sábado, 23 de marzo de 2013

SUPERNÁ




Tuve que salir a fumarme un pito.

Y entonces recordé las supercuerdas de la mañana...

Acababa de zamparme dos huevos fritos encebollaos, gloriosos, y unos filetes de ternera que al menos se podían masticar. Miré por vino, vi que lo había terminado anoche, y encendí un cigarrillo que me fumé antes de echarme en el sofá. Hace tiempo que dejé de hacerlo tumbao.

Eran las once, todavía tenía un par de horas antes de ir al bar, quizá pudiera dormir un ratito, nunca viene mal, cada vez menos...Pillé el móvil y no sé como terminé en la Wki pidiendo por La Teoría de las Cuerdas.

No me enteré absolutamente de nada, con la excepción de un croquis en el que se veía las diferentes subdivisiones de la materia hasta llegar al último escalón, hasta la cuerda, tan último que ni siquiera puede asegurarse su existencia, la jodida Ciencia es como ese chorro mortífero que sale de una estrella moribunda, hacia arriba y hacia abajo, en el caso de que tales conceptos existan allí. Aunque llegará el día en que ni aquí podamos asegurar qué está arriba y qué abajo. O si vale para algo.

Dormí un pegaíllo y volví a soñar con ella.

Sí, cuando más la veo es cuando estoy bien o mal, arriba o abajo. Uno se da cuenta de su cuerda cuando empieza a dar de sí, en caso contrario es como si no la llevaras agarrá a la cintura. O a tu jodido cabezón.

Nada como el agua fría para soltar lastre sin romperla, y especialmente en frente y nuca. Y muñecas.

El mediodía pasó como iba a hacerlo la tarde, y yo igual, no en vano soy un ser de luz y todas esas mierdas que dicen quienes ya no saben en qué cojones creer, porque hay que hacerlo, hay que creer en algo, en lo que sea, que tu tiempo se acaba, en serio, como dijo el viejo la otra mañana: "Con cuarenta años...cincuenta...¡ná!, ni lo piensas...pero cuando ya tienes sesentaitantos...joder que si lo piensas"

Cuando empiezas a sentir la cuerda, tu cuerda, aunque nada te duela mucho. Espacio-Tiempo. Y ellos seguirán, y tu luz, so ser, dirá hasta aquí. "¿Y después?" Haber estudiao. O rezao. O ná.

Hicimos algunas bromas y nos reímos un rato, ellos ya andaban en busca del pedo perdido, supongo que a estas horas estarán tocándolo con las yemas de los dedos, aunque eso no baste a una cierta longitud de tu cuerda: no hay como liar bien la peonza para que baile como debe. Porque sino que la pinten de verde-pera y la pongan en un centro expositor de muebles. Hace bonito a los ojos de algunos, pero seguro que no a los tuyos. Si es que no estás ciego de tanto mirar a través de las gafas de los demás.

Se fueron los míos y vinieron otros, y un rato después llegó otro ser de luz al grupo, pero la de este era de esas que me pone malo a primera vista, no había más que verlo parpadear junto a la culofofo de su mujer y su puñetero hijito, y en fin, no hay como encontrarte con un imbécil para comprobar que sí, que sabes algo, que en esta vida no todo está en el aire, ni en la estratosfera, ni en el espacio exterior, ni más allá de Júpiter y el Monolito...No, esto es la Tierra, una pelota, una lágrima, un grano de arena del infinito Universo, eso dicen, muy bien, vale...Pero el ser de luz que te escribe esto sabe reconocer a un ser de luz de mierder en cuanto lo ve.

- "Ponme una Premium..."

Tengo las ginebras caras sobre un largo expositor bajo una leyenda muy bien currada que reza ¡¡¡Tómate tu ginebra Premium a seis euros!!!

- "Vale, ¿cual quieres?"
- "Ehhh...pues la Premium..."

Putos aficionados...

- "Ya, pero cual"
- "Mmmm...¿cual de qué?"

Tonto los güevos

- "Cual de las veinte que hay debajo de donde pone Premium"
- "¡Ahhh...! ¿cual te gusta a ti?"

Y al darme la vuelta para coger la menos buena ha tirado la copa. Sin darse cuenta.

- "¡NO, DÉJALO, NO COJAS NADA A VER SI TE VAS A CORTAR!" aunque debería haberlo dejao.

Ni un perdona, ni un lo siento, ni un disculpa...nada. Cero. Zero. Él es un puto pijo de mierda que no tiene porqué saber eso, él es un ser de luz que se mete en el coño de una sera de luz que da a luz un serito de luz que porculea el futbolín de un ser de luz infrarroja que no rinde pleitesía y vasallaje nada más que a la de su madre y la del Sol.

Y fumándome aquel cigarrillo del principio he recordado las supercuerdas, y he pensado que alguien capaz de entender eso me vería como a Copito de Nieve, más o menos, y después he salido a fumarme otro con un alérgico al polvo del arroz, y más tarde llegó mi hermano para relevarme, gracias a los Iluminiatti, y cogí mis cosas y una botella de vino, y me despedí de algunos, y llovía, y arranqué el coche, y cuando estaba a punto de meterlo en la cochera me acordé que no tenía pan, y fui al 24 horas, y vi a seis chiquillas sentadas en el poyete mientras hablaban mirando sus teléfonos, y entré y me encontré tres niñas comprando chucherías a una fea cuarentona de uniforme, y una le pidió una "cantimplora naranja", y asco me dio ver eso en las manitas de esas criaturas, y me tocó pedir y me respondió "¿muy hecha o poco hecha?", aunque no creo que supiera escribirlo, pero tampoco importa mucho entre seres cuyas luces casi siempre prefieren no ver más que una polla liá en una trapo.

