miércoles, 11 de julio de 2012

LOS OTROS




Hoy he visto a un viejo meando en mitad de la calle.

Ya era de noche, estaba en la puerta fumándome un pito y echando un vistazo al percal cuando he mirado a la acera de enfrente, "¡coño!...¿está meando?", el tipo andaba sacudiéndosela, y poco después, al retomar su camino, me he confirmado que sí, que había echado una buena en plena Castellana de nuestro pueblo, sin duda, con un par, ahí estaba la marca, igual que los perros, le he visto subir calle arriba, no puedo aseguraros si iba borracho o era un loco, ni iba de lao a lao ni era de los que lo parecen, y entonces he pensado en escribir algo sobre él, sobre la situación, sobre lo que se nos viene encima, al estilo de tantos vendidos que malgastan su talento escribiendo lo que el píterchota de turno espera de ellos, pero he pensado que mejor no, mejor lo dejo pá luego, no es mi historia, no es mi rollo...si hay una razón por la que me pondría en nómina de una de esos sería para vomitar pedo perdido sobre las faldas de su mujer en un Mariano de Cavia, ese hombre.

Y es que, la verdad,  me suda el nabo: lo del viejo meón, lo de los mineros millonarios y lo de cualquiera. Tengo casi 40 años. Eso es lo único que tengo.

Recuerdo que cuando éramos unos chicos, cuando íbamos de carabina de nuestro padre mientras madre se arreglaba, vimos a un pobre borracho meando la calzada que entonces era nuestra Castellana, y también vimos y (sorprendentemente) oímos a nuestro viejo cagarse en Dios al verlo, incluso frenó, como para bajarse, pero se ve que recordó quien llevaba atrás y se cortó de ir más allá; claro que esos eran días (y noches) en los que no hacía falta una columna de la Werhmacht para controlar un pueblo, bastaba con una decena de guardias y unos vecinos medio decentes, así que tiramos para el bar habitual, nuestro viejo se bebería un par de Gordon´s con coca-cola y nosotros porculeríamos por allí. Pero seguro que aquel guarro durmió caliente aquella noche.

Tengo una amiga italiana, una clienta, que es un verdadero sol, es profesora de inglés en un instiasnos, si la oyerais hablar español jamás pensaríais que no es de aquí, es increíble, admirable...no sé como fue la cosa pero me lo dijo una noche, "ni las rumanas hablan como tú", esas perras lo calcan, o casi. Recuerdo que una (era un mega-volcán a pesar de no levantar metro cincuenta del suelo) me dijo que el secreto eran los culebrones sudacas, por lo visto están colgados de ellos en Rumanolandia, y al pasarlos subtitulados, junto a la semejanza de las lenguas (¡qué os voy a contar!) hacían que al llegar aquí hablarán como si fueran más españolas que Agustina de Aragón, claro que siendo tan simpáticas y melosas resultaba imposible, ése era su fallo, bendito fallo...

La italiana...

Me ha traído pasta y vino de su pueblo a la vera de Nápoles, es de rompe y rasga, tiene novio, es un buen chico, hoy me ha dado la receta fetén, ella, claro: "cuece la pasta, pilla una sartén, echa abundante aceite, un sofrito con tomates cherry, hasta que estén blanditos, una guindilla, echa las almejas, y cuando se abran un chorrito de vino blanco, orégano, la pasta...¡y a comer", "tenías que verme comer almejas...soy una puta bestia", "lo imagino".

Después llegó un viejo socialista con su cochambrosa mujer, gin-tonic y bio-solan, he recordado que una vez me dijo "¿quienes son estos?" cuando el "Shine on your crazy diamond" andaba mitigando nuestra mediocridad, "Pink Floyd", "Ah...sí" dijo como si tuviera un millón de años, lo he puesto aposta, bien fuerte, que lo oyeran en la terraza, soy un cacho pan cuando bebo ginebra...hubiera podido ser un gran sacerdote a la manera de Iglesias, Julio, pero...

Pero solo tengo casi 40 años.


35 comentarios:

  1. Bueno yo tengo una década mas que le vamos a hacer, ademas todo es de coco a parte claro esta de que el físico responda. La próstata por ejemplo es mala y traicionera, lo mismo le das una curra al viejo y resulta que la tiene como una patata, jajaj.
    Para acabar la jornada los Pink sientan como un pastelito después de un buen plato de pasta.
    Saluditos Don Kufis.

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    1. Saludón, don Zorro, los Pink nunca se sentaron mal, tenían más arte que el cantamañanas de Camarón en su estado normal: hasta las zejas.

      Me vy a andar la mañana.

      Abraszacos

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    2. Todo el día hablando de priba.

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    3. Priva, coño, priva, ¿dónde cojones te enseñaron a escribir?

      Es que ni un puto comentario que no tenga alguna burrada, joder.

      ¡Qué paciencia hay que tener, Señor!

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    4. !tU PUTA MADRE!

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    5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. A ver ese anónimo que es un bocas escondido detrás de un ladrillo...

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    1. Kufis,
      a ver si te mueres de una puta vez y dejas de sufrir.

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    2. De fumal cuando mueras, tú tanquil.

      Eres camareta, deprimido y de derechas, y sobre todo subnormal.

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    3. Y tú un tonto a las tres de mi reloj atómico.

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    4. Me rindo.
      jajajajajajaja

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    5. Tómate lo que quieras.

      Pagas tú.

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    6. Siempre le pago a tu madre, es muy servicial.

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  3. tu madre se mete ese reloj en el culo.

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  4. eres un poco fascista, vaya articulo mas soez!!! no aportas nada de nada!!! dedicate a otra cosa!!!

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    1. Un muerto de hambre fascista y conservador....un subormal en toda regla.

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  5. Kufisto, buen relato. Eso sí, acabas empachado de tanta letra que te comes, serás vago.

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    1. Y una botella de vino a lo cara de perro.

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  7. Tío, gracias por estas lecturas (sobretodo la del tabaco, magistral joder) cuando llego a casa. La italiana tenia que ser napolitana, eso era inevitable.

    Un saludo.

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    1. Muchas gracias, tú me has animado a escribir lo de hoy.

      Un abrazo.

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  8. Kufisto, lo digo porque te comes letras, en vez de decir para, escribes pá. Por eso. Pero me gustan tus relatos.

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    1. ¡Coño, tron, eso es una licencia literaria, que dicen los listos!

      Muchas gracias. Un abrazo.

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  9. Madre mía amigo, aquellos niños del verano del 73 tenemos ya casi 40 años. Qué se le va a hacer...

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    1. Llegar a los cincuenta. Al menos. Supongo. Pero me entra un cierto hormigueo cuando veo lo poco que me queda para ser cuatreño, década peligrosísima donde las haiga, por lo que veo...

      Un saludo, amigo Puskas.

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