viernes, 3 de mayo de 2013
NI EL HUMO ES IGUAL
Pasé una noche horrorosa, o lo que es lo mismo, intranquilo, que si malo es estar nervioso durante el día, peor resulta si no hay sol que valga para mitigar tu temor: no es tanto lo que te pasa como lo que te falta.
Pero quizá me haya excedido un poco, sí, tampoco fue para tanto, aunque cierto es que me sentí raro durante un par de horas, las que van de las dos a las cuatro, tal que si estuviera como antaño, un tanto tenso, como hinchado, lo normal, vamos, si eres lo suficientemente estúpido como para pensar que todavía tienes los veinte años que te permitían dormir a cualquier mona no sin antes atiborrarte de la fabada sobrante del mediodía. Pero no, poco te queda para alcanzar la segunda bandera, el ecuador, y ya no es lo mismo, por mucho que los tragos te hagan olvidar ese detalle, "¡tengo un estómago de acero!", y venga a comer como un cerdo, mucho y rápido, "un paseo y a dormir", y una polla, más cuando doblas pastillas por no recordar si la habías tomado, que si bien no eran psicotrópicos sí llegaban a anti-bióticos, el resfriado de nunca acabar mientras lo hagas a tu manera, es decir, mal, y estoy casi seguro que tuvo que ser eso, sí...el gramo y medio de Amoxicilina, sí...Siempre hay una excusa. Sí.
Conseguí dormirme a eso de las siete y media, después de una larga y no muy agradable película que algún mal encantador pasó por mi cabeza: pocos actores y demasiado vistos. Vista.
Con todo, desperté sin necesidad de ser avisado por el teléfono, pocas veces lo necesito, creo que cuanto más viejo te haces (o menos joven vas siendo, que somos tan delicados...) más ligeras son las cadenas del sueño, como si ya no te los tragaras, como si ya hubieras perdido la fe, como si sospecharas que cuanto antes despiertes, menos corto se te hará el asunto, que ya son años como para desperdiciarlos durmiendo, ya...
Me duché, desayuné ligero, cogí mis cosas y fui derecho a lo que concerté durante la noche mal pasada: el regalo de mi hermano. Hoy cumple treinta.
Fui al estanco que nos da el servicio de tabaco, estaba la empleada, una muchacha un tanto seria pero que no me resulta desagradable, lo prefiero así a que alguien le sonría desmesuradamente a mi cartera, cepos quedos, que no me lo creo, farise@s. Una cierta distancia no está de más. Y menos hoy que mañana.
Había gente y me entretuve mirando los expositores: clippers, zippos, pitilleras, cachimbas...todo ese rollo. Enseguida me decanté por los segundos, y pronto me di cuenta de que seguían igual, por ellos no pasa el tiempo: Bob Marley, hoja de maría, el Ché, ying-yang, AC/DC...el equipo médico habitual. Pasé de toda esa mierda y me fijé en los que traían animales, especialmente en dos, el león y algo que parecía un zorro que luego, dependienta mediante, fue lobo, por lo que me quedé con el Rey de la Selva, no quiero más lobos en mi vida, ni en la de quienes quiero, que si vosotros no me entendéis yo sí, y el de arriba más, y con eso basta. El León.
- "Y también quierooo...un puro. Uno bueno"
- "Tu hermano se lleva este para las ocasiones especiales, como la boda de tu prima del verano pasao..."
Ah, sí...fueron dos, pero esta fue a una. Virgen santa qué dos borracheras...
- "Pues ese que dices"
Me lo ha enseñado, un Cohiba Siglo VI...El presidente de la Liga Anti-tabaco lo miraría relamiéndose, que para llegar a ser un furibundo anti, primero hay que haberlo sido pro.
- "Creo que me vas a dar otro para mi, sí..."
Llegué al bar y me puse a lo mío, no sin antes dejar a buen recaudo el material, pensé meterlo en el frigo como hago con los pestosos de cuarenta céntimos que me fumo mientras escribo, pero enseguida deseché la idea, aparte que no hacía falta, vienen en un cilindro de metal, amarillo y dorado, elegante, precioso, voy a guardarlo por ahí...Una vez me fumé un puro bueno
Y no ha ido mal el día parido por noche tan putiglia, casi ni la he notado, que si no son veinte tampoco son sesenta, y no hay que dejar que el cuerpo se atonte, que se mal acostumbre, un buen meneo no le viene mal de vez en cuando, que tus defensas se duermen si nada les ataca, y luego viene cualquier moco crudo y te hace un destrozo, sí...no es mala excusa para no cambiar demasiado. Ya no son horas.
Acordé con el resto de mis hermanos que participaran del regalo, es mejor así, alguno ya tenía pensado el suyo particular, pero como soy el mayor me han hecho caso de buena gana, aunque no son pocas las ocasiones en las que parezco el pequeño, pero entre hermanos bien criados todo se perdona.
Llegó el interfecto, treinta años ya, "bienvenido al club", "por poco tiempo para ti...", nos hemos reído y nos hemos dado un beso.
Le ha gustado.
Y es que hay que joderse como está el puro...
Aunque lo he encendido como el puto culo, para variar.
Uno no está acostumbrado a estas cosas...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Fumar sigue siendo un placer, y mas un cohiba de los buenos. Pero uno que yo me se lo dejo hace 15 años, a tu edad actual.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué bien rige la cabeza cuando los pulmones se ahuman con buen tabaco, amigo...
EliminarNi de beber se acuerda uno
Una vez. Tan solo una, he podido fumarme una maravilla igual.
ResponderEliminarFue antes de un partido Rayo-Real Sociedad. Me duró la previa, en el bareto de costumbre (de cuando se podía fumar y eso ), la primera parte, el descanso, y la segunda parte.
Acabé de fumar justo al final del partido, y curiosamente no recuerdo el resultado, pero el sabor del puro ese sí. Es inigualable. No sé si será leyenda urbana o no, el que las hojas exteriores del puro, son amasadas en los muslos de vírgenes cubanas...El caso es que estaba de puta madre jajaja.
Un saludo tío.
Desconocía tal leyenda, o al menos no la recordaba, que viene a ser algo parecido, pero ojalá fuera cierta, aunque tampoco sea totalmente necesario.
EliminarPuedo ver a la chiquita sonriente, de piel tostada y dientes blancos como espuma de mar, tumbada en la playa, el sol detrás, yéndose, y al viejo habanero rulando las últimas hojas de su obra en los tersos muslos, corazón de guitarra a la que sólo falta afinar, de una muchacha que empieza a sentirse mujer porque los mayores no se atreven a mirarle a la cara.
Las manos del viejo se cuidan mucho de no tocar más que lo muerto, pero no tanto que ya no pueda servir más que de abono para las alimañas.
Me fumé una virgen.
Así estaba.
Pues mira, tu hermano recién cumplido y yo estamos cerca... espera no vaya a ser yo él.
ResponderEliminarUn saludo, kufs.
Todos lo somos, según Cristo, claro que él era Dios, supongo que seguirá siéndolo, aunque veces es algo a poner en cuarentena viendo como los malos se aprovechan de los buenos.
EliminarSaludos, Sergio
Felicidades a tu hermano!!
ResponderEliminarSiento lo del sueño. Tengo horas de vuelo en insomnio. Mala cosa. Muy mala cosa. La falta de luz no hace q se reduzcan las sombras. Las aumenta y deforma.
Prefiero oler humo de pipa. Pero si el humo de un puro está aromatizado con la satisfacción, también vale.
30!! :-) miles de sonrisas por vivir!!!
Besos K.
…y ten a mano pelis o música bonita para escupirle al insomnio.
Demasiado aromática para mi, querida, demasiado "aquí estoy yo" de un completo desconocido...
EliminarBien dormido, bien duchado, bien afeitado y bien desayunado.
Hoy sólo puede ser un buen día.
Besos, preciosa.
Ya vendrá alguien y te lo joderá (el día). Ojala no.
ResponderEliminarA mi los puros no me han llamado nunca la atención, creo que habré estropeado dos o tres en toda mi vida. Pero lo que está claro es que los placeres que cada uno disfruta se los lleva "palante" y si a ti te gusta pues eso, que te aproveche.Un consejo, aunque no sean sesenta, cuídate, cuando los tengas lo agradecerás. Un abrazo.
Ya ha habido una incursión en forma de cenizo del Carreful, un currito al que no sé lo que le debo pero que mírame como si le hubiera quitado la novia, o la mujer, o algo así, como si me interesara alguna capaz de acariciar a semejante espécimen, anda ya...
EliminarMe cuido, sé donde estoy, pero no creo que sea bueno ir por tu vida dando portazos.
Un abrazo, amigo.
A trabajaaaallll...