martes, 21 de febrero de 2012

FUI UNA ESTRELLA DEL ROCK (EN MI HABITACIÓN)




- "¿TÚ ERES HIJO DE NICOLÁS, EL DE LOS MUEBLES...?"
- "Pues no"
- "AH...ES QUE TE PARECES...¡IBA A PREGUNTARTE POR UN SILLÓN!"

¿Y qué le dices al tío gilipollas? nada, te largas mientras oyes como te grita adioses y gracias por comprarle una jodida barra de pan.

Es sordo, lleva un chisme de esos en la oreja, pero es igual que quien tiene una tía en Alcala: que ni tié tía ni tié ná. Hace años solíamos comprarle chucherías y bebida para las sesiones de cine en casa, sólo le faltaba chuparnos la polla. O dejarnos una vuelta con su mujer, un pedazo de mujerona con un culo del tamaño de Maracaná y un par de tetas fellinianas, de verdad, era un escándalo, toda tremenda, a veces te miraba entre los donettes y los phoskitos mientras el sordo sermoneaba a algún cliente, insufrible, el sordo, digo, un pesao de tres pares de cojones...y ella metiéndose gusanitos en esa bocaza roja. A veces la pillaba sola, entonces le pedía algún veneno de los que tenía por abajo, en el pasillete, y ponía todo el culo aquel en pompa, la muy puta se tiraba así un rato, hurgando, haciéndose la despistada, era para llegar por detrás y metérsela a muerte.

Tenían una hija que por aquel entonces estaba en flor, unos quince o dieciséis añitos, cañón, parecía como si fuera a explotar al rozarla, no estaba gorda como la zorra de su madre pero tenías donde agarrarte bien, miraba como ella, de tal puta tal putilla. Siempre estaba comiendo mierdas de esas, con cara de aburrida mientras su papá hablaba y hablaba...En el tiempo que llenaba una bolsita de veinte duros tenías para ver un capítulo de Expediente X. O dos.

Claro que, a veces, nos pitorreábamos de él, lo volviamos loco, "sordo...dame tres de estas, una de esas...", "¿QUÉ?", "sordo...que me dés...", hasta que en lugar de mirarlos con los ojos lo hacía con la oreja biónica, entonces le gritábamos, "¡VALE, VALE, YA TE HE OÍDO!", en ocasiones se daba cuenta del cachondeo, bueno, yo creo que siempre, pero pocas veces saltaba, le gustaba vender y hablar, era el precio que tenía que pagar, el primer contacto no obligado de la chiquillería con los adultos es con el tío que vende golosinas. Y es él quién paga por todos los demás. Normal.

La mayoría de los oficios son una mierda, es decir, la mayoría de nosotros hacemos tantos descartes durante nuestra vida que cuando la baraja se queda sin cartas tenemos menos juego que cuando empezamos la partida, y así pasa: que nos dejan limpios. "A mirar y a callar, en las cartas no se habla. Y sino te vas".

- "¿Y si me reengancho?"
- "Déjalo. Lo tuyo es vender tigretones"


Así que a vender pastelitos, tirar cañas y poner ladrillos.


O volcar la mesa y correrlos a hostias.



11 comentarios:

  1. ¿ El sordo vendedor de chuches no sería el señor Martín ? jajaja. No creo, porque la hija era un auténtico kayo malayo. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. La mejor banda del siglo XX son los AC/DC tron.

    ResponderEliminar
  3. JaJaJa pero Don Kufis pasanos la dirección de la panadería del sordo hombre que eso es un chollo. Ya estarán mayores claro, como nosotros.
    Saluditos.

    ResponderEliminar
  4. "La mayoría de los oficios son una mierda...", "O volcar la mesa y correrlos a hostias." otro puto bocazas llorón que va de profundo...

    ResponderEliminar
  5. Además de zafio y machista si que tienes pinta de ser un poco tonto, si.

    ResponderEliminar
  6. PUES ESO ME HA PARECIDO TU RELATO, UNA ASQUEROSA MIERDA

    ResponderEliminar
  7. Acabo de desperdiciar dos minutos leyendo esta bazofia y un minuto comentándola

    ResponderEliminar
  8. Esta entrada me ha parecido genial y muy divertida. Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Ni puto caso a tanto retrasado. Tu blog mola. No es de andar por casa, tiene algo guay y se queda en mis favoritos.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.