martes, 22 de octubre de 2013
OTOÑO MANCHEGO
Cuando uno es tan joven como lo fuimos nosotros, los solitarios, tiene tal necesidad de conocer a alguien semejante que al encontrarlo no puede sino obviar su parte menos interesante. Y no sólo eso, sino que la eleva al nivel de la que más le gusta.
Suele decirse que eres lo que comes. Yo lo perfecciono y píntola a mi manera, que dijo Aquel:
Eres como comes.
Yo, por más que lo intentaran mi madre y mi abuelo, siempre he comido como sigo comiendo: mucho y rápido. Y no estoy gordo, aún menos delgao, de hecho uno de los motivos por los que empecé con mis largos paseos fue ese, el perder peso; llegué a pesar casi cien kilos, mido metro ochenta, "estás gordo, Kufisto" recuerdo que me decía mi tía, la que esta tarde acaba de regresar a la vida...En verdad no hubo más motivo: fue ese. Aunque ahora sí que hay otros.
Lo mío con la lectura se pierde en la noche de mi memoria...
Y no es que fuera un niño parado, ni mucho menos, puede que hoy hubiera sido catalogado como hiper-activo, no paraba nada más que cuando tenía que estarlo, en clase y tal; pero eso era fácil, a mi me gustaba aquello, los libros y tal, tocarlos y olerlos, mirarlos, pasar las páginas rápido hasta que exhalaran aire, sí, como si estuvieran vivos...Y también los estudiaba o me los leía.
Llegaba a casa después de jugar al fútbol en la calle con nuestros amigos, yo era el portero, había que estar loco para serlo en esas condiciones, sobre el asfalto, los bordillos de las aceras como postes, ¡la de golpes que me di contra ellos!...siempre estaba desollao. Mi pobre abuelo se asomaba por la ventanilla de la cocina y me gritaba que no me tirara así, yo nunca le hacía caso, yo era Arconada y a mi no me daba miedo ni Cristo bendito. Después nos íbamos a nuestra otra casa, nos bañábamos y entonces era cuando pillaba un libro, o un tebeo de Mortadelo y Filemón, ¡lo que me reía con ellos! Y es que la tele de aquellos años sabía cuando aburrir a los que no tenían que verla.
Novelas de Salgari, de Julio Verne, de Agatha Christie...Esta fue la última antes de ponerme a lo serio, me gustaba como hacía que el asesino siempre fuera quien menos te lo esperaras, aún recuerdo la escena decisiva de uno de sus libros, Las Manzanas, creo que era, Kennedy se llamaba él. La releí hará un par de años y no me pareció tan estupenda, al contrario. Pero de todas formas es la única mujer que ha captado mi interés. Literario, se entiende.
Con la llegada del bachillerato empezaron a abrirnos el melón de los grandes, que ya ves tú como está el tuyo con catorce añejos y compartiendo por primera vez aula con las chicas...No leí ninguno, no se puede leer así. Pero un par de años después me quité de la circulación, con mis cosas pero fuera, y di en retomar mi antiguo hábito, si es que se puede hablar así cuando apenas hace un rato que lo dejaste. Y sí, se puede, que el tiempo en la adolescencia parece como el de Los vigilantes de la playa. Ahora es como el de Benny Hill.
Tanto fue la cosa que en mi último año de estudios (aunque más exacto sería llamarlo trimestre de nirvaneo) saqué la mejor nota de Literatura. El resto fueron cinco muy deficientes y un insuficiente en inglés. Y este porque yo le gustaba a la profesora, una chica joven e inteligente, Esperanza...¿Qué habrá sido de ella? Ya tendrá cincuenta años. "¿Y vas a dejarlo ahora, Kufisto, a las puertas de la Universidad?", "Sí"
No volví después de las vacaciones de Navidad.
Y fue entonces cuando me puse a leer a saco y a mi marcha. No tenía otra cosa que hacer.
Recuerdo perfectamente la impresión que me produjo El lobo estepario, lo leí por recomendación de una golfilla, una chica muy guapa que era un par de años mayor que nosotros, el tiempo tipo vigilantes de la playa. Estaba liada con un malote, ¡como no!, vestía tipo jipi y miraba como si tú fueras virgen y ella no. Pero era excitante hablar de esas cosas con una mujer así. Aunque tuvieras que estar borracho para hacerlo.
