que perfectamente puede vencerte, la posibilidad de perder, cuanto más grande mejor, pero siempre con una puerta a la esperanza, no hay nada de bello en un suicida, no hay asombro en su muerte porque la quiere, es el juego lo que nos estímula, la posibilidad de perder. Pero también de ganar. Ahí radica su embrujo, en que no "vale" para nada y no podemos hacer otra cosa que admirarlo. Porque la admiración nace de nuestra incapacidad, se admira aquello que no se puede hacer, para bien o para mal, ¿sino de qué tanto interés en genocidas y seres de semejante calaña?, si te detienes a estudiarlos, a leer sus vidas, a ver sus actos es porque te interesan, seguramente para reafirmarte en tus ideas morales, para sentirte mejor por comparación bajo el prisma de tu moral, pero tu parte mala, esa que todos tenemos, te pica con la frase: "ese lo hace porque es capaz...¿y tú?". Tú no lo haces porque no puedes, lo primero, y porque no quieres, lo segundo. El camino principal para no hacer algo es preguntarse el porqué. Uno puede admirar lo perverso, somos nosotros quienes dotamos a la palabra de un sentido "bueno", pero los palabras sólo se significan en los diccionarios, la moneda de la vida siempre tendrá una cara y una cruz. Y ambas siempre formarán parte de la misma.

Recuerdo al coronel Kurtz-Brando divagar sobre lo que sería capaz de conseguir si dispusiera de unos cuantos soldados como aquellos que fueron capaces de arrancar los brazos vacunados de aquellos niños que ellos habían pinchado poco antes. Esos hombres, "llenos de amor, esposos y padres", habían sido capaces de obedecer sin rechistar esa macabra orden, y lo habían conseguido, no se habían echado atrás, porque habían antepuesto su "deber" a su "moral". Obedecían órdenes, punto. Ellos no estaban para preguntarse el porqué, ellos estaban para obedecer.

Si a mí, o a tí, nos dijeran "¡eh, tú! córtale el brazo a ese bebé..." no creo que fuéramos capaces de hacerlo aún a costa de nuestra propia muerte, y no seríamos capaces de hacerlo por una simple razón: porque no estaríamos entrenados para ello. No es que seamos mejores o peores, simplemente no podríamos seguir con nuestras vidas después de haber hecho algo así, nos resultaría imposible acallar a nuestra conciencia, y esa es la cárcel más segura de todas. Ergo, bien mirado, básicamente sería otro acto de egoísmo: nuestro Yo no podría soportar las consecuencias que nos acarrearia cometer esa acción, más que el hecho del daño causado, de lo que se deduce que ser egoísta puede muy bien significar ser humano. Ser humano es ser egoísta porque somos mortales. Sin la muerte todo carecería de sentido y nada sería "bueno" o "malo". Sin la muerte no podríamos entender la vida que vivimos. Sin muerte no hay vida. Hay que dormir para estar despierto.


Cuando al despertar esta mañana me he enterado de la muerte de Simoncelli me he llevado la lógica impresión, aún cuando todos sabíamos que el italiano era el José Tomás de los circuitos, pero la muerte es así, siempre sorprendente, se morirá Carrillo con 120 años y nos sorprenderá. Sorpresa ante lo inevitable, otra contradicción para la colección.

Pues bien, después de navegar durante un rato he encontrado el vídeo de la caída, estaba tomado al revés, supongo que razones de copyright, se les veía coger la curva a izquierdas en lugar de a derechas como realmente ha sido, a cámara lenta, impactante...Tras el horror de los primeros visionados (¿por qué vemos algo así? porque nos gusta) me he fijado en que Marco entraba en el plano a la manera que Kubrick filmó su Danubio Azul espacial, invadiendo la trayectoria de sus compañeros de igual manera que las diferentes máquinas espaciales hacían acto de aparición en aquella memorable secuencia, sin pedir permiso, como saludando al espectador, como el imbécil que salta detrás del entrevistado para que lo vea su mamá, "¡eh, que estoy aquí!"...pero donde Stanley pudo evitar el choque con su pericia en el laboratorio, Edwards y Rossi no han podido modificar su trayectoria, ellos estaban orbitando correctamente alrededor de Sepang, según las Leyes, pero el pobre Marco se ha salido de su órbita justo en el momento que sus amigos no podían hacer otra cosa que matarle. Una posibilidad entre muchas. Y le ha tocado.

