viernes, 23 de marzo de 2012

EL REGRESO DE UN BUEN AMIGO




Después de unos cuantos meses (tantos que ya lo daba por perdido) anoche me devolvieron uno de mis libros más queridos: "Los campeonatos del mundo, de Botvinnik a Fischer" por Svetozar Gligoric.

Lo compré en una librería de Córdoba, una librería como Dios manda, laberíntica y oscura, llena de libros y vacía de anuncios, una librería "búscate la vida", una librería "mira por allí a ver si encuentras algo", una librería anárquica. Una verdadera librería.

Recuerdo que cuando lo encontré me dió un subidón, eran mis inicios en el ajedrez, allá por el 98, y ya por aquel entonces Fischer se había convertido en uno de mis totems. No me importó su aspecto, evidentemente se trataba de un segunda o tercera mano, no estaba plastificado y la portada presentaba algunas manchas, pero soy de esa clase de personas que tanto para los libros como para las casas, como para tantas otras cosas prefiero que tengan aspecto de haber sido usadas, cuanto más mejor; no sé, un libro virgen, una casa nueva, me causan mal rollo, es una sensación como de que ahí no hay nada que rascar, están como muertas, quizá por eso nunca fui un comprador de libros, porque aparte de no ser Amancio Ortega es algo que nunca me gustó, incluso en mi época de lectura febril siempre lo hacía en la Biblioteca, libros manoseados, usados, de página fácil, como puta colgada por la farla, aunque lo que no admito son los subrayados, o las reflexiones escritas por algún cliente anterior, o las marcas en los bordes de las páginas. Usado pero íntegro, tal cual. Y si tienes que dejarlo a medias no lo pellizques, coloca algo donde lo dejes, o mejor aún, memoriza la página. Te aseguro que si te gusta no la olvidas.

Sin duda alguna es mi libro favorito de ajedrez.

El tipo que lo escribió, el Gran Maestro yugoslavo Svetozar Gligoric, fue contemporáneo de todos los grandes ajedrecistas que disputaron el título durante aquellos años, por lo que habla de primera mano, no de oídas, y como caballero que se le supone a todo aquel que dedique su vida a tan noble juego lo hace de la manera más objetiva posible, sin filias ni fobias evidentes, acaso alguna pulla al gran Korchnoi ("siempre envidioso de los demás") pero solo de pasada, no en vano Viktor nunca fue campeón del mundo, siempre fue un excepcional secundario, el Ernest Borgnine de las 64 casillas, y además que su mala baba siempre fue tan proverbial como su excepcional espíritu de lucha.

El libro consta de una extensa introducción en la que se nos cuentan las circunstancias que rodearon a cada uno de los once matches que se disputaron durante aquellos años, la Edad de Oro del Ajedrez. Con un lenguaje llano, claro, conciso, alejado de toda pirotecnia, Gligoric desentraña el entorno que envolvía aquellas épicas batallas y las características psicológicas de cada jugador; de todos tiene buenas palabras y de todos escribe con respeto y admiración, no rindiendo pleitesía y vasallaje a ninguno, a fin de cuentas a él le falto pocó para ser uno de ellos, pero está tan bien escrito, tan alejado de todo aburrido tecnicismo, que hasta un profano en la materia disfrutaría leyéndolo. La parte dura, la seria, la que cuenta a fin de cuentas, las partidas, la deja para el segundo bloque: la transcripción EXACTA (creo no haber encontrado más que un par de erratas) de todos los movimientos realizados, lo cual resulta homérico, más aún si sabemos que el libro se publicó en el 72, nada más coronarse campeón el gran Bobby, "el campeón de los años 70" como lo llama ingenuamente, ¡ay!, el bueno de Svetozar. Tiempo después amplié mi biblioteca sobre el tema y de verdad que algunos libros, la mayoría, resultaban infames: rara era la partida donde no había una o más erratas, a cada cual más bestia, y además de esas que te hacían imposible reproducir el juego. Y todo ello en pleno fin de siglo, con la cantidad de medios disponibles a su alcance. Pero claro, los escribían y editaban gente a la que le importaba una mierda el juego, no uno de sus más renombrados sacerdotes. Es para recordar y admirar a los copistas de la Edad Media, a aquellos monjes que tenían en sus manos la responsabilidad de dejar a la posteridad el pensamiento y la obra de los verdaderamente grandes, de aquellos que traspasan las eras, de los eternos: en las manos de aquellos copiones estaba la obra de los genios. Y ponían su alma para estar a la altura, no en vano Dios vigilaba desde arriba, eso si que era un Guardián, ¡cualquiera se la jugaba!...ahora Dios está muerto y no es descartable que un futuro cercano (si no lo es ya, mirad lo que quieren hacer con "La Divina Comedia") todo libro escrito sea reconvertido en lo que el Gran Necronomicón de lo políticamente correcto necesite para sus oscuros deseos. Tristes tiempos estos en los que hasta los muertos de antes de antes de ayer son juzgados como si vivieran hoy.

