lunes, 24 de enero de 2011
BORN UNDER A BAD SIGN
- "Oye Kufis...¿a qué hora cierras hoy?"
- "No sé...pronto, cuando acabe el fútbol...sobre las 11 o así."
- "Ahh...es muy tarde...es que tengo que presentar un trabajo de fotografía para el martes...¿sabes?...el curso que estoy estudiando...y tengo que hacer fotos de algún local y eso..."
- "No hay problema. Mañana cerramos. Quedamos por la tarde y lo hacemos tranquilamente."
- "¡Gracias Kufis! ¡Muchas gracias! ¿a qué hora te viene bien?"
- "Bueno...vamos a ver...por la mañana tengo que ir a comprar para la paella de mis padres...después una siestecita...¿te viene bien a las 6?"
- "Claro...mañana te llamo y me paso por tu casa. Muchas gracias Kufis."
Mi amigo tiene un año menos que yo y todavía anda haciendo cursillos.
Su familia es del Opus, religiosos a tope, demasiado, creció entre Convivencias, misas y viajes para ver al Papa o ir a Tierra Santa. Cuando el nabo le empezó a crecer y a ponérsele duro se encontró con un gran problema: a Dios no le gustaban las pajas. Pero a él sí, como a todos cuando veíamos crecer el asunto y andábamos todo el día empalmaos.
Quiero decir que el sexo para un chaval tímido que veía rezar el Rosario como algo normal a finales de los ochenta era algo, cuando menos, problemático.
No recuerdo como lo conocí, hará más de veinte años, pero él enseguida me tomó aprecio. Algunas veces tuve que pararles los pies a imbéciles que se reían de él, no soporto que se ensañen con la gente inocente, si es un cabrón por mí como si lo meas, pero si es un buen chico no hay por qué sobrepasarse, valen unas bromas y eso, claro, pero no la humillación. Eso no.
No es que fuera miembro de nuestra cuadrilla, eso resultaba imposible, pero si lo veía por ahí nos tomábamos algo y hablábamos, a veces de Dios y casi siempre de chicas y de música, es un auténtico rocker, lo que más le hubiera gustado ser en esta vida es Loquillo...pero va a ser que no.
Dejó los estudios, no valía para eso. Quiso ser cura, se hizo misionero, estuvo en Sudámerica, en la República Dominicana, con las negras zumbonas y culonas, Dios no tiene mucho que hacer por allí, se desanimó, mi amigo quiero decir. Bueno, y Dios supongo que también. En el Caribe tiene que resultar chungo el tema.
Regresó; que si un curso de esto, de lo otro, de aquello...cero, tampoco es una lumbrera. Le consiguieron un trabajo de mantenimiento en una gran empresa, algo sencillo, cuatro perras, muchas horas y, supongo, muchos graciosillos. Duró poco, hasta que la crisis dió el primer estornudo y empezó el desfile de personal hacia la Casa Grande. Él fue de los primeros.
En fin, básicamente, esta es su vida, lo demás lo podéis imaginar.
A eso de las 6 y cuarto me ha llamado; la verdad es que me hubiera gustado que no lo hiciera, estaba apoltronado en el sofá y decidido a no moverme de ahí hasta que tuviera que irme a la cama, pero una palabra a un amigo es una palabra. Y más cuando se trata de un favor.
- "¿Te recojo en tu casa?"
- "Sí. Dame un toque y bajo."
Me he abrigado bien: braga, gorro, guantes...ya que tenía que salir he pensado que después me vendría bien un paseo. Al verlo me he reído: iba igual que yo.
- "¡Joder! ¡ni que fuéramos a atracar un puto banco!"
- "Ja, ja, ja..."
Nos hemos subido en su coche, "pásate primero por el estanco", he pillado picadura de Marlboro (ahora me ha dado por ahí) y me lo ha soltado:
- "¿A que no sabes a quien he visto esta mañana?"
- "(Lo sé. Estoy seguro. Sólo alguien como tú me lo diría.) No"
Silencio.
- "¿A quien?"
- "A tu ex"
Puñalada directa al corazón.