Ahí estaba yo con mis diecisiete años. Ése era yo. Sólo para locos. Sí...
Me comí entero a Hesse, y rápido. Y si bien ninguno de sus otros libros me llegó tanto no era como para reconocerlo, que uno de nosotros encuentra algo suyo y todo lo pinta a su manera. Aparte que Siddharta también me gustó de verdad, cosas del hachís. Recuerdo una tarde en el puesto de la Cruz Roja...joder. Yo estaba leyéndolo en la cama, en mi catre, cuando hubo de pasar el jefe de puesto para preguntarme algo, siempre poníamos al más tonto, y llega el tío, amigo mío, y abre la puerta y me dice con su monótona vocecilla:
--Kufisto, que...
-- ¡¡¡ME CAGO EN DIOSSSSS!!!-- Yo estaba como en trance, creo que incluso me había puesto en posición de Buda, era como si estuviera sintiéndolo todo, de verdad, me acuerdo bien...El pobrecillo se quedó blanco, se puso a temblar, "per...perdona...yo no sabía...", "¡¡¡LÁRGATE, GILIPOLLAS!!!" Y ya no pude recuperar el Nirvana. Después le pedí disculpas.
Hace algún tiempo volví a leer el lobo...y me pareció ridículo.
Es curioso, recuerdo lecturas de libros que ahora no me dicen nada, hasta el donde y en qué época del año, pero no tengo la más mínima idea de cuando leí por primera vez Crimen y Castigo.
Sí, hubo de ser después de aquella lupina sigloveintentez...
Y este...este sí que era yo: ahí, en el medio, estaba El Jefe.
Hoy se estima como lo más importante, lo natural, lo bueno, el ser tú mismo, como aquella malhadada frasecita de Chaplin que bajo su odioso careto colgaba en nuestro garito de aquellos años: "Sé tú mismo e intenta ser feliz. Pero ante todo, sé tú mismo"
Si yo hubiera sido yo mismo ahora estaría en Siberia. O en Herrera de la Mancha.
Está muy bien eso de pensar a la roussoniana, en la "bondad intrínseca del hombre" y tal...Pero eso está bien para cuando tu tiempo lo cronometra David Hasselhorf, o el director de aquella basura. Así cualquiera. Hasta Gary Oldman en la segunda parte de "El silencio de los corderos"
En la vida, como en el comer, hay que tener cerca el freno de mano. A mano. Porque sino te crees Jimmy Page después de girar el "Untitled" por los States.
Y luego llega Knebworth y haces el ridículo.
Por razones que todavía no vienen al caso me leí la Opera Omnia de Dosto, como lo llamaba Bukowski...Y sí, también me pasó lo mismo, como me pasará de aquí hasta mi tumba, aunque mi vieja prefiera el fuego, le tiene pavor a los gusanos...Cayó entero. Enterito. Y esto ya es "declinar plurales", como felizmente dice Cansinos Assens de Demonios en comparación con Crimen y Castigo.
Seguro que os acordáis de esa reciente historia donde os conté que fui a la biblioteca para devolver un libro más caducao que los jamones de El Pozo, la de la gorda que me castigó con un mes de sanción. Yo estaba de vacaciones y sólo quería leer un puto libro, además que estaba resfriao, ya ni me acordaba del librito lovecraftiano, el de Charles Ward, uno de los pocos que tienen un pase, aunque sea ayudado por bajo y con corchos en los márgenes.
Bueno, pues su "no" me llevó a mi viejo Dosto, versión Cansinos Assens, "directamente traducida del ruso..." Conste. Y todavía no me parece ridículo. Y ya, me temo, no tendré tiempo para otra cosa.
-- ¿Qué leo?-- me pregunté. No me apetecía volver al raskolnik, tampoco vi el tercer tomo, el de Demonios, El Adolescente y Los Hermanos Karamazov, siempre que he vuelto a leerlo he tirado por el primero, por los endemoniados, que diría un franchute, es tan actual además de gracioso...de verdad que te meas de la risa. Además de lo demás.
Pero el primero no tenía ganas, ahí vienen todas sus obras de juventud y ninguna me ha dejado huella más que las Noches Blancas y el "te miro como si fueras el sol" de La Patrona.