- "Caliente"
- "Ya no hay"
- "Pues como sea"




martes, 19 de marzo de 2013

UNOS DÍAS EN ALCÁCER




Llevo unos días leyendo casi todo lo que encuentro sobre los crímenes de las chicas de Alcácer, para ser más exacto diré que desde hace dos domingos, justo la noche después de mi última hecatombe...Es curioso,  pero en ocasiones uno está mal y busca más para sentirse un poco mejor, es como aquello del resultado de la multiplicación de dos números negativos: da positivo. Si no me he olvidado de esa regla.

Y no es que viniera a mi cabeza aquella tragedia, no, que no la tenía más que para atontarla a base de aspirinas, ibuprofenos y demás, fue que caí allí, supongo que sería buscando temas en la Burbuja, me he aficionado a leerla, hay algunos hilos realmente buenos, ahora mismo recuerdo el de La Tierra es plana del gran Napoleón XVII...Sí, fue así. El de Alcácer es el primero dentro de la sección Conspiraciones.

El caso es que me lo leí entero, no aquella noche, por supuesto, son dos mil y pico mensajes y contando, que sigue en marcha...y que no pare.

Pero esto no va de lo que yo piense que fue aquello, que lo tengo tan claro como la inmensa mayoría de los que no lo han olvidado ni un sólo día, que los hay, y aunque he estado años sin acordarme no por ello he dejado de llegar a la misma conclusión desde que volví a ponerme al día.

¿Pruebas?

Bueno, las pruebas no valen para nada, o para poco. Recuerdo que Eco decía algo interesante en El péndulo de Foucault: "Malkut siempre será Malkut" o así, que viene a confirmar la imposibilidad de "desconvencer" a quien está convencido. Aún teniendo delante pruebas irrefutables que le demuestren su error. Más o menos como don Quijote en la primera parte. Para creer en algo, primero tienes que convencerte, no ser convencido.

O como dijo Poe: "Quien se convence no busca convencer"

Y fue que vi algunas fotos de las niñas y...no aguanté demasiado: eso era REAL.

Uno está acostumbrado a las burradas en las películas y demás medios de propaganda, pero eso no es suficiente, sabes que no es verdad, que todo es cosa del montaje, aunque he de reconocer que no puedo con el gore, me pone de los nervios, sé que es mentira pero resulta demasiado crudo, demasiado fuerte. No es que me repugne la violencia, no soy ningún harekrishna, pero el ensañamiento...eso es de animales locos.

Y yo, al igual que el hombre elefante, no soy un animal, soy un ser humano.

Después de tres días conseguí a duras penas volver a mi estado normal, algo que cada vez me resulta más difícil, no sé qué coño tendrá que pasarme para no volver a caer, pero en fin, al menos van dilatándose en el tiempo. Aunque seguí leyendo cosas sobre aquella animalada.

Ayer era mi día de descanso y tuve tiempo para terminar de escuchar una reciente y larga entrevista a Juan Ignacio Blanco, el criminólogo que acompañaba a Fernando García, el padre de una de las chicas, y al final de ella hablaba sobre el "supuesto video snuff" de la tortura de Desireé...que dice tener como seguro de vida.

Bien, llegó la noche y como no tenía nada mejor que hacer tecleé en Google en busca de información sobre el tema, y por aquello de los enlaces vi uno que anunciaba a unos maníacos ucranianos que hacían vídeos de ese tipo.

Y le di.

Y fue empezar a verlo...y hacer como Ana Torrent en Tesis. Más aún: lo quité. No quise ni oírlo.

Aquello era REAL.

Para mi sorpresa vi que hasta tenían página en la Wiki, la leí y confirmé que eso no había sido ningún cuento, ningún montaje.

En la misma página enlazaban con otros asesinos en serie ucranianos, a uno de ellos lo conocía, hicieron una estupenda película sobre él hace tiempo, creo que la protagonizaba Stephen Rea en el papel del comisario que lo encuentra, y más que leerlos pillé los nombres para buscar imágenes de sus rostros en el buscador.

Hay una secuencia en Asesinato en 8 milímetros (otra película que me gusta bastante a pesar de Cage, que increíblemente no lo hace mal) en la que este, desquiciado, le grita al asesino que se quite la máscara para verle la cara. El tipo obedece y no se ve a un monstruo, y entonces le dice: "¿Qué creías? ¿que era un ser deforme? no...nací en el seno de una buena familia, mis padres no abusaron de mi, no fui rechazado en el colegio, tengo un buen trabajo, cuido de mi anciana madre...No hay razón, no hay motivo...¡ME GUSTA!...me gusta mirarlas a los ojos cuando saben que van a morir..."

Miré las fotos de esos tipos. Sólo parecen asesinos múltiples en las que están en la cárcel.

El Mal sabe que el Bien salta a la vista, pero también que es más escaso, o no mucho mayor que él.

Y en el medio estamos los demás.

Y entre nosotros se confunde.

No sólo los gatos son pardos de noche.

Y el 13 de Noviembre de 1992 algunos raptaron a tres niñas para echárselas a los perros.