Por esto a Kubrick le gustaba más filmar que vivir, porque detrás de la cámara nada escapaba a su control. No había ninguna posibilidad. Estaba muy bien entrenado y solo tenía que cortar y pegar si se equivocaba. O volverlo a rodar.

Pero la vida no es una película, y si lo es no es sino una estúpida Dogma de nórdicos neuróticos.


Éstos son los héroes de nuestros días, quienes se juegan todo lo que tienen para que los demás pasemos el rato, porque la muerte por televisión parece mucho menos de lo que es, de hecho nadie la necesita más para sobrevivir que la tele, es su pan, pan integral, "light", para nuestros enfermizos estómagos. Los soldados deseados por Kurtz para dominar el mundo convertidos en trágicos payasos de la tele; del superhombre al supermono. El mono ha vuelto a saltar por encima de nuestras cabezas y hemos vuelto a caernos de la cuerda. ¿Quién es hoy el Santo Impío? ¿Nos volverá a enterrar en el tronco hueco de un árbol o nos enseñará a vencer al mono de una maldita vez?.


Marco ha muerto haciendo lo que más le gustaba, estaba preparado, era bueno, pero hoy ha dado en caer por el único agujero que tenía la red


"Demasiado pronto..."


El trato nunca se cerró, nunca se cierra para nadie.


Ahí está la gracia.

jueves, 20 de octubre de 2011

JEVIS (II)






No todos estamos capacitados para vivir como Zaratustra, en la cueva de una montaña y sin más compañía que un águila y una serpiente; el ser humano necesita comunicarse, relacionarse, conocer gente afín, es decir, echar el rato. Normalmente uno intenta dar lo mejor de sí cuando está en contacto con otros, conocerse a uno mismo debe estar bien, pero resulta demasiado cansado e irritante, es mejor mascarear con los demás, resulta muchísimo más humano y llevadero.

Ahora es fácil, sólo tienes que conectarte y enseñar tu mejor cara, esconder lo que no te gusta y mostrar aquella parte de tí que piensas más gustará al resto. De esta manera conseguirás amigos. O al menos algo parecido, que es para lo que han inventado el juguetito: como cada vez estaremos más solos al menos así, teniendo 1.000 amigos en Facebook, seguiremos creyendo que somos personas y continuaremos tributando, que a fin de cuentas es lo único que nos diferencia de las máquinas a los ojos del Gran Titiritero.

En los ochenta la cosa era un poco más difícil, la jevintud estaba absolutamente marginada en los mass-media y si te gustaba el rollo era prácticamente imposible contactar con gente como tú; así que o te conformabas con rockear punteando tu guitarra española de cuatro cuerdas ante un millón de fans en la soledad de tu habitación, o...

te comprabas el Heavy-Rock.

Era una revista quincenal, aunque por nosotros ojalá y lo hubiera sido diaria, en la que aparte de la acostumbrada crítica musical (aunque más bien eran panegíricos, de tan pocos como éramos no era cuestión de joderla siendo tiquismiquis), fotografías, entrevistas y tal, lo mejor de todo era que tenía un gran desplegable central en el que por un lado aparecía alguno de nuestros héroes en sus mejores momentos, y por el otro se publicaban eseoeses de la peña en busca de amistad.

El 95 % de ellos eran cosa de hombres, más bien chicos, a las chicas no les gustaba el jevi, y menos los tíos feos que lo tocaban, así que aquello tenía toda la pinta de un campo de nabos casi sin hojas de donde asirlos para sacarlos de tan pelados como se reveleban.