"Espera un momento...¿no está las Memorias de la casa muerta en el primero?" Sí, es el último.
Es el momento para leerlo. Y ahora lo entiendo.
Me paso a las del Subsuelo. Me veo hasta hacerme daño. Ahora lo entiendo.
Y ahora sí, mi alma está preparada para volver a encontrarse con su almax en forma de hacha en la cabeza de un puto piojo. Y ahora lo entiendo mejor.
¿Quién es Raskolnikov? Un estudiante que se avergüenza por salir de "tapadillo" ante la hijaputa de su patrona. Eso es lo que es.
Luego mata a una vieja usurera y a la imbécil de su hermana. Pero esa es la consecuencia, no el motivo: mata al piojo que no es justo. Si Rodion hubiera matado a su patrona no habría habido caso ni Lizaveta que valiera. Mata mal. Mata como un marica. Pero si hubiera matado bien ya nos habríamos olvidado de él tanto como dentro de algún tiempo nos olvidarán a todos. Menos a él y a unos pocos legionarios, que diría...ya no me voy acordando.
El acierto del escritor, lo que hace grande a la novela, es presentarnos al asesino, no al estudiante que poco a poco va degenerando, no...Ese tío no es trigo limpio desde el principio, desde que sale de la puerta de su zaquizamí, como leí la primera vez, que me acuerdo...
Razumijin, el comisario, su jodido ayudante, la madre, la hermana, la mismísima Sonia...nada. La clave es Svidrigailov.
Svidrigailov...
Lo cacé aún de chaval, pero ha sido ahora cuando me lo he comido.
Svidrigailov es Raskolnikov sin ir a Siberia...Por eso lo odia tanto, por él se entrega. Porque se ve en él, porque, definitivamente, no tiene ninguna grandeza, porque sin ese perro no hubiera sido capaz de arrollidarse y pedir un perdón en el que no cree, porque sólo confiesa cuando ve que se quedará solo si no lo hace, cuando ve a Sonia, como un cobarde cualquiera...Pero va a Siberia como si le preguntaran por la diferencia entre Napoleón y una vieja usurera. O una jodida patrona.
Y sin embargo...¡como muere Svidrigailov!...como se nota que Dosto quería verse en él, en ese pedazo de cabrón, en ese superhombre degenerado...La escena (porque la ves gracias a la indecible maestría dostoyevskiana con los diálogos cuando se dejaba de tonterías) en la que "secuestra" a Dunia es...
--¡Déjame!--dijo, implorante, Dunia
Svidrigailov se estremeció; aquel tú habíalo pronunciado de otro modo que antes
--¿Conque no me quieres? --le preguntó quedo
Dunia movió negativemente la cabeza.
--¿Y...no podrás? ¿nunca? --balbució él con desesperación
--¡Nunca! --murmuró Dunia
La deja marchar y se va a por Sonia para hacerse cargo de todas sus desgracias, de los huérfanos, de su amor, "sólo le queda Siberia o un tiro en la cabeza...coge el dinero. Tú irás tras él y allí os hará falta...yo me voy a América" Me voy a América...
Pero antes se va a un sucio hostal, bajo la tormenta, empapado en agua y barro, y entra y pide un cuarto, y pide de comer, y no toca la comida, y se duerme y se despierta viendo ratones revoltosos y niñas lúbricas, y se despierta más y ve que ha sido un sueño, o una pesadilla, y tú tienes tal acojone al leerlo como si estuvieras viendo El Exorcista, y sale a la noche blanca petersburguesa y se llega a un judío que hace guardia, y se lleva a la sien la pistolita con la que su amor le había disparado a la cabeza por dos veces...
¿Se puede morir mejor? ¿no hubiera dado Rodion todo lo que le quedaba por hacerlo así, a pesar de todo? ¿no es Svidrigailov el claro ejemplo de no soy digno de que entres en mi casa? ¿un hombre bestial, un gran pecador, haciéndose justicia? ¿hubiérase entregado Raskólnikov, como un niño malo, de saber el fin de Svidrigailov por mucha Sonia que le siguiera? ¿alguien se cree que va a Siberia convencido de haberse equivocado?
No, Crimen y Castigo es el Quijote.
Pero sin gilipolleces.
Cosas de las noches blancas.
Tengo que verlas.
