martes, 28 de septiembre de 2010

¡JÓDER CON LAS DEXATAVEGIL!





Con lo pequeñitas que son...

Y es que me he despertado en el mismo plan que ayer, esto es, moqueando y estornudando, la puta alergia al pólen, casi en octubre como si fuese mayo, será esto así, qué le vamos a hacer, hace veinte minutos casi me noquea un moscardón de unos cinco kilos, iba por el campo, escuchando a Dylan bajo un sol maravilloso cuando de repente he sentido un golpe en la nuca, "¡hostia!", él también se ha tenido que hacer daño porque su zumbante vuelo era como de borracho, también andará despistao, "¿qué coño hago aquí en octubre si ya debería estar muerto?", hay un tiempo para vivir y un tiempo para morir, que dice el Eclesiastés, y el suyo tendría que ser el último, pero hoy todavía no, ahora andará buscando una moscardona receptiva, como todo bicho viviente, suerte tronko, la necesitarás.

Las pastillas que suelo tomar son unas "tochas", blancas, liofilizadas, te la pones en la lengua y se deshace, son de "última generación", como diría un capullo, y funcionan bastante bien aparte que no te causan somnolencia como las antiguas, pero no tenía de aquéllas y tampoco iba a comprar una caja al precio que van y para cuatro días primaverales que puedan quedar, así que he pillado una de las que tomaba hace años, quizá estuviera hasta caducada, todo puede ser...son pequeñitas, diminutas, rosas y efectivas, te quita los síntomas, pero te dan un sueño que no veas.

En el Carrefour siguen de mudanza. Se ve que se aburren, poco negocio, malo...casi había más inspectores mirando el pampaneo que trabajadores, iban con su libretilla, apuntando, mirando, con cara avinagrada; las chicas se movían todo lo rápido que podían, de aquí para allá, a uno de ellas le he preguntado por los exprimidores, "¿sólo tenéis estos dos?", "sí, señor", muy mal tiene que estar la cosa; cuando compré el último, hará unos cuatro años, por lo menos había diez diferentes, malo, malo...cuidadín. Me salio cojonudo, el exprimidor quiero decir, era normal, nada del otro mundo, pero duro, y lo he tirado porque se me cayó, haciéndose una rajilla por donde se escapaba el jugo, ya casi se vertía más de lo que me bebía. Lástima, le tenía cariño, se acaba cogiendo cariño a cualquier cosa que te dura. A cualquier cosa. Bueno, pues sólo tenían el de carrefour y uno alemán; no sé quien coño comprará el de ellos, parece indicado para la casita de pin y pon, una chuminá, ridículo, así que no me han quedado más cojones que escoger el alemán. Es como un tubo, "el más vendido, anunciado por la tele" reza la propaganda, no sé, soy un puto desastre con todos esos chismes, dice que hay que cortar por arriba la naranja, meterla y hacer fuerza, lo de siempre, todo se reduce a meterla y hacer fuerza, es lo natural, no hay que ir a estudiar a Salamanca para aprender eso, así que nada, mañana por la mañana a meterla y hacer fuerza, menos mal que es alemana, no creo que me falle. Ni que le duela la cabeza.

He dejado la compra en casa, le he echado de comer al gato y he salido a pasear, ya tarde para mis costumbres, y venga abrir la boca, andando como un zombi, como si no hubiera pegado ojo en toda la noche...las jodidas pastillas te curan una cosa y te causan otra, sigue sin inventarse el bálsamo de Fierabrás, así que nada, a mitad del camino me he dado la vuelta de regreso para casita.


En ese momento me topé con el moscardón.


Y en éste yo os escribo esto mientras él quizá ande metiendo y haciendo fuerza con alguna moscardona.


Y mañana la güerga generá.


Hay que meter más y joder menos.

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