lunes, 16 de julio de 2012
EL RELOJ ATÓMICO
La primera vez que lo vi en acción me asusté.
Eran las tres de la mañana de un viernes cualquiera, acababa de echar la llave y me disponía a terminar de recoger cuando, no sé porqué, le eché una mirada y lo vi correr hacia delante como el Urdanga tras la pasta, "¡hostia...!", era como en aquellas viejas películas de viajes en el tiempo, miré la tele, seguían pasando a su velocidad normal la de una poseída, me dio un mal rollo que te jiñas vivo, el reloj seguía su loco viaje...hasta que dio una vuelta completa y se paró en las doce en punto. "¿Qué pasa ahora?". Volví a mirar mi reloj. Eran las tres y cinco. Apagué la televisión. Silencio. No oía ni las cámaras frigoríficas. Las agujas del reloj diabólico seguían fijas en las doce, como esperando a alguien. O algo...no le perdí de vista, no dejé la escoba a un lado...tensión...
Hasta que otra vez empezó su loco caminar, ganas tuve de pasar a la cocina por el cuchillo más grande, pero me quedé ahí, esperando, sin quitarle ojo, haciéndole frente...y a las tres y diez recuperó su ritmo normal. Volví a mirar mi reloj: las tres y doce. Todo medio en orden. Fregué entre continuas miradas al Reloj de la Pared y me fui a casa.
La tarde del sábado vi al cliente que me lo había regalado unos días atrás, el mismo que junto a mi presenció el suicidio del anterior, porque eso es lo que fue: un suicidio. Sin nadie que lo tocara, ni terremoto mediante, se tiró de su asidero para escoñarse en mil pedazos, nos dio un susto de muerte el muy hijoputa. Y es que está visto que trabajar en un bar es duro hasta para los relojes.
- "Oye...¿qué clase de reloj me diste?". Y le conté lo de antes.
El tío se echó a reír.
- "Es el reloj ATÓMICO..."
Por lo visto, y como he comprobado todas las noches que llego hasta la tres, al llegar esa hora recibe una señal de satélite que lo reprograma, corrigiendo las posibles y mínimas desviaciones que hayan podido producirse durante el día. Eso era todo: bajo su vulgar apariencia esconde un mecanismo que lo conecta con las estrellas. O casi.
Desde entonces es una broma habitual de viernes y sábados, "¡mecagoenlaputa! ¿qué le pasa al reloj?" le digo a alguien que va como Dios manda a esas horas, si vierais sus caras...
He tenido una semana laboral (vital, a fin de cuentas) de cágate lorito...no ha habido día en el que no haya habido algún problema con algún borracho o borracha, cosas de poco la mayoría, pero que te queman como una cerilla entre los dedos. Aunque el martes hubo una movida que pudo acabar como el rosario de la Aurora y lo que venga después...
Un mostrenco tamaño dos por dos de un pueblo cercano, estaba celebrando no se qué historia, a media tarde apareció con dos puretas, familiares suyos, estos iban bien y más o menos se controló, aunque respiré aliviado cuando le oí decir que se iba porque lo llamaba su madre, "¡dame un vaso de plástico!". Pero a la hora volvió a aparecer, solo. Y pasadísimo. Me pidió un cubata y pasó al water, "me la va a liar, me la va a liar...". Y las ocho y media de la tarde, cuando empieza a llegar la poca gente que osa salir de bares en estos días...quité de la barra todo lo que pudiera haber de lanzable, apagué el aire acondicionado y abrí las puertas.
Estuvo en el cagadero como unos diez minutos, "ojalá le haya dado un infarto" pensé. Pero no. Salió.
- "¿TE HE PAGAO?
- "No"
- "¿NO TE HA PAGAO ELLA?"
Había entrado solo.
- "No"
Me soltó un billete de 20, hecho un rulo, mirándome sin parar de moverse, tambaleándose
- "LLEVA COCA"
Le di el cambio y salió afuera, a la terraza, en la mesa de al lado a unos amigos míos, dos de ellos tipos duros, fuertes, pero es que había que ver a esa mala bestia.