- "Ah..."
- "Iba paseando...me ha dicho que el año que viene se va a (lejos, muy lejos...mételo más hondo, hasta que sangre)...iba con prisa..."
- "Ya..."
- "¿No te llama?"
- "No he vuelto a saber nada de ella."
- "Joer...qué mal..."
- "Sí...las cosas se acaban"
- "Yo lo ví al final...¿te acuerdas cuando os eché las cartas?..."
- "Me acuerdo..."
- "No te quise decir nada..."
- "Claro..."
Hemos llegado al bar, al menos mi cuerpo, la cabeza ya estaba en otro sitio. Todavía sigue allí mientras os escribo esto.
Mi colega ha empezado a descargar material...¡la madre que me parió!
- "Oye tronko, yo pensaba que íbamos a echar unas fotos, no que fuéramos a ir de pic-nic"
- "Ja, ja, ja..."
Hasta un puto paraguas, "para la luz y eso"..."madre mía la que me espera".
Mi hermano estaba haciendo papeles.
- "¿Qué hacéis?" ha preguntando sonriendo al ver el cuadro.
- "Nada...aquí con el colega...vamos a hacer un reportaje para el "National Geographic"
El amigo ha comenzado a sacar chismes, trípodes, cámaras, libros de instrucciones...me he ido a un rincón, he pillado una botella de agua y me he puesto a liar cigarrillos y a mirar la tele...
No se aclaraba; por lo que le he visto quizá tenga algo más de idea que yo en fotografía. Pero no mucha más. Y no tengo ni zorra.
Mi hermano, al verle, ha echado una sonrisa, "déjame que te ayude". Es diez años más joven y cien más inteligente que nosotros dos juntos, además de saber como se hacen las fotos. Y sin haber hecho ningún puto cursillo. Practicando y preguntando. Como se hacen todas las cosas. Al ver la cámara que llevaba el amigo se ha quedado de piedra. "¡Hostia puta!". Al parecer se trata de un último modelo, el copón bendito, la leche, vamos...en fin, Dios sigue dándole de comer a quien no tiene dientes (y sea del Opus).
Como ha visto que mi colega no tenía ni PUTA IDEA ha decidido ser él quien hiciera su trabajo: "mira, ponle una bolsa delante del flash, pero así, bien puesta, como hacían con la Montiel y la media...así, bien pegada, que aminore la luminosidad...¿a qué velocidad la tienes?", "¿eh?", "a ver...ahora...el encuadre desde aquí para que no se refleje el luminoso..." "¿quieres el paraguas?", "¿está lloviendo? es broma, no, no hace falta...". En esto que le ha llamado su chica: "tengo que irme, creo que deberías hacerlo de esta manera, y a esta distancia, y así, y coloca aquello de tal forma, y luego desde tal posición, a esta altura...". Jamás he conocido a nadie mejor que él. Ni lo conoceré. Se ha despedido de nosotros con una sonrisa, mi colega casi no se ha dado cuenta de lo nervioso que estaba, todavía llevaba puesto el gorro y la braga, es un caso, un jodido caso.
Nos hemos quedado solos, yo fumando y él tal que si tuviera a Rachel delante, atacado.
- "Kufis, por favor...¿puedes ponerte detrás de la barra?"
- "No jodas, ¡con la pinta que llevo!". Barba de cuatro días y un puñal en el pecho.
- "Es que si no..."
- "Venga, vale"
Me he colocado en diferentes sitios, alguien tenía que hacer de bulto y mi competidor era el paraguas, así que el Maestro Fotógrafo ha pensado que mejor yo que un palo con unos alambres y una tela. Me he sentido muy halagado.
El día de mi vida que más fotos me hacen y yo con esa cara. Hendrix tocaba un blues que viene como anillo al dedo: "Born under a bad sign".
Ha terminado.
- "¿Te llevo a casa?"
- "No, voy a pasear."