La carta-tipo siempre empezaba con un saludo metalero, un aullido de reconocimiento, para continuar con una gran kagada sobre el lugar donde vivía, quejas sobre los mass-mierdas y su apartheid a nuestra música, y confesión de sus "dioses", esto es, sus grupos favoritos. Finalizaba con un ruego (que más era una súplica) para que el personal se carteara con él en la dirección adjuntada de su "choza", "cueva", "cárcel", "mazmorra...

Alguna vez escribía alguna tía, imagino que su cartero debía llevarle la correspondencia en un saco aparte, yo me carteé con varias, intercambiábamos fotos y tal, ruegos y preguntas, anhelos y sueños, era todo tan ingenuo, tan infantil...y es que nadie tiene más necesidad de amor que los monstruos, sólo hay que darles un caramelo del sabor que más les guste para que caigan deshechos a tus pies y te hagan como la Magdalena.

Nadie más sentimental que un jevi.

Y es que nadie quiere sentirse solo, tampoco rodeado, se trata de encontrar a alguien con quien estar sin tener ganas de ir al water.


A no ser que seas Zaratustra; pero mirad como acabó, que de tanto encerrarse en el water terminó por comerse su propia mierda.


Y tampoco es eso.

miércoles, 19 de octubre de 2011

JEVIS (I)






Básicamente, uno se hacía jevi en los años ochenta porque estaba cabreao.

Tenías trece años, estabas cabreao con tus padres y no sabías porqué, con los familiares besucones que te trataban como si fueras lo que eras, con los moñas de los amigos de siempre y su fútbol hasta con garbanzos y escudos, con los insoportables pijarracos del colegio que ya degustaban dorados bollycaos al aire de fresas salvajes mientras tú te comías el timo medio-relleno de sucedáneo de chocolate que te vendía la vieja Manola y después te manoleabas con las sumisas granjeras del "Interviú" que tu viejo guardaba donde creía que nunca lo sabrías, con los maestros inquisidores y su eterno "¿ya sabes lo que vas a hacer el año que viene?, es una decisión muy importante, piénsalo bien"...estabas despertando a la vida, y como con todo despertar abrupto e inesperado te sentías molesto, confundido, CABREADO.

No encajabas. Eras un triángulo del Tetris.

La otra noche, viendo aquel programa que os conté sobre el origen del Universo, escuché que una vez pasada la colosal explosión, toda la materia inició su baile espacial: se atraían y se juntaban creando algo mayor, planetas, satélites, cometas...todos bajo el manto protector de la galaxia correspondiente, siguiendo sus reglas. Pero también existían planetas solitarios, "vagabundos", que por alguna razón habían abandonado el baile y viajaban solos por el vacío interestelar, normalmente se debía a que su lejanía de la estrella les había hecho perder el rumbo, estaban perdidos y viajaban a la deriva, puede que encontraran cobijo en una nueva estrella, o tal vez vagaran eternamente en soledad, esperando el choque de algún meteorito que les provocara algo de calor en su helada corteza...

Pues igual era el tema. No sabías dónde coño estabas; sólo que la soledad era fría. Y con trece años uno tiene un mega-volcán a plena actividad en su núcleo.

Así que teníamos que encontrar una maldita estrella antes que se apagara y pasáramos de planeta "vagabunbo" a planeta "muerto".

Y esa estrella se llamaba Heavy Metal.

Un compañero de clase me pasó una cinta, "vas a flipar", era el "Piece of mind" de los Maiden, una grabación, claro, entonces los negros manteros todavía estaban corriendo su loca carrera con los leones en la que no se sabía quién quería comer a quién y los únicos chinos que conocíamos eran a Bruce Lee o al Fumanchú, así que las tostadas teníamos que hacerlas nosotros, que nunca un español necesito de nadie hasta que nos metieron en Uropa; algún completo desconocido se había comprado el vinilo y tueste tras tueste llegaba a tus manos. Y nunca estaba tan quemada como para no aprovecharla.

