martes, 17 de septiembre de 2013

UNA MALA OBERTURA Y UN BUEN EPÍLOGO




Pillé número, el 07, miré el marcador y vi que iba por el 97, "joder", no parecía tanto el personal, quizá se hubiera ido alguno, regresé a la puerta de entrada no sin antes responder sorprendido al tímido saludo del lotero, "¡ah, hola!", no lo había visto, estaba junto a un cincuentón, me pareció aún más pequeño y nervioso que detrás de su ventana. No sé porqué me mira con temor. Puede que lo haga con todos, pero...creo que no.

Me puse junto a un gordo enorme que llevaba una gran caja de cartón bajo su brazo izquierdo, "FRÁGIL" rezaba en azul la cinta blanca que la envolvía. Me sonreí y le di un poco de volumen a los Beatles, saqué la carta con el "último aviso" de Unión Fenosa y sonreí un poco más, la guardé y me puse con los brazos en jarras a mirar lo que había dentro de la oficina de Correos.

Una parejita de adolescentes reían nerviosamente mientras intentaban rellenar sus papeles con la ayuda de un empleado joven, uno que no conocía, sólo estaba este y la vieja cara-rana, una tía asquerosa como ella sola; de vez en cuando salía de los infiernos ese otro chico joven, ya os hablé de él, uno que acaba de entrar y ya tiene cara de llevar ahí cuarenta años, aparte que es un cerdo, porque eso es lo que es quien se presenta a trabajar con tó su pelo y toa su lana, como se dice por aquí: el pelo a lo Robert Smith, la barba de una semana, su camiseta negra con una calavera gigante (no le he visto con otra) y una expresión tal que dan ganas de pegarle una voz, una bien fuerte, "¡¡EEEHHH, COÑO!!", aunque sólo le pegues eso. Por ahí andaba arrastrando un carrillo con diferente correspondencia, o lo que coño fuera; dejaba algo sobre algunas mesas y recogía otras, y todo con una cara de indecible asco, tanto que te lo contagiaba. Jesucristo ve a este tío y se hace budista. Y yo, que apenas llevaba una hora despierto, he empezado a ponerme de mala leche.

En eso que ha llegado otro chaval, un gafillas escuchimizado que se ha puesto a mi lado, demasiado, hasta tocarme, no touch..., también iba de sobrazos, otro becario, parecía inquieto, cada vez había más gente, me he dado cuenta de que no cogía número y no le he dicho nada, "eso por tocarme", el gordo enorme se ha lanzado hacia el mostrador en cuanto ha visto un hueco, pero todavía no había acabado la riente parejita, más formularios, más sellos, más matasellos, he visto al gordo secarse el sudor junto a ellos, entre los dos no hacían la mitad que él y además estaba fuerte, "¡A VER, GILIPOLLAS, DEJADME SITIO, COÑO...!" Pero no lo ha dicho y ha esperado pacientemente su turno, mirando a la una que marcaban las manecillas del reloj.

Al poco de tocarle a él he visto que nadie entraba a la cara-rana y así, sin encomendarme a nadie, me he tirado a la charca.

- "¡UN MOMENTO...UN MOMENTO...TODAVÍA NO!" No sé, puede que fuera su hora de...lo que fuera. Pero me he quedado ahí. He mirado el marcador: el 02.

- "¿Qué número tiene?" me ha dicho una voz por detrás. Era el viejo con cara de viernes santo que estaba junto al lotero con cara de dibujo animado.
- "¿Como que qué número?"
- "Que me toca a mi, creo..."

"¡Y QUÉ COÑO HACES AHÍ PARADO SIN OCUPAR TU PUESTO, GILIPOLLAS!" Pero no se le he dicho y después de mirarle me he retirado a mi sitio con un "vete a hacer leches" entre los labios que han oído sus orejas. Pero tampoco él ha dicho nada.

