viernes, 27 de julio de 2012
EMPEZÓ BAYREUTH
Desperté como si hubiera dormido mil años, pero solo habían pasado dos horas.
Lo supe con certeza cuando vi que Rato continuaba hablando por el ordenador, a los políticos les encanta hablar, viven tan bien de ello...pero mil años es demasiado: no hay lengua lo suficientemente húmeda. Son como los encantadores de serpientes, ya pueden haber cometido la mayor de las atrocidades, pero se explican con tanto donaire, con tanto dominio de la situación...Apenas recuerdo nada de lo que dijo, números y más números, palabros inglesos, tecnicismos, un jeroglífico para cualquiera que no le huelan los dedos a ajo, tal que esos eruditos de la lengua que pueden estar diciéndote las mayores barbaridades y tú sin enterarte. Claro que puedes buscar el significado de sus palabras en el diccionario, pero ni recuerdas donde está ni lo mirarías si estuviera a mano: sería tanto el tiempo para encontrar su significado...y puede que ni aún así te enteraras de nada; a fin de cuentas el otro te habla de tal manera, con tanta seguridad, tan impecablemente vestido y con tanto poder de convicción en sus ademanes que solo puede tener razón. No importa que no entiendas lo que dice, es lo que ves: quizá deberíamos colocar a los ciegos como policías de los políticos...Me fijé en como echaba agua de la jarrita metálica en su vaso, una breve interrupción de la perorata, pero no bebió, ahí lo dejó, sin tocarlo. Tuve la sensación de que hasta eso esta estudiado, previsto.
Recuerdo que mi abuela solía decir "¡qué bien habla!" cuando escuchaba a algunos políticos, aunque no tuviera ni idea de lo que estaba diciendo. Nunca se abstuvo. Y siempre votó a los que decía el abuelo: el mismo nombre con diferente apellido. Solo cambiaba la cara, y eso cuando cambiaba.
Aquí no se vota a las personas, sino a las siglas, y así nos va. El cambio de ideología se considera poco menos que una traición hacia ti y hacia los tuyos. Y España, no lo olvidéis, es ante todo un clan de clanes, básico, primitivo, malavenido con los vecinos...pero si te enfrentas a la mayoría de los tuyos ¿qué se puede esperar de ti? Aunque se equivoquen, aunque cometan mil errores, seguirán siendo los tuyos a pesar de no recordar las razones de tu apoyo, en el hipotético caso de que alguna vez hubiera alguna. "¡Es tu Tradición, estúpido!". Un traidor es peor que un asesino. Al menos en esta cosa que llamaron España.
La única excepción a esta teoría es la causada cuando tu decepción es tan grande que no permite apoyarlos ni aún tapándote la nariz y los ojos; en este caso te abstienes, pero no votas al contrario, eso nunca. Nunca. Y así es como se ganan y se pierden las elecciones: cuando los tuyos van o no a votar. Porque eso que dicen del voto variable, cambiante, hoy a estos y mañana a aquellos, aquí es algo residual, insignificante. Eso de votar a quien te parezca mejor preparado en cada ocasión es propio de herejes, de infieles, de traidores...de protestantes. España, todavía, lleva metido el gen del catolicismo hasta en el tuétano, aunque el mecagoendios no se le caiga de la boca tanto al que dice creer a su manera como al que no cree a la suya. Que aquí somos muy individualistas para según que cosas, no vayan a decir que...
Arranqué el coche, puse Radio Clásica, "eso es el Preludio..." y recordé que Bayreuth acaba de comenzar, ganas tuve de escucharlo entero, solo son quince minutos, quince minutos porque lo dice el reloj, pero esa música no tiene duración, esa música es tan eterna como lo pueda ser el tiempo, como lo seremos nosotros con un poco de suerte...pero me fui al bar, hacía demasiado calor, y no está bien escucharlo sudando como un cerdo. Hay que tener un respeto.
Al llegar me encontré a tres rojas de tan mediana edad como la mía, aunque unas más que otras, estaban acompañadas por un cuarentón que no conocía con aspecto de chuloputas. Para una de ellas siempre seré un facha, tanto como para mi será una roja aunque no hayamos cruzado ni media palabra más allá de las necesarias en las contadas ocasiones en las que ha cruzado mi camino. De hecho no recuerdo el porqué creo que es roja, aunque sí que estuvo a punto de matar a base de polvos a un buen amigo mío, más rojo que un vómito de sangre él, le faltó 0´2 para volverse loco, pero hace veinte años de aquello...
Tan solo si cada uno de nosotros pudiéramos estar con quien queremos estar y donde queremos estar...o al menos no estar con quien no queremos estar y donde no queremos estar...
El filtro de amor que te haga olvidar todo lo demás...
Aunque tengas que dormir el sueño eterno...
Pero con quien quieras, después de todo...¿qué más da donde?, ¿qué mejor que dormir para siempre con quien amas?...
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... Es normal que no recuerdes nada de lo que dijo el Sr. Rato, en su rato de hablar sin decir nada. Si te colocasen un artilugio de esos que es capaz de "traer" los recuerdos al presente, te sorprenderías al comprender que no puedes recordar nada de lo que dijo, pues nada dijo...
