domingo, 6 de enero de 2013
EL HIJO DEL APESTADO
En sus buenos tiempos, cuando reía casi tanto como le reían, era la viva imagen del triunfador, del empresario de éxito, del hombre de quien todo el negocio hablaba, y esto, en una rama tan cainita como lo es la hostelería, es sinónimo de habladurías, que si era el enchufao del Ayuntamiento, que su producto no valía gran cosa, que si era un chupapollas, que si era un recién llegado, que si, que si, que si...Y bueno, no es que todo fuera mentira, que no, es más, todo tenía su puntito de verdad, pero también podía decirse que había sabido amoldarse a las circunstancias, acercarse al sol que más calienta, bailar el agua que corre y no la estancada, pero eso estaba ahí para todos y él supo aprovecharse, cosa que otros, por la razón que fuera, no hicieron, y como tantas veces pasa en España no es tanto que no tengas algo como que no lo tenga nadie. Y eso era lo que jodía.
Tanto mis padres como yo y mi ex éramos asiduos clientes de su restaurante, aún antes de dar el escopetazo, y el secreto no era otro que un local acogedor, limpio, bien atendido y con un producto que sin ser excepcional era lo suficientemente bueno como para repetir, todavía más por lo ajustado de sus precios, y es que en esto no hay más misterio que este: vivir para tu trabajo. Y este hombre, junto con su mujer, vivía para su trabajo. No es una receta infalible, una ecuación fundamental, que también intervienen otros factores, mismamente el aleteo de una mariposa en Tokyo o el calibre del haz haz de ultravioletas de XHYS-118 cuando se te ocurrió la maravillosa idea de montar un bar, que esto no hay dios que lo entienda...pero sin una dedicación plena no hay nada que rascar. Y luego...que la suerte te acompañe.
Como aquello fue muy para arriba y el local estaba quedándosele pequeño tomó la decisión de irse a uno más grande y más céntrico, y esto es cosa que suele ser el principio del fin en muchas ocasiones, al menos en esta tierra tan roja como conservadora, que así es, que no es un contradiós, que es como os lo cuento...esto es La Mancha manchega, mucho pan, mucho aceite, mucho tocino...y no saques mucho el cuello que te lo cortamos, que por algo estás es la tierra de don Quijote. Triunfa, gana, hazte millonario, pero si quieres seguir siéndolo...que no te veamos. y los que lo son se van a Madrid, o a Nueva York, o a donde les salga del pijo para gastarse la morterada como le salga de los cojones, sin tenerlos por corbata, sin miedo al temible mal de ojo, que haberlo, haylo.
Al principio le fue bien, muy bien, la gente llenaba su local como lo hiciera con el otro, solo que este era el triple, y claro, necesitas personal, profesionales, más aún cuando lanzas la red para pescar lo mejor de lo mejor, de esos que comen en los reservados, donde nadie les ve, no sea que les aojen y tal...cuentas estratosféricas, cajas a rebosar, alegría, los banqueros pidiendo hora y todo eso. Y lo demás.
Y lo más demás estaba tan claro como el caldo de un asilo cuando la vi por primera vez: una camarera rumana, que el listón profesional había bajado considerablemente, lo bueno cuesta, pero lo barato más. Una tía cañón, con la palabra SEXO escrita en su cara, que hay mujeres que la llevan aún si fueran con un burka, y esta la llevaba, y recuerdo que todos lo comentábamos, y también que parecía increíble que su esposa tragara, que si no se daba cuenta del peligro, pero parece ser que una cocina a toda pastilla solo te deja ver carnes, gambas y bogavantes, y...lo que tenía que pasar, pasó.
Se lío con la rumana y se separó de su mujer, esta dejó de trabajar allí poco tiempo después y se llevó a los hijos. Y lo que tenía que pasar, pasó otra vez, que a veces la vida es tan simple como el funcionamiento de un botijo: cuesta abajo. Y sin frenos.
¡Ohhh...y como disfrutaron nuestros viejos y viejas del visillo! ¡y los no tan viejos! aquello era lo más, aquello daba para todo, aquello era un orgasmatrón.