Esas y las Pirámides.
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Al principio he pensado que ibas a decir que te gustó El lobo estepario, menos mal que luego lo has arreglado. A mí me gustó la primera mitad, pero la segunda es un despropósito, una majadería.
ResponderEliminarSiddharta no está mal, pero a mí ese orientalismo a la violeta sanchezdragoniano me pone un poco de los nervios.
Yo sí recuerdo cuando leí Crimen y Castigo: con 15 o 16 años, 1990 o 91 (por la misma epoca que Fortunata y Jacinta, otra que tal). No he vuelto a leerla y no sé si debería por aquello de que el mito no se me venga abajo, aunque supongo que con Dosto, con los grandes de verdad, no hay ese peligro.
Yo también tengo las obras completas de Dosto traducidas por Cansinos, pero me falta mucho para terminarlas. ¿De verdad te leíste todas de un tirón?, tiene mérito.
A mí el suicidio de Svidrigalov no me hizo pensar en el "no soy digno de que entres en mi casa" sino en aquello otro del mismo best-seller de "al que escandalice a uno de estos pequeños, etc etc"
Oswald.
No recuerdo si fue de un tirón, pero sí que me he leído hasta las cartas de su mujer.
EliminarDe hecho me gusta verlos manoseaos. Se notan leídos.
"Best-seller"...jajaja.
Es una secuencia magnífica; y digo bien llamándola así: es cinematográfica.
Acojona, ¿eh?, que dijo no se quién. Puede que fuera en "El día de la Bestia". Sin duda la mejor peli española moderna.
Oye, creerás que te tomo el pelo con lo de los paralelismos entre tú y un servidor, pero siempre me he imaginado el suicidio de Svidri como una escena de película: Svidri camina tranquilo y sonriente por unas pequeñas calles de San Petersburgo en una soleada mañana, se cruza con un viandante (un policía, por ejemplo) y se saludan amablemente, Svidri sale de pantalla y vemos al policía que silba relajado, pero de repente ve algo que nosotros no vemos pero que le hace dejar de silbar y ponerse serio, se alerta, grita ¡no, no!, corre con el brazo levantado y oímos un disparo y vemos un salpicón de sangre en una tapia. Así me he imaginado siempre la escena.
ResponderEliminarLo de "¿a qué acojona?" se lo decía el jefe de los Men in Black (hombres de negro, que no se nos enfade Pedro) a Will Smith porque el mundo estaba en un tris de echar el cierre por culpa de unos aliens cabrones, no recuerdo si en la I o en la II. Y tenía mucha gracia.
Ahora que me acuerdo mejor, lo que decía era "¿a que jode?", que tiene aún más gracia.
Oswald.
Ese "oh, no", o muy parecido, me suena al viejo que está detrás de Pesci cuando ve la habitación vacía en "Uno de los nuestros"
ResponderEliminarLa mejor del mierda de Scorsese
Ya que has mencionado tu lectura juvenil de Salgari, Kufisto, ¡cuánto me gustaban de pequeño las novelas de Salgari de la editorial Gahe o más que las novelas, los libros de tapas con un dibujo lleno de colorines!
ResponderEliminarIba yo, lleno de ilusión, andando con mi padre algún sábado por la mañana a la librería de la avenida de Islas Filipinas, en nuestro barrio, donde tenía (¿y tendrá aún?) su sede la propia editorial y comprábamos uno de esos libros, que siguen aún en casa de mis padres y que a ver si algún día mango o le pido a mi padre que me los regale por un cumpleaños mío.
Eran entretenidos y aprendías geografía (que si las islas Aleutianas, que si el golfo de Carpentaria y el estrecho de Torres); la época de las exploraciones es lo que tenía. De mayor he vuelto a leer alguna y estaban bastante bien; en aquella la literatura juvenil era literatura juvenil, no literatura para imbéciles. Y luego lo de Salgari era curioso: en las novelas de piratas los malos eran los españoles y los buenos los piratas ingleses pero luego había una novela de un viaje al Ártico o a la Antartida en la que un personaje le soltaba una filípica a un inglés diciéndole que en asuntos de explorar los ingleses habían ido a rebufo de los españoles. Se conoce que le daban prontos al pobre Salgari. Digo pobre porque también acabó suicidándose, parece ser que estuvo a dos velas toda la vida y ya no aguantó más.