Otra de las cosas buenas del libro es la notación de las partidas, que es descriptiva. Para los neófitos: hay dos formas de hacerlo, ésa y la algebráica. Ésta es más cómoda, únicamente informa de la casilla de llegada y si se trata de una pieza basta con poner delante su inicial en mayúscula; a los pobres peones, "el alma del ajedrez" ni se les nombra, como si no existieran. Evidentemente ésta es la que hoy domina el lenguaje ajedrecístico. Sin embargo, en la notación descriptiva TODOS tienen su nombre, hasta los peones, y las piezas dobles incluso el apellido cuando resulta necesario. Claro es que resulta algo menos funcional pero incomparablemente más hermoso y justo, esto es, inútil en comparación con el otro, y en estos locos tiempos donde vivimos como el conejo de Alicia que siempre tenía prisa por llegar a ningún sitio, eso es algo que no se puede permitir, algo a desterrar, algo a olvidar.


En fin, que lo tengo de vuelta y ya para siempre, no pienso dejarlo más, irá conmigo hasta donde yo llegue.


Y cuando llegue que se lo lleve otro.


Como antes hice yo con él.

jueves, 22 de marzo de 2012

A MI ME GUSTAN ASÍ




- "Esto es gallo"

He recordado la frase cervantina mientras leía la divertida crónica de un amigo sobre su visita a un museo de arte moderno.

Suele decirse por boca del equipo gafapasta habitual que la obra de tal o cual artista vale más por lo que oculta que por lo que muestra, es decir, que su mejor parte es aquella que no existe, subterfugio bajo el cual se disfrazan con indudable éxito un número infinito de zaques con nulo talento. Pero como dirían los del Río "si lo disen loj que saben...¡tendrán rasón!".

Y por no quedar como un gilipollas ridículo hay que decir que la borrica es buena.

Tengo para mi que una de las profesiones más diabólicas que existen es la de crítico de lo que sea. No conozco a ninguno ni ganas que tengo pero, con las excepciones que confirmen la regla, deben ser antes que nada unos fracasados de sí mismos, porque no existe fracaso cuando lo intentas sino cuando te echas a un lado para ver como lo hacen otros y sentencias con las piernas bajo el brasero. El único pecado es no intentarlo.

Hoy, donde el acontecimiento del siglo siempre será el que está por venir, no es el valor intrínseco de algo lo que marca su éxito o fracaso, sino las relaciones que tengas o no con aquellos que tienen la capacidad de darte a conocer, de hacerte famoso, de ser millonario, en una palabra: de conseguirte tus quince minutos de fama.

Muchos dicen que para pintar como Picasso primero hay que hacerlo como Velázquez, por lo que, de entrada, se da por sentado la superioridad del uno frente al otro; y no sé, quizá tengan razón y el malagueño sea el mayor genio de la pintura, no lo niego, pero lo que sí digo es que bajo esa premisa se han perpetrado un sinfín de aberraciones que nos las han hecho pasar por algo que no son, y como de imbéciles el mundo está lleno muchos de los que hoy son paseados bajo palio no aguantaran el paso de una sola generación. Como otros dijeron antes que yo: para calibrar la obra de alguien deben estar muertos todos sus contemporáneos. Y si no es así, hoy por hoy más que nunca, resulta sospechoso. De entrada.

La cultura de nuestro tiempo es antes que ninguna otra cosa un negocio. Otro más. Y eso en el mejor de los casos, porque la otra cara de la moneda es la de la Propaganda, el uso y abuso que hagan de ella con fines inconfesables, aunque también es cierto que dentro de ella hay cosas que merecen la pena, pero siempre teniendo claro cual es su verdadero fin, su verdadero rostro: uno puede disfrutar de algo bien hecho aunque se sepa pernicioso. A veces el Mal es Bello, pero sigue siendo malo.

No nos confundamos, cuando se llevan las cosas al extremo, algo como guardar tu mierda en una lata y exponerla en una afamada sala bajo un cartel con la leyenda "mierda de artista", se hace por elevación, para que el arco donde se cobijen el resto de estupideces sea tan amplio que solo te quede la resignación y aceptación de los veredictos ajenos. La mierda de artista no será la última frontera, seguro, pero en ese bote de heces algunas luminarias verán más por lo que esconde que por lo que muestra, e indudablemente en este caso será así, porque lo que encierra ese bote de mierda expuesto en una galería de arte es el signo de los tiempos: la confusión del tiempo, de nuestro Tiempo. Mirado así, con esta perspectiva, está claro que ese bote no es arte, lo que sí es Arte con Mayúscula es lograr que sea expuesto, admirado y pujado por gente tan hastiada de todo (de sí mismos en definitiva) que creen que únicamente yendo un paso más allá encontrarán lo que buscan, lo cual no es otra cosa que algo solo cognoscible para ellos, algo que definitivamente les separe del resto de nosotros, porque lo que de verdad desean quienes tienen todo lo que se puede comprar y son envidiados por los demás es ser diferentes, ser otros, ser el superhombre del hombre, mirar a los demás como ahora hacemos con los monos.

Y ahí es donde entra en acción doña Propaganda, porque hasta hace cuatro días todo el Arte era un sueño sobre Dios o los dioses, como queráis, todo giraba en torno a ellos, hermoso o feo todo era bello porque no había idea más alta que esa, es decir, sí, la realidad está bien, la luz es mejor que la oscuridad, claro, pero porque hay oscuridad hay Arte, porque este vive de las preguntas sin respuesta, de los problemas sin solución: si todo está claro, si ya no hay dudas, ¿para qué perder el tiempo soñando?.


Al final todas las preguntas se resumen en una: ¿existe o no existe Dios?.


Y de la respuesta que nos den, del asesinato o renacimiento de Dios, depende todo lo demás.


Por mi parte seguiré viviendo dándole una oportunidad. Y no por miedo.


