domingo, 11 de noviembre de 2012
41 SEMANAS
Es una mujerona de esas que le haría ajustarse las gafas de culo de sifón a Crumb, Robert Crumb, ese pervertido genio del dibujo y de la filosofía underground, esa que busca a la verdad en las tinieblas y no en la luz, quizá sea por su problema de visión: como los topos, hay gente para quienes los ojos no son más que las orejas de la nariz. El olfato es nuestro sentido más desarrollado, sin duda, doy fe...aunque no gaste gafas.
Todo en ella es grande, es como si hubiera sido fecundada para ser un peso pesado y la Naturaleza hubiera decidido en el último momento que no, que aquello que según la opinión dominante de hoy no se sabe si es una sardina, o un pollo, o un ser humano hasta no se cual semana de gestación iba a ser una mujer, una mujer grande, una mujer enorme, una mujer de las de antes de la Pazzzzz Perpetua y castradora...una mujer para guerreros con hambre de conquista, no para los pacíficos que no pueden ser otra cosa.
Y es que no hay síntoma más claro de la progresiva (e imparable, parece ser) feminización de nuestra Civilización que el gusto por las mujeres mosseianas, es decir, poquita cosa, que la sobredosis de paz atrofia las fuerzas, es como si al hombre de hoy le diera miedo todo lo grande, y entonces se va a lo menos grande, a lo mediano, a lo pequeño, hacia aquello que no parece lo suficientemente fuerte como para perder, y si lo es que la derrota no sea muy dolorosa, y de tanto bajar el listón uno acaba preguntándose si no será mejor recibir que dar, y quizá sea por esto el auge de la homosexualidad en el mundo occidental.
Las mujeres que no son niñas siempre ven más allá, por eso siempre han dominado el campo de la videncia: no te ven a ti, ven lo que puedes ser.
Por esto, cuando ésta ha visto que a su hijo le queda poco para estar bajo su regazo, decidió que necesitaba otro, que los cuarenta acaban de quedar atrás, ¿y qué puede hacer una mujer como ella, una mujer que vive de las rentas y de la pensión que tarde, mal y nunca le pasa su ex, el padre del primero, el que era para toda la vida y terminó siendo una pesadilla...? pues buscarse otro macho, otro guerrero merecedor de dejarla embarazada. Y al menos quince, veinte años estarán cubiertos.
Rara, pero rara, era la noche que no terminaba discutiendo con el nuevo elegido, un tío bragao, poca cosa a su lado, pero ninguno lo es a no ser que seas jugador de baloncesto, y de los que se mueven bajo el aro, aunque eso no determina la hombría de un hombre, muchas veces pasa lo contrario, y es que no hay reglas matemáticas que determinen el carácter: uno puede ser una montaña y no asustar a nadie, mientras que otro que no llega ni a cerro puede llegar a acojonar al más pintado, que el tamaño no lo es todo, seguro....una montaña grande que haya sido domada a base de cemento y para que cualquiera pueda superarla no puede competir con una pared escarpada y salvaje de apenas unos cientos de metros, pero qué cientos de metros...ahí hay que echarle güevos.
Y éste es de esos, de los recortaetes, pero cuidadín...Yo lo veía ahí, en la barra, aguantando mecha, sin decir una sola palabra ante los inenarrables ataques verbales de ella, a cada cual más bestia, más hiriente, tiene mala boca cuando bebe...pero él persistía en su silencio, ni la miraba, pasando absolutamente o haciendo como que lo hacía, y pienso yo que esto era lo que más le jodía a ella, que no mostrara pesar ante sus exabruptos, que no le hiciera frente, pero no por debilidad, sino por exceso, como si no fuera lo suficientemente fuerte como para provocar una reacción...y al fuerte, a la fuerte, le llevan los demonios cuando otro más fuerte que él, que ella, lo ningunea.
Pero a veces, pocas, estallaba y la mandaba a la mierda; se largaba de allí y ella se quedaba un rato conmigo, contándome sus cosas, "se ha ido con esa PUTA" aunque en la mayoría de las ocasiones se iba a su casa. Y muy pocas volvía a bajar...vestida para matar.
Recuerdo una noche, un viernes...si hubiera visto echar a andar a una montaña no me hubiera dejado más loco: toda de negro, perfectamente maquillada, recogida la melenaza, taconazos que la acercaban a los dos metros, entró con una gran y extraña sonrisa.
- "Ponme una copa, Kufisto"
Olía a perfume caro, a perfume de las grandes ocasiones.
Se la puse y hablamos un rato, "perdona un momento", fui al water y estuve a punto de meneármela, "joderrrrr"
- "Me voy por ahí...a ver qué pasa..."
Y se fue como entró, con aquella sonrisa desquiciante para quien tuviera ojos en la cara.