Milagrosamente no pasó nada, se marchó un rato después, con el vaso, claro, tampoco salí tras él para pedírselo... pero le faltó el pelo de un calvo; un tío así, de esa forma, es una bomba con la espoleta activada, dispuesta a estallar en cualquier momento. Y generalmente terminan haciéndolo en los sitios donde hay botellas de colores.
Esta tarde he padecido a un cansino ejemplar, de catón, de esos que se cuelgan de cualquiera para darles la tabarra, reglamentariamente borracho, ¡cómo no!, pero no era de los peligrosos, lo he ignorado y se lo ha hecho con un chaval, un atleta que no sabe de la misa la media y que había salido a tomarse tranquilamente su gintonic dominical mientras lee el As, pero a veces el exceso de educación es malo para la salud, y en lugar de pasar de él o mandarlo a tomar por culo no se le ha ocurrido otra cosa que darle la razón a un comentario estúpido del otro...la perdición: se lo ha fumado durante quince minutos, hasta que no le ha quedado otra que marcharse por ser educado con quien no lo merece.
Al quedarme solo he mirado el reloj atómico y he pensado que hay horas, días, semanas, que no me importaría su loco correr, pero no solo verlo a él, sino al resto: todo a toda hostia.
La vida sería más agradable si todos tuviéramos un reloj atómico metido en nuestras cabezas, un reloj que hiciera correr las horas como minutos con solo meterte el dedo corazón en la oreja derecha.
Y que pasara lo que tuviera que pasar.
Pero rápido.
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Pero qué malo joder.
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ResponderEliminarCuando dos subnormales te critican, es que estas haciendo las cosas bien; no puede ser de otra forma.
ResponderEliminarDéjate de relojes atómicos Kufisto, que el tiempo ya pasa bastante deprisa.
De la entrada anterior decir que a más cultura más conocimiento de lo que te rodea, y eso por desgracia suele traer mas tristezas que alegrías.
Porque el imbécil suele ser el feliz, ignorante de lo que le rodea y centrado en sus dos paridas existenciales: el futbol y la televisión.
Cosas de los gases tóxicos, Ogro: cuando se meten en la chaveta no salen ni ganando 3000 pavos al mes por no hacer nada.
EliminarUn abrazo, amigo mío.
Pues Yo llegué aquí por el artículo que le dedicaste a tu abuelo depués de que la selección ganara el mundial y me parece que escribes bastante bien, aparte de que siempre he pensado que todos los camareros deberían tener un blog. Sigue así y gracias por tus artículos.
ResponderEliminarSí, ese no me salió mal, tuvo bastante aceptación, de hecho sigue estando entre los diez más leídos.
EliminarLo he escrito muchas veces: los bares son las iglesias de nuestro tiempo, y quienes están tras la barra sus curas.
Un saludo y muchas gracias.
...en mi pueblo se dice que, " de donde no hay no se puede sacar "...no te esfuerces...si no tienes, reconócelo, cierra y ya....
ResponderEliminarEste tipo es como el casi olvidado ezcritor: mucho, muchísimo ruido y muy pocas nueces. Con dos visitas a este blog me doy por enterado: una pérdida de tiempo de un amargado con ínfulas literarias y afán de originalidad. Uno más entre el montón.
ResponderEliminarHasta nunca, troll.
¿Hasta nunca? no se lo cree ni tu abuelo, el que se ponía los supositorios por la boca.
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EliminarEl reloj atómico…
ResponderEliminarVale, es un mecanismo. Pero lo primero q he pensado es en la relatividad. En cómo de repente se acelera, las saetas acelerándose y girando sin control. O como se bloquea de repente. Como congelado.
El tiempo.
Ese misterio.
Un placer leerte.
Un beso Kufis,
R
Siempre hace que me sienta mejor el tiempo que me traen tus palabras.
ResponderEliminarUn beso, preciosa.