Con pedigrí.

Y aquí no hace falta que Malkut sea Malkut.

lunes, 18 de marzo de 2013

SON CUATRO, NUNCA ME CONVENCERÁS




A veces vivimos como si dos por dos pudieran ser cinco, como si por más que lo hayamos cantado, por más que lo hemos comprobado, siempre quedara abierta la posibilidad de que en algún momento, como por arte de magia, nuestro eterno cuatro pudiera ser un error, y claro, pasa lo que pasa: que yerras nada más que creyendo en la posibilidad.

El mundo que nos ha tocado vivir desea signos de interrogación, no personas, y menos aún contenido entre aquellos. Una pregunta sin palabras, sin respuesta. Una pregunta para que no preguntes.

No es difícil saber lo que te conviene, al contrario, es algo tan sencillo que por eso buscamos algo más cuando siempre será menos, que el tronco del árbol no se mueve de donde echó raíces, sólo crece y le salen ramas y hojas que vienen y van, pero la base, lo primordial, seguirá anclada hasta la muerte en la tierra que le dio la vida .

Las piernas de los árboles son las más fuertes porque no pierden el tiempo yendo de acá para allá: no necesitan dar un sólo paso para saber que dos por dos nunca serán cinco, por mucho que un poco más allá vea a otros con mejor aspecto en apariencia. Es ley de vida.

Eres de donde caes. Y no intentes caerte en ningún otro sitio o llegará el momento en el que no te queden fuerzas para volver a casa.

Algunos son tal que árboles trasplantados, lo suficientemente fuertes como para soportar una muerte momentánea, pero una vez allí, una vez que se reaniman con su nueva tierra, no dejan de mirarla con una cierta auto-suficiencia, sobretodo los más jóvenes, los que apenas tuvieron tiempo de echar buenas raíces en su tierra madre, quizá fueron extirpados porque no era lo suficientemente buena, quien sabe...Pero una vez lejos de ella, una vez que has podido sobrevivir a algo tan terrible, uno puede empezar a pensar que dos por dos pueden ser perfectamente cinco.

Todos miran al árbol que más agita el viento, y admirándole se entregan sin saber que tal vez su agitación provenga de sus malas raíces, no tanto por débiles, al contrario, suele acontecer que quien vence una dura batalla cree haber ganado la guerra, pero sí por retorcidas.

No sé como será el mundo en la quinta dimensión, o en la novena, o en la inacabada...

Pero sí que en este la distancia más corta entre dos puntos es una recta.

Y dos por dos son cuatro.

domingo, 17 de marzo de 2013

PORQUE SÍ




El maldito Ivanchuk había vuelto a ponerme de los nervios, otra vez igual, otra vez malgastando su tiempo como si no importara para al final tener que hacer doce jugadas en 37 segundos, me acordé de su extraña apertura, otra vez porque le ha salido de sus cojonazos, que sólo él tiene la culpa de haber elegido ese sistema...Y si lo haces, ¡hostias!, tráelo estudiado de casa.

Hora y veinte para sus diez primeros movimientos, de locos, de suyo, como si dispusiera del doble de tiempo que Aronian, el armenio, esa máquina imperturbable. Pero no, Basilio, a ver si te enteras de una jodida vez que juegas con el mismo tiempo que los demás, ¡coño!, que el Ajedrez, a pesar de todo, no es como la vida, que dijera el genio de Brooklyn: es más justo. Las mismas piezas, el mismo tiempo. Sólo que alguien debe empezar el juego. Nada más.

Y no le ha dado tiempo a llegar al control de las 40 jugadas, se ha quedado a cinco, justo como siempre: cuando mejor estaba.

Claro que el otro, sobrado de minutos, ha jugado mirando el reloj de Basilio más que otra cosa, y ha hecho bien, nada que objetar, aparte que en el medio juego ha rechazado con facilidad el caótico ataque de las blancas, como si quien llevara las negras fuera Pepe el Criminólogo en lugar del segundo jugador del mundo si nos atenemos al ranking oficial.

Y ha sido por eso, por jugar pensando en el poco tiempo que le quedaba a Ivanchuk, que Aronian ha estado a punto de cagarla después de crear una bellísima combinación que no han visto ni las máquinas, "la jugada del Torneo hasta el momento" decían los innumerables chateadores que estaban comentando la partida a tiempo real. Y a mi también me lo ha parecido: ha sido como si un oso pasara al bar y me pidiera un negroni sin agitar. Tan desconcertante como verdadero.

Si hubiera dispuesto de un sólo minuto habría alcanzado el salvavidas del primer control, sólo un minuto y entablaba la partida, uno de esos que desperdició pensando no sé qué ante jugadas obvias, claras, impepinables, el personal se lo tomaba a guasa, "¿se ha dormido? ¿está borracho?" No. Creo.

La gran mayoría estábamos con él, sufriendo por él, rogando por él, "¡Ayyy, Diossss...veeennngaaa!", los segundos de su último minuto corrían obligándole a jugar al toque, "¡LO VA A CONSEGUIR, LO VA A CONSEGUIR!", en inglés, claro, que si se te ocurre chatear en otra lengua no es que te ignoren, te banean, y eso que son siete ex-soviéticos y un noruego, maldito Imperio...

Era tremendo ver su estado de absoluta concentración, las manazas firmemente asentadas sobre las sienes, como si la cabeza quisiera largarse de allí, como una locomotora a toda mecha, a punto del descarrile...se me ha puesto hasta mal cuerpo.