Oswald.
La verdad es que sólo recuerdo que las leí, pero no el qué. Palabra. No me pasa lo mismo con Julio Verne o Agatha Christie, de estos sí que tengo recuerdos, pero de Salgari sólo el título del Corsario Negro, un tipo con un gran bigote y una gran sonrisa...pero no me acuerdo de una puta mierda.
EliminarY ahora que te leo veo que tengo razón.
Siempre he sido un chico listo.
Hombre, por fin vamos a discrepar un poco: Uno de los nuestros me parece una mierda más del mierda de Scorsese. Y la vi en el cine cuando se estrenó, para más inri. Bueno, también vi en el cine Infiltrados, pero esa es tan mala que ahí casi me dio la risa, sobre todo cuando, no se sabe por qué, unos personajes se citan en la azotea de un edificio, que es un sitio muy normal donde quedar, y tú piensas: azotea de edificio-película americana policiaca-hostión contra el suelo, es un axioma cinematográfico impepinable y efectivamente a los cinco minutos caen unos cuantos; y ¿qué vas a hacer?, pues reírte.
ResponderEliminarOswald.
Jajaja...
EliminarScorsese es el Garci americano.
Tienes razón. La verdad es que me suda el nabo.
Contra el inglés Corsario Negro aquí sacaron un comic del español Corsario Azul (azul falange, supongo).
ResponderEliminarHasta mañana.
Saludos cordiales.
Oswald.
Hasta mañana, brodel, que yo también estoy reventao.
EliminarSois buenos chicos ya que habéis escrito justo cuando tengo red en el móvil y puedo leeros en el trabajo, gracias jeje.
ResponderEliminarMe alegro por lo de tu tía, kufisto. Se ha tirado varias semanas con el "casi" al estilo Benzema, pero lo importante es que ha salido y bien.
Pedro: ¡ay los gatos! La verdad es que son fascinantes, qué belleza... aquí donde trabajo hay varios, de hecho el otro día vi cuatro o cinco bien pequeños todos juntos paseando con la madre. En ocasiones se les oye pelear y joer, parecen tigres por el ruido que hacen, da miedo.
Con los perros cuando los operan pasa lo mismo que dices, que al poco tiempo hacen vida normal como si nada.
Kufisto, en el instituto no leí apenas nada: un par de libros para chavales cuando tenía trece o quince años y “sacabó“. Y la mayoría de mi clase lo mismo, en concreto los que elegimos la rama de ciencias; es más, aprobé el bachillerato (el equivalente al 3° de BUP y el COU) sin leer una puta mierda, y los que eran mis amigos lo mismo pero quitando los comics de superhéroes. Después del grado superior que hice después de dejar uno de sonido, me ha tocado “reformarme“ poco a poco por mi cuenta. El sistema de enseñanza es una caca de vaca. Y en mi casa ni la situación ni mi familia han “ayudado“ demasiado, por no decir nada.
La que te puso el insuficiente en inglés, Esperanza... .... ... espero que la de literatura no se apellidase Bottle y el presidente del instituto fuese Mario Ano. Y el de Química Fredi, por supuesto.
Uno de los nuestros o Ca(n)sino que parece una continuación siempre me han parecido cine de entretenimiento, con sus puntos, pero en plan degeneración de El Padrino. Sin grandeza, sin fuego aunque diría que más violentas. En lo de Infiltrados voy por donde Luis: no sé si mierda, pero desde luego que es otro producto jolibudiense de mucha hostia, disparo, líos de guión, gracietas y espectacularidad para que parezca complicado e inteligente pero que te das cuenta que es todo humo.
Lo mio con Garci es curioso, porque su cine no me llama la atención, pero sin embargo me cae bastante bien y me gusta oirle contar anécdotas tanto de cine, como de fútbol o boxeo.
Se me había olvidado que yo también voy a ser tío el año que viene. Me siento muy ... raro.
Un saludo.
No se debe escribir en ese estado, no...Es mejor que lo deje durante algún tiempo, al menos hasta que aprenda a hacerlo normalmente.
ResponderEliminarYa me hace más mal que bien
Respeto tu decisión. Tú sabrás mejor que nadie lo que mejor te conviene.