Es una cuestión estética.

martes, 20 de marzo de 2012

EL PUTO DE LA S.S.




Hace tiempo (desde que Hitler perdió la partida final) que los Jefes de nuestro mundo decidieron sustituir la guerra por el deporte: las armas ya eran tan poderosas que podían dejar hecho un asco el suelo donde viven ellos y nosotros mientras les seamos necesarios, ni un minuto más, así que lo mejor para mantener ocupado al rebaño en su tiempo libre sin que les tocaran los cojones era potenciar esa guerra desarmada (las pistolas son todas para ellos, of course) que es el Deporte profesional. Las guerras de verdad, las que ponen el suelo perdido, las dejan para los salvajes. Hay tantos que jamás funcionó mejor el Gran Negocio. De vez en cuando un susto en casa para que no olvidemos que ellos son nuestros defensores y listo.

El uso de tal como recreo y soma para el pueblo ya estaba siendo desarrollado en los Estates desde principios de siglo XX, cuando terminaron por someter al último indio y los encerraron en afters al aire libre para que se consumieran con el demonio del alcohol. Una manera muy protestante y puritana de dejar la muestra. Como en los zoos. Pero ellos son los buenos, claro, ellos escriben la historia y los malos remalos somos nosotros, los españoles y su masacrón en el Nuevo Mundo. Que pregunten a los indios si es que queda alguno.

El auténtico despegue del deporte profesional se produce tras el Segundo Gran Negocio Mundial, a partir de los 60 y de la mano del gran Satán, míster Televisión. La primera generación después de la matanza ya tenía algo en lo que desfogar sus erráticas hormonas sin necesidad de partirse la jeta a cañonazos: darle patadas a un balón, correr rápido, saltar lejos o meter la pelota en una canasta, cualquier podía hacerlo, cualquiera puede hacerlo, y los mejores de entre todos ellos serían recompensados convenientemente, la corona de laurel y el honor por la victoria eran neuras de los mariconazos griegos; dinero, pasta, güita, parné, lo necesario para que el afortunado pudiera apartarse de la plebe, tan maloliente ella, el sueño de todos, la pastilla azul con el premio gordo dentro. Como en los chinos.

Recuerdo que cuando yo era una crío y mi vida giraba en torno a un balón no podía entender como existían gilipollas que no vieran los partidos por la tele, era algo que me superaba, "¿qué puede haber mejor que esto?". Claro que luego creces y descubres cosas, entonces te parece estúpido lo anterior, pero mientras algunos seguimos adelante para encontrar lo que sea porque sabemos que la solución no está en volver atrás, otros giran en círculo para volver al inicio, tal vez en busca del tiempo perdido una vez casado y con hijos, después de eso no hay nada más para ti que el partido con los amigos y quizá una "amiguita", como válvula de escape de tu olla a presión, más para dejar durante un rato de estar con alguien que empieza a cansarte que como auténtica afición.

Error.

Hacer algo a causa de es equivocarte. La mayoría de las veces escapar no lleva a ningún sitio interesante: te deja donde ya has estado. Y ahí te quedas, con tu pastilla azul que llevará dentro un perenne "sigue buscando": tus sueños murieron. Y lo sabes, pero te conformas. Cosas del estómago.

No veo qué puede haber de estupendo en ver a otro haciendo cosas que hiciste hace tiempo o que sigues haciendo de vez en cuando; es por esto que los deportes más populares son aquellos que más se practican en la juventud desde hace generaciones. Nadie que no sea un friki se hace un loco del curling, o de la equitación, o del tiro con arco si no lo ha practicado cuando era niño. Ves lo que hiciste, de eso se trata. Ya estás demasiado mayor para disfrutar cosas nuevas, hay que cuidar las erecciones con lo conocido, el gatillazo se agazapa en lo nuevo. No es como antes pero basta, ¿verdad?. Además que si a tantos les gusta lo mismo no pueden estar equivocados. "No te hagas la picha un lío y sigue el camino del Gran Jefe, soldado" que decía el coronel a Bufón en "La Chaqueta Metálica".


¿Qué importa la deuda de los títeres con la S.S.? ¿Qué más da lo que deban? Deja tú de pagarles 100 euritos, verás como no tardan 0´2 en cazarte y mandarte a galeras.


"¿Quién te ve a ti?"


Al Gran Jefe le gusta que nos guste lo que sale por sus teles en prime-time. Así él podrá continuar trilereando mientras nosotros gritamos "¡¡¡GOL!!! ¡¡¡PENALTY Y EXPULSIÓN!!!".


Hasta que puedan vivir de las máquinas en lugar de nosotros.


Nuestro futuro está en una pastilla de jabón.

viernes, 16 de marzo de 2012

UNA TRAYECTORIA EQUIVOCADA




¡Pero qué raro es todo, joder!

Estaba comprando tabaco en el estanco cuando ha pasado uno preguntando si hacían fotocopias, la dependienta le ha contestado que no, "¿estaba de cachondeo?", ella ha sonreído y ha dicho algo que no he entendido bien porque llevaba a los Stones en las orejas, pero al parecer no es tan raro. No sé, no recuerdo la última vez que hice una, pero un estanco no es el sitio más indicado para ir a que fotocopien alguna gilipollez, más aún teniendo una imprenta a escasos treinta metros, quizá ella me ha reído la gracia dándome la razón, nunca lo sabré, bueno sí, podría preguntárselo el próximo día, pero sería una tontería, ¿no?...¡ay, Señor, cuando nos llevarás!

