sábado, 16 de julio de 2011

LOS TANOS





"Sino te la lían a la entrada, te la lían a la salida",

es una frase hecha referida a ellos, muy de aquí, y como todos los refranes o dichos trabajan éste no iba ser menos. Ni mucho menos.

En los últimos diez años me he visto obligado a llamar a la policía en tres ocasiones: dos con gitanos como protagonistas (una de ellas ya os la conté), y una con un chaval esquizofrénico que iba hasta arriba de grama.

Naturalmente que ha habido algunas malas historias más, pero uno ya tiene su experiencia y sabe como solventarlas para salir del paso sin necesidad de llamar a nadie, cosa que, por otra parte, suele complicar más que solucionar las cosas; a la bofia hay que llamarla cuando no queda otra opción.

Un gitano va por los bares como va por la vida; es curioso, pero creo que si de verdad quieres conocer como es la gente tienes que ir por los bares. Ahí se comportan como son o peor: los bares son una mina para cualquier psicólogo de verdad, no de boquilla.

Entran y salen sabiendo que no son bien recibidos, no son tontos, no viven en la luna, no se han caído del guindo, es un sentimiento atávico que tanto ellos como nosotros lo llevamos en la sangre. Un gitano es nómada por naturaleza, porque le gusta o porque no puede ser otra cosa, por eso van de bar en bar sin echar el ancla en ninguno, porque salvo los que tengan las desgracia de aguantarlos en sus barrios, los demás no tenemos por qué ni queremos, las cosas son así, no como las cuentan en los telediarios, aunque, supongo, que tiene que ser así. Equilibrio entre verdad y mentira.

Claro está que toda generalización conlleva injusticia, eso es indudable, pero no por ello deja de ser básicamente cierto.

Antes, cuando yo era un crío, la tanada llegaba, normalmente en día de mercadillo, y a la cabeza iba el "tío" como lo llaman ellos, que no era sino el típico viejo bigotón con garrota en la mano, vestido de negro riguroso, sombrero de alla y cigarrillo de caldo, al que todos los demás obedecían sin chistar. Estaban un rato dando por culo, demasiado, y finalmente el viejo pedía la cuenta, pagaba el 20 % de más convenido sin hablarlo y se largaban. así hasta la semana siguiente.

Creo que seguirá funcionando así, por suerte hace tiempo que ya no tengo que verlos en grupo, muy rara es la ocasión en la que me toca la china, y cuando me toca veo que hasta eso están perdiendo: ya ni al "tío" le hacen caso.

Llegan, piden malamente, intentan volverte loco de acá para allá, "pónmelo en vaso", "dame otro sobre de azúcar", "dame un vaso de agua con hielo", "dame otra pajita", "cámbiame la cucharilla"...dáme, pónme, cambia. Porculear, se llama eso.

Si les haces caso malo, y se te cabreas peor; hay que hacer las cosas a tu marcha, no a la de ellos, lo haces, sí, pero tranquilitos, sin prisas, con calma, aquí estáis en mi terreno, y aunque tenga que joderme y soportaros un rato será a mi manera, con mis reglas...después la clavada del 20 % y adiós, muy buenas, hasta nunca.

Y eso cuando van en grupo, más o menos sobrios, todos juntos, pocas veces veréis a un gitano solo por los bares, normalmente en ese caso es que están borrachos, y entonces es cuando son peligrosos.

Un gitano solo y borracho te la liará seguro, ahí no queda margen para la duda, cuando veas pasar a un gitano solitario...malo. Lo mejor en ese caso es cortar por lo sano, desde el primer momento, sin contemplaciones, como le dés bola y le sirvas estás perdido, tienes el lío asegurado. De la otra forma puede que también lo tengas, pero existe la posibilidad de que se achante y se marche, son cobardes por naturaleza, por eso siempre van juntos, y cuando lo hacen solos es porque la han líado en su clan y han tenido una pelotera. Y ahora van a rematarla contigo; borrachos, por supuesto, no saben hacerlo de otra forma.

Luego están los gitanos "ricos", los que tienen negocios más o menos legales (generalmente de ropa) y ganan mucha guita, envían a sus churumbeles a buenos colegios, visten bien, se cuidan, son educados y se dejan la pasta.

Uno de estos es ocasional cliente nuestro, llega con su mujer, hijas y madre (si algo bueno tienen es el respeto que sienten por sus mayores), pide con educación y son atendidos como corresponde, tú das, tú recibes, la cosa es así de sencilla.

Es el típico gitano "guapo": rubio, ojos azules, chuleta con estilo, cuarentón, bien conservado...la mujer es una gitana guapa, pálida, estilizada, larga melena negra, lisa, brillante, de mirada triste y boca pequeña, bien arreglada...las niñas vestidas primorosamente, bonitas, y la enorme matriarca acarreando con tanto oro por todas partes que resulta difícil de mirar.

Piden lo mejor, pagan, dejan una buena propina y se van. Así da gusto.

Otra cosa es cuando el figura se junta con sus compadres de Madrid.