ResponderEliminarSin embargo, este texto que has escrito me parece más sereno, más equilibrado, más comprensible que otros anteriores. A veces escribes como quien dispara con una ametralladora, casi compulsivamente, a espasmos se diría. Una escritora francesa (Nathalie Sarraute) titulaba una obra suya, muy intimista, constituida por pequeñas y breves escenas tomadas de la cotidianidad más insustancial, Tropismos, en alusión a esos leves, silenciosos y delicados movimientos de las plantas y de la biología más elemental. Tus escritos, en cambio, muchas veces parecen eyaculaciones o hemorragias, y de las que salpican. Esta vez no me ha dado esa impresión.
No me atrevo a dar consejos a nadie, y menos de escritura a quien posee talento para ello. Solo decirte siquiera como sugerencia que pruebes a escribir sin esa necesidad de contarlo todo o mucho o demasiado, como si por ello la historia valiera más. En literatura, la historia vale tanto por lo que cuentas como por cómo lo cuentas. Y en muchas ocasiones, y en obras magistrales, tiene más peso lo segundo que lo primero. Prueba a escribir sobre una idea, una sola, sobre una anécdota, sobre algo aparentemente banal. Esto lo sueles hacer muy bien cuando comienzas tus escritos sobre los episodios del bar, pero a medida que vas asociando cosas tiendes a acumular y a acumular. Y acumulando, te dispersas. Frénate un poco. Fíjate de qué forma más poderosa y elegante comienzas:
"Cuando uno es tan joven como lo fuimos nosotros, los solitarios, tiene tal necesidad de conocer a alguien semejante que al encontrarlo no puede sino obviar su parte menos interesante. Y no sólo eso, sino que la eleva al nivel de la que más le gusta."
Aquí hay materia para catorce posts, para una novela entera. Es decir, para desgranar esa vivencia lentamente como cuando uno se demora al acariciar el cuerpo que amamos. Delicado como un tropismo.
Despacio, Kufisto, despacio. No te quiero feminizar, ni mucho menos. Al contrario: atrévete a penetrar más profundo. Pero para ello sigue la cadencia que lo haga posible. Cobra consciencia de todo lo que contienes para saber darlo.
Nada más masculino que esto.
Lo empecé sereno y lo acabé hasta el culo. ¿Sabes cuanto tiempo tardé en escribirlo? ¡¡¡CUATRO HORAS, CUATRO PUTAS HORAS!!! Jamás me había costado tanto, todo lo más dos horas, o dos horas y media, pero cuatro...y acabarlo de esa forma...reventao...
EliminarUna botella de vino, media de whisky, incontables cigarrillos...He despertado fatal, me dolía el pecho, la cabeza, todo...Y eso que ayer me sentí físicamente bien por primera vez desde hace tiempo; es como si me luciera joderme, me cago en la puta.
Pensé que iba a darme algo mientras cocía el arroz, ya estoy mejor pero coño...que no merece la pena escribir si tienes que ponerte así, que no me sobran los días para pasarlos enfermo.
De todas formas son ventoleras, puede que escriba algo esta noche, no sé hacer otra cosa mejor, qué le voy a hacer...
Pero sobrio. No pienso escribir más en ese estado.
No quiero.
Gracias, amigo.
Kufisto
ResponderEliminarAhora vuelvo, que tengo que comer. Pero antes solo unas cosas: hazle caso a Doiraje. Empiezas de puta madre pero luego vas embutiendo y embutiendo, quedándote solo con la última frase dicha y enlazando a partir de ahí, y así sucesivamente hasta perderte en no sé dónde.
Tómatelo con calma. Como si tienes que dedicarle dos días para escribir veinte renglones (García Márquez dedicaba seis horas diarias y un día de gran producción sacaba quince líneas). No lo hagas seguido si no te apetece. Nunca se hay que forzar. Si te fuerzas no sale. Y si no sale, ponte a hacer otra cosa. Lee. Cuando te olvides de lo que habías escrito, lo retomas y lo relees, y seguro que aparece algo nuevo en tu mollera ligado a lo que dejaste.
No bebas, haz el favor. No por ti, que allá tú, sino porque al final del escrito no hay manera de seguirte; vas totalmente mamado, dando tumbos de acá para allá. Lamentable. Patético.