Cuando escuché "The trooper", su comienzo...no sé, me pregunté en qué cojones había estado utilizando mis orejas hasta ese momento, ¿padres, maestros, abuelos, amigos, los Beatles de papá?

Me quedé loco.

El viajero solitario del espacio había recibido la señal de su monolito. Y hacia allí que me fuí. A buena hostia.

Pasaba algo curioso con los jevis; lo que más deseaban era estar a su bola, a su marcha, a su aire, cosas todas que se pueden conseguir si pasas desapercibido, pero como eran tan pocos tenían que dar el cante visual para reconocerse entre ellos: el pelo tan largo como fuera posible para que se viera el parche de la perenne chupa imitación cuero, camisetas negras con unos monstruos que harían aceptable llevar una de Hitler, muñequeras sobre las que nuestro campechanísimo Rey se hubiera cuidado muy mucho de mostrar un afecto especial, pantalones de pitillo que dejarían al can Cerbero a la altura del Dioni para el asunto de las ventosidades, deportivas enfermas de alzheimer...algunos también unían el elemento auditivo, llevaban un "loraco" al hombro a todo lo que daba que se chupaba pilas como el puño de grandes tal que si fueran pipas peladas, las viejas los miraban y se santigüaban, pero es que de alguna manera tenían que comunicarse, no existía la Intenné, querid@s


Bueno, esto da para más y no es cosa de meterlo todo en un artículo, así que lo iré haciendo por partes, ya veremos las que salen.

lunes, 17 de octubre de 2011

NUESTRO DOS DE MAYO





En los años 80 del siglo pasado (JO-DER...), cuando en lugar de fútbol a todas horas teníamos asesinados para desayunar, lo normal para un chaval que hacía fila en el patio mientras se rezaba en voz alta el padrenuestro reglamentario previo a entrar a clase, era epilogar el amén con un "hijos de puta" hacia los matadores del ejecutado (o ejecutados) del día a quien el padre dedicaba la oración. Después, mientras esperabas a que fueran pasando los pequeños, en orden y sin demasiadas tonterías, comentabas la noticia con tus amigos: "yo les pegaba un tiro en la cabeza", "yo mataba a toda su familia", "yo se lo daría a los hijos del muerto"...y así.

Ninguno hablaba de perdón. O de rendición.

Claro que entonces éramos demasiado jóvenes, sin desbravar, lo teníamos todo muy claro, para pegar (matar) a alguien tenían que hacerte algo malo, en ese caso la muerte podría ser un accidente, un arrebato, algo "justificado", merecedora de una pena inferior a la infringida, simplemente te hubieras defendido y se te habría ido la mano.

Y es que la mano, cuando hay sangre por medio, tiene voluntad propia, y puede o no estar de acuerdo con lo que diga la cabeza. Pero no se mata a cabezazos. Normalmente.

Recuerdo que, aparte de los etarras, quienes estaban inmediatamente detrás del rojo de nuestras iras eran los políticos, esos soplapollas impresentables que expresaban su "enérgica condena" ante las alcachofas de sus perritos falderos para después irse a cenar y de putas, que me lo contó años después un guardia civil amigo mío que estuvo de escolta en el País Vasco cuando las ratas vascas se convirtieron en vampiras de tanta sangre como caía por las alcantarillas.

Y ahora los "enérgicos condenaos" están a 0'2 de ponerse de lado para dejarle paso al "trágala" del fin de la Eta, del fin del juego de manos, porque eso es lo que ha sido la Eta: un puto juego de manos.

En un Estado nada dura tanto tiempo si no conviene; esto lo tengo claro desde hace mucho tiempo. El arma más poderosa del poder, con lo que realmente gobierna, es el miedo; es necesario que la gente tenga miedo, que reclame protección aún a costa de sus derechos para que se eche en tus brazos y los tengas de tu lado, que en realidad es el único lado que hay, del mismo de donde sacarán al enemigo para que podamos ponerle rostro a nuestro temor, ya que sin él lo que habría sería pánico. Si no sabes lo que temes, si no ves al causante de tu dolor, no hay dios que te ponga las cuerdas porque cualquiera puede ser el culpable. Y con pánico no se va a ningún sitio, con el temor sí, a donde tú quieras que vayan.