Suelen venir durante las fiestas, entonces manda acicalar a sus caballos preferidos y se pasean por la ciudad subidos en un carro que parece el de Ben-Hur, fumando buenos puros, con esos grandes sombreros, dando la nota...hacen las estaciones habituales antes de ir a la corrida y la nuestra suele ser la última, por lo que cuando llegan ya van cargados de alcohol y de coca, porque no veáis lo que les gusta la farlopa...

- "¡¡¡KUFISTO, KIYO, DAME UN ABRAZO!!!"

Alcohol y coca en su justa medida (algo más difícil que acertar el euromillón) hace que la gente vea el mundo como un Edén sin serpientes.

Lo primero que hacen siempre es preguntar por mi padre, "¿CÓMO ESTÁ ESE VIEJO CABRÓN?", jamás me acostumbraré a que insulten a mis padres, aunque sea de cachondeo y tal, buen rollito, pero me sienta como una patá en los cojones, en fin..."bien, como siempre, gordo, ¿y tú, tan borracho como siempre?", "¡¡¡MÁS!!!"

Piden los mejores whiskys (que luego se dejan casi enteros de tan hartos como van), vocean, gritan, ríen, fanfarronean y durante media hora se creen que están en su casa, después pagan del habitual fajazo, dejan una propina de la hostia y se largan con sus caballos y el sufrido cochero, "¡¡¡A LOS TOROS, A LOS TOROS...!!!".

Y es que no podemos ser otra cosa que lo que somos. En cuanto madre no mira tiramos de veta.


Anoche, cuando estaba a punto de cerrar, pasó una pareja de ellos. Y no de los ricos.

Él era algo más humano que un orangután, no mucho, y ella parecía sacada de las pinturas negras de Goya, aquellas horribles viejas desdentadas. El orangomán iba algo cargado:

- "DAME DOS CERVEZAS"

Se las puse, me pidió algo de pincho y les coloqué un par de pedazos de tortilla mañanera, le voceó algo a la bruja, aporreó un par de veces la barra, la vieja me llamó:

- "¿Tiés pá asé bocaíllos?" me pregunto sin dejar de masticar la tortilla, la muy puta exageraba, enseñándome esa bocaza asquerosa, esos dientes podridos que malmordían aquellas desafortunadas patatas.
- "No, me quedé sin pan". Mentira, simplemente no me salía de los cojones darle de comer a esa cosa.

Me dí la vuelta y recordé a Rachel, tenía que quitarme ese horror de encima y mi cerebro me echó una mano.

Se fueron poco después.


- "MARQUÉ...¿SIERRA TARDE?"
- "No, ya estoy terminando..."
- "TE LO DIGO PO TRAÉME UNA SINTA MÍA AHORA DEPUÉ, CANTO YO MU BIÉ..."
- "Ja"


Les encanta que no los olvides, que los recuerdes, que temas su vuelta...son como niños.


Niños mal críados.


No volvió.


Pero consiguió que escribiera de ellos.


Ahí queda eso.

6 comentarios:

  1. El 100% de la población española de buena gana gasearía a los gitanos. El 100% de la población española dice de mala gana que ella no es racista. Es un problema no resuelto. Y cuando se intenta resolver en el último siglo ha fracasado. En los siglos anteriores ha triunfado. Pero no se ha resuelto del todo.

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  2. Kufi: Nadie te escribe. Te escribo otra. Explicar algo a los gitanos es algo digno de ver: No se enteran de nada... si lo que les explicas no les reporta ningna ventaja. Si lo que le explicas les va a reportar un beneficio te la cogen al vuelo, aunque sean analfabetos, se enteran a la primera y te amplian ellos a tí el conocimiento. Increíble. El islam no nos ha enseñado nada nuevo. Los gitanos llevan trescientos años teniendo como única meta de su demabular vital engañar al payo. De eso y para eso viven. Conocen perfectamente que el payo es vulnerable y que tienen tendencia a pelearse entre ellos.Aliarse con los que van ganando es su meta. Y vivir de los que van perdiendo. Y en cuantro pueden, cambian. Alguien les dará algún día la ahogadilla en la Historia.

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  3. Magnífica descripción, Kufisto. Y acertadísima reflexión sociológica.
    Gracias y saludos,
    R

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  4. Desde luego son dignos de estudio, absolutamente especiales.

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  5. Jajaj que bueno lo del 20%, más nos clavan ellos los cabronacos.

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  6. Yo con los gitanos tengo un sentimiento bipolar.
    Me explico, por suerte o por desgracia, creo que por suerte,mis primeras experiencias vitales me hicieron tomar contacto con gitanos.
    Recuerdo que por trabajo de mi padre me tocaba cambiar de ciudad con frecuencia, y recuerdo que en alguna de ellas, el cole que me tocaba era territorio 'romaní', por decirlo así.
    Ni que decir tiene que a mi de pequeño me daba igual con quien medirme,raza, sexo, religión o tamaño eran igual, o te caneaban o les 'fostiabas', pero hete aqui que me toco medirme a gitanos. Pues vale. Diez ostias en la cara al jefe gitano del recreo, y dos dias depues, con 8 añitos me llega el primo, los gitanics siempre tienen primos, y me pone una navaja en el cuello.
    Error, creso error, mis tios, 7 años mayores, los cogieron y los jodieron vivos...
    Ahhh mis tios, hasta los gitanos les tenian miedo..
    JuanitoJ

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