No seas Rajoy, no escribas 'dejao', 'llevao', 'colocao'. Eso es de políticos castuzos. Y si quieres dejar constancia de que eres de tu pueblo, entonces peor, porque estarás comportándote como los polonyesos cuando escriben en español su Catalunya sin eñe.
Cuando hables de algo que has leído, no lo cuentes como si el lector también lo hubiese leído. Tienes que pensar en que has de contar lo esencial en poco espacio. No tiene por que ser un resumen de la obra, sino de un capítulo, de un personaje, de una acción. Pero piensa siempre que se lo estás contando a alguien que no ha leído eso. Verás cómo cosigues sintetizarlo en pocas imágenes y palabras.
Tiene razón Doiraje: el principio es formidable, luego la vas cagando. Y todo por andar angustiado con acabarlo y encima mamarte.
Kufisto
ResponderEliminar¿Y quién dice que tienes que escribir algo de golpe? ¿Por qué te exiges tanto? ¿Qué prisa, qué urgencia hay en ti? Disfruta, y esfuérzate sin sobrepujarte.
¿A que no harías el amor a la mujer que más amas como quien va a perder un tren? Deja el reloj en el cajón. Y comienza a buscar, lentamente, sin premuras. Las palabras irán llegando, e irá tomando forma lo que quieres decir y la forma de decirlo, poco a poco.
Si dominas el ritmo y la exigencia persecutoria, no te harán falta ni estimulantes ni ansiolíticos externos. Poco a poco, Kufisto.
http://www.youtube.com/watch?v=WkNYCRN-x9U
Ya me podía atraer a mi la literatura de esa forma pero me atraen otras cosas. Mis lecturas primerizas eran de lo más variopintas sin un orden ni sentido. Podía leer a JJ Benitez y Kolosimo como tragarme el Quijote aunque me lo ordenaran para aprobar Literatura de 2º. Ahora me trago hasta estudios cientificos sobre el avance alemán en Rusia....como leer a Tolstoi o Eduardo Mendoza...Os tengo un poco de envidia.....sana...pero cada uno tiene sus gustos y aficiones. Lo importante es tener con qué disfrutar y soñar...porque yo creo que más que soñar no ha hecho otra cosa Kufisto y todos nosotros con las lecturas que soñar o viajar con la imaginación. ¿Acaso no son para eso?
ResponderEliminarNo te falta razón. En el arte, la belleza está my relacionada con la imaginación, el deseo, el juego, la complicidad, la confesión, la comprensión de dos almas que se comunican (el artista y el que goza de su obra). Es la más libérrima de las búsquedas humanas. Pues a la belleza acudimos para encontrarnos con nosotros y con el mundo, y en ese encuentro surge lo bello, la verdad. Y esto es, sí, casi como un sueño.
EliminarEl artista lo es gracias al público que reconce y disfruta su obra, Doiraje. Efectivamente.
EliminarPero qué hijoputa es...
ResponderEliminarhttp://www.goear.com/listen/f9412af/honest-with-me-bob-dylan
A ver, vamos paso a paso, Kufisto. Qué quieres decir cuando dices en este caso "pero qué hijo puta es".
EliminarIntenta describir lo que te hace sentir esa música, lo que te parece, lo que piensas de ella, lo que sea.
Entiéndeme, sé lo que quieres decirnos con esta expresión. ¿Entiendes tú lo que te propongo? Por favor, no vivas esto ahora como una exigencia persecutoria por mi parte. Nada más lejos de mi intención; vívelo como un ejercicio: la expresión, el poder utilizar con consciencia el lenguaje (más si es por escrito) para describir lo que sientes es una de las mejores vías que hace posible alcanzar ese ritmo pausado que te falta para vivir aquello que percibes.
Como buen lector del amigo Dosto, sabes que no se expresa mejor la intensidad desde el puro grito ("¡pero qué hijo puta es"!), sino expresando el impacto como una vibración ("--¿Conque no me quieres? --le preguntó quedo.
Dunia movió negativamente la cabeza.").
Buenas noches, Kufisto. Hasta mañana.
Salí a pasear en vistas de lo que me esperaba en casa. Iba como un zombi, estaba "congelado", podrían haberme tirado una piedra a la cabeza que hubiera seguido andando. Los Stones, los Zeppelin, los Maiden, los Beatles, los Motörhead...nada. Cero.