Se fue el gordo, volvió la hijaputa y entró el subnormal, me fijé bien, llevaba un colgante de esos que guardan las llaves atado a una hebilla del pantalón, no soporto a la gente que lleva las llaves así, seguro que tiene hasta monedero, hay detalles que son definitivos. El jodido marcador llegó al 05, yo ya estaba a un metro del mostrador, noté como si el chaval que estaba a mi lado fuera a hacerme la pirula, "¡Eh, tronko...qué coño haces!", "es que como no adelantas...", "lo que tienes que hacer es coger un puto número", "¿número?", "sí...¡COMO SI ESTUVIERAS EN UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN!", "¡número!...oh, nooo" Y se ha ido corriendo hacia la ruleta roja. Me he vuelto y he visto tanta gente que me ha dado un poco de pena por él.

El demócrata cristiano continuaba pasándole cartas a la vieja puta, yo no le quitaba ojo esperando que se cruzara con los suyos, tenía ganas de reventarle la cabeza allí mismo, de verdad, no lo entiendo pero así ha sido, tengo muy mal despertar cuando estoy en un mal sitio, sí...no debería haber estado allí. Todavía me quedaban días en el ultimatum.

Gracias a Dios me ha ignorado. Y veinte minutos después de entrar me puse al día con la Compañía Eléctrica.

Llegué con el tiempo justo para comprarle el último colón al sieso, hoy comía judías de madre, anoche las saqué del congelador, fui a echar el euromillón y después a casa.

Nada más llegar me he acordado del chaval, "hubiera podido decirle que me diera lo suyo y yo se lo pasaba..." Me he comido las judías y he dormido una buena siesta.

A eso de las seis y cuarto he comenzado a vestirme para ir al hospital a ver a mi tía, el lunes pasado no pude hacerlo porque estaba en las garras de una resaca garrafonera, "si voy, acaban ingresándome", le conté una mentira a mi padre cuando llamó para quedar, no le dio importancia y me sentó bien; un par de días después se lo dije, "voy el próximo lunes...es que estaba cansao...", "ya, eso dijo tu madre" Ya.

Anoche estuve dándole vueltas al tema. No sé porqué imaginaba la UCI como un sitio oscuro, sin luz natural, casi un purgatorio, y como me enteré de que le han dejado una radio con auriculares para que se entretenga pensé si no sería mejor llevarle algo de buena música, como Mozart, Mozart cura, sin ir más lejos lo hizo conmigo durante el paseo nocturno, uno al que salí con menos ganas que el de la camiseta calavelera, pero saltó la obertura del Don Giovanni y casi eché a volar sin darme cuenta, la escuché cuatro veces seguidas, y ya iba de regreso a casa, pensando en volver a ponerla para terminar, cuando le presté un poco de atención a la siguiente música mozartiana...y ya no me acordé del don Juan. Ese tío es un puto brujo.

Pero no encontré el medio para que mi tía hiciera lo mismo, sólo lo tengo en el teléfono y apenas le queda autonomía, ya es demasiado viejo y encima se recarga con el ordenador. "Bueno, al menos le buscaré la emisora de Radio Clásica..."

Primero han pasado su hija pequeña y el novio, les he visto ponerse una gasa verde sobre las ropas, "¿y eso?" le he preguntado a mi madre, "hay que pasar así" Lo que me faltaba para imaginar aquello como el Nostromo...

Quince minutos después han salido ellos y hemos entrado nosotros...y, como suele pasarme, no era tan fiero el león como lo pintaba.

Una gran habitación todavía muy iluminada por el sol, en el centro el territorio del personal médico y alrededor, bajo las persianas levantadas, las camas de los enfermos separadas por biombos. Y en una de ellas, sentada en el sillón, mi tía.

Y no la he visto como la imaginé, ni mucho menos; está desmejorada, tiene un tubo en la garganta, cables pinchados a sus venas, no puede hablar y apenas tiene fuerzas para levantar las manos, ya son dieciocho días allí...pero es ella.