Y eso es lo que ha pasado, era todo un poema trágico verlo ahí después de haber firmado las planillas: derrumbado en su sillón, la mano izquierda sobre la barbilla, la mirada perdida en el tablero, solo...

Si no hubieras malgastado tu tiempo al principio...

Y me he acordado de mi.

He salido a la calle a fumarme un pito, dentro sólo había un amigo y un viejo viendo el fúbol a un metro del pantallón del salón, no había de qué preocuparse que no fuera tragar un poco de humo para que se llevara unos cuantos nervios.

Y he visto el mejor arcoiris de mi vida. Impresionante.

- "¡Enrique!"
- "¡Qué!"
- "¡Sal!"
- "¡Para qué!"
- "¡Que salgas, coño!"

Ha dejado de leer por un momento el Estepaís y me ha obedecido.

- "¡HOSTIA PUTA!"

Ha sacado su iphone y se ha puesto a hacerle fotos, me ha recordado a los putos chinos, por un instante he pensado en hacer lo mismo, pero sólo ha sido eso, un instante...

Brillaba con tal intensidad que parecía como si fuera a explotar de felicidad.

Pero no, poco a poco ha empezado a difuminarse, primero la parte que caía hacia el Sur, podías darte cuenta, era lo suficientemente lento para nuestros ojos, "ya se va...", por un momento he mirado hacia la calle, muchos coches, aburridas parejas paseándose, estúpidos perros atados a elásticas correas, canis y chonis riendo como hienas, viejas atadas a sus bastones, todos yendo hacia alguna parte que se pueda alcanzar con los pies, ¿para qué mirar arriba si no tenemos alas?

El eterno para qué...

Quizá por eso se ha ido tan pronto, o puede que haya estado un rato más del debido al ver que por los menos había dos que estaban mirándole como se miran las cosas extraordinarias cuando tu reloj va pareciéndote una brújula en los polos...Si lo hubiésemos contemplado todos no se habría ido nunca.

Antes de que desapareciera por completo me he metido para dentro.

El viejo seguía en su sitio, "dale voz" le he oído decir a lo lejos, tanto que a pesar de oírlo no le he hecho ni puto caso.

Diez minutos después, ya solos, a su tercera requisitoria, con el mismo tono pero ya más cercana, le he dado gusto y hemos oído al par de dos que comentaban el Osasuna-Atleti.

Y yo en la barra y él casi abrazado al televisor, sin vernos las caras, hemos exclamado algunos uysss y algunos ohhhsss.

Aunque sin muchas ganas.

¿Para qué?


sábado, 16 de marzo de 2013

SIEMPRE CON BASILIO




Desperté empalmao, con la sensación de estar a punto de correrme, estaba zumbándome a una amiga, nada del otro mundo, pero tiene un buen culo aunque no tanto como en el sueño, ni de coña, ese culo...ese culo...¡Dios, qué culo!

Maldita persiana...

Recordé que tenía que hacer el marmitako y me puse a ello sin ni siquiera lavarme la cara.

Aceite, ajos, cebollas, pimientos...pim pam, pim pam...patatas, pelarlas y cortarlas, meneando la cacerola, controlando el fuego, a ritmo, tomate y vino, especias y pimenton, pimpán, pinpám...era como hacer una bombilla sin fallar un sólo tiro.

Eché las patatas y puse a tope la vitrocerámica, miré el reloj y decidí que me daba tiempo para ducharme y afeitarme, pillé un chicle de nicotina y me fui al baño, me duché, me puse la toalla y me extendí la crema de afeitar, miré el reloj, era el momento de añadir el atún, el justo, pimpán pimpán...me calcé las pantuflas y fui a la cocina, volví al baño y me pasé la Gillette. Una vez vestido le eché las chirlas y cogí un palillo, pinché unas cuantas patatas, "tres minutos, no más", me hice el zumo y apagué el fuego.

En su punto.

Salí a la calle fumándome un cigarrillo.

Todavía era temprano, también tenía tiempo para dar un paseíto y comer algo con tranquilidad, la mañana estaba fea pero no tanto como para joderme, aunque regresé pronto a casa: hoy es sábado y hay que medir las fuerzas.

Cociné un poco de pasta y la mezclé con tomate y atún de lata, regándola con un buen chorreón de aceite de oliva virgen, ese es mi secreto, le da un saborazo...

Me fumé un pito mirando el ordenador y después me senté en el sofá que ocupaba el gato, me jodió un tanto removerlo, estaba hecho un ovillo, "quiiitaaa...", se fue y vino poco después, mientras estaba echándole un vistazo a los recientes wasap´s del grupo, había uno muy gracioso, uno de un nota que sale de una caseta en la playa con una berenjena escondida en el bañador, había que ver las caras que ponían las tías...

Dejé el coche en doble fila para no ir de procesión con el marmitako, lo puse en el fuego y salí a aparcar el coche. Cerré la puerta al volver a entrar, quité la calefacción y encendí la luz de la calle. No me hizo falta mirar a mi padre para saber que no le había gustado, últimamente no nos gustamos, pero no nos decimos nada.

No me gusta un pelo ver como está haciéndose viejo de verdad. Y que lo vean los demás.

