viernes, 23 de agosto de 2013
PARA TILA
El primer recuerdo que guardo del resto del mundo es el de un asesinato: el de John Lennon. Y apenas nada de lo habido antes de ese día, parecen sueños: una pelea con mi mejor amigo para ver quien empujaba el columpio donde se balanceaba una niña, un niño arrastrado por su madre, llorando a lágrima viva porque no quería ir al colegio, una vieja monja que se llamaba Rosa y me quería mucho...no sé. Pero sí que mi primer contacto con la vida de los otros fue en uno de sus días más tristes: habían matado a alguien que hizo feliz a mucha gente.
Yo tenía siete años.
A partir de entonces sí, enseguida llegó el golpe de Estado, estábamos jugando en la calle y nuestra abuela bajó llorando a recogernos. Arriba estaba el abuelo viendo la tele, muy serio, mientras la abuela lloraba, rezaba y nos besaba. Pero yo de quien me acuerdo bien es del abuelo, de su cara, no decía nada, tampoco era tan raro, solía ser así aunque no tanto, yo no podía entender porqué lloraba la abuela. Poco después llegó nuestro padre a recogernos, había cerrado el bar y nos llevaron a nuestra otra casa. Al día siguiente no hubo colegio.
Tres meses después ganamos la Liga, de eso sí que me acuerdo bien. Extrañamente escuché la última jornada en casa de mi otra abuela, la yaya, no le gustaba que la llamaran de aquella manera, todavía era joven; tenía una radio grande en la cocina, de gran antena y grandes botones, me gustaba mucho, en ella oí cantar el gol de Zamora en Gijón, el del empate en el último minuto, el que nos daba la Liga...
La mañana de los Santos Inocentes de ese mismo año nos llamó por teléfono su marido, nuestro abuelo, a él no le importaba que le llamáramos así, quizá fuera la diferencia de edad, creo que se llevaban diez años, puede que más...
- "¡CHICOS!"
- "¡Hola, abuelo!"
- "¿Os estáis portando bien?"
- "Sí"
- "¡OS HE COMPRADO UNAS BICICLETAS!"
- "¡¡¡BIEEENNN!!!"
- "Jajaja..." le escuchamos una vez que nos calmamos un poco "¡PERO QUÉ INOCENTES SOIS! ¿Es que no sabéis el día que es hoy?"
Nos lo explicó. Nuestra joven madre se sonreía. Este abuelo siempre había sido un bromista.
- "¡ERES TONTO, ABUELO!"
Nos echamos a llorar. Creo.
Dos horas después volvieron a llamar a aquel teléfono rojo colgado de una de las paredes de la cocina: había muerto de un infarto.
Y entonces sí que lloramos al ver como lloraba nuestra madre.
1981 fue mi 1492.
No pasaron tres años cuando un mediodía de febrero sonó el teléfono blanco de teclas de la tienda de abajo, nuestra tienda, esa en la que trabajaban nuestra madre y nuestra tía. Estábamos viendo la tele, esperando a que acabara para que nos diera de comer, "¡qué hambre!", cuando la oímos subir corriendo las escaleras, llorando como nunca la he vuelto a oír.
- "¡HIJOS MÍOS...PONEROS A REZAR!...¡VUESTRO PRIMO RUBÉN...SE LE HA CAÍDO UNA PARED ENCIMA!...¡¡¡REZAD, HIJOS MÍOS...REZAD!!!"
Poco después llegó nuestro padre y se fueron al hospital. La hermana pequeña de mi madre también estaba bastante mal, pero no tanto como su hijo. No tardaron una hora en regresar.
- "¿Como está?" les preguntamos cuando no habían empezado a subir la escalera.
- "Ha muerto"
Me agarré de la puerta del salón y le di de cabezazos hasta que mi padre me sujetó.
Catorce años después le tocó el turno a mi otro abuelo. Estaba ingresado en el hospital, operado de la úlcera guerracivilista que le acompañó tres cuartas partes de su vida, ya no quedaba otra opción, era eso o puerta, le tenía auténtico pavor...Salió bien, eso nos dijeron, yo iba a verle todas las tardes, poco antes de entrar al bar, "¿como estás?", "bien...¿y el bar?", "bien..." El bar. Siempre el bar.
Oí como mi madre me llamaba desde arriba, todavía vivía con ellos, "Kufistín...¡Kufistín...!" Eran las ocho de la mañana. Hacía siete años desde la última vez que había tenido que despertarme. Desde que dejé de estudiar.
- "¿Qué?"
- "Que se ha muerto el abuelo..."
Fui al bar, mi padre ya no estaba, sólo quedaba Manolo, el hombre a quien el suyo llevó a mi abuelo treinta años atrás, "haz con él lo que quieras", no valía para estudiar, "vamos a cerrar...se ha muerto el abuelo" Se echó a llorar y yo cerré el bar.
Algunos años más tarde, una mañana de septiembre, a eso de las ocho, oí el móvil, no lo había apagado la noche anterior, ni la anterior, ni la anterior...era cosa de días.
- "Kufisto..." Era mi madre
- "Qué" respondí como quien oye el último recopilatorio de los Rolling Stones.
- "Que se ha muerto la Cori" La madre de aquel primo muerto.
No lloré hasta un mes después, una tarde que salí a pasear por donde siempre, por el tramo en el que se adivina su casa y se ve el cementerio, como tantas veces...Había llegado el otoño de golpe, podías ver las primeras hojas muertas sobre las baldosas del paseo, tan cerca de sus árboles, sin el viento necesario que las levantara del suelo mojado...Me senté en él y rompí a llorar como si hubiera visto la luz por primera vez.
Le llegó el turno a nuestra abuela, la abuela, padeció de Alzheimer los últimos años de su vida, poco después de morirse su marido, su hombre...Su hija la cuidó con la ayuda de su bendito marido, un cordero con piel de lobo. Era para verla como la llevaban a nuestro bar, hecha un primor, peinada, maquillada, bien vestida...parecía una muñeca de las antiguas, de las que eran obras de arte...Poco a poco dejó de conocernos, "¿quién es este?", le decía su hija, "ehhh..." Y sonreía. No paraba de sonreír. "Este es Kufistínnn..." resolvía mi tía.
Se le rompió la cadera y la ingresamos en el hospital.
Estaba yéndose la última tarde de junio cuando fui a verla antes de ir al bar, sólo estaba el ogro con ella, su mujer había salido a fumar un cigarrillo.
- "Abuelaaa..." no respondió. "¿Como está?"
- "Mal, Kufisto, mal..."
Estábamos hablando de ella, mirándola, cuando dejó de respirar. No hizo ni un aspaviento, ningún estertor, nada...Simplemente dejó de respirar. Yo lo vi.
- "Ves a llamar a tu tía..."
La besé y fui a por su hija. Y allí la dejé.
Este verano está siendo tan infernal como todos los demás, no hay mañana desde hace dos meses que no me despierte con la almohada en modo una gota más de sudor y te mato a lo John Bonham, pero anoche, cosa rara, no tardé mucho en dormirme, tal vez fuera por seguir inconscientemente los consejos de un paleto que me entró al bar a última hora de la tarde, un albañil, un buen hombre que tuvo la mala fortuna de entrar poco después de una situación embarazosa, tres gilipollas cocainómanos de un pueblo cercano acababan de hacerle la pirula a uno de sus paisanos, otro buen hombre, uno que lleva unos días por aquí, las circunstancias, el hospital y tal...En fin, que tres copas, "ahora venimos", y no volvieron. Y él estuvo ahí media hora. Me di cuenta en cuanto salí a fumar un pito: "se la han jugado"
Me pasé adentro sin decirle nada. Le di el tiempo suficiente y se fue. No era culpa suya. Hoy ha vuelto y no se lo he recordado.
El tema es dejar una rendija de la ventana abierta, "y ver por donde entra la corriente de aire..." como me dijo el buen palet, en mi caso el respiradero del servicio que comparte la habitación. Mano de santo.
A eso de las ocho me ha despertado el sol, he encendido el teléfono para activar la alarma, he bajado la persiana para seguir durmiendo y poco después, justo cuando estaba a punto de quedarme bien frito, ha sonado el tono de llamada, "¡¿coño?!"
Mi madre.
- "Kufisto..."
Cero coma, no me ha hecho falta más para saber que se trataba de algo malo.
- "¿Qué?"
- "La gata...que se ha muerto"
Dieciocho años de gata. Más o menos.
He respirado aliviado, podía oírla emocionada, aguantando el llanto.
- "Joderrrrr..."
- "¡Y a ver el tuyo, que pierde mucho pelo...!"
Bueno, justo hace hoy ocho años que vine a vivir aquí, medio después me lo trajo de Alicante la hermana pequeña de mi ex, cabía en mi mano de peso mosca, así que siete y medio...y no veo que pierda tanto pelo como dice la vieja, sólo que tiene mucho y lo va cambiando y tal, ¿no?
Volví a dormirme hasta que sonó la hora. Me arreglé, compré algunas cosas y fui para el bar, ya estaba mi padre, "el bar...el bar...", somos parientes del cuerdo Kurtz, "¿te has enterao?", "¡coño!, menudo susto", hemos bromeado un poco con el cuadro que se ha encontrado, todo lleno de lágrimas y tal, entierro en la finca del familiar que se ha ido de vacaciones, "acaban de irse tu madre y tu hermano con buenas gafas de sol..." Dios nos perdonará a todos.
Y a eso de las dos se han juntado tres parejas de amigos con sus criaturas, el mayor no pasaba del año y medio y la otra parejita apenas se llevan días en sus nueve meses...Era para verlos: la pequeña no hacía más que mirarlos desde su cochecito, sonriendo, que eso es lo que hace esa luz del jodido mundo desde que nació, mientras los otros dos se arrastraban por el suelo, midiéndose, gruñéndose...Nos hemos reído tanto...
La vida es así, tron...ca
Buen descanso, querida.
En serio.
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Descanse en paz Tila.
ResponderEliminarOswald.
Gracias.
EliminarVaya, que se muera una mascota es también un mal trago. Cuando se murió mi perro, y eso que se veía venir, me quedé noqueado. Todos los días me acuerdo de él...
ResponderEliminarQue descanse en paz el animalillo.
Un saludo.
Fue una gata que quisimos muchos.
Eliminar¡Cuantos de nosotros no se habrán ido al otro lado sin la centésima parte de caricias que ella se lleva!
Nunca se me olvidará lo que le escuché de niño a una tía mía, campesina, en la cocina de casa. Se lo contaba a mi madre: "Que Dios me perdone, pero cuando se murió León estuve dos días llorando sin parar". León y Diana eran sus perros. Pedía perdón por querer tan sinceramente a un animal.
ResponderEliminarHay gente que no lo entiende. El más bruto de una aldea cercana a mi pueblo resulta que era el matarife; pues bien, degollaba cuanto bicho le pusieran delante salvo a sus cerdos. No podía. Embutirlos y comérselos no le importaba, pero antes tenían que matárselos. Se iba al bar, y cuando ya estaban muertos volvía a casa y no quería verlos colgados. Solo dos o tres días después, cuando estaban despiezados y picados, ayudaba a las mondongueras.
Y es que el animal también te toma cariño. Mi padre decía que era por interés, porque les dabas de comer. Toma, ¿y qué hijos querrían a unos padres que no les dieran de comer y no los tratasen bien? Sabes perfectamente por su mirada y su conducta cuándo un animal te aprecia. Otra cosa son los desvaríos, que hay gente que llega a creerse que el perro le habla. Pero gente así, 'asín', no necesita animales para estar 'p´allá'
De estos que el perro les habla conozco a varios.
ResponderEliminarEl otro día pasé por el veterinario a por unos antibióticos. Es increíble lo que ha cambiado la conducta de la gente. Había cola de espera y cuatro personas atendiendo. Todos ellos me llamaron la atención por uno o por otro, pero especialmente un matrimonio de unos cincuenta y bastantes años, agarrados a una perra lanosa que a mí me daba apuro verlos. Uno es tener el animal cerca y acariciarlo para que esté tranquilo, y otro tenerlo recostado boca arriba en tus brazos como si fuera un bebé al que le estuvieras dando el pecho, y mirando para él todo el tiempo y acariciándole la cabeza como quien le da el chupete. Me daban repelús, sobre todo la mujer.
Temibles algunas mujeres. Ya le tuve que decir a la de la Protectora de animales que de ningún modo se capan mis gatos: "Desaparece la testorena y se acaban los problemas, y la gata de estar preñada tres veces al año", decía. En esto es igual que el vecino, campesino, pero en su caso lo hace porque invaden su propiedad y le cascan al suyo para robarle la comida: "el otro día, ese pinto --me decía su madre-- lo tuve que sacar de la despensa de casa a escobazos, y encima se me revolvió y todo". (Es culpa del viejo con el que vivo, que el otro día reñí con él porque estuvo cuatro días sin cebarlos. No sé si es que se le olvidó o si creyó que los iba a cebar yo solo. Más avaro que el licenciado Cabra, el tío).
Sí, me pasa algo parecido cuando veo por la calle a mujeres jóvenes con el perrillo en brazos. Eso es...eso no puede seer bueno.
EliminarYo tuve que caparlo, Pedro, con todo el dolor de mi corazón una vez que volvía a verlo, pero es que esto es un piso y no puede ser de otra forma. Es muy pelón, mi madre estás preocupada, dice que no es normal que pierda tanto pelo, que tiene como "caspa"...no sé, yo le veo como siempre. Aunque no tengo muy buen ojo clínico, la verdad.
Te encariñas de ellos, te encariñas de todo con el paso del tiempo.
Y más si tienen ojos que te miran como si fueras alguien.
Este hilo que abrí anoche le gustará a Luis. A Luis Oswald.
ResponderEliminar¿Se divide la élite financiera? ¿Diferentes monedas ancladas al patrón oro frente al dólar, la FED y los Rockefeller?
http://www.burbuja.info/inmobiliaria/politica/453760-se-divide-elite-financiera-diferentes-monedas-ancladas-al-patron-oro-frente-al-dolar-fed-y-rockefeller.html
Vaya, bonita forma de contar las desgracias. Pero, amigo, esto es lo que pasa al que viene a este mundo, que ve morir a la gente, a los que quiere, a los que no, hasta que ya no ve más porque el que la palma es él. Sólo una cosa, no se cayó y se rompió la cadera. Se le rompió la cadera y se cayó. Que es muy distinto. Abrazos calurosos, amigo.
ResponderEliminarTienes toda la razón, así es y así fue. Voy a corregirlo.
EliminarOtro para ti, amigo, que ya nos queda menos para lo mejor.
Casi me da un poco de apuro decir que lamento lo de tu gata, cuando viene precedido de todas las muertes de tus familiares. En cualquier caso, se ama todo aquello en lo que uno pone el corazón de un modo u otro, ya sean personas, animales, paisajes, lugares donde se vivió, obras de arte de cualquier género que nos hicieron felices, recuerdos...
ResponderEliminarAunque aquí lo asimilas un poco, nada como el vínculo entre personas, incluso también para lo malo. Nada nos atrae o, según el caso, nos repele más que otro corazón humano.
Y por cierto, ¿quién es esa china amenazante y mal encarada que has puesto en la cabecera? Te gustan los contrastes. Me quedo con la dulzura inefable de la musa de siempre, la que le antecede. O con la sonrisa fresca y abierta de la que cierra el blog.
Es Lady Kaede, de "Ran", la impresionante película kurosawiana.
EliminarLa revisité el lunes pasado, habían pasado muchos años desde la última vez, y aparte de la maravilla en sí que es me dejó ko la chica protagonista, una interpretación más allá de todo elogio. Tanto fue que ha entrado en mi sancta sanctorum.
Un saludo, amigo mío.
Ah... Como buen occidental (no se puede evitar lo que se es) tiendo a ver la estética oriental desde mi sensibilidad, ya digo, occidental y mediterránea. Para mí siempre se me aparece como muy prominente en su belleza tanto la elegancia como la frialdad, el exquisito cuidado de todo, su delicadeza, con un rigor que aunque implica respeto, también es contención en grado extremo, que no mesura.
EliminarLo oriental (lo japonés, en este caso) siempre me parece como en un perpetuo estado de frágil equilibrio, como un delgadísimo cristal que puede romperse a la menor vibración. Y sin embargo, su belleza es varias veces milenaria: pocas cosas más sólidas que este estar en el mundo, aún no desaparecido por completo.
Un saludo, amigo mío.
Por eso lo llamativo de sus emigrantes, chinos en este caso, pero vamos, son como primos, aunque fijo que se mosquean si los confundes, al igual que me pasaría a mi si me tomaran por francés. Todo lo que es tan lejano siempre nos parecerá uniforme: no damos para más.
EliminarDigo que veo a nuestros chinos, obsesionados con el dinero, y me pregunto donde está todo eso que tan bien cuentas, parece como si no existiera nada en nuestro mundo que merezca la pena. Es el dinero, el dinero. Están por aquí como estarán por Angola. Sin hacer ruido pero tampoco ninguna huella.
Nunca me llamaron la atención sus mujeres, y eso que uno de los hombres que más he admirado las alababa como las mejores del mundo. Pero claro, era Bobby Fischer, tan misógino como misántropo, puede que más, y como que no contaba mucho la opinión de alguien que empezó a fijarse en las mujeres cuando dejó de interesarle el ajedrez.
Yo creo (lo intuyo, lo sé después de haber leído casi cada palabra que dijo) que lo que realmente le gustaba de ellas no era su belleza, sino su sumisión, de la clase que es aceptada de buena gana, de las que son educadas para satisfacer al hombre, tan lejanas en todo a las yanquis de su juventud sesentera, en los días en que todo explotó.
También yo soy hijo de Occidente y gustoso esclavo de sus cánones: todo lo que me gusta lleva su sello en alguna parte. Y lo que no, también.
Pero como bien sabes no hay regla humana que no supure excepciones.
Todos conocemos la proverbial fama de feas de las mujeres inglesas...¿sabes de donde es la musa de dulzura inefable y belleza fuera de toda poesía que no sea la más alta? De Inglaterra.
Así que lo mejor es lo de siempre, por lo menos en aquellas cosas que podemos ver y soñar con tocar: creerte la mitad de la mitad de la mitad de lo que te digan.
Bueno, es que la situación del que emigra, sea del pueblo que sea, es muy distinta: se trata de subsistir. Aunque es cierto que también se subsiste según el modo en que se es, como en todo en la vida.
EliminarNo soy un experto en historia oriental, pero supongo que estos pueblos conocieron épocas mejores, en el sentido en que fueron aquellas en las que forjaron su identidad, su cultura, su lenguaje y sus tradiciones. Y su poder en todos los sentidos del término. Ahora están fuertemente occidentalizados, ya sea por el liberalismo capitalista (Japón y Corea del Sur), ya sea por el marxismo (China y Corea del Norte). A pesar de todo, según me cuenta un paciente que por motivos mitad laborales mitad por placer viaja con cierta frecuencia a Japón, el trato sigue siendo exquisito y delicado en las relaciones con el otro. Y si eres cliente, aun de una humilde tienda, te hacen sentir como Fischer con las niponas: como un dios servido por odaliscas.
Entiendo la fascinación del norteamericano, más aún en un mundo en que no pocas mujeres occidentales parecen en este mundo competitivo y ególatra como Lady Kaede pero sin cuchillo; sin embargo, ante esa sumisión yo me sentiría incómodo. Hay una sumisión muy sana que procede del amor más profundo o de la genuina admiración y respeto por el otro, y en ese sentido esa alma expresa sus sentimientos de esta forma tan profunda. Pero a mí me gusta las mujeres que sepan mirarme a la cara, aunque sea yo quien baje la mía ruborizado. No sé si me entiendes. Y eso no significa ni mucho menos que me pongan las mujeres como Lady Kaede (para mí la antítesis de lo amoroso; habrá quien se ponga a tope sintiéndose amenazado ante una mujer; no es desde luego mi caso), no, sino como la inglesita maravillosa o la frescura morena que cierra tu blog.
A mi tampoco, pero esta Kaede es la quintaesencia del "eterno femenino" en lado cruz.
EliminarYo me lo haría bien con Anastasia.
Creo que si tuviera delante de mi a aquella Rachel...no sé. De verdad que no lo sé.
Si, no toda belleza es accesible. Y no lo digo porque sea "inconquistable", sino por el sentimiento de que uno no es merecedor de tanto.
EliminarNunca he visto a mi padre llorar. Excepto cuando han muerto sus queridos perros.
ResponderEliminarEste mundo finito, y los afectos.
Hoy te daría un abrazo de esos que se dan en silencio. Y que, cuando terminan, traen más silencio, pero compañía; un cigarrillo, paseo, atardecer, mirar y sonreír con algo de tristeza.
Pensaba que era por lo que cuentas y cómo lo cuentas (creo recordar que escribiste sobre lo de tu primo en otro post…) pero puede que sea porque el abrazo me hace más falta a mí que a ti…yo que sé.
Un beso, Kufis. Bonita entrada, pese a todo.
Sí, ya lo conté en otra ocasión, y de refilón en varias, aquello lo llevo dentro. Pero bien.
EliminarOtro para ti, preciosa.
Y gracias.
Pedro, te está quedando un hilo muy majo con BGA y DeElea.
ResponderEliminarOswald.
¡Qué casualidad!, también lo estoy leyendo en este momento. Venía del hilo de Jaime María, el del anillo de padre y el cartucho de churros que fue asaltado y aseteado por un pérfido canguro del PP
EliminarDoiraje
ResponderEliminarOcurre que a sus familiares no los conocemos, pero a su gata, sí. Los hombres y mujeres somos muy diferentes unos de otros; los animales no tanto, aunque bastante más de lo que muchos creen. No hay más que verlos físicamente para darse cuenta de las pocas diferencias que mantienen dentro de una misma especie.
Su gata es nuestra gata, pero sus familiares, no. Si lo sentimos es por él, por Kufisto, pero sería una farsa simular que padecemos por quienes no conocemos.
Hombre, Pedro, yo lamento más lo de los familiares de Kufisto que lo de su gata. Lo que pasa es que lo de la gata es reciente.
ResponderEliminarOswald.
No puedo entrar en el blog de Moa. Me sale esto: "Error estableciendo una conexión con la base de datos".
ResponderEliminarOswald.
A mi también. Y desde hace cinco o seis horas.
EliminarOswald
ResponderEliminarNadie habla de sentimientos. Yo no sufro por la gata de Kufisto, pero sí sé quién es; no puedo decir lo mismo de su familia. La madre de kufisto lloró por la gata. ¿Haría lo mismo si a ti o a mí nos explotara la bombona del gas delante de las narices? Hombre, pues no. No hay que engañarse. Yo no le doy ningún pésame a Kufisto porque la historia que cuenta nos atrae y él sabe do sobra que nosotros sabemos que ha sufrido por ello, sin necesidad de decirle nada. Es un cumplido, una cortesía decirlo, pero en ningún caso nos invita a hablar del asunto como sí lo hace la muerte de la gata.
Yo tengo unos problemas tremendos con la conexión. El caso es que la señal es inmejorable, pero no hay manera de que carguen las páginas. Un horror. Cuesta incluso el que cargue solo una dirección.
ResponderEliminarPedro, te está quedando un hilo muy majo con BGA y DeElea.
ResponderEliminarOswald.
Caray con el BGA, preguntaba para provocar, no para otra cosa. Qué pedazo de cretino. Y yo qué ingenuo
Pedro
EliminarNo es la primera vez que leo comentarios de Leolfredo en tus hilos, y he de decir que parece alguien bien amueblado; al menos en esa parte que llevamos encima de la nariz. De hecho me ha recordado a nosotros cuando ha comentado vuestros inicios.
(Todavía me río al recordar el "perromoro" con el que te recibió Quijote o Momia en el blog de Pío)
Es verdad, y yo diciéndote que si no te daba vergüenza aparecer por allí mostrando un blog lleno de fotos con putas. Y te puse unas cuantas más que busqué en la red.
EliminarPero creo que fue el mismo día en el que te dije que después de leer algunos hilos me había gustado mucho.
Sería Momia. Quijote, Quixote, no tenía malicia; era una maravilla. Joder, de lo mejor que leímos en mucho tiempo (seguro que te acuerdas), aquello que le decía a Federico, de que tuviese cuidado no le fuera a pasar lo que a Byron, cuando le dio un ataque de homosexualismo y puso el barco rumbo a la tormenta para suicidarse. No recuerdo exactamente cómo lo decía, pero es que nos desternillábamos. ¿Y Sigoempe?, ¿con aquello de que los carros del supermercado estaban programados para girar o frenarse según lo que quisieran que compraras? O lo de los helicópteros con cabeza de mosca. Qué risa. No hablemos de los olivos y del veneno que le ponían los vecinos. Qué simpático era. Yo decía que era como Pepe Isbert con sus manías. El caso es que no era viejo.
Joderrrr...es verdad, aquello de Byron fue insuperable. Ni yo en mis tiempos más desquiciados. ¡Qué bueno! Y lo se Sigoempe, sí, pobrecillo...los carros del súper...yo creo que tenía razón. Los helicópteros, las olivas, ay madre...qué bien estaba aquel blog. Gracias a Pío, por su paciencia, aunque se equivocó al expulsar a Mescalero y un tiempo después después a ti. Y se lo dije.
EliminarDe todas formas no sé como me aguantó, debo de tener el record histórico de comentarios eliminados...Recuerdo que un día alguien le preguntó el porqué de su permisividad hacia mi. Y él dijo que a veces decía cosas interesantes. Todavía no había creado mi blog. Y aquellas "cosas interesantes" no pudieron ser más que troleadas. Por entonces yo no hacía otra cosa.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLeolfredo es cántabro, y tradicionalista. (Había puesto antes a qué se dedicaba, pero me he dado cuenta que estoy en la Red)
EliminarSalúdalo de mi parte, con todo respeto.
EliminarVoy a escribir algo, ya os aviso.
ResponderEliminarMoa me baneó tres veces: de LD, de Intereconomía, o la Gaceta, y de su último blog.
ResponderEliminarEn casi todos los blogs ocurre algo parecido: hay gente que acampa allí, pelotea al anfitrión y se dedica a hacer de mastines sin que nadie se lo haya pedido, pero se lo consienten.
Jaaaajajajaj. ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! No era Byron, era Shelley:
ResponderEliminarAcabó sus días en un arrebato homosexual en una tempestad mar adentro junto a las costas italianas. No me gustaría que terminaras de ese modo Federico, porque te aprecio.
http://blogs.libertaddigital.com/blog-de-federico/homosexualismo-normalismo-y-otras-palabraspolicia-en-libertad-digital-6669/3.html#com1053705
Y nada más leerlo me dio el ataque:
http://blogs.libertaddigital.com/blog-de-federico/homosexualismo-normalismo-y-otras-palabraspolicia-en-libertad-digital-6669/3.html#com1053729
Luego lo pasé al blog de Moa y nos tronchábamos.
Y yo troleando. Rawolf era casi tan cretino como antimarx
http://blogs.libertaddigital.com/blog-de-federico/homosexualismo-normalismo-y-otras-palabraspolicia-en-libertad-digital-6669/3.html#com1053732
Pedro, Kufs, ¿Quién es Leolfredo?
ResponderEliminarQuiero decir, que no he visto su apodo, ¿es DeElea?
ResponderEliminarNuevo ovillo
ResponderEliminarLeolfredo está en los hilos de Pedro en Burbuja.
ResponderEliminarY DeElea, también.