- "Bueno...muchas gracias Kufis...y a tu hermano...Adiós"
Hacía un frío de tres pares de cojones, le he dado vida a Samsung Galaxy, opción "Reproductor", y de cabeza a "Babe I´m gonna leave you", he enrollado el cable que sobraba, me he hecho un lío y ha vuelto a comenzar la canción, he encendido un cigarrillo..."camina Kufis", cuando ha terminado se ha replegado sobre sí misma, como las estrellas, otra vez Page rasgeando la introducción, un mes intentanto encontrar como repetir una canción y lo descubro de chiripa, bueno, ni lo he descubierto porque no sé como lo he hecho, pero da igual, solo quería escuchar "Nena voy a dejarte". Gracias Samsung Galaxy.
Se me ha metido el frío en los putos huesos, la fría hoja de acero sigue clavada en mi patata.
Dicen que es mejor dejarla donde está hasta que la extraiga un médico.
Prefiero una médica, ¿vale?.
- "¿Jimmy?"
- "¿Qué?"
- "Te equivocaste de género"
- "Eso díselo a Plant"
A mí nunca me lo dijo. Se largó.
Desapareció.
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No me gustaría conocerte. Qué malo eres. Recuerdo siendo jovencito que estábamos sentados en el parque cuatro o cinco amigos. Uno de ellos se levanta y otro --que es el personaje parecido a ti, por otra parte muy querido mío-- dice por el que se fue:
ResponderEliminar--Joder qué feo es ¿O habéis fijado?
Y nos pusimos a hablar del que se había ido. Al rato se levanta otro y se va.
--Caray, nunca vi unas narices más feas que las de Juan ¿Nunca os fijasteís?
Se va otro. Y algo más dijo. Total que nos quedamos él y otros dos. Y dice uno:
--A ver ahora quién tiene valor para irse de aquí dejándote a ti solo con los otros dos.
Ay con los puñales. Hay gente que los tira, te dan, y ni se dan cuenta. En fin, hay gente con la empatía de un patata, no son malos, pero si bastante zotes.
ResponderEliminarYo yengo un amigo de ese pelo. 40 tacos, abogado, vive con sus padres a pesar de ser el único de la cuadrilla con el piso pagado. Callado, no habla casi nada ni en las cenas de los amigos. A veces hablando de él hemos pensado si tendrá algún complejo... no lo se la verdad, pero es un tipo raro de cojones.
- Hola Pedro.
ResponderEliminarTe equivocas. No me gusta hablar de la gente, ni que se hable mal de nadie delante de mí. En eso me parezco al caballero del Verde Gabán.
El otro día lo pensé: "¿qué harías si se organizara una quedada para conocernos?". No ir. Seguro.
Saludos amigo.
- Hola Ogro. Siempre se ha dicho que un tonto jodió un pueblo. Y así es, mira sino a Zp.
Un tío de 40 años no puede vivir con sus padres a no ser que se trate de una pasajerísima emergencia. Resulta anti-natural, anormal. Por eso nuestros políticos quieren que la juventud siga en casa de los papis: para que sean unos estúpidos adolescentes toda su puta vida, para tenerlos agarrados por las pelotas, así todo resulta más fácil.
Un saludo amigo.
Es muy triste tener que vivir con tus viejos por obligación a ciertas edades.
ResponderEliminarEs contranatura.
ONLY THE GOOD DIE YOUNG
Hola Mentalista, así es; lo diga Agamenón a su porquero.
ResponderEliminarQue cantaba Dickinson.
Saludos amigo.
Señor Ogro:
ResponderEliminarNo se trata de agradar; tampoco de lo contrario. Se trata de hablar con sinceridad. A kufisto lo aprecio con sus defectos. ¿Quién no los tiene? Esa sinceridad a la hora de hablar de su amigo describe dos hechos: su gentileza y su sinceridad. Esta última siempre es incómoda, y con frecuencia innecesaria. Pero aquí, entre los renglones, es útil, puesto que no somos más que nombres y palabras, lo cual nos da más libertad.
Kufisto:
Tienes razón: si nos viéramos cara a cara no sabríamos cómo comportarnos. Los que usan su nombre y apellidos, sí sabrían, como Forner, o egarense. Son lo que ves. Pero nosotros vivimos unos de cara a los otros en el 'no yo', que dice Gabriel Albiac. Y el 'no yo', las trastienda, siempre es más interesante que el 'yo', al menos para mí.