La mañana pasó sin pena ni gloria, que para qué buscar otra expresión para algo a olvidar, y poco antes de irse mi hermano pequeño me conecté a una página donde retransmiten en directo las partidas del Torneo de Candidatos que acaba de comenzar, empiezan a las tres, hoy era la segunda ronda, yo voy con Ivanchuk.

A eso de las cinco y media comenzó a llegar la gente, de sopetón, como siempre, que esto funciona así, por lo que dejé de mirar el inicio de los medios juegos para dedicarme a lo que se me supone, a poner cubalibres, ¡y vive Dios que los he puesto! Una cuadrilla de veinte o treinta chavales, bueno, no tanto, ya están cerca de la treintena, pero yo lo estoy de mi cuarentena y para ellos es como si fuera su padre, me cago en mi puta vida...

En fin...chicos y chicas, uno hacía los años, todos de buenas familias, universitarios y tal, caraflanes, manosmuñecos y bocatomates ellos y estupendísimas todas ellas, al menos para mi, había una con medias negras que me traído loco toda la puta tarde, y a pesar de no mirarme ná más que lo justo y necesario siempre era ella la que pedía las copas, o eso es lo que me ha parecido, yo no le quitaba ojo, aún menos cuando se marchaba de la barra meneando ese culo...aposta. ¡Sí, coño! APOSTA. Sé que sabía que estaba mirándola.

Hija de puta...

Claro que no hay como oír risas en un bar para entrar, todavía más si por el ventanal se ve lo que hay dentro, y el caso ha sido que se me ha petado tal que si ahora el nuestro fuera el local de moda, que puede que lo sea, aunque más por mi hermano que por mi, por supuesto, aunque algo tienen que ver los precios, que aquí vemos a través del monedero, no queda otra...

Yo volaba de acá para allá, me he quitado hasta el jersey, lástima no tener unos buenos biceps, o no manejar las botellas como el mierder de Cruise, pero quitando a una que venía de Ibiza y me ha mostrado su  sorpresa ("me dejas ESTUPEFACTA" ha dicho la petarda) ante la cuantía de su copa y la borriquerías que se cobran en esa jodida isla de jipis de papá, poco más he rascado, alguna que otra sonrisa calientapollas al dejar los vasos vacíos sobre la barra...

Y así estaba, como futbolín en manos de críos, cuando han llegado dos chinos, "kokakola...do", Alianza de Civilizaciones y tal, la madre que parió al Capital...

Y a la tragaperras, que eso es lo único que le interesa a los hijos del lejano y misterioso Oriente, gilipollas: LAS PERRAS. Las putas perras. Nada más.

De vez en vez les echaba un vistazo, "se van a joder que hoy no van a oír ná"  me he dicho mientras le daba más watios al equipo, que por algo dicen que las destripan de oído o no sé qué cojones, aunque con el escándalo que había tenían poco margen para oír algo que no fuera una bomba atómica. Que se jodan. Todo lleno de tías, de mujeres que beben y fuman, de chicas que lo único que quieren es divertirse y los muy capullos con los cinco sentidos puestos en la máquina de la ambulancia, que esa es otra, me la han cambiado hace poco y al principio no hacía más que asomarme a la calle para ver qué coño pasaba, hasta que me di cuenta que era de ahí, de un juego especial y tal y Pascual Ramón de Todos los Santos.

La cosa se calmó un poco y tuve tiempo para ver qué tal le iba a Basilio, había escogido una defensa rarísima, inaudita para alguien que se está jugando lo que se está jugando, tal vez sea su última oportunidad, eso sólo lo hacen lo genios, los jodidos genios, ¡vamos Ivanchuk, por tu padre y el Holomodor...!

Y ha perdido cuando mejor estaba, cuando tenía las tablas en su mano, apuros de tiempo y eso, siempre le pasa lo mismo, siempre...los putos nervios.

Pero es el mejor.

Como yo.

Qué coño.







miércoles, 6 de marzo de 2013

LA MALA SUERTE CONOCE LOS APELLIDOS




Me extrañó desde el primer momento, y no era cosa de su absoluta calvicie por mucho que apenas tenga treinta años. Eran sus ojos, su mirada, intensa, fija, de las que miran para ver; lo achaqué a la típica postura defensiva del que se sabe diferente, "sí, estoy más calvo que una puta bola de billar, ¿pasa algo?", y no le di más importancia de la que tenía, apenas ninguna pues enseguida te dabas cuenta de que no representaba ninguna amenaza: era un chaval joven, educado y calvo como una jodida bola de billar. Sólo eso.

Empezó a frecuentar el bar, café y chupito, gin tonic de vez en cuando, a veces hablábamos de cosas sin importancia, de cosas de bares, que si el fútbol, que si los coches, que si los políticos hijos de la gran puta...No sé, quizá a él también le guste el ajedrez, o 2001, o El Quijote, pero no lo creo ni es cuestión de intentarlo: esto es un bar, no un salón de té.

Y viendo que estaba a gusto se vino trayendo a sus amigos, incluso a su novia, un grupo singular, sí...pero no soy yo el más indicado para calificar de raro a nadie.

Estaba tomándose su dosis casi habitual cuando llegaron dos buenos amigos míos.

- "¿Qué te debo, Kufisto?"

Pagó y se fue.