Y al salir he cometido el error.

Normalmente compro el pan en la tiendecilla del sieso, un tipo que vende golosinas, bollos y mierdas de esas, un tipo con una cara que no puedes imaginarla sonriente, es curioso, en muchas de esas tiendas quienes las atienden son más secos que un melocotón verde, será el exceso de azúcar, pero como casi nunca hay nadie, y cuando los hay suelen ser criajos en busca de su dosis, no tarda ni 0´2 en darte el pan, aunque esté a medias con la criatura, el tipo es serio pero profesional, todo un héroe, "tranquilo, ya voy, yo me encargo de estos pequeños cabrones, usted no tiene porque aguantarlos. Su pan, 60 céntimos, gracias, adiós, rece por mi...". Claro está que no dice ni mú, pero se le perdona, supongo que yo haría lo mismo al tercer día y él lleva años...

Pero hoy no he ido porque me había marcado una trayectoria para el final del paseo: tabaco, farmacia, pan, CASA. Todo a mano, todo del tirón, la tienda del sieso se desviaba apenas cien metros, pero hay una especie de colmado a la vuelta de la farmacia, tenía ganas de llegar a casa y echarme un pito, "la trayectoria, la trayectoria, Kufisto, no te salgas de la trayectoria prevista...". La Trayectoria.

Un viejo nos estaba pegando el sablazo habitual mientras un cuarentón pillaba papillas e historias de esas, tras ellos una vieja chiquitina y enlutada con un manojo de recetas en su manita que daba pánico mirarlas. El viejo ha metido la montaña de drogas en su zurrón y, ante mi absoluta perplejidad, NO HA SOLTADO UN SOLO DURO. Por un momento he pensado que se trataba de un atraco, pero como el flandul que había tras el mostrador no ha dicho ni esta boca es mía, ni se ha puesto nervioso, ni ha mudado de color, he dado a entender que no, no se trataba de un atraco, solo es que estamos en España "y así son las cosas". Y así te la estoy contando.

Como la vieja tardaba un par de segundos en reaccionar me he tirado a la piscina, "Nicorette de dos miligramos", entonces sí que el caduco flandul se ha puesto nervioso, LA VIEJA ESTABA ANTES, ¿qué hacer?, ha mirado para allá y para acá, amagando para acá y para allá, nervioso, creí que iba a darle un infarto, "esto no entraba en mi Trayectoria" parecía pensar...viendo que la vieja no decía nada (al menos yo no la oía llevando a Jagger en las orejas) se ha decidido por mi, ha vuelto con lo mío, temblando, "no, deme el grande", siempre compro el grande, siempre LE compro el grande, ¿qué coño te pasa?. "Veintiséis con sesenta y dos" he pensado que por ese dinero el viejo de antes podría comprar el Museo del Prado y quizá le sobrara para una entrada de la Champions League, le he pagado y he salido disparado junto al de las papillas, casi nos chocamos en la puerta, ninguno cedía, al final había sitio para los dos, detrás se quedaba la vieja con la farmacia para ella sola...

Última parada: el pan y a casa, a ponerme cómodo, rularme un pito y fumármelo tumbado en el sofá...síiiii

"Pero antes hay que comprar el pan, Kufisto, que tú sin pan ná de ná"

A por el pan.

El despacho del pan está en la entrada, a la izquierda, rápido, funcional, "dame, toma y adiós". Fácil. A no ser que des con una dependienta para la que dos más dos puede que sean cuatro.

Estaba cobrando a una vieja emperifollada, será la "rica" del barrio, esa a la que todas las demás ponen de vuelta y media cuando aún no ha sonado el cierre de la puerta. La cesta de su compra no llegaba a los quince euros, ha sacado un billete de 50 (¡cómo no!) del billetero que llevaba en su bolso-maleta y se lo ha pasado a la imbécil a cargo de la caja. Será que la registradora estaba estropeada, o que la gorda del mandil no se fía ni de las máquinas, pero el caso es que ha empezado a escribir en un cuadernillo, en voz alta, "huevos..., harina...".

Así ha estado tres minutos de reloj.

En esas andaba cuando ha pasado un viejo y se ha puesto detrás de mi, "buenos días", "buenos días", la gorda inmunda no le ha hecho ni puto caso, el precio de los huevos la traía de cabeza, "concentración, concentración...". Finalmente ha logrado darle el cambio a la "rica", todo de uno en uno, monedas y billetes, los ojos como platos, he pensado que haría una parada en su Odisea y nos atendería tanto a mi como al viejo antes de liarse con la octogenaria que esperaba turno en la caja, quien llevaba bastante más compra que la otra, me he empezado a poner nervioso...

Y el saco de patatas con ojos se ha decidido por atender a quien estáis pensando.

No lo he podido resistir, me he dado la vuelta y diciendo "ME VOY A TOMAR POR CULO" he salido de allí sin esperar respuesta, jurando y perjurando que JAMÁS volvería a pisar aquello, maldita sea, al 24 horas, cinco minutos más de Trayectoria, mierda de Trayectoria, asco de Trayectoria, al cuerno con todas las Trayectorias, ¡necesito fumarme un pito!. Coño.

No había nadie. Pero nadie. Ni tras el minúsculo mostrador. "Buenos días". Poco después ha aparecido la encargada con un cajón lleno de hermosas y ricas barras de pan que acababa de extraer del horno. Todo olía a pan. Me gusta cuando huelo a pan.