Otra de esas noches la vi por ahí, estaba flirteando con un ciclado de esos que parecen como si los hubieran hinchado con una bomba de aire, un chico joven, apenas veinte años...me fijé: el pobre no sabía donde meterse. No, aquella no era la estúpida bolsera de cuarenta kilos a la que escupir en la cara mientras te la chupa...
Pero se quedó preñada y las cosas cambiaron, terminaron las discusiones, o casi, alguna hubo durante los primeros meses, pero no como aquellas, y es que, efectivamente, las cosas habían cambiado. De hecho no puedo imaginar ningún otro motivo para hacer cambiar las cosas de una pareja.
Está a puntito, fuera de cuentas, ENOOOORME, yo la miro y me pongo bravo, la imagino en la cama, ese PANZÓN que parece cobijar un jodido Universo, otro...
"Venga, Kufisto, a ver qué sabes hacer..."
"Voy, nena, ¿pero qué tal si te das la vuelta? parece como si estuviera mirándome un niño..."
Porque eso es lo que viene para vivir un rato por aquí, y no una sardina, ni un pollo, ni una cabeza de ajos de las Pedroñeras.
Y así fue desde el principio y será hasta el final.
Otra historia está a punto de empezar.
Bendita vida.
Bendita.
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Tienes que analizar tus gustos sexuales, kufisto.
ResponderEliminarEsta tarde, cosas de la nostalgia, me dio por leer cosas de EPRV cuando eramos mas jovenes.
Y de repente me avisan de que en la new age ha entrado un antiguo colaborador para juntarnos a todos los que odia. Y estabamos tu y yo juntos. Me he sentido orgulloso.
Un abrazo
Acabo de leerlo, he visto el aviso de Pat en tu blog, la decadencia del PRV y lo demás...es divertido y es verdad: vas echando de menos hasta lo que odiaste.
EliminarEn fin...la vida es así. Al menos para mi
Un saludo, amigo, a mi también me gusta compartir equipo con alguien como tú.
Bueno, amigo Kufisto. Fiel a mi cita, paso por tu casa a indicarte que tengo nuevo articulo.
ResponderEliminarEspero que te guste y lo de siempre.
Un abrazo
http://unblogmuycule.blogspot.com.es/2012/11/el-madrid-dio-la-nota.html
Kufisto
ResponderEliminarEs la primera vez que comento un artículo tuyo, pero no es el primero que leo. Solo decirte que escribes de maravilla. Me quito el sombrero.
Un saludo
Muchas gracias.
EliminarY de vuelta ese cariñoso saludo, por supuesto.
Menudo bicho tienes que estar hecho. Me gusta como escribes. Aprendo, pero poco a poco.
ResponderEliminarY mira que me echo insecticidas varios, pero no hay manera...aunque ya menos.
EliminarMuchas gracias, Paco. Saludos
He llegado a pensar que estabas malito. Tanto tiempo si saber de ti en ningun sitio, ni en el tuyo. Pero veo que respiras bien :):)
ResponderEliminarTe dejo una version de "LA COSA". Por si te apetece leerla.
Abrazo, amigo.(Tienes TWT?)
http://unblogmuycule.blogspot.com.es/2012/11/la-cosa.html
No tengo, amigo, y si lo tengo no me acuerdo, que es lo más probable.
EliminarUn abrazo.
Todavía recuerdo el primer cómic de Crumb que cayó en mis manos, uno de esos tebeos de folios gruesos y amarillentos lleno de líneas negruzcas y texto demencial. Una maravilla en la que, efectivamente, salían esas mujeres de curvas impresionantes, con el pelo en melena, desgreñadas, soeces... Los leía en Canarias, mientras hacía el servicio militar en artillería. Recuerdo que el primero me lo tabiqué en una pensión de las de 1500 pesetas la noche, en una cama con más rastros de ADN que la boca de la Lewinsky, fumando el Winston de tres fundas por el que me pirraba y escuchando a los Doors en una cinta grabada que compré en un mercadillo callejero a un chaval que me dejó helado por sus enormes conocimientos musicales (por cierto, también me vendió una edición sobada de La metaformosis, que todavía conservo como oro en paño).
ResponderEliminarEso sí, estuve echando un vistazo a lo nuevo de Robert Crumb y me dejó un poco como indiferente, pensaba que el Antiguo testamento sería más en su línea y no tan textual... En fin, todos nos hacemos viejos.
Kufisto, como siempre quedo a disposición suya para lo que guste. Y gracias por hacerme más llevaderas estas putas tardes de otoño-invierno de la Mancha.
Amigo mío,
Eliminaracabo de terminar lo de hoy, con la ayuda de una entera botella de vino y la dosis nicotínica de casi un día, pero merecía la pena atrapar lo de esta tarde...en hora y media.
Quiero decirte que tengo sueño, que ha sido otro duro fin de semana y que te quiero mucho, de verdad, pero sin mariconadas.
Un abrazo, compatriota.
Y mira como caen las hojas de los árboles.
Y a aquellos que no se les caen.