En fin...a cerrar, ahogado por las deudas, hasta el cuello; que si se ha dao a la bebida, que si es un oso hormiguero, que cierran todos los antros, que si tal que si Pascual...y al final también voló la rumana: ya lo había dejado seco.
Montó otro negocio, uno chiquitito, y que si quieres arroz Catalina. Visto y no visto. A cerrar, no te olvidamos. Roja y conservadora. Para siempre.
Ayer estuve hablando con una amiga de su ex, escuchando, más bien, que no me quedó otra, y poco tardó en darme las últimas noticias sin yo pedírselas, que las chicas solo quieren pasárselo bien, sí, pero cuando no lo que más le gusta es hablar de otros, por lo menos a unas cuantas, y si es para mal, mejor.
Y me contó que ahora anda con una panchita, que está arruinao, pero no tanto como para llevársela a un restaurante postinero de Madrí y colgar una foto en su Facebook y tal, que menudo cabrón, que si no le da vergüenza...llegó la ex y me hice a un lado. Y allí echaron la tarde, hablando y bebiendo, "¡Adiós, Kufisto!", "dios, dios..."
Por esto me ha sorprendido tanto verle hoy, hacía años de la última vez, me he quedado a cuadros, pero disimulando bien, que uno es un profesional de los que ya no van quedando.
Venía con un viejo, nos hemos saludado y he tenido la impresión de que había crecido, que era más alto, algo absurdo, pero así lo he sentido. Gracias a Dios tenía gente, así que no hemos podido hablar, cosa que celebro, porque a ver qué dices, ¿te haces el tonto?, no, él es un tío listo, no colaría, además que cuando uno está en boca de todos y no para bien sabe que cualquier cosa que oiga será mentira, que le criticarán en cuanto se vaya, y eso...eso tiene que ser duro.
Sí, se le ve un tanto desmejorado, se le nota traqueteao, un tanto despistado, ha dicho algo de su hijo comentando el fútbol, algo así como que lo que sabe de eso es por él, por ese chiquillo que está a las puertas de la temidísima adolescencia...y al oírle, al escuchar la palabra hijo de su boca, me he dado cuenta que es lo único que le queda, la única razón, la última razón.
El viejo se ha puesto a hablar con unas MILF´s, él ha salido a hablar por teléfono, yo estaba hablando con unos amigos sobre si los Stones tienen una canción de la importancia de Stairway to Heaven, ha vuelto a entrar y se ha ido al rincón, solo, "Kufisto, ¿me dejas un boli...y una hoja?", se le han acercado dos tipos serios que habían llegado poco antes que él, yo no los conocía, poco después se han ido y él ha apurado su copa. Y sin despedirse de nadie, ni del viejo, ha cogido puerta.
Y durante los veinte minutos que ha estado en nuestro bar no lo he oído reír ni una sola vez, aunque sí sonreír, cuando dijo "hijo", una sonrisa torcida, una sonrisa acongojante para quien lo haya conocido en sus buenos tiempos.
Dice Nietzsche que la compasión fue la última prueba de Zaratustra, la definitiva, y que la venció y no le hizo caso.
Aquí, como en casi todo, veo que tiene razón.
Y también aquí, como casi siempre, veo que sigo siendo humano.
Demasiado humano.
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Una mala decisión, una sola, y todo para abajo. Lo de la rumana estaba claro, pero ya le vale al hombre. Entre su mujer, madre de sus hijos, que ya aburre y una rumana joven “con ganas de“ como algo nuevo... se quedó con la novedad, pero para mi bendito aburrimiento. Pero ya se sabe que lo aburrido es muy malo.
ResponderEliminarEntonces, ¿los Stones tienen alguna canción de la importancia de Stairway to Heaven? Jeje. En mi opinión ese tema es poca cosa, aunque me gusten los Zepp, así que ya sabes lo que pienso.
Un saludo.
¿Has visto "Teléfono rojo..." de Kubrick?
EliminarSoy como el general que interpreta George C. Scott, ese que dice no establecer opinión hasta tener delante todos los datos...y eso que un compañero suyo había ordenado por su cuenta y riesgo un ataque nuclear sobre la Unión Soviética.