No la he besado, casi ni tocado, tal y como me había advertido su hija, "los microbios y eso" Y en fin, ha sido un poco extraño, pero así son las cosas allí, que todos los sitios tienen sus cosas, Kufisto, todos...Me he acordado de la radio, pero a nadie ha parecido importarle demasiado; he visto una cosa que se asemejaba y ni lo he intentado, no fuera a ser que no lo fuera y tocara mal cualquier cosa. Me he fijado bien en la pantalla que tiene sobre la cama, la que controla sus constantes vitales, cada una en su color, con sus líneas ondulantes...Definitivamente, está en muy buenas manos: en las de la Sanidad Pública Española.

He arrancado el coche, acababa de empezar el Adiós a la vida de Puccini, me he liado un cigarrillo y he puesto rumbo al centro comercial, que a uno no le publicita nadie que no sea él mismo.

De vuelta a casa me he preparado una cena estupenda, un gran vaso de gazpacho de madre y un buen filetaco de ternera. Y no sabía si salir o quedarme, si escribir algo o dejarlo durante algún tiempo, cuando me he dado cuenta de que el quinto pie del gato es su cola.

En la calle la luna estaba casi entera.

Como todo lo que no jodes completamente.

Tengo que empezar a madrugar otra vez.


26 comentarios:

  1. Si no se te olvidara pagar el recibo de la luz, no podrías contarnos estas cosas.Y hay una cosa que has dicho que es más verdad que un santo. Cuando estés jodido, malo, y con algo grave en el cuerpo pide a Dios que te puedan llevar a la Sanidad Pública, porque si no lo tienes claro. Te lo aseguro.
    Y no cenes tanto coño, que es mu malo. Un abrazo.

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    1. Oye, que me quedé loco, ¡la de máquinas que hay!, ¿y personal?, todo limpito, ordenado...Joder, tenemos que cuidarla para cuando nos toque; y si no, para quienes les vaya tocando.

      No hay cena tan grande después de un buen paseo, además que no fue para tanto, ¿donde quedaron aquellos años en los ciego perdido me ventilaba los restos de la fabada e iba a dormirme con el último bocao en la boca para horas después despertar más fresco que una rosa? Si hago eso hoy, reviento.

      Un abrazo, Paco, que tengas un buen día

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  2. Oye, kufisto, no voy a decirte eso de háztelo mirar porque no soporto esa expresión. Pero coño, mira a ver si eres más indulgente con el prójimo y con la vida. Tú te tropiezas contigo mismo en esa cola y acabáis a bofetadas. Y sin necesidad de cruzar palabra.

    Por otra parte admiro a los buenos enfermos. Mi madre era un ejemplo, que siempre tuvo muy mala salud y resistía lo que le echaran delante. Por contra, yo que no estoy acostumbrado, la última vez que me dio una gripe, en el 99, creí que me iba a morir. La anterior fue en el 77, pero tenía idea de que dos días ibas mal y a partir de ahí empezabas a mejorar. Como me mediqué siguiendo el consejo de un pariente, estuve cinco días yendo a peor. De verdad que pensé que me iba a morir. Y eso que solo era una gripe. Al final, no sé por qué, quizá por ver si la espichaba de una vez y por fin conocía el más allá, tomé un ampolla grande de Nolotil que tenía para las muelas. Se me pasó todo, y de repente. Esa misma tarde salí a dar un paseo.

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    1. Ná, es que no veo el sol, sólo eso. Y si encima te metes a un sitio como ese...pues lo normal para mi.

      No llevo bien estar malo de cuerpo, pero nada bien, anímicamente es otra cosa, me soporto sin dar la tabarra a nadie, pero eso de sentirme flojo...me llevan los demonios.

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  3. Moa es antipático como él solo. Yo no doy importancia a esas cosas, allá quien conviva con él, aunque es posible que en la convivencia más cercana se comporte de diferente manera. Si es así, tampoco nos incumbe. Pero en el blog es muy pero que muy borde.