Cuando tocó que España organizara Mundiales, Juegos Olímpicos, Exposiciones Universales...aquí no se movió nadie, estaba en juego el dinero, el negocio, la cosa debía estar tranquila para poder desplumar a gusto al personal, y nadie entra a ninguna casa cuyo jardín huela a pólvora, así que tranquilitos ya habría tiempo para continuar con la matanza.

Pensadlo un momento: ¿qué les hubiera costado a los etarras cargarse a la gente que quisieran durante aquellos días en los que el mundo entero miraba hacia España? a fin de cuentas es lo que cualquier verdadera organización terrorista quiere: publicidad, que se sepa lo que quieren, sus "reivindicaciones", la "liberación" de un pueblo oprimido y torturado...pero no pasó nada. Y no pasó nada porque NADA era lo que tenía que pasar. La Eta era un asunto INTERNO. Siempre lo fue.

Sales de una dictadura, el falso germen ya está dentro, aún débil pero visible, era necesario para que pareciera de verdad, todos tenían miedo, estoy seguro de que en nuestro país aposentó sus reales Caín, "¿qué pasará?, ¿qué pasará?"...nada, se mete a estos tíos por medio, ya tenemos al gran Satán en marcha, el personal con su careta hasta en la sopa, a todas horas, "¡uhhh, qué miedo!", ya podemos hacer lo que queremos, dar pelotazos a diestro y siniestro, éstos a matar y nosotros a ganar dinero, el único problema era el Ejército y a ése lo desactivaron con otra gran juego de manos la noche del 23-F y su unicornio blanco. Todo bajo control.

Y una vez que el peligro de revueltas pasa, que los socialistas llegan al poder, poco a poco la Criatura se va desactivando, ya no desayunas caquitostadas con "manteguilla" a diario, ahora a la semana, después al mes, que se vaya olvidando, el mundo es un pañuelo y aquí nadie vendrá a invertir si esto es un banco de sangre, cosas puntuales, que no se olviden, pero al tema, al tema...a la PASTA.

Entonces llega el que decían que jamás debió salir de Valladolid, el que salvó su vida por el pelo de una gamba y la coraza de Thor que llevaba en su buga oficial, "oye...éste no traga", ni al Rey tragaba, "¿un enano de Valladolí me va a tocar los cojones?"...

Y entonces pasó lo de Miguel Ángel.

Y entonces casi TODOS nos volvimos locos.

Y entonces sí que se acojonaron.

Y entonces fueron ellos quienes tuvieron miedo.

Porque les volcamos el nuestro en sus morros. Todavía no éramos tan mierdas como se pensaban.

Jamás he sentido la pertenencia a una tierra, a un país, como aquellos días. Fue el dos de mayo de nuestras vidas...que terminó el 11 de marzo de 2004: la mañana que España rindió armas ante cuatro moritos de Lavapiés; nosotros, que habíamos sido capaces de derrotar al Turco, de echar al ejército más grande del siglo XIX, de conquistar el Nuevo Mundo, de señorear el Imperio más grande que vieron los tiempos...fulminados por cuatro camellos y sus teléfonos.

Pós claro..."¿dónde está el garbanzo?"


Ahora llega el gallego amexicanizado, "la economía lo es todo", tan piramidal y albañilón él.


No, una familia puede ser feliz con un trozo de pan, sólo es necesario que esté unida, que se quieran, que se protejan los unos a los otros, que cuiden de aquellos que los cuidaron y que guíen a quienes los cuidaran, todo lo demás vendrá solo porque el motor estará engranado y a punto. Aunque la carrocería parezca una mierda.


Y aquí pocos aguantan a menos, nos han hecho creer que somos una mierda, un cero a la izquierda, que no valemos lo que los de fuera...