Creo queeee...no
Y no te digo trigo por no decirte Rodrigo...ya te vale.
Un abrazo
Sí, he visto la película, pero fue hace mucho y no la recuerdo. George C. Scott siempre me gustó bastante: un tipo serio y sobrio. Siempre se me vienen a la cabeza la de Al final de la escalera o El buscavidas.
EliminarYa sabes cómo es esto de la música, como culos y gustos, jeje.
Así era, serio y sobrio, sobre todo cuando actuaba, claro, que también era del Equipo B(otella). Pero Kubrick lo desquició, hizo que sobreactuara hasta límites grotescos...y sigue estando genial. Revísala. Te partirás la caja. Por no hablar del grandioso Sellers...
EliminarAsí es, culos y gustos, ni Dios nos puso de accuerdo, ¿voy a hacerlo yo?
Venga otro abrazo, que el día acaba estupendamente cuando amenazaba tormenta. Y gorda.
Sellers... aquella de Mr. Chance estaba bien. Parecía la biografia de zetapé pero adelantada 30 años. Había una de una cena en una especie de castillo en la que salía creo David Niven junto a él y otros conocidos que no recuerdo el título y que también estaba bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Un cadáver a los postres" es la que dices. Truman Capote hace un cameo. Deliciosa película
EliminarLa vida compañero, los errores se pagan muy duramente, no solo en algunas partes si no en todas. Ya sabes, el dinero es muy malo, sobre todo porque los que no lo tienen lo buscan y encuentran al que lo tiene y se lo cepillan. Cosa de los hombres, cosa del genero humano, y queramos o no siempre, casi todos lo somos, unos más y otros menos pero lo somos. Y bien damos o nos dan, en fin la vida, la puta vida,si esa, esa en la que me cago todos los días. Y no tiene solución.
ResponderEliminarPor poco que trabajen y mucho dinero que ganen no les arriendo la ganancia, no...a los jueces, digo. Yo no podría condenar a la inmensa mayoría, solo los casos extremos, los de violencia contra los niños o así. Y ahí les haría el cuello, si estuviera permitido. Y si no como que también.
EliminarPor cierto, viendo algunos de los artículos de antaño que publicaste, he visto un perdón al de EPRV por tu parte.No es por nada, pero así a simple vista, no veo ningún motivo para hacerlo, pero viniendo de ti tampoco me sorprendería que hubieras visto algo que yo todavía no he visto. Desde el más profundo respeto, me gustaría que me aclarases el tema. Un abrazo y me sigo c...............
ResponderEliminarNo lo recuerdo bien eso que dices...si puedes decirme el título del artículo...no me acuerdo, de verdad
EliminarOtro abrazo
Hola kufisto. Ya he publicado lo de Messi.
ResponderEliminarPues me ha gustado tu articulo y me hace pensar. Un conocido mio, compañero de trabajo unos años, sin ser rico, tenia una buena posicion. Y un dia conocio a una chavala joven. Se volvio loco. Me decia: confiesa, no te puedes imaginar lo que es esta mujer.
Unos años despues se quedo sin el chalet, la mujer inimaginable no le queria sin chalet y con medio sueldo, y acabo mal, sin trabajo, sin dinero.
Sergio(hola, chaval cuanto tiempo) tiene toda la razon. A veces es mejor tener algo normal que dure y te haga feliz que algo fantastico que dure poco y te deje en la ruina.
Las mujeres asi son malas, o los tontos son los hombrs.
Un abrazo
Te dejo el hilo,por si quereis pasaros por alli
http://unblogmuycule.blogspot.com.es/2013/01/messi-que-grande.html
Un hombre, la mayoría, no deja de ser niño hasta que se muere, o hasta que ya no le quedan fuerzan ni para imaginarlo.
EliminarUna mujer, la mayoría, no deja de ser mujer desde el momento en que deja de ser una niña.
Los hombres creemos que hay algo más allá del arco iris. Las mujeres pronto se cansan de mirar lo mismo.
Dios tiene que estar agradecido al género masculino, ya que la mujer solo cree en él cuando pasa a ser madre.
Y por esto a Dios ahora le va como le va.