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  4. Luis [del ovillo anterior]:

    Prefiero no responder a lo de Moa. Como he dicho allí, no me voy a referir a él en absoluto, en ningún sentido. Le tengo estima; pero esto se está empezando a parecer a las reacciones de Fernán Gómez. Y yo no merezco ese trato. Tengo paciencia, pero no se puede ser tan susceptible. Y menos con alguien que le quiere bien.

    Kufisto:

    Hombre, sería una pérdida muy notable que Ava desapareciera. Pero ya que te estás pensando poner a la chica que lee, elige entre alguna de estas fotos (como diría Luis, es que me hace tilín):

    https://www.google.es/search?q=Marilyn+Monroe+leyendo+fotos&client=firefox-a&hs=5WE&rls=org.mozilla:es-ES:official&channel=fflb&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=3Cs4Ur2nF5Dg7QbHroCwCg&ved=0CDMQsAQ&biw=1366&bih=627&dpr=1

    Entrando al ovillo de hoy, decía Pí de la Serra, un cantautor catalán de hace cuarenta años, que si los hijoputas volasen nunca veríamos el sol. No le falta razón. Hay días y lugares que los carga el diablo. Si yo hablara de mi cotidianidad con según qué gente, tu descripción de la oficina de correos parecería escrito por una ursulina.

    Sin duda, la sanidad pública española es excelente en términos generales. Es un tesoro que no debemos perder o dejar decaer. Lo malo es que, parece, que cada día es más difícil de mantener, dado que tenemos que financiar una gigantesca casta política que parasita todos los recursos cada vez más escasos del país. Seguimos gastando una enormidad (la deuda supone ya el 100% del PIB). Y dicen que vamos saliendo... En fin, me callo.

    Me alegro mucho de que tu tía tire para delante. Está en buenas manos.

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    1. Es que tiene razón Oswald: la ves y te quedas tonto. ¿Como leer lo que viene después?

      Me temo que ayer el hijoputa fui yo, no estuve bien, no, y menos que pude estarlo. No había razón.

      Hay que cuidarla, es lo mejor que tenemos.

      Gracias, amigo.

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  5. Bueno, lo del chiquito de las gafas, el pobre... Desde luego habrá aprendido que allí se ha de coger número.

    No podemos hacernos responsables por entero de nuestros sentimientos, pero sí de cómo los manejamos. Con ello no estoy abriendo una puerta a la disculpa, sino a la comprensión. A veces, los demás nos hacen sentir, nos inoculan, se podría decir sin exagerar mucho, la mierda que ellos poseen en su corazón. Y entonces se abre un proceso de difícil digestión de ese veneno: rechazarlo interiormente como ajeno, controlar tu conducta para que esos otros no vuelvan a hacerlo o no logren sus propósitos, reparar las heridas o las huellas que ha dejado al pasar por tu corazón, y si eres capaz, comprender al otro y perdonarle. Mucha tela es, sí. Reconozco que solo pocas veces logro cumplir satisfactoriamente todas las fases.

    Y a veces es uno el que inyecta la propia mierda a los demás. Habría que verte en esa oficina: tu mirada, tu actitud corporal... Seguro que ibas cantando a gritos ese desprecio sin abrir la boca.

    Bueno, somos imperfectos. Que esto nos sirva como acicate para mejorar y ser consciente de nuestras limitaciones. Mirando las fotos de Marilyn, esa mujer tan bella como desgraciada, pensaba que ella nunca reflejó su sufrimiento. Daba igual todo el dolor, la soledad e indefensión de su corazón: siempre sonreía, siempre seducía (en el mejor sentido del término) a quien la miraba, siempre esperaba algo del otro... Y a cambio ella le regalaba su increíble belleza. Hasta quedarse vacía...

    Sí, las confesiones ante el cura han de ser concisas...

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    1. Sí, sin duda, hay momentos en los que huelo a "tomar por culo todo" y eso se nota, "ves tu reflejo" dicen algunos; bueno, no sé, quizá sea así, puede que todo sea una proyