domingo, 6 de enero de 2013
FUERA DE JUEGO
Una fría noche de hace muchos años, cuando era lo suficientemente joven como para creer que el amor es un boomerang, regresaba a la casa de mis padres para dormir una monilla de andar por aquella cuando me topé con un perrillo abandonado, un perrillo de grandes ojos y piel clara que temblaba sobre el pollo de una puerta, tan débil, tan acabado, que ni hizo el amago de nada al acercarme. Me quedé un rato mirándolo, no mucho, y acabé por sentarme junto a él y acariciarle, por entonces yo tenía uno, creo, bueno, teníamos, mi hermano y yo, en la casa-selva de Pedro el Barbas, aquel legendario borracho del que os hablé hace tiempo...un crack.
Y es que nuestra vieja nunca quiso más bichos en casa que sus hijos, que ya eran bastantes, y yo que sé, no recuerdo haber pedido ninguno, pero sí ver a una gata merodeando por el bar, por la barra, el personal le tiraba cosas y ella las cogía y se las comía, o las llevaba a sus crías, no me acuerdo bien, yo era un puto enano, era cuando un gato en un bar no dejaba de formar parte del paisaje...era cuando a nadie le importaba una mierda la prima de riesgo.
En el tiempo de aquella noche andaba yo colgado de una ex, de otra, y siempre me iba solo a casa pensando que la encontraría a la vuelta de la próxima de esquina, y si no de la siguiente, o de la otra...pero pasaban todas las esquinas y ella no aparecía, y al final llegaba a mi cama y me dormía pensando en ella, y así estuve meses, si no llegó al año. Y ahora, cosas de la puta vida, es ella la quiere, la que lo intenta...por segunda vez. Pero ahora soy yo el que no quiero.
Aquel perrillo se dejaba acariciar de puro baldado que estaba, el pobre no podía con su alma, y cuando no puedes con tu alma...en fin, cualquiera es bueno.
Me quedé un buen rato con él, "¿me pegará algo?" pensé por un momento, pero no duró mucho, yo estaba medio borracho y no me importó demasiado, a fin de cuentas bebemos para eso, para que nada nos importe demasiado.
- "¡Kufisto! ¿qué haces con ese puto perro?"
- "Nada..."
Y se fueron, y poco después me fui yo, y allí se quedó sin nadie a quien lamer y sin nadie que le ayudara a pasar esa madrugada invernal.
Noche de Reyes...el Niño mañana...se me pasó comprar el que tenía comprar...como salga me corto la polla.
Terminé mi turno y volví a mi casa, abrí la puerta y silbé a mi gato, salió a saludarme y lo acaricié, preparé el marmitako de mañana, cené algo y me tumbé en el sofá, puse el despertador en las doce e intenté dormir, pero no podía, así que jugué un rato con Suerte, araña que te cagas, es lo único que le queda, lo capé antes de que se diera cuenta...nunca más. Se me partió el corazón. Jodidos aconsejadores...
Y me he ido para el bar, había ambiente, lo hay desde que no estoy yo por las noches, aunque también tenga que ver la mega-oferta y tal...pero no: estoy pasao.
Han sido unas buenas Navidades, cojonudas, pero hay que hacer las cuentas...
Y en fin, que no conocía a nadie, que todavía no tengo los cuarenta y parecía el Hermida, ese chupamingas, ese hijo de Ansón, y la cosa ha sido llevadera, tanto como para beber un poco, y uno se pone a tono al ver a la de los morros rojos, o a la del pelo a lo Cleopatra, o a la gorda del vodka, o al bombón que ya no sabe lo que quiere...
- "Mañana por la mañana tienes que trabajar..." me ha dicho mi hermano pequeño al ver como me echaba mi cuarto Johnnie
He pillado mis cosas y me he salido de la barra, he tonteado con unas que andaban de rodríguez y me he salido a fumar y a hablar con unas y con otros...pero no: no era mi cara del calcetín. Mejor para el negocio.
Y justo cuando estaba calzándome el gorro para irme a casa he visto salir sola a morrosrojos, despidiéndose al paso de sus amig@s, "¡hasta luego!" le he dicho, ni ha mirao, a lo mejor no me ha oído, sé que le pongo...
Auriculares, "Tea for One", pito, a casa...
Esquina, lo que se dice esquina, ni una, es una recta curvada, como todas, ocho minutos...el tema. Eso sí lo puedo controlar.
Vi el nuevo monumento de mi calle, cortesía del cacique local, "a ver...", meada.
Me quedaba un poco de whisky, un par de copas.
Y termino esto con el culín de don Simón, lo poco que ha sobrado, que un buen marmitako necesita vino blanco.
Aunque sea ese.
Oigo ronronear a Suerte en su sofá.
Es hora de dormir.
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Como un perro solitario que no tiene a quien lamer, y se queda en su rincon esperando al siguiente corazon vestido de hombre que le de una caricia que le regale un minuto de cariño.
ResponderEliminarY le alargue la mala vida un poco mas.
Un abrazo, kufisto. Siempre espera uno este momento de pasar por el blog.
Gracias siempre, amigo
EliminarFeliz Año Nuevo Kufisto.
ResponderEliminarJoanpi
Me alegra volver a verte por aquí, Antonio. Y nuestra Raquel, también.
EliminarUn abrazo
Ay Kufis…
ResponderEliminarUna vez rescaté a un pobre perro en el metro. Estaba perdido y asustado, pero tenía los ojos húmedos y bondadosos. No era un cachorro, ya era mayor. Me lo llevé a casa. Con una cuerda que pedí al de la taquilla. Compartía piso con una apasionada de los animales. Y yo era la que siempre se había negado a tenerlos, pese a venir de una familia donde todos tienen más de una mascota.
Se sorprendió mucho: "tú? Tú has recogido un perro?"
Pelo canela, tipo pastor alemán, de mil leches, le pusimos Bruc (brezo).
Sigue en una casa de campo donde vive mi compañera de entonces, feliz. Felices ambos.
La vida continuó. Ahora es mi hija la que me pide las mascotas. Y sigo diciendo que no. Igual un día me encuentro un perro. Al que adoptar.
Porque me gustan los animales. En los pisos. Pero no puedo resustirme al abandono.
Todo está como estaba. El año, las responsabilidades…
Sigo mirando adelante. Leo (te leo) escucho música, trabajo (aunque a veces me parece que mi esfuerzo es esteril), cuido mi casa, mi prole…me desespero, me rearmo de paciencia…
Yo que sé, Kufis…a veces no debería ponerme a escribir estas estupideces que no le interesan a nadie, pero…cómo hablo contigo si no…
:-)
Si te estorbo, me riñes!!!
Estaba bueno el marmitako?
Cuídate!!
Beso
Un perro abandonado es algo especialmente duro de ver, y mira que no me gustan, pero...
EliminarCasi me sacan a hombros, querida, por lo del marmitako, digo...triunfé como la cocacola.
Siempre me gusta verte por aquí, al igual que a los demás, pero tú especialmente.
Un besazo.
Menuda, yo no te conozco de nada, pero me ha emocionado lo que cuentas. a kufisto le encanta que pases, pero, si me dejas estar en el segundo plano, a mi tambien me va a encantar leerte desde ahora.
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