- "Menudo hijo de puta..."
- "¿Quién?"
- "El que se acaba de ir"
- "¿Y eso?"
- "Este fue el que se cargó a uno que trabajaba con nosotros...¿no te acuerdas? te lo conté...al que se le fue la máquina y aplastó a uno..."
- "¡Sí, ya...! no jodas..."
- "Este fue...Una cosa que haría hasta un mono y la cagó"
- "Hostia puta...¿y no le pasó ná? ¿homicidio imprudente o algo así?"
- "Ná...era familia del jefe. Lo arreglaron. Pero ya no volvió por allí"

Y desde hace una semana sé algo que hubiera preferido no saber, porque ahora, cuando le veo mirar, sé que sabemos el motivo.

Ni me gustan los coches, ni me gusta la mecánica. Y muy poco verlos correr.

Por no saber no sé ni su nombre, que nuestro bar no es de los que tienen chambelán, en el caso de que haya alguno, cosa que me la suda bastante, sólo sabía de él sus bebidas, ni siquiera en qué trabaja, yo no le pregunto nada a nadie, no me gusta que nadie me pregunte nada, no soporto a la gente que se interesa por los demás sin que estos se lo pidan. Uno no necesita nada para estar un rato con alguien que no tiene nada de lo que buscas, en el caso de que busques algo en el teatro, como los idiotas que jamás apagan sus linternas. Sobretodo al mediodía.

Sé que mis amigos no me lo contaron por maldad, no son de esos, sino no serían de los míos, simplemente les salió así, podían haber sido ellos en vez del otro. Pero lo que de verdad no soportan es la injusticia: si hubieran sido ellos los conductores de aquella máquina se habrían comido un buen marrón. "Fijo"

Cuando Brando le dice a la Schneider que no quiere saber nada de ella, ni su nombre, no es por una cuestión existencial, ni de pose, ni de gilipolleces de esas: es que en caso contrario no se le hubiera puesto dura.

Es difícil entrar en faena cuando ven los muertos de tu armario.

Aunque tú pienses que son ángeles.

Todo es según el color del cristal con el que te miran.

Por desgracia.


NUESTRA GUARDIA




Gracias a mi oficio he tratado con gente que no lo hubiera hecho en caso de vivir a mi manera, esto es, prácticamente como un ermitaño o, en el mejor de los casos, alguien que va de acá para allá sin quedarse el tiempo suficiente en ningún sitio como para que le pregunten por su nombre nadie que no sea el casero. O casera.

Lo del hotel de las mil estrellas mejor cuando tienes 20 años y estómago suficiente como para dormir en un vagón abandonado de las vías que bordean el Pirineo aragonés.

Algunos trabajos son como las enfermedades contagiosas, o raras, de esas que nadie quiere darlas a conocer por el temor al rechazo. Y uno de aquellos es el de policía.

Los municipales son desconfiados, andan por las bares como sabiendo del desprecio que causa su labor recaudatoria entre la gente de bien, pues más parecen eso que ninguna otra cosa. Y ni os cuento ahora que los señores necesitan más madera para su tren fantasma. No se le puede sacar 200 euros a un currito que va con el mono de trabajo a las siete de una desierta mañana por saltarse una dirección prohibida.

Los nacionales van de sobraetes, todavía más las nuevas hornadas, los naranjos mecánicos, esos que fueron restauradores antes que oenegeros, y por ello se creen demasiado listos, tanto que a veces resultan hasta ridículos: sé de algunos que se entretienen asustando al personal. Por echar unas risas después. Una noche me olieron hasta los gelocatiles. Y sólo estaba paseando. "Pon las manos en el coche...abre las piernas...", no me dio tiempo ni a verles las caras, llegué a pensar que iban a darme de hostias. "Lárgate" No se puede tratar así a cualquiera.

Los guardias civiles están orgullosos de serlo, al menos la mayoría, lo suyo es más una vocación que una salida, sé de muchos, los más, que vienen de segunda o tercera generación, aunque de todo hay, como en todos las cosas del mundo. Y será la fama, o lo que sea, pero siguen siendo los más respetados: nadie se pasa de listo cuando hay un picolo cerca. Aunque sea "amigo" y le guste el tema tanto como a ti o como a mi, que estos son los que de verdad saben lo que pasa en las calles sin trabajar en ellas. Al menos de uniforme.

Estaba charlando ayer con uno de ellos, quejándose por lo caro que cobran el café por ahí, cuando me contó que la tarde anterior había parado a uno:

- "Iba con una furgonetilla, me acerco y veo que la lleva hasta arriba de leños, cada vez más gente los coge para calentarse, Kufisto, es increíble...le pido los papeles, me fijo que van cuatro criaturas y la madre, apretujados, como podían, allí no cabía un alfiler...mire usted...es para calentarnos...no tengo al corriente el seguro...educadamente, avergonzado, era español...¿Y qué haces, Kufisto? ¿qué haces? ¿le sacas 600 euros y cuatro puntos? ¿le inmovilizas el coche? Mire, vamos a hacer una cosa, le dije, usted se marcha sin sanción pero tiene que poner en regla su seguro, así no puede circular. Le doy un mes, me quedo con su matrícula, si dentro de treinta días no lo tiene en regla le sanciono con...Ná, mentira, pero al menos se asusta y si no es tonto hará lo que le dije, que no siempre va a tener tanta suerte..."

Poco después me contó que el asunto está cada vez peor, que ni tráfico hay por las carreteras, que en su vida había visto algo así, que hasta hace medio año todavía pensaba que las cosas iban a mejorar, pero que ya no, ya no lo cree, tampoco en nadie, son todos unos mierdas, ¡TODOS!, ¡jamás volveré a votar!

Yo tampoco.

De la Guardia Civil sólo he recibido ayuda cuando la he necesitado...e incluso vista gorda.

De los otros...en fin: son los de ellos.

Pensad lo que queráis, pero si nosotros, el pueblo, tenemos a alguien de nuestra parte son los militares.

No los mercenarios.

Que no os equivoquen.


lunes, 4 de marzo de 2013

FOTODEFAMILIA




Me vi ayer en la foto de 8º de EGB, y no porque la buscara, que fue cosa de un viejo amigo y su móvil, está tremendo, es de esos que imponen al pasar a un sitio, por no hablar si empieza a hacerlo, una voz ronca, kilmistera y más allá, una voz de las que es mejor haber sido amigo en esos años donde bastan tres para valer por décadas, que ya van dos y pico sin tomarnos siquiera una copa juntos...madre mía qué animal.

- "¡¡¡MIRA, KUFISTO, A VER SI TE VES!!!... ¡siempre con la misma puta camiseta!"

Creo que fui el último en reconocer. En el extremo izquierda, al fondo, de pie, las manos atrás, riendo, flequillo al viento, mi flequillo...y si él lo dice, con la misma puta camiseta de siempre. Yo no me acuerdo de casi nada, pero los demás sí de algunas cosas.

- "¿Y como es que tienes esta foto?"
- "ME LA HA MANDAO EL QUE ESTÁ DEBAJO DE TI, EL SENTAO..."

Sí, dos filas más abajo, la pierna derecha cruzada, de medio lao, como si dijera yo no soy como estos caraflanes, pero también sale riendo...El repetidor de aquel último año, un tipo que en aquella excursión de fin de curso, durante aquel despertar a tantas cosas, lo vimos subir al cuarto piso de nuestro hotel. Nada extraordinario si no fuera porque estábamos en el segundo y lo hizo por los balcones, a pulso, jugándose la vida para llegar hasta las chicas. Y llegó.

Por entonces los curas y sus acólitos todavía vigilaban cualquier pasillo.

He subido la persiana para ver qué hora era, pero no lo he tenido muy claro porque el cielo estaba tan oscuro que apenas se veía la luz del sol, aunque sí los árboles del colegio, sus grises ramas agitadas por el viento, "tiene que ser fuerte", he hecho mis cosas, he leído a un amigo, he vuelto a maravillarme por su manera de escribir y, finalmente, he hecho lo de siempre: salir a la calle.

Un barrendero de veintitantos años hacía lo que podía de este lado de la valla de los institutos, no se veía a nadie dentro, porterías y canastas esperaban a que les hicieran algo, normalmente siempre están a tope calderas, pero se ve que hoy no hace mañana. Mejor dentro, la Tierra es una diminuta mota de polvo en el espacio infinito. Y tal.

Venteaba fuerte, es cierto, tanto que he decidido regresar mientras estaba rodeando el parque en compañía de mujeres de culos caídos y viejos de pollas por los suelos, todos en sus grupos menos yo, todos hablando menos yo, que iba solo escuchando Radio Clásica.

Han puesto dos catalanes seguidos, música para olvidar, tanto que al acercarme al "Polideportivo Municipal" me ha venido a la cabeza aquella foto, más o menos cuando acababa de dejarlo, o casi, aún estuve algunos años por allí...pero ya de otra manera.

Y poco antes de llegar a las cenizas de la primera de mis adicciones han anunciado a Barber, y yo es oír su nombre y recordar aquel tema, y la mujer estaba presentándolo por su número de catálogo y eso, y en esos momentos he pensado lo cojonudo que sería escuchar aquella música, y justo, justo cuando me he parado a mirar las pistas a través de las rejas ha dado comienzo la primera nota...Y ha sido esa.

Pronto he tenido que echar a andar, y no por el viento, pero no sin antes recordar que cuando yo era pequeño no había ni la cuarta parte de barreras que guardan al viejo Polideportivo Municipal. Se ve que también por él pasa el tiempo. Aunque le hayan lavado tanto la cara que ya no sé como era cuando fue niño.

Como yo.

Las cirugías visibles son tan tristes...

El mercadillo estaba despertándose y despertando, quizá por ello me guste tan poco, el personal habitual andaba montando sus tenderetes, las primeras viejas con sus carritos, siempre es la vejez la primera en llegar a todos estos sitios. Ése es su valor.

Pero justo cuando estaba dejándolo atrás he visto el primer puesto, una churrería, un camioncillo en el que otro animal estaba vendiendo harina frita a los viejos, pero no ha sido él quien me ha llamado la atención, sino una de sus dos hijas, una muchacha pálida de grandes ojos negros, con el pelo recogido en una coleta y una nariz de las que me gustan...

A veces pasa que miras a alguien que no está mirándote y sabes que te va a mirar. Y no porque te quedes ahí pasmao, no...es cosa de segundos, como si fuera verdad eso de que toda esta broma es una ilusión, que en verdad tenemos lo que realmente queremos, sólo que no somos conscientes de ello.

Tu felicidad es tan tuya, tan intransferible, como tu cara en el espejo. No quieras tener otra sino quieres sufrir.

Me ha mirado y no como a cualquiera, lo menos han sido dos segundos, los que he tardado en dar cinco pasos. Sé que se ha dado cuenta.

He pensado en volver y pedirle un churro, o dos, pero puede que estuviera ocupada, puede que me tocara el animal, y también de estos sólo aguanto a los que conocí.