Frente a frente, con el 'yo' delante, seríamos enormemente vulgares, simples, previsibles. Al menos yo. Jijijí, jajajá, y a otra cosa.
Nosotros, kufisto, habitamos entre los renglones, entre las palabras; lo demás, al menos para mí, nos resulta prescindible aquí, porque ese mundo ya lo conocemos de sobra.
Contaba una vez Federico Jiménez Losantos que cuando estaba en Diario 16 la empresa daba a sus empleados una cena por Navidad. Pues bien: tuvieron que quitarla porque la gente bebía, se sinceraba y luego pasaba un mes con secciones enteras de las redacción donde la gente no se hablaba. Ya te puedes imaginar: cuatro copas encima:
--Oye, ahora que estamos fuera del maldito trabajo... Sinceramente --y cuanto te dicen 'sinceramente' ponte a temblar--: tú eres un pelín gilipollas, ¿verdad que sí?
En aquello que escribimos entre nosotros hay mucha sinceridad, pero es una sinceridad válida solo en su lugar, en sitios como este. Además es una naturalidad también falsa, con frecuencia trabajada, lo cual es un contrasentido, pero que solo es posible desarrollar en estos espacios. Es "la otra verdad", que decía Valle Inclán. Pero no es menos cierto que la 'otra' naturalidad, la de la calle, la que tiene rostro, no es menos falsa.
Yo nunca me comportaría ante otro tal y como muchas veces hago ante el teclado y con un seudónimo: uno porque mis palabras me perseguirían siempre, y otro porque me partirían la cara cada dos días. Por tanto vivimos la verdad de dos maneras: cara a cara solemos fingir y callarnos muchas cosas, y cuando nos ocultamos en un seudónimo decimos lo que nunca diríamos a la cara. Pero de esta manera tampoco necesariamente somos sinceros, 'auténticos'; sencillamente somos "otra verdad" que tratar de compensar la verdad consuetudinaria, del día a día, de la calle.
Tienes razón Pedro; y no sabríamos comportarnos porque el Otro ya tendría una idea preconcebida de tí; en mi caso como un borrachín malhablado y eso, pero no soy así, a veces sí pero no siempre. "Así que este es el Kufisto...pues no parece como escribe"
ResponderEliminarHe pasado miles de resacas como para meterme en otra solo para que no decepcionar a alguien. Aún las paso, cada vez peores, pero no voy a enganchar una borrachera para que quien me lea confirme sus impresiones. Cuando bebo lo hago porque sí, con mis amigos y punto, no tengo que demostrar nada a nadie.
El asunto está bien conforme está: tú allí y yo aquí, nos apreciamos nutuamente y charlamos de más cosas que con la mayoría de nuestros amigos...¿a quien le hace falta más? ¿tienes dos buenas tetas, un buen culo, un chochito caliente, menos de veinte y eres guapa? ¿no? pues no quiero verte, Pedro.
¿Para qué?.
Un abrazo amigo.
¿Quién necesita ver a quién?
ResponderEliminarNada, así se está muy bien.
De mi blog conoceis su existencia vosotros y nadie más. No lo sabe ni mi mujer, de hecho me hubiera licuado los inmisericordes al ver que he colgado una foto de Él. O por hablar de la otra, de Ella.
Como dice Priede, esto es el otro plano de tu yo. Y debería ser inquebrantable. No me gustaría nada que algún colega o conocido diera con mi rincón. Se cargaría su virginidad.
La historia que cuentas me ha parecido espectacular.
Un abrazo,
castelar.
Veo que coincidimos en la estupidez que sería encontrarnos en la vida ¿real?, la vida-teatro. Se encuentra más sinceridad aquí que en la calle.
ResponderEliminarSin lugar a dudas.
Un abrazo y gracias amigo.
Ánimo.
Muy buen post jajajaja m gusta te pongo a seguir ;)! Saludos y rock and roll
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