martes, 29 de octubre de 2013
HOJAS CADUCAS
De regreso a casa después de realizadas un par de gestiones bancarias, un tanto preocupado por la primera de ellas en la que me pidieron la firma en un documento que no leí ni apenas escuché al tipo de la caja bajo mis auriculares (parezco el autobusero de los Simpsons cuando estoy fuera de mi cueva o de mi trabajo...era algo para mi "firma electrónica" o así), reparé en una esquela que había al otro lado de la calle. Me acerqué y la miré: Fulano de Tal, de 81 años...Sí, era ese. El de nuestro primer bar, ahí al lado, lleva cerrado desde ni se sabe, creo que desde nuestra marcha, o poco más, y de esto hace veinticinco años...Me acordé de aquella mañana dominical en la que fuimos a desayunar un par de amigos y yo, "¿tienes churros?", "no, pero voy a por ellos si queréis", "vale" No había nadie más en el bar. Nos dejó solos. Éramos sus mejores clientes. "Mira a ver qué tiene en la caja", "pipea" Tenía cuatro perras y le cogimos dos. Volvió al rato, desayunamos juntos y nos fuimos casi convencidos de que se daría cuenta. "Ná, está medio gilipollas", "pero es que no había ná", "que le den por culo...para cuando nos cobra de más, que es muy listo" Puede que aquel fuera el canto de cisne en nuestro primer lago, sí...Hizo la prueba y la cagó bien cagá, como aquel curioso impertinente: no toques lo que no va mal.
A eso del mediodía me enteré del sorpresivo fallecimiento del padre de un cliente, un chaval algo más joven que yo que enterró a su madre hará como cinco años, cáncer, y mañana hará con aquel lo mismo por lo mismo, apenas tenía 65 años, todo parecía estar bien hasta hace dos domingos que empezaron a caérsele las cosas de las manos...Un tumor cerebral, por lo no visto no parecía tan grave como para hospitalizarlo, de hecho lo mandaron a casa, hoy era cuando iban a hacerle la biopsia..."Ya ves tú -me decía ya por la tarde su íntimo amigo-...Esa mañana la pasó jugando con el nieto y por la noche...Lo llevaron al hospital y se lo vieron, pero dijeron que se fuera a casa, aunque durante la semana ya se veía que la cosa era grave, me lo dijo su hijo el viernes pasado, ¿te acuerdas que estuvimos aquí?...Pero nadie se esperaba esto"
Poco después llegaron un par de colegas a por sus cafés, no recuerdo que música estaba sonando, alguna ful, supongo, música de ambiente que ponemos durante las cañas, música para hacerle caso nada más que cuando se acaba, el silencio en un bar es lo más parecido a un tanatorio, pero el caso es que uno de ellos (la cara alegre de la historia anterior) ha dicho algo de poner a Lou Reed como homenaje a su reciente muerte, "como hiciste la semana pasada con Manolo Escobar" Nos hemos reído recordándolo y he pinchado el Vicious y unas cuantas más, no con muchas ganas, la verdad, o al menos al principio, que es como si resultara fastidioso todo lo que te gustó y te dejó de gustar, como si tuviera la culpa de algo, sí...Me pasa lo mismo con la gente: ¿como van a ser buenas las segundas partes cuando está visto que no lo fueron las primeras?
Me quedé solo y salí a la puerta para encender un cigarrillo. Miré como caían las hojas de los árboles mecidas por el viento, ya muertas hace algún tiempo. Aún las más cercanas al tronco, las más resguardadas...Si no es hoy, será mañana. O pasado.
Pasé para dentro y me senté ante el ordenador mientras apuraba las últimas caladas, enseguida llegaron las moscas, son las últimas de esta temporada, las más pesadas, las más tocapelotas. Es como si ya les diera igual, como si olieran su próxima muerte, como si de algún modo supieran que su fin está próximo, a la vuelta de los primeros fríos que van llegando..."soy una mosca, me queda poco, ¿qué quieres que haga?"
Iba a decir que fui a por el fly, como de costumbre...
Pero sería decir mentira.
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Jose María Marco en La Razón de ayer martes 29 de octubre, página 2, sección de opinión, copio el último párrafo a mano porque no lo encuentro completo en la red sin suscribirme al diario.
ResponderEliminarSe titula "Nuestros espías" y nos cuenta que el izquierdista Obama llegó al poder con la promesa de acabar la guerra contra el terrorismo y demás y ha cumplido algunas promesas sobre Irak y Afganistan pero no en Guantánamo o su compromiso con la transparencia como el espionaje que parece ser que según el gobierno es un programa que el presidente desconocía y que al ser de izquierdas no le tratarán como a Nixon aunque cada vez se le ve más "humano". Hasta aquí más o menos normal, pero finaliza la opinión con este párrafo que copio del diario de papel:
"Nada de todo esto impedirá que la NSA, junto con otras agencias norteamericanas y las correspondientes agencias del resto del mundo, siga espiando hasta donde le permita una tecnología hipersofisticada. Si se hace el esfuerzo de apartar el lado chusco-político del asunto, NO HAY MÁS REMEDIO QUE RECONOCER QUE LOS ESPÍAS SON NUESTROS AMIGOS Y QUE, EN GENERAL, DEBEMOS ESTARLES AGRADECIDOS POR SU TRABAJO. SE SIGUE ESPIANDO POCO Y NO TODO LO BIEN QUE SE DEBERÍA. OBAMA DIO POR TERMINADA LA <>, PERO ESTE, Y LAS AMENAZAS CONTRA LA DEMOCRACIA LIBERAL, ESTÁN MUY LEJOS DE HABERSE ACABADO."
¿He entendido mal o es que estoy demasiado espeso?
A ver si lo encontráis entero, que igual me he perdido algo.
Imagino que nuestros Rubalcabas también nos espían por nuestro bien, aunque a estos sólo les molesta cuando lo hace el sociata. O los de la RDA, que eran "colectivistas".
Joder, no sé por qué no ha salido lo de "guerra contra el terrorismo" después de "Obama dio por terminada la":
ResponderEliminar"...OBAMA DIO POR TERMINADA LA <>, PERO ESTE, Y LAS AMENAZAS CONTRA LA DEMOCRACIA LIBERAL, ESTÁN MUY LEJOS DE HABERSE ACABADO."
Y disculpas por las mayúsculas, que el editor de textos del móvil no tiene negritas o cursivas.
ResponderEliminarTambién en La Razón de ayer, César Vidal en la página 26 en un artículo titulado "La hipocresía del espionaje" que tampoco lo encuentro completo en la red. Nos cuenta varios casos de espionaje interno en USA como de la agencia tributaria de allí parece que pudo haber investigado fiscalmente y algo más a los del Tea Party y que es visto como una canallada. O el espionaje a algunos periodistas lo mismo. Mientras que el espionaje a adversarios, enemigos y aliados de USA no le preocupa a nadie, porque es por su seguridad. Nos termina diciendo que el espionaje a esas naciones "es contemplado simplemente como una acción necesaria para las necesidades de la seguridad nacional y, COMO TANTAS OTRAS, SUJETA A UNA NEGACIÓN OFICIAL ROTUNDA SI ASÍ LO EXIGEN LAS CIRCUSTANCIAS."
ResponderEliminar¿Será el 11 ése o el 11 aquél?
Como diría la otra: "y vale ya".
Lou Reed: el concierto más coñazo al que he asistido, en el Xacobeo 2004. Me gustan algo el Transformer y el Berlin, y poco más.
ResponderEliminarLou Reed tuvo la suerte de que jamás se reía.
EliminarY eso vale mucho en el mundo del arte contemporáneo.
Y el nombre también, ¿a qué otro Lou conoces aparte de aquel cascarrabias y el negro de "El golpe"? ¿y el apellido, tal que aquel yanqui que marchó a la Rusia revolucionaria para escribir una mierdalibro?
Si se hubiera llamado John Smith no le habría hecho caso ni su puta madre.
Me ha gustado tu relato. El otoño es mi estación favorita, en especial noviembre. Hay una belleza especial en aquello que fue y está dejando de ser. Como esas hojas que caen. Con qué delicadeza muere lo que vivió delicadamente. Vivieron en silencio y caen silencio.
ResponderEliminarTodos somos hojas caducas. La diferencia es que muchos viven como si no fueran conscientes de ello.
Doiraje, te dedico estos poemas al otoño. Me disculparas que sean una birria:
ResponderEliminarCUATRO SONETOS AL OTOÑO Y UN PRÓLOGO
En este prólogo me ha parecido conveniente indicar gráficamente las cesuras:
Retoños varios / de mi musa extraña
son estos cuatro / -mas con éste cinco-
que en pocas horas, / con intenso ahínco,
ella ha parido / con versátil maña.
En ellos, fina, / consiguió que "otoño"
nunca rimara / -como aquí- con "co...",
aunque el tercero / sí merece un rombo
(este prefacio, / con el autobombo
de este poeta / -que soy yo- desvela
que el que esto escribe / ya no tiene abuela).
Los sonetos:
El sol abrevia su carrera, el cielo
se tiñe de matices tenebrosos,
los bosques y florestas más umbrosos
se muestran cuando no se cae su velo
caduco y amarillo, emprende el vuelo
al sur la golondrina, sonorosos
los vientos nos susurran luctuosos
que están por la Natura haciendo duelo,
decrecen los eróticos ardores
del hombre hasta la verde primavera
-que enciende de su pecho los calores
de Amor en cada abril siendo partera-
y encima los poetas paren ñoños
poemas -como éste- en los otoños.
****
Retrasan su salida en las mañanas
los ya tímidos rayos de la aurora
en tanto que al crepúsculo el sol dora
en horas cada vez aún más tempranas
Poniente excepto cuando sus ventanas
el cielo baña si enlutado llora
o si las cubre de la nívea flora
la fría melena de incontables canas.
Detiene el tierno infante de su juego
la alegre algarabía al caer la tarde
y su mirada inmóvil calla y arde
oyendo de su abuela junto al fuego
los cuentos que en la noche de Difuntos
les llenan de pavor a los dos juntos.
****
Prefiero yo al otoño en el verano
fisgar con el rabillo a las chavalas
en topless -estén buenas o estén malas-
mientras no diré qué soba mi mano.
Detesto el otoñal frío inhumano
y añoro el calentón que en blancas calas
recónditas sentía al ver las ralas
y abiertas ingles de un pibón britano*.
Que acabe la estación que ahora se inicia
-a mis venéreos hobbys no propicia
y cuyo tiempo gélido me es hórrido-
y vuelvan ya los meses del estío,
más propios del playero vicio mío
a causa de su ardor lúbrico y tórrido.
*Siendo britano el pibón, es lógico lo de las inglés, digo ingles.
***
Me amuerma esta estación adusta y pálida
que anuncia del invierno el mayor frío
y en la que rumio un decadente hastío
en honda introversión como crisálida.
A la mano otoñal, glacial y escuálida,
prefiero la caricia del estío,
de la que desde octubre tanto ansío
la grata sensación, tónica y cálida.
Se me hace insoportablemente largo
entre los equinoccios el letargo
en el que me consuelo cuando sueño
que Perséfone vuelve, y sin embargo
tiene este tiempo un goce no pequeño:
la gloria del cocido madrileño.
Oswald.
Muchas gracias, Luis.
ResponderEliminarTu capacidad versificadora es notable. Para ti no tiene misterios el "rebelde, mezquino idioma."
Un abrazo.
Respondo con un "de nada"
ResponderEliminara tu agradecimiento,
y añado que estoy contento
por el 2-1 al Granada.
Oswald.
No vais a las fiestas del Halloween, tronkos????
ResponderEliminarNo estais en la modernidad.
Pues ahora voy y se lo digo a los castuzos.
Saludos.
Sergio, me cago en jálogüin y en su puta madre.
ResponderEliminarOswald.
Nuevo ovillo, compañeros.
ResponderEliminarY muchas gracias.