Y me he ido con mi música a mi casa.







sábado, 2 de marzo de 2013

TUMBLING INSOLENCE




No sé bailar. Tampoco es que me haya interesado mucho, estará al nivel de mi interés por el esquí, o montar a caballo, o tirarme en parapente...la verdad es que no sé hacer casi nada. Pero todavía lo es más que me importa una mierda.

Sí, soy un desinteresao, no en el sentido actual, no según la neo-lengua, esa que más quiere ocultar la Verdad que buscarla, también la Mentira, lo suyo es la Confusión: todo lo que creías era un error. Vale, y ahora déjame tranquilo.

Eso sí, desde siempre...estar tranquilo, esto es: solo.

Me ha costado levantarme de la cama esta mañana, lo reconozco, es algo que va dejando de ser raro, y no por razón de fuerza mayor, es decir, que esté malo, no, no es eso...Puede que sea la cercanía de los 40, la mitad de la vida,  a veces abro los ojos antes de dormir y siento como si mi vida esté pasando así como rueda de coche sobre nevado asfalto, que por más vueltas que da no consigue avanzar ni media hacia adelante. O puede que, simplemente, llevo demasiado tiempo sin andar bajo el sol.

Tengo el alma en los pies y el corazón en la cabeza.

Hacía una mañana estupenda, luminosa, maravillosa, como si la nevada de hace dos días no hubiera existido, ni rastro quedaba de ella, y ya ayer tenías que mirar bien para encontrarla, que se puso a llover en cuanto dejó de nevar y le bastó una noche para fulminarla casi por completo. Todo lo raro es débil.

A veces uno sabe qué es lo mejor para él en ese momento y no lo hace, quizá porque aún a sabiendas de ello no lo sea tanto como para no escoger la segunda opción, pues si la experiencia es la madre de la ciencia no lo es menos la matrona de la desilusión.

Así que en lugar de seguir andando bajo el sol, me senté a fumarme un pito bajo el sol. Y mientras miraba el plano horizonte con la cercana compañía de las putas mierdas secas de perro (gracias a Dios aún viudas de jodidas moscas) puse a los Stones.

No verás a una mierda comerse una mosca. Digan lo que digan.

Un rato después, cuando todavía estaba tal que si acabara de haber abierto los ojos, me fijé en un gorrioncillo, y no porque fuera dorado o píara en arameo, no...sólo era que estaba tan solo como yo, y cuando dos están solos, se fijan. Y lo mejor es cuando uno de ellos tiene alas para volar antes de que pase cualquier cosa.

Hubo un momento en el que me pareció que estaba mirándome, andaba por la tierra, picoteando allí y allá, sus cosas, como todo cristo, que no hay como estar a tu aire para que te importe una mierda de perro hasta el anticiclón de las Azores, y durante otro pensé en lo tremebundo que sería si se acercara a mi, tranquilamente, como decían que le pasaba al trastornao de Asís, otro que hizo un arte de no querer levantarse del catre, pero no me pasó, aún cuando antes me habría arrancado los dientes que hacerle daño, pero claro...eso nunca lo sabe el otro. Y hace bien.

En este juego nunca estás seguro de haber hecho los puntos suficientes como para tener vida extra. Jugamos a ciegas, siquiera en penumbra. Al menos, yo.

Se fue y me fijé en una china, una chineja, una piedrecilla, ¡vamos!, que hay despertares en los que las miras. Y fue que me acordé del Aleph. Brillaba, como todas, pero ella brillaba hacía donde yo estaba sentado, era un signo, sin duda, me quedé un buen rato sin quitarme los ojos, esos mentirosos, sí...me miraba a mi. Pero una de las veces que parpadeé para enfocarlos mejor me di cuenta de que no era la única, que había alguna más entre los millares de ellas a las que podía darle forma, no muchas, eran las excepciones, pero había demasiadas...Y ya no miré a ninguna.

Saltó Tumbling Dice y me enteré a la mitad, cuando empiezan el juego de los coros. La puse otra vez y eché a andar de cara al sol. A lo lejos se acercaba un viejo con las manos en los bolsillos, como yo, y también por un momento pensé que iba a tomar el mismo camino que yo, y acerté, y entró él primero, y yendo yo a sus prudenciales espaldas sentí que el viejo iba un tanto mosca, que es algo propio de la vejez creer que hasta la mierda se come a la mosca, supongo que es natural cuando tus alas son como la de los patos, y bueno, yo no soy una mierda, tampoco la flor de loto, y todavía no me mido con quienes andan con tres patas y no por la del medio, pero sí, resultaba bastante deprimente ser temido por un viejo al mediodía, así que hice rueda y lo pasé, que no hay como ver que alguien se va para respirar.

Llegué a casa, miré el Wasap del Grupo, un vídeo del Harlem Shake, me hizo gracia y lo puse en el ordenador mientras recogía mis cosas para ir al bar.

Y me puse a bailar.

El Madrí ganó, la chica de Insolence se ha teñido su maravilloso pelo negro para mi estupefacción más absoluta, hice un cajón, me relevaron y volví a casa con una bolsa de hielo y una botella de whisky.

Me eché un buen copazo, encendí una breva de Guajiro y le di marcha a mi mano derecha.

Y después de unas cuantas y algunos Marlboros he creado esto.

Lo mejor de no quedarse solo en la cama es lo demás.