EliminarY llegando a casa empezó esa canción.
Me reí y desperté.
http://www.jotdown.es/2012/03/bobby-fischer-la-infancia-del-pequeno-diablo-i/
ResponderEliminarEs conmovedor el relato de "la partida del siglo", Kufisto.
ResponderEliminarVer surgir inesperadamente a un gran genio es como que de repente venga Dios a verte.
Oswald.
Yo ya voy por el tercero, son fantásticos.
EliminarSi vieras que cara se me quedó la primera vez que vi esa partida...
No es coña, pero durante algún tiempo llegué a saberla de memoria. ¡No veas como se quedaba el personal al verme desarrollar la partida "de cabeza"!
Durante años, todavía en casa de mis padres, tuve colgada una ampliación fotográfica de la posición final.
Realmente, Kufisto, eres una persona de contrastes, muy interesante. Hay una parte en ti que vuela como una flecha sin blanco. Y otra al que le gusta el ajedrez, es decir, el análisis, el movimiento calculado, la estrategia, el poder puro de la mente sin mezcla.
ResponderEliminarY en medio, tu amor por la escritura, que participa de ambos amores.
Hay mucha riqueza en ti, Kufisto. ¡Lo que podrías dar si pudieras equilibrar tus extremos! No es casual que te guste escribir. Hay pasión con inteligencia. El día que puedas armonizarlas...
Ya sabes, no te agobies. Despacio, como cuando analizas los movimientos del rival ante un tablero.
Hay que cultivar los talentos sin que estos te superen o te destrocen. Reconozco que algunas personas con dones o capacidades especiales sólo los pueden desarrollar si están en un estado extremo o autodestructivo. Es una curiosa forma de sacarlos de sí. Es como si la persona agraciada no supiera como dominar ese don o que en el fondo lamentara ser agraciado con él. No es reprochable, sólo hay que llegar a su comprensión y aceptación para canalizar su fuerza.
ResponderEliminarYo en cambio, no me seduce nada el ajedrez. Aprendí sus movimientos de forma autodidacta como si fuera un trabajo del colegio leyendo un libro. Pero nada. No apareció en mí nada que me motivara a seguir disfrutando de ese juego. En general, los juegos de mesa no me atraen nada. Salvo el Trivial.
ResponderEliminarLo importante no está en los exabruptos ni en la carencia de ellos, ni en la tensión o relajación; lo importante es hacerse entender, y eso requiere tiempo; más aun si con las palabras buscas atraer al lector.
ResponderEliminarNo se escribe igual que se habla, por más empeño que pongamos. Hablando podemos decir palabras innecesarias o bien ignorar palabras clave; por escrito se perciben más esas carencias, porque no hay comunicación visual, gestual, en definitiva implícita y que colabore en la expresión.
Hay que releer a medida que se escribe, y luego cuando acabamos. Aun así siempre veremos errores, pequeños fallos, incluso mucho después. Puntos, comas, frases manifiestamente mejorables. En realidad nunca se acabaría de corregir, pero como alguna vez hay que hacerlo mejor que no esté todavía hirviendo.
Estoy leyendo Viaje por España, de Teófilo Gautier. Muy muy entretenido. En la línea de La Biblia en España, de Borrow, y en los mismos años; este es de 1840 y el de Borrow de 1843.
ResponderEliminarHay algunas sorpresas: La influencia española empieza ya a notarse en Burdeos. Hay muchos rótulos en ambos idiomas, y en las librerías abundan tanto los libros franceses como los españoles. Hay mucha gente que habla el idioma de Don Quijote y de Guzmán de Alfarache. Esta influencia aumenta a medida que se aproxima uno a la frontera, y si hemos de confesar la verdad, tenemos que declarar que lo español tiene aquí más fuerza que lo francés; incluso el 'patois'
que hablan los naturales del país está más cerca del español que del idioma de la madre patria.
http://es.scribd.com/doc/37293051/Teofilo-Gautier-Viaje-por-Espana-1840#page=5
Kufisto: aquí hay una corrida de toros de la época. Te va a gustar:
http://es.scribd.com/doc/37293051/Teofilo-Gautier-Viaje-por-Espana-1840#page=28
Nuevo ovillo, amigos.
ResponderEliminarY gracias.