ResponderEliminarOtra cosa bien distinta, será cómo el ser humano, harto ya de tanta mentira, de tanta manipulación tanto a nivel periodístico, como político, ha aprendido (¡Y de qué manera...!) a interpretar a esta "gente" para no pasar por bobos: cada vez existen menos, pero también siguen tratando de engañarnos; y es que los "pobres" no saben hacer mejor cosa...
Un cordial saludo.
Pero aquí nadie es culpable, Utopazzo, nadie dice donde está la pasta, qué ha sido de ella, en qué lugar se enamoró de otro, porqué cuando ganan es para ellos y cuando pierden para el resto, porqué tenemos que pagar para salvar culos que adoran cagarse sobre nosotros...
Eliminara veces entiendo al recluta Patoso, a veces uno se harta de comer tanta mierda ajena para nada.
Vale, el mundo es una pocilga y nosotros no podemos salir de ella...pero al menos, cuando nos lleven al matadero, que sean ellos los que vayan a sacarnos y no nosotros los que salgamos como corderos. Seremos unos cerdos, pero tenemos dientes para morder. ¿Todavía?
Menos mal que nos queda la música. Y orejas para escucharla.
Un abrazo.
Eres grande, kufisto. Cuanto hijo de puta suelto llevándose lo nuestro y queriendo que lea demos las gracias.
ResponderEliminarHabrá que repetir el 1789 francés. Sin eso, seguiremos aborregados.
Lo malo de las Revoluciones es que también en ellas es nuestra sangre la que alimenta la Tierra, al menos en su mayor parte, por uno de ellos caerán mil de los nuestros, o un millón, ya sabes que las armas solo son malas cuando están en otras manos diferentes a las suyas, pero sí...algo habrá que hacer. Podríamos empezar por dejar sus bancos a cero, a ver qué tal...
EliminarUn abrazo, amigo.
Falto unos días y llenas el blog de entradas, la leche.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en lo escrito, en España confundimos la política con la hinchada futbolera. Casi todos se comportan, o nos comportamos, como hinchas, lo de "son los nuestros". No solo compartimos ese fondo con los hooligans, también lo estético, horrible.
Hace muchos años, cuando empecé a despertar de mi larga adolescencia (muy larga, demasiado) y empezaba a notar los efectos de los impulsos neuronales, recuerdo que en una tv de estas de la taifa, salía un acto político donde una entusiasmada reportera preguntaba a un viejillo al respecto del evento. El viejo, muy orgulloso de si mismo, sacaba pecho de como el llevaba votando a ese partido político toda su vida.
Pobre imbécil pensé ya entonces. Así nos va, y así nos irá hasta que no exijamos votar a personas, no a siglas. No será la panacea, pero será otro nivel, otro escalón hacia algo que podamos llamar democracia.
Aunque me dé ciento y una patadas en los cojones, don Ogro, he de reconocer que Vidal, El Obesón, tenía bastante razón en sus interminables vidalípicas de reciente publicación en LD.
EliminarEl problema de España, su particularidazzzz, viene del catolicismo que hasta cuatro días, y durante siglos, lo ha impregnado todo.
España no es democrática, es (era) católica, es decir, "tenemos la Verdad, la Razón y la Salvación...¿quién va a enseñarnos nada?". El odio a la religión es el odio España: sin ella estepaís está gameover.
Y lo vamos a ver.
No lo veo tan claro yo eso Kufisto, lo primero que han hecho estos politicos, tan laicos ellos, es cargarse una educación que con todos sus peros, funcionaba (era capaz de coger a un tio de familia pobre y ascenderlo socialmente a base de meritocracia; eso, ha desaparecido hoy).
EliminarTuvieron que venir las logses, loes y demas mierdas criptonacionalistas que enseñaban a sus mutikos (muchachos), que más allá de la arcadia euskalherriaca eran todos unos vagos (por ejemplo). O tuvieron que venir los "progresistas" (muy laicos tambien) diciendo que votar a los otros " era de idiotas o de hijos de puta".
De eso, la iglesia no tiene la culpa. Vidal con sus artículos de pastor protestante ha caido muy bajo en mi opinión. Para otras cosas lo considero muy valido, pero para esos temas, es insufrible. Te recomiendo ver las respuestas que le dieron gentes como Elentir en su blog, o un tal Bruno en.. no me acuerdo que web.
Lo de nuestros políticos es de campo de horcas, como molinillos de viento. Al menos en la inmensa mayoría de los casos. Y el tema nazionalista...no tiene nombre: "dame una bandera, que yo saquearé por todos vosotros"
EliminarPero la Iglesia tampoco se libra, en mi opinión es la mayor culpable, porque bajo ella, en ella, se educaron TODOS los que hoy nos llevan por el camino de la amargura.
No es que pongan una vela a Dios y otra al diablo: es que cuidan más de esta que de aquella.
Y algunas veces a uno se le hinchan los cojones de tal forma con tanto hijo pródigo y tanta polla en vinagre que se pregunta si no estará haciendo el gilipollas por no darse la vida padre al precio que sea si al final solo basta con decir que te arrepientes para que (¡encima!) te saquen a hombros. O te paseen bajo palio.
El mayor error de Franco fue creer que la Iglesia no era discutible.
Y se lo pagaron como acostumbran: traicionándolo en cuanto vieron que llegaba su fin y empezaba otra historia.
Como siempre han hecho.
Yo a Vidal ni lo aguanto ni lo reconozco, pero veo mucha verdad en su proselitista y casi eterno vómito.
Que lo uno no quita lo otro