"Por favor, deje su mensaje después de oir la señal".
La descubrí en uno de esos chats pornos de la tele. Su mensaje estaba intercalado entre la enfermiza mierda habitual:
"Mujer casada con el marido de viaje 32 años. Buen culo. Buenas tetas. Te hago lo que quieras en mi casa. Estoy muy caliente"
- Capullo nº1: "Para la ksada d 32. Mi num 6489....."
- Capullo nº2: "Para la d las tetazas. Mi num 65323.....Yámame que te voy a dar bien."
- Capullo nº3: "Pa la d k no stá el marid en kasa. 647989...."
- Capullo nº1: "Yámame por fabor"
- Capullo nº2: "Yámame zorra!"
- Capullo nº3: "Yámame guapa!"
...
"CHICA DE 19 OFRECE SEX A CAMBIO DE DINERO. 68548...."
Fui el más rápido al oeste de La Mancha:
- ¡Holaaaaaaa!
- Hola...he visto tu mensaje en el chat...
- Sí...
- No sé...podríamos quedar...
- Vale. ¿Me recoges en...?
- Claro
Primero hice un tanteo visual, como el león con la cebra más débil:
- ¡No me jodas que es ésa!
Otra vuelta.
Sí, era ella.
En fin...daba igual. Yo estaba caliente y era ella la que quería dinero a cambio de sexo.
Subió al coche. Ella también me reconoció al momento, pero lo dejamos estar.
- Joder qué frío...
- Sí -respondió
- ¿Vamos a ...? -dije mientras hacía callar un tanto a la mosca del [I]Achtung Baby[/I]
- Vale. Allí no nos molestará nadie
Le dí un pito para romper el hielo, el iceberg del Titanic, el Alaska sin Pegamoides ni Dinaramas, la glaciación que nos espera cuando todos seamos proteínas de placton pegadas a una placa tectónica de la fosa de las Marianas...
Llegamos a destino hablando del tiempo mientras Bono empezaba a susurrar su estúpido intento de abrazar al mundo.
Acomodé los asientos, me enseñó sus tetazas mirándome a los ojos, aquellos ojazos, la boquita entreabierta...Aquéllo olía a sexo, a juventud, a vida viva, a [I]Camino[/I] para supernumerarios del biznieto de Higgs...Se me puso como el palo de la bandera. Los perfumes y desodorontes son para cuando la juventud se ha ido para siempre y la putrefacción dice aquí empieza mi reino, cabrón. Empezó a cabalgarme y creí que iba a darme algo: era una tiarrona de metro 80 y sus buenos 75 kg. Comencé a darle bien, a olvidarme de su padre, y se puso como les pasa a algunas tías, que parecen de goma, parece como si flotaran, se dejan ir...en fin.
Estuvo bien. Estuvo muy, muy bien.
Seguí viéndola. Al menos una vez a la semana. Cogimos confianza y nos quitamos las caretas. Me contó que su madre la había echado de casa por dejar los estudios (su padre murió cuando ella tenía 12 años), que estaba viviendo en una pensión, que se iba a largar a...Ella se fumaba su canuto, yo mi cigarrillo y ya relajados, la escuchaba. No había odio en sus palabras; ni reproche, ni nada parecido; era algo así como una fatalista y serena resignación que te dejaba un tanto descolocado viniendo de una chica tan joven. Después la dejaba en su pensioncilla, o en un garito, o donde me dijera; ella seguía su vida y yo la mía. La vida es así de puta, pero no podemos deshacer el pasado.
Una tarde estaba de borrachera con unos amigos y me acordé de ella. Me quité como pude de en medio y la llamé:
- ¿Eva?
- Dime, Kufisto
- Oye, ¿podemos quedar ahora? Tengo ganas de verte.
- Vale. Recógeme en.... -(un garito de dudosa muerte)-
- Vale. Pito y sales.
- Vale.
Yo estaba borracho, ella iba colocada.
- Oye, hoy no quiero follar; sólo quiero estar contigo un rato y hablar. Te pagaré igual
- No importa. Me gusta estar contigo.
Yo conocí a su padre. Era cliente mío. Un tío con 2 cojones. Conocía a su madre, una calentorra cuarentona de muy buen ver, y conocía a Eva desde pequeña.
- Oye, Eva, no puedes seguir así. Una buena chica como tú no debe llevar la vida que llevas...juntarte con esa gentuza...ponerte tanto...que te folle cualquier imbécil por 4 perras...¡no me jodas!
Ella me escuchaba muy seria mientras miraba toda la oscuridad que iba llegando; todo ese frío negro, ciego, estúpido, loco...
Entonces lo solté:
- ¡Qué pensaría tu padre si te viera así!
(Valiente gilipollas, maldito borracho)
Se echó a llorar sobre el salpicadero...
...se echó a llorar como una Magdalena de Murillo; a llorar lágrimas de pena, de tristeza, de desesperación, de desengaño...Se me partió el corazón.
La abracé y la cubrí de besos y de caricias, le dije cosas bonitas...Conseguí que se calmara. Estuvimos besándonos en silencio, abrazados; le repetí mil veces que era un encanto de mujer, que me perdonara por ser tan bestia, tan gilipollas...No sé cuanto tiempo estuvimos así.
- "Adiós, Eva"
- "Adiós, Kufisto"
No volví a verla.
Bueno, sí.
Pero ya no estaba tan buena como para cambiar dinero por sexo.
Hola, Kufisto, majo.
ResponderEliminarCreo recordar que algún breve fragmento del preludio de Tristán e Isolda sonaba también en la maravillosa "Excalibur", de John Boorman, en concreto durante la escena de la historia de amor entre la reina Ginebra y Lanzarote del Lago.
En mi humilde opinión, es la mejor de las óperas del gran don Ricardo.
Un placer volver a saludarte.
Osvaldo (el baneado por los "liberales").
PS: ¿Tardarán mucho en echar al gran Pedromar, al grito de "el 11S lo hicieron los moros...¡y vale ya!"?
Luis "Osvaldo"
ResponderEliminarMe alegra un montón verte por aquí, Oswald.
"Excalibur" no la he visto, pero "Vértigo" és una de mis favoritas y, aunque hace meses que no la veo, me sonaba una parte del "Preludio" en la maravillosa historia hitchcockiana, como así he confirmado en una rápida visita al "Deus ex machina" San Google.
No sé si echarán a Pedromar, pero de momento es él quien pide baneos varios, aunque no parece mal tío.
Ahora me tengo que ir a trabajar.
Lo dicho. Es un placer tenerte por aquí. Puedes escribir lo que te salga de la punta de la polla, aquí nadie te va a censurar ni a banear.
Un abrazo.
Mal escrito. Caes en todos los lugares comunes. Lo de mentar al padre ya es el cáguense. Deja de leer a Bukowski, él sí bajó hasta el infierno. Como relato no lo publicaría ni la revista de un instituto de tarados.
ResponderEliminarAnónimo tendero (porque algo como tú no pude ser otra cosa), gracias por tu comentario. Espero que aún conserves el cabezón después de estrujártelo tanto.
ResponderEliminar¡Qué nivel, Maribel!
Kufisto: observo que no te quejas de los halagos pero arremetes contra el único que osa criticarte. No está bien. Hay que ser más dócil. Si yo hubiese sido el Anónimo que te ha criticado, no volvería a pisar jamás el blog. A propósito, a mí tampoco me ha gustado nada el relato. Y me refiero a la forma, no al fondo. La historia no es del todo mala, y alguien que escriba bien podría haberle sacado algo de partido.
ResponderEliminarSigue observando.
ResponderEliminarSaludos.