martes, 20 de marzo de 2012

EL PUTO DE LA S.S.




Hace tiempo (desde que Hitler perdió la partida final) que los Jefes de nuestro mundo decidieron sustituir la guerra por el deporte: las armas ya eran tan poderosas que podían dejar hecho un asco el suelo donde viven ellos y nosotros mientras les seamos necesarios, ni un minuto más, así que lo mejor para mantener ocupado al rebaño en su tiempo libre sin que les tocaran los cojones era potenciar esa guerra desarmada (las pistolas son todas para ellos, of course) que es el Deporte profesional. Las guerras de verdad, las que ponen el suelo perdido, las dejan para los salvajes. Hay tantos que jamás funcionó mejor el Gran Negocio. De vez en cuando un susto en casa para que no olvidemos que ellos son nuestros defensores y listo.

El uso de tal como recreo y soma para el pueblo ya estaba siendo desarrollado en los Estates desde principios de siglo XX, cuando terminaron por someter al último indio y los encerraron en afters al aire libre para que se consumieran con el demonio del alcohol. Una manera muy protestante y puritana de dejar la muestra. Como en los zoos. Pero ellos son los buenos, claro, ellos escriben la historia y los malos remalos somos nosotros, los españoles y su masacrón en el Nuevo Mundo. Que pregunten a los indios si es que queda alguno.

El auténtico despegue del deporte profesional se produce tras el Segundo Gran Negocio Mundial, a partir de los 60 y de la mano del gran Satán, míster Televisión. La primera generación después de la matanza ya tenía algo en lo que desfogar sus erráticas hormonas sin necesidad de partirse la jeta a cañonazos: darle patadas a un balón, correr rápido, saltar lejos o meter la pelota en una canasta, cualquier podía hacerlo, cualquiera puede hacerlo, y los mejores de entre todos ellos serían recompensados convenientemente, la corona de laurel y el honor por la victoria eran neuras de los mariconazos griegos; dinero, pasta, güita, parné, lo necesario para que el afortunado pudiera apartarse de la plebe, tan maloliente ella, el sueño de todos, la pastilla azul con el premio gordo dentro. Como en los chinos.

Recuerdo que cuando yo era una crío y mi vida giraba en torno a un balón no podía entender como existían gilipollas que no vieran los partidos por la tele, era algo que me superaba, "¿qué puede haber mejor que esto?". Claro que luego creces y descubres cosas, entonces te parece estúpido lo anterior, pero mientras algunos seguimos adelante para encontrar lo que sea porque sabemos que la solución no está en volver atrás, otros giran en círculo para volver al inicio, tal vez en busca del tiempo perdido una vez casado y con hijos, después de eso no hay nada más para ti que el partido con los amigos y quizá una "amiguita", como válvula de escape de tu olla a presión, más para dejar durante un rato de estar con alguien que empieza a cansarte que como auténtica afición.

Error.

Hacer algo a causa de es equivocarte. La mayoría de las veces escapar no lleva a ningún sitio interesante: te deja donde ya has estado. Y ahí te quedas, con tu pastilla azul que llevará dentro un perenne "sigue buscando": tus sueños murieron. Y lo sabes, pero te conformas. Cosas del estómago.

No veo qué puede haber de estupendo en ver a otro haciendo cosas que hiciste hace tiempo o que sigues haciendo de vez en cuando; es por esto que los deportes más populares son aquellos que más se practican en la juventud desde hace generaciones. Nadie que no sea un friki se hace un loco del curling, o de la equitación, o del tiro con arco si no lo ha practicado cuando era niño. Ves lo que hiciste, de eso se trata. Ya estás demasiado mayor para disfrutar cosas nuevas, hay que cuidar las erecciones con lo conocido, el gatillazo se agazapa en lo nuevo. No es como antes pero basta, ¿verdad?. Además que si a tantos les gusta lo mismo no pueden estar equivocados. "No te hagas la picha un lío y sigue el camino del Gran Jefe, soldado" que decía el coronel a Bufón en "La Chaqueta Metálica".


¿Qué importa la deuda de los títeres con la S.S.? ¿Qué más da lo que deban? Deja tú de pagarles 100 euritos, verás como no tardan 0´2 en cazarte y mandarte a galeras.


"¿Quién te ve a ti?"


Al Gran Jefe le gusta que nos guste lo que sale por sus teles en prime-time. Así él podrá continuar trilereando mientras nosotros gritamos "¡¡¡GOL!!! ¡¡¡PENALTY Y EXPULSIÓN!!!".


Hasta que puedan vivir de las máquinas en lugar de nosotros.


Nuestro futuro está en una pastilla de jabón.

3 comentarios:

  1. Es curioso que nunca salten casos de doping en el futbol...Y donde digo curioso..digo lo otro.

    El futbol solo es otro estadio (je) de la telebasura. Eso sí, apropiadamente arropada con trajes de putón verbenero: el de presuntos deportistas.

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  2. No se chicos. La cosa esta muy jodida, lo bueno que tiene el fútbol es que durante 90 minutos puedes fingir que te lo tomas en serio, ponerte hecho una furia o disfrutar como un loco, como si en realidad te importara. Después se acaba y a otra cosa. Pero coño que dejen de tocar los cojones y paguen lo que deben como todo quisqui.
    Saluditos.

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  3. Mientras la mitad de la población sólo esté pendiente del fútbol y la otra mitad de Belén Esteban no hay nada que temer. Al menos eso piensan en las altas instancias de la nación y de las 17 autonomías (y las 2 ciudades autónomas), y lo 8.000 ayuntamientos... y las 52 Diputaciones... y las topecientas mil empresas y organismos públicos...

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