Entonces, de entre las profundidades de la tienda, ha hecho acto de aparición una gorda rubia que se ha puesto a mi lado, "ni se te ocurra"...

- "Dame una barra"
- "NO, ESTABA YO ANTES"
- "Pero si yo estaba ahí atrás..."
- "AQUÍ NO HABÍA NADIE. DAME UNA BARRA. ¿QUÉ TE DEBO?. ¿50 CÉNTIMOS?"
- "Sí..." ha dicho alucinada.

No sé lo que hubiera llegado a hacer si la otra se me hubiera puesto flamenca, de verdad, pero qué cara no me habrá visto que no ha dicho ni esta boca es mía, aunque cuando me he marchado seguro que me han puesto de loco peligroso para arriba.


Pero fijo que habrán esperado a oír el cierre de la puerta.


¡Bonito soy yo cuando tengo hambre y...GANAS DE FUMARME EL PRIMER PITO DEL DÍA!

miércoles, 14 de marzo de 2012

K, EL VAMPIRO




Nicholson pudo continuar con su imparable carrera hacia el Olimpo del Séptimo Arte porque cuando trabajó para Él ya estaba destacado en el grupo de cabeza; por algún tropezón que tuviera, que los tuvo, les llevaba tanta diferencia a sus perseguidores que solo tenía que levantarse y alcanzar la meta de los elegidos para servir a los Dioses, lugar que ganó hace tiempo sin necesidad de haber cortado la cinta de llegada. Todavía. Y que sea por muchos años.

Pero no consiguieron hacer lo mismo el resto de aquell@s que se sometieron a Sus mandatos desde el momento en el que se convirtió (2001: una Odisea en el Espacio) en propietario de parcela en la exclusivísima urbanización "Zeus y Cuatro Más"; con la única excepción del patetimonio Cruise-Kidman: se conformó con destruir su increíble relación tras usarlos como testigos en Su Testamento, esa genial broma de viejo verde llamada "Eyes wide shut", película que, como todos sabemos, rodó con la única intención de ver desnuda a Nicole, hembra que durante algunos años fue una Diosa. Ya no. Él se llevó consigo el corazón de la manzana australiana. Estoy seguro que aún hoy, de vez en cuando, se frota el Nabo con él. Hay que mantener el rastro para cuando le toque a ella...parafraseando a Kurtz, deseable ex-pelirroja (tonta): "El olfato, el olfato". Ya te digo yo quien tiene lo que perdiste. Pero no te aceleres: a mi aún me vales, ¿vale?.

No creo que exista un caso más paradigmático en toda la Historia del Cine que el de Malcolm McDowell en "La Naranja Mecánica". En aquellos años Él todavía era una Orca, así que de la naranja no dejó más que el rabito; normal que Alex...quisir, Malcolm lo odie con todas sus fuerzas. Dicen que para hacer de Calígula hubieron de administrarle "Grandpa Viagra" hasta en la pasta con la que limpiaba los dientes. Y ni así. Lo dejaron por imposible: "acuérdate de Él mientras sales en plano, con eso valdrá; para trempar ya hemos contratado a recomendados de John Holmes". El trípode del Cenicientos useño se reservaba para Él y su "Blue Movie", película que, como otras, ¡ay!, jamás hizo y que hubiera sido la última del cine porno. Seguro que Kissinger tuvo que ver algo, "las pajas de los demás son buenas para Nosotros". ¿Y quién se la hubiera meneado después de haber visto la de Él?. Al Nuevo Orden Mundial se llega por la Avenida de las Pajas. En el valle de San Fernando es costumbre el sacrificio de alguna que otra border-dwarf para el enfermizo disfrute del Gran Genocida Yanqui, aunque ya, a los 88 años, se conforma con cagarlas antes de despedazarlas. A veces pienso que es como Magee en "El Resplandor": "Yo siempre he estado aquí...". Tú sí que podrías marcharte de una maldita vez, hijoputa, o mejor aún, no haber nacido. "To wish impossible things" que lloraba, como de costumbre, míster Smith.

De los ¿actores? de "2001" no recuerdan sus nombres ni la Enciclopedia Británica, es más, sus madres estaban convencidas de que no los habían parido cuando iban a cenar en Nochebuena; el gran Robert Shaw casi se meó encima cuando su agente le dijo que Él estaba interesado en él para un papel en La Cosa, aunque su decepción fue algo menor a la que tendrá Cristiano al conocer el Balón de Oro 2012 cuando supo que el rol era "Moonwatcher", el mono en jefe. Lo mandó a la mierda y Él se vengó haciendo que se lo comiera un tiburón antes de morir poco después, cuando estaba empezando a disfrutar la yema de su vida. La Venganza de los Dioses es terrible e inaplazable. Cuando Arrabal se enteró de que Fischer regresaba al ajedrez manifestó que iría a Yugoslavia (en guerra por aquel entonces) aunque fuera para hacer de monitor de televisión. No fue necesario, pero su asistencia le salvó de una muerte prematura.

