domingo, 4 de agosto de 2013

DE LA SOMBRA AL MAL SOL




- "Y a mi me pones un café cortito, muy corto -me ha dicho al mismo tiempo que casi juntaba el pulgar y el índice de su mano izquierda- y lo demás de coñac"
- "No entiendo como puedes tener ganas de beber...¡con la borrachera que llevabas anoche!" le ha dicho el que luego he sabido era su hermano.
- "Tampoco fue para tanto..."
- "Tú que no te acuerdas"

Tendrían treinta y pocos, si acaso, estaban con una chica que tal y como ha terminado el asunto supongo que era su prima o algo así, se notaba que no eran del pueblo, no llegaban a pijos pero andaban cerca; altos, razonablemente fuertes, parecían educados, de buena familia, por esto me ha llamado más la atención el coñac manchado de café: no le pegaba.

Hay bebidas que dicen cosas de según quienes las toman. Y esta es una de ellas.

Otra es el anís, licor que está como los vampiros: no muerto.

Mi primera borrachera fue con Machaquito, seco, la cogí del viejo almacén y me la bebí junto a un amigo, apenas tendríamos catorce años, nos reímos mucho y montamos un buen cirio en la misa de aquella tarde, "¿estáis beodos, Kufisto?", ¿beodos?, todavía me hace gracia. No he vuelto a probar esa bebida, ni siquiera el pacharán, cualquier cosa anisada me causa parecido efecto que cagada ajena. No puedo.

Los dos o tres clientes, por llamarlos de alguna manera, que beben anís en nuestro bar son de lo más borracho y vicioso que ha parido madre, alcohólicos o ex-yonkis, vienen por rachas, hace tiempo que no les veo, tampoco les echo de menos aunque no eran problemáticos ni nada de eso, no...Me costó cogerle el punto al borrachín, estaba reciente lo mío, pero una vez que le di cuerda me reí mucho con él, ya os escribí algo, sí, no me importaría que volviera cualquier día de estos, no...El otro es más chungo, es lo que pasa con los ex, que nunca lo olvidan porque los demás se lo recuerdan sin necesidad de abrir la boca. Quizá si no tuvieran ojos...o estuvieran rotos...

Pero conocí a otro que lo mezclaba con coñac, un sol y sombra, eso sí que es ya del Pleistoceno Superior, y lo mejor de todo es que apenas tenía 25 años, cara de dibujo animado moderno y una novia de la que siempre me hablaba y creo que logré ver una vez, una cualquiera. Hará tres o cuatro años de esto, hace un par que ya no viene, no recuerdo bien si me dejó a deber cinco o seis copas, a veces andaba pillado, bebía como una esponja de las buenas, en cero coma, nos quedábamos alucinados, "¿será posible?...¡SE HA BEBIDO TRES COPAZOS EN CINCO MINUTOS!" Una tarde me contó que su padre había muerto de cirrosis, que eran no sé cuantos hermanos y que al faltar él se fue a la mierda el boyante negocio familiar, no recuerdo cual, se metió en las ambulancias, de esto sí me acuerdo bien, ¡la de chistes que hacíamos!, puede que alguna vez nos oyera detrás de la puerta, quién sabe...En fin, tampoco a este le echo de menos. De hecho, a nadie.

Lo del coñac es todavía peor, puedes estar un mes con una botella, y gracias. Hace treinta, cuarenta, cincuenta años era la bebida nacional, la de los hombres que iban a trabajar, ¡pues no escuché historias cuando era chico de los viejos tiempos en el viejo bar! Tíos bragaos, de esos que trabajaban como mulas y que antes de entrar al tajo se abrochaban tres o cuatro copas de aquellas, de las que llevaban la línea roja para la medida, "para entrar en calor", yo las llegué a ver, pero no creo que pusiera ninguna, sería en el viejo almacén, en aquellas cajas de madera rellenas de paja, sí...joder.

En fin...que le he puesto mitad y mitad. Y me ha sonado a "esto se lo ha visto hacer a su padre"

De reojo y casi sin querer, desde el otro extremo de la barra, junto al ordenador, me he dado cuenta de que estaba sentándole como una patá en los cojones. Estaba que no se encontraba, sé de lo que hablo, se rebullía, no conseguía mantener la atención, como si en cualquier momento fuera a aparecer Jason con su cuchillo, tanto que al final ha salido para no volver hasta media hora después, supongo que habrá ido a potar por ahí, a gusto, que cualquier cosa tiene su compañía, y la mayoría es ninguna.

El extraño caso ha sido que me ha hecho recordar a un subnormal, un chaval que venía con su pobre y vieja madre hará como unos diez años, o más, no controlo bien el tiempo...

Por entonces tendría unos treinta años años, más o menos como yo, era alto a pesar de su andar encorvado, como si llevara una bola de esas de los presos de Mortadelo y Filemón, estaba fuerte, quiero decir que pesaba sus ochenta o noventa kilos, algo que resaltaba todavía más junto a su escuálida madre, una señora con grandes gafas y voz ronca, no paraba de hablarle, sólo cambiaba el tono cuando su hijo se enfadaba más de lo normal, siempre estaba enfadado, entonces su madre le reprochaba su comportamiento, a veces pegaba unos alaridos tremendos, ella no, ella le hablaba un poco más fuerte, no mucho más, y le tocaba, siempre estaba tocándole, poniéndole la pajita en la boca o qué sé yo, no me acuerdo bien, sólo que todos queríamos que se marcharan. Y no me lo dijo nadie.

Un par de veces vi a su padre, parecía gente de dinero, vivían en los pisos de arriba, pero casi siempre eran madre e hijo. Menos un par de veces.

No sé qué fue de ellos, nadie dijo nada cuando desaparecieron, y si alguien lo hizo no me enteré.

Recuerdo una tarde en el viejo bar, yo era un crío, era domingo, estaba atendiendo la terraza, pillando comandas, memorizándolas, mejor dicho, yo entonces era tan bueno como el mejor, el viejo personal acababa de salir de misa de ocho, todo eran zumos, granizados, bitters y mucho porculeo, lo de siempre entre las viejas viudas que salían de misa como quien lo hace del water. Y de repente vi las espaldas de una señorona con su hija del brazo, una chavala con una figura espectacular a pesar de lo recatado del vestido, "¡coño!", fui hacia ella en cuanto se sentaron, olvidándome de "¡¡¡CHIIIICOOO!!!" y demás...

- "Hola...¿qué...vanatomar?" les pregunté casi temblando.

Tenía la cara de una actriz, de cuando esto se decía con un cierto sentido...era guapísima. Que se lo pregunten a mi corazón.

- "Yo, un bitter, ¿y tú, hermosa, qué quieres?"

Y entonces se le descompuso la cara en una sonrisa horrible.

- "Y para ella una fanta de naranja" me dijo mientras la muchacha emitía gruñidos y hacía momios.

Todavía hoy no me explico como fui capaz de soportarlo.

Cuando ha regresado el del café lo ha hecho en compañía de una pareja, "aquarius de limón, por favor", quizá hayan venido por separado, no lo sé, yo ya andaba con mi historia, se fue con su hermano poco después, supongo que a la ciudad, y allí me he quedado, oyendo su borrachera de ayer, sus risas, sus "¿no te acuerdas?", todo eso...

He salido a fumar un cigarrillo, había una pareja sentada, una chica de carácter que exuda inteligencia, poquita cosa, mona y tal, pero se la ve que tendrá lo que se proponga.

Y mirando a cualquier otro sitio me he preguntado como estaré dentro de diez años.

O de veinticinco.


28 comentarios:

  1. De la anterior entrada:

    Pedro, he visto el vídeo de Susan Cain: interesantes reflexiones y sí, se ve que es inteligente (y me parece guapa, tiene "algo"). Lo de los trabajos en grupo en el colegio o el trabajo es verdad, siempre lo odié. Creo que lo mio no es tanto ser introvertido o extrovertido, sino más bien que no encuentro "mi lugar" y desde luego que no estoy hecho para masas ni grupos, y ni para la mayoría de personas. Además mi forma de ver las relaciones está lejos de lo que se concibe hoy en día, supongo. Me gusta tener mi espacio, claro, pero es que no salgo de él, y creo que ha llegado un punto en que se me quitan las ganas de relacionarme, probablemente por lo que pueda encontrar enfrente.

    Luis, algunas noches leo algunas entradas antiguas del blog de Pío Moa en LD y en algunas aparece usted con sus sonetos y joer, es un profesional. Yo no sacaría algo así aunque me diera toda la vida de ventaja jaja.

    Kufs, ahora leo tu nueva entrada.

    Un saludo.

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  2. Dentro de diez o de veinticinco años estarás donde tengas que estar, espero que mucho mejor porque no es cuestión de pisar la línea. O eso, o serás como Jason y su cuchillo. Como yo.

    Un abrazo.

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    1. Supongo que donde siempre he estado, ya no me importa demasiado. Mis piernas son más para escapar un rato que huir por dos. O diez. O mil.

      Otro para ti, amigo.

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  3. Para Pedro:

    http://blogs.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/empecemos-por-los-principios/2013-08-05/un-romance-de-los-anos-40-acaba-en-matrimonio-en-2013_14683/

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  4. Gracias, Kufisto.

    Aunque mi coche es solo un modesto Seat Ibiza, tengo un billete adonde ir:

    http://www.youtube.com/watch?v=TO9Qa7MpAvw

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  5. Hay que avisar del cambio de hilos, collons, que me habéis dejado cerrado por fuera desde ayer.

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  6. Pues a mí el coñac me sigue gustando. En invierno. Pero solo si es bueno; un Torres 10, por ejemplo. Con los otros ya hace años que no puedo. Y nunca en un bar. Unos de esos copazos es demasiado coñac. A mí me va bien la mitad.

    En mi tierra se tomaban en cubalibre, con Coca-cola. Y está bueno, entra bien. Sabe muy dulce. La que era novia de un amigo, los tomaba como agua. Qué bárbaro, nunca vi a una mujer beber tanto. Y aguantaba un montón, aunque alguna vez se le iba la mano.

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    1. Sí, coñá con cocacola, así se mezclaba entre los jóvenes que hoy ya podrían ser abuelos.

      Es raro que una tía pase el coñac, o "la coñá" que decían los viejos.

      Cero. Pero cero. Está más muerto que lo más muerto.

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  7. Sergio

    Cuanto primero te des cuenta de lo que eres antes sabrás lo que quieres, o cuando menos lo que no quieres, y eso ya es mucho avance.

    Te lo digo porque algunos tardamos demasiado en querer enterarnos y luego las consecuencias fueron peores.

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  8. Oye, Kufisto. Nunca entraré en tu bar y me pondré de conversación contigo. Eres tremendo, no pasas una, no indultas a nadie.

    Me recuerdas a uno de la pandilla, cuando éramos jóvenes. Estábamos unos seis o siete sentados en el parque. Se va uno. Y este que os digo va y dice: "¿Os habéis fijado lo feo que es?". Se va otro: "Coño, como le huele el sudor. Podría ducharse más a menudo". Se va otro: "Este todavía es más feo que el otro". Total que quedábamos tres y ninguno nos atrevíamos a irnos, por temor a lo que diría cuando no estuviéramos delante. Lo hablamos al día siguiente y nos moríamos de risa, porque los tres pensamos lo mismo.

    Bien es verdad que se lo perdonábamos todo, porque era muy simpático y muy buen tipo.

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  9. Pedro, gracias por contestar. La verdad es que vivo bastante bloqueado, pero bueno.

    Un saludo.

    Y otro para Doiraje.

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    1. No quieras ser lo que no eres, Sergio.

      Y ya está, es así de fácil, lo cual no significa así de feliz.

      Saludos.

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  10. Menuda partida ganada acabo de perder, me cago en Satán y en su Gran Puta.

    Por tenerla ganada, por eso la he perdido.

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  11. ¿Ves, Sergio? uno cree que los demás son como él, que actuarán igual, que se rendirán antes que arrastrarse...y te joden. Tú te confías y ellos te joden.

    Hay que ser como los gatos.

    Qué cabreo tengo, coño.

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  12. No estás solo. En serio. No te lo creas.

    Voy a hacer la segunda intentona de la noche.

    Mierda de calor.

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  13. Jajaja no te había visto. ¿Ajedrez? ¿has pensado alguna vez presentarte a alguna competición seria? Escribes bien, cocinas bien de fijo, ajedrez... varias cosas que haces bien, y la cantidad de gilipollas que he conocido con una carrera y sin saber escribir ni razonar, la madre que me parió.

    Yo no soy muy bueno al ajedrez, pero me parece un juego que debería fomentarse o enseñarse directamente en las escuelas. Creo que los yugoslavos y los rusos saben o sabían de eso.

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    1. Aquí y ahora ya todo consiste en saber inglés. Aunque sumes contando con los dedos, no sepas ni la tabla de multiplicar y te vayas de vacaciones a la India sin impermeable porque piensas que allí no llueve nunca. Total, como sabes inglés.

      (Esto de pensar que en la India no llueve me lo contó uno de mis hermanos. La mayor parte de los que iban desde España se quedaron de piedra cuando les preguntó qué harían cuando los pillara una tormenta. Pero sabían inglés. Incluso en el viaje iban hablando inglés por aquello de practicar).

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  14. Mirad de cuántas estupideces nos estamos librando al quedarnos de cháchara en el bar virtual de Kufisto.

    1-Del exhibicionismo, tan habitual en las redes sociales

    ser un usuario pasivo, un mero consumidor de los comentarios y fotografías de nuestros contactos en distintas redes sociales puede contribuir a detonar emociones como la envidia o los estados depresivos.

    O tan idiota como los que se exhiben allí, obsesionados por mostrarse ante los demás como gente feliz. Aquí, en el bar, en lo que se refiere al mundo subjetivo, somos nietzscheanos, y entendemos que el problema de la felicidad es el propio de la gente estúpida, justamente la que se acoge a las redes sociales para ser alguien, sobre todo ante los demás.

    Aquí, en el bar, no sabemos si somos felices o desdichados, porque eso nos importa un rábano. Es más, de ser desdichados sabremos sacarle jugo, cosa que en las redes sociales es imposible de hacer, salvo que quieras que los demás sientan pena de ti por no ser tan felizmente imbéciles como ellos dicen que son.

    http://actualidad.rt.com/actualidad/view/102153-facebook-instagram-triste-depresiva

    2- Los científicos confirman que nuestra habilidad de concentración y pensamiento resulta perjudicada en esta época de Internet.

    ¿Cómo combatirlo? Ahí nosotros estamos en primera línea. Para nosotros internet es una herramienta imprescindible, pero solo eso, una herramienta. Henos aquí:

    ¿Qué hacer?
    En tal situación, ¿qué hacer para mantener las capacidades mentales? Hay que desarrollar ciertos hábitos, afirman los expertos japoneses.

    (...)

    2) Escribir textos largos y de alta calidad.

    Es muy útil escribir textos de no menos de 3.000 caracteres. Es muy importante elegir cuidadosamente las palabras y regularmente regalarle tiempo a las letras. El hecho es que el proceso de escribir un texto de una longitud determinada está directamente relacionado con la necesidad del cerebro de aclarar y organizar los pensamientos.


    http://actualidad.rt.com/sociedad/view/102158-mente-internet-cerebro-mentales-salud

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  15. Este bar daria para una serie, estilo cronicas de un bar y de un camarero que era la leche.
    Cada historia es como una mini novela corta, un relato de los que ya casi nadie escribe. Y suerte de los que podemos leerte para ir aprendiendo.
    Por si cuando nos hagamos mayores8mas aun) logramos saber algo.
    Un abrazo

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  16. Hace cuarenta años echaban por televisión una serie que se llamaba "Crónicas de un pueblo". En efecto, este blog podría llamarse "Crónicas de un bar" o "Crónicas del bar (de) Kufisto".

    Y la verdad, aunque no soy de bares, se está muy bien aquí dentro. A pesar de que al camarero no se le va una. O precisamente por eso.

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