Y tienen razón, no valemos lo que los de fuera, VALEMOS MÁS, jamás se supo de un zorro, de un gallo, de un águila que venciera a un TORO. La única forma de hacerlo es que le hagan creer que ya no lo es, que se ha convertido en un buey.


Y parece que van a lograrlo.


Pero todavía hay TOROS por la piel de TORO.




DEDICADO A LAS VÍCTIMAS Y A SUS FAMILIAS.

EL CULO NO TIENE OREJAS





El chino de la tele habla con una sonrisa en la boca sobre el "big bang", los miles de millones de años desde su explosión, el cómo de un punto infinitamente pequeño se creó todo el Universo, "de la NADA", ¿la NADA?, me pierdo, nos perdemos, un amigo menea la cabeza en silencio, "¿pero qué coño dice este tío?", habla con tanta convicción, parece tan seguro de lo que está diciendo que puedes llegar a darle la razón sin saber de qué cojones está intentando convencerte, la tentación de ceder ante alguien más inteligente que tú siempre está ahí, pero eso de la NADA...no nos entra en la cabeza. Eso es magia.

Y la magia es mentira.

Después sale un calvo con gafas, un físico teórico de ancha sonrisa que no hace más que hablar sobre números, "y billones, y billones, y billones, y billones...", ¡joder!, imágenes de galaxias, estrellas, el Universo en movimiento y tú ahí, echando un trago de agua y fumándote un pito, "¡Y BILLONES, Y BILLONES, Y BILLONES, Y BILLONES...", ¡Dios, soy una puta mierda!

Un gordito, otro cerebro, sonriendo, "...y el Universo sigue expandiéndose, cada vez a mayor velocidad, los efectos del big bang continúan 14.500 millones de años después", otro pito, "ponme otra copa", cabecea, niega, el Nuestro no aparece por ningún lado, se han olvidado de Él, dar de comer a miles de personas con 2 panes y cinco peces no parece nada en comparación a un pepinazo de ese calibre, a galeras, al fondo del mar...

Regresa el inquietante chino, melena blanca, aspecto jovial, maestro en no se qué Universidad americana, seguro que se folla a una diferente cada tarde, "Maestro...¿puede explicarme lo de los agujeros negros?", "¡cómo no, pequeña! bájate las bragas y ponte a cuatro patas, que voy a hacer que veas el mismísimo big bang", puto chino pichacorta. Ahora habla de algo que conozco bien: la antimateria. "Justo al principio de todo se libró la más grande batalla cósmica que ha visto el Tiempo, la materia contra la antimateria, era una cuestión de número, ganaron los buenos porque había una partícula más de materia, y de ella, DE ELLA SOLA, SE FORMÓ TODO EL UNIVERSO...la antimateria no es dañina por sí sola, sólo cuando entra en contacto con la materia resulta peligrosa, se anulan, se destruyen,...si mi yo de antimateria, exactamente igual, se pusiera delante de mí, no pasaría nada...con la condición de no tocarnos. En ese caso volaríamos por los aires".

O caeríamos por los suelos.


Terminan, sin noticias de Dios, todos sonrientes, ahora hasta tienen una máquina, "¡LA MÁS GRANDE DEL MUNDO!", capaz de recrear los primeros compases del big bang, de la gran erupción, del Principio de todas las Cosas, de como de la NADA se creó TODO.


Cierro, nos vamos, "historias...hasta mañana, Kufisto", "hasta mañana", parece ser que no nos han convencido de lo que realmente querían sin nombrarlo: Dios no existe.


Para ti, puede, herético chinarro, no para mí, volveré a afirmarlo esta misma noche, cuando cierre los ojos, una las manos y recite aquella vieja historia que comienza con "Padrenuestro..."


Mi yo de antimateria continúa rondándome.


Y no le voy a pedir ayuda a un pedo cósmico.


Tal vez el mío ande un poco sordo, cosas de la edad, pero el tuyo...


¿CUANDO SE VIÓ UN CULO CON OREJAS?