Ryan O´Neal pasó el resto de su carrera recitando "es la emoción por haberla encontrado" y pagando para que le utilizaran de saco en los callejones más oscuros del Bronx. Si alguien ha visto alguna vez una de las mierdas que después interpretó podrá afirmar conmigo que aquella y no otra es la frase que pronuncia una y otra vez. Tuvo que doblarle Dustin Hoffman porque no había manera, pero el chico por aquel entonces todavía era resultón para la taquilla y las buscapríncipesazules del mundo iban a los cines del barrio para hacerse dedos mientras fantaseaban con que eran ellas la prima de Barry, con la cinta del pelo entre sus tetas. Una vez que le cara de su ídolo empezó a parecerse a un boniato húmedo lo abandonaron por Mickey Rourke. Ahora están con Bardem, creo, con el tiempo se van dejando de hostias para ir a lo duro, a lo hardcore, pero las chachas de los limpias ya absorben Vaginesil en lugar de auténtica y genuina baba de caracol. De caracola, of course.

La Duvall acabó tan mal que se casó con Popeye, el marinero impotente que se enfarlopaba hasta por el culo para que su chica no conociera al macho Brutus, cosa que no le sirvió de mucho: Cocoliso no es hijo suyo; el Barbas la poseyó la misma noche en la que él se decidió a probar suerte en un bar de ambiente, pero tuvo que conformarse con que le dieran por el culo. Sin remedio. Se mosqueó un tanto cuando la Popeya le dijo que estaba preñada, pero le dió tantas y tan atinadas razones que terminó por convencerse de su heroica y desmemoriada paternidad, "cosas de la grama" pensó...claro, Popper: "tan claro como una mañana de invierno...". Ella te quiere pero es otro quien se la folla. Es más habitual de lo que imaginas. Aparte que desde que se piró en el coooche-oruuuga es una fiel devota de Él, a Danny lo dejó como señuelo para una una jauría de lobos cojos que los perseguían durante la huida, "¡anda y que te den, joder, estás maldito!". Como Damien.

De los chicos que mataron a sus padres para ser usados como servilletas de leproso en "La Chaqueta Metálica"...¿qué decir? pues que hace poco vi de refilón a Patoso en una seriucha y en su mirada veías que continuaba en el cagadero del barracón aquel. Una cagada eterna, ¡vive Dios!.

Sí, vive, os lo puedo asegurar, hoy lo he vuelto a ver en su mejor momento después de La Cosa, en "El Resplandor", he vuelto a ver a Shelley fisgoneando angustiada en la inmortal obra de Jack, he vuelto a ver como Él la miraba con demoníaca calma desde atrás mientras Su único superviviente preguntaba si le gustaba, he vuelto a ver ese ¿qué hacemos con Danny?, he vuelto a ver ese luz-de-mi-vi-da...


Cuando he montado en el coche para venirme a casa no tenía más que Sus sueños en la cabeza, en la radio sonaba algo que parecía música clásica, la he apagado, no quería que se me escapara lo que Él me estaba pensando...mientras se abría la puerta de la cochera me he dado cuenta que estaba sonando "That´s the way", que había estado sonando durante esos cinco minutos...


Y yo no la había oído.

martes, 13 de marzo de 2012

PARA REIR Y...PARA REIR





Es curioso: a veces, para llegar a un sitio interesante has de empezar por algo que no va contigo.

No sé porqué, pero pasé la tarde de ayer viendo un documental sobre el heavy metal; un veinteañero se dedicó a viajar por el mundo durante un año para entrevistar a las vacas sagradas del género y a algunos de sus chotillos. La verdad es que no estaba mal, era subtitulado pero eso es algo que dejó de ser un problema para mi desde hace bastante tiempo, así que me lo tragué entero.

Quien más llamó mi atención fue una banda de black metal noruego llamada Mayhem, y especialmente uno de sus integrantes, un tal "Necrobutcher", eso sonaba muy bestia, muy extremo, aparte de que durante la mini-entrevista se le veía bastante borracho, insultando a todo dios, entrevistador incluído...pobre niño.

Miré en la Wiki y comprobé que, efectivamente, era una banda de cafres, unos bestias, unos auténticos y genuinos hijoputas.

Eran los padres de ese rollo (aunque semejante palabra referida a estos suena...a black metal), se formaron a inicios de los ochenta y su etapa más recordada era aquella en la que un tipo que se hacía llamar Dead hacía de frontman en sus garagescos y estrafalarios shows, cosa que sucedió entre finales de esa década y principios de la siguiente, aunque lo más chocante de todo es que su primer disco lo grabaron en el 94, cuando el tal ya hacía un par de años que estaba criando malvas. Más bien higos chumbos, en su caso.

A nivel de grabaciones, del fugaz paso de Dead por las alcantarillas del rock n´roll solo hay maquetas y algunos infames videos de pésima calidad, y ni una ni otra cosa por si sola habrían dado siquiera para una reseña a pie de página en la enciclopedia del Heavy-rock, pero fueron las performances que realizaba en vivo y su tremenda muerte las que consiguieron que años después tuviera ficha propia en la mismísima Wiki, incluso páginas-homenaje enteramente dedicadas a él. La muerte siempre fue un gran negocio y en nuestros días ES el Gran Negocio, cuanto más brutal mejor.

Entre otras perlas se cuenta que gustaba de auto-mutilarse con una cuchilla de afeitar durante sus actuaciones en directo, en las cuales se vestía con andrajos que enterraba durante semanas y donde lo último que hacía antes de subirse a las tablas era esnifar una buena ración de aroma de cuervo muerto que guardaba en una bolsa para llevar la Muerte dentro de sí. Todo un carácter. Todo un quedao.

Se mató a los 21 años. Primero se cortó las venas, después se pegó un tajo en el cuello y finalmente, como su amadísima Muerte tardaba en llegar, se descerrajó un tiro en la sien. Cuando su amigo y compañero de combo Euronymous se lo encontró salió disparado del lugar, pero no creáis que para llamar a una estúpida ambulancia o avisar a la policía, no...fue a una tienda, compró una cámara de fotos, regresó a tripleta tendida y fotografió el cadáver, imagen que tiempo después se convertiría en la portada de un disco en directo no oficial. También se cuenta que hizo otras cosas con el cráneo y los sesos desparramados de su colega, pero eso es algo que os dejo averiguar a vosotros. Solo diré que algunas cabezas no es que estén jodidas: están jodidísimas.

Bien. Intrigado por el tema me comí otro documental de una hora sobre el death metal en el que algunos de sus más afamados sirios explicaban las motivaciones que les empujaban a odiar con toda su alma y más al Cristianismo; algunos decían cosas interesantes, todos menos uno parecían vivir en otra dimensión pero, paradójicamente, el más exaltado de ellos era el uno.

Terminé de verlo y me fui a la cama, aunque tardé en dormirme, no por pesadillas ni algún tipo de inquietud, a mí ya se me pasó la edad para eso, sino que es algo normal en mi día de descanso. A las cuatro y media me tomé un Myolastan y tardé 0´2 en quedarme frito.

Y a lo que iba al principio...

Después de comer busqué más cosas sobre Dead, encontré algunas entrevistas en inglés y a duras penas conseguí adivinar lo que ese pedazo de loco tenía previsto hacer en sus futuros shows, ¡menos mal que no se dió tiempo!. Si pudieran, los residentes de los zoológicos del mundo celebrarían el día de su muerte como nosotros el fin de año. Y sabe Dios si nosotros mismos no deberíamos hacerlo.

En una de esas búsquedas dí con el blog de un tipo que le había dedicado un artículo en el que más o menos contaba lo que ahora yo a vosotros. Me gustó y leí algo más.


Y me reí un montón.


Os dejo el enlace a su descojonante historia por entregas de la relación con su fisioterapeuta:

El Opinadero


Y un vídeo musical con la foto de Dead en su mejor momento (no pongo el video directo para no herir sensibilidades...aunque creo que de eso ya no queda en el expositor):

http://www.youtube.com/watch?v=WoUeYtmw2x4&feature=related

lunes, 12 de marzo de 2012

MALDITO CERDO




No tendría más de catorce años, era verano, temporada de terraza, supongo que sería un fin de semana, ellos solían ir a diario pero la tarde del domingo sacaban a sus viejas mujeres, primero a misa y después al bar, llegaban y arramblaban con mesas y sillas como si estuvieran en su casa, todas las que hicieran falta y más, aquellos también eran malos tiempos y para conseguir clientes tenías que tragar mierda demasiado a menudo, además que ellos eran de los de toda la vida y eso les daba un plus que siempre transformaban en plus ultra, es lo que tienen las costumbres y tradiciones: nadie recuerda el porqué están ahí pero siempre están ahí. Y en primera fila.

Es curioso, ésta siempre fue zona roja, al menos hasta hace cuatro días, pero al mismo tiempo siempre ha sido de misa dominical y procesiones multitudinarias encabezadas por las fuerzas vivas de costumbre, entre las que nunca vi a Franco y sus camisas azules, cosas de la edad, pero sí a los diferentes alcaldes socialistas y todos sus concejales, muy serios y circunspectos, muy dignos con sus estandartes y collares macho-alfas...y nadie se extrañaba. Aquí, en la Mancha, donde ser soltero es sospechoso, la Iglesia siempre ha marcado el camino a seguir, con Franco y sin Franco; el asunto, el tema, es que a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César...hasta cierto punto. Ningún cesarín se hubiera atrevido a quedarse en casa en las procesiones claves de la Semana Santa. Ni se atreverá.

La Mancha es Tierra de Gigantes. Y hace tiempo que sabemos que no existen, pero ahí seguimos, atenazados ante cualquier cambio, más vale malo conocido que bueno por conocer, yo creo que es cosa de la llanura y el sol, de la lejanía del mar y sus mareas, a veces pienso que los manchegos no creemos que exista, que es cosa de cuento, de historiadores, no hay más que aquello que vemos, para todo lo demás ya está la Santa Madre Iglesia. Me temo que aquí a la Virgen del Carmen se la considera un poco puta.

La nuestra está en su altar, con las dos piernas quebradas, ya nos encargamos nosotros de sacarla a hombros cuando le toca. Eso sí que es una Virgen. Ay, Señor...

En fin. Aquellos de los que os hablé al principio eran de estos, de los que se ponían el capirote, o los colgantes de miembros de la Hermandad del Perpetuo Misterio, siempre metían la cabeza en las primeras filas de sus manifas sin pancartas, a pelo, aquí todos somos muy machos, los protestantes no están bien vistos, protestar es una falta de Hedukazión, "a callar y a arrimar el hombro". Claro que luego me enteré que la mayoría de ellos eran unos perfectos hipócritas: unos tiranos con sus trabajadores y unos puteros de cuidado. En la Mancha no estaba bien visto que un hombre se mantuviera fiel a su esposa, resultaba sospechoso, y para eso estaban las putas, las de previo pago, pocas tenían ovarios para jugársela sin ser del gremio, aunque esto sí que ha cambiado: ahora el que no es cornudo está en ello...pero tambien es bueno para el Convento, ya llegará don Arrepentimiento con el Tiempo, el fiel querido de la Esposa de Jesucristo.

Aquella tarde uno de ellos andaba extrañamente encabronado, cosa que me chocó, normalmente toda la transacción se realizaba entre sonrisas americanas, más falsas que Judas, era como una mala obra de teatro, todo resultaba forzado, no había naturalidad ni entre ellos ni conmigo, era como si todos nos estuviéramos cagando...

A la hora en la que le llevé su jodido montado de lomo o lo que fuera el tío se molestó porque decía que estaba poco hecho, lo devolví a la cocina y al rato volví a sacárselo, poco después me llamó gritándome como un loco, "¡¡¡ESTO ESTÁ CRUDO!!!", otra vez adentro, comencé a ponerme más nervioso de lo normal, "¡¡¡PASADLO MÁS, JODER!!!"...era la tercera vez que se lo llevaba, y mientras yo dejaba vasos y botellas sobre las mesas él protestaba a voces diciendo que estaba quemado, que era una vergüenza, que patatín y patatán...por primera vez en mi vida me contuve de verdad, por primera vez en mi vida no hice lo que tuve que hacer, por primera vez en mi vida me comporté como un pequeño gran hombrecito. Como una descarga eléctrica pasó por mi cabeza la idea de estamparle el resto de la bandeja en su maldita cara. Pero no lo hice, me callé, cogí su puñetero montado y al borde del llanto, temblando, llegué a la barra, dejé la bandeja y le dije a mi padre que me iba a casa. Salí corriendo sin esperar respuesta, me encerré en mi habitación y rompí a llorar mientras le daba una buena paliza a todo lo que encontraba, poco después llegó un tío mío a preguntarme qué me pasaba, le contesté que nada, que me dolía la cabeza, que estaba bien, que se fuera...


Esta mañana he visto pasar una de sus furgonetas, y al verla he recordado la primera vez que lloré por ir a pelear con las manos atadas, aunque no tan fuerte como para haberme impedido romperlas.


Ahora sí que están bien fuertes.


"Quien pierde un segundo pierde una eternidad".

jueves, 8 de marzo de 2012

LOS MEJORES AMIGOS DE ZARATUSTRA




Crucé los dedos cuando vi acercarse el coche de un viejo cornudo amargado. Sacudí algo de la ceniza del cigarrillo al pasar junto a su puerta. Seguí caminando sin mirar atrás; sabía, sin ningún género de duda, que él estaría mirándome, odiándome sin razón alguna, maldiciendo en silencio mi existencia, cagándose en mi santo padre...sí, todavía está vivo, viejo triste, sigue vivo y ha tenido una vida muchísimo más feliz que la tuya, siempre fue más valiente que tú, bueno, no más valiente, la cosa es más simple: él seguirá siendo un valiente y tú un cobarde, él no odia a nadie y tú a muchos, él morirá al igual que tú, pero será acogido con agrado por la misma tierra que a ti te apartará como ajo cocido.

Y nunca su mujer tuvo que buscar azúcar ajeno para que le endulzaran el tazón, mientras la tuya, ya ves, ahí sigue, bastante menos ajada que tú y todavía lo suficientemente cachonda como para seguir cambiando tus escasos y blancos pelos por hermosos cuernos con aroma de hospital. No te quejes, las mujeres son buenas a su manera. Seguro que lo hace por tu bien.

A un par de caladas de distancia vi como el coche de los muertos paraba ante el paso de cebra, ahí seguía cuando pasé por detrás, nadie le cedía el paso, nadie pasaba delante de él, volví a cruzar los dedos y eché un vistazo al interior: iba ocupado, quizá estuviera aún vacía, detrás lo seguía un coche de auto-escuela, miré a la pardilla cuarentona que iba al volante viendo a la única que jamás suspendió examen alguno por difícil que pareciera, tanto que ahora que somos tan listos y avanzados sabemos que todos los aprobará con la gorra. Y con buena nota. Síguela y aprende, Maruja, tal vez así te ahorres unas cuantas clases. Cada vez hay más que se ahorran el resto. Sobretodo cuando sólo hay un carril y ya no te entra la marcha atrás, aunque si la tuvieras como antes poco importaría: la fila es interminable. ¿Para cuando los coches saltarines, einsteins?.

Dejé el libro casi eterno de mi hermano pequeño sobre el mostrador de la oronda bibliotecaria, "puede que el año próximo le saque otro, cuando cumpla la sanción, al menos lo ha leído", sonrió y creí ver algo de color en sus mejillas, me quedé un rato ahí, mirándola, extrañamente tenía ganas de hablar con alguien, pero al igual que en los monumentos funerarios de Dios, ese nunca fue lugar para eso, para hablar ya están los bares y sus sacerdotes que viven en las botellas de colores.

Entré al super del barrio y salí al tercer paso: el cenizo del encargado estaba en la caja, cobrando a tres o cuatro viejas con sus carritos y sus tacatás. Es un gris cincuentón hijo de una leyendita futbolística que ahora yace en un asilo de pago, entre pañales y papillas, a lo mejor el coche del paso de cebra le hace un favor y se pasa a recogerlo esta tarde. O esta noche, cuando alguien le ceda el paso.


Tanto dedo cruzado puede resultar contraproducente, no vayamos a joderla ahora que los riñones están recuperándose: una puerta cerrada lo es para todo.


Así que hoy comeré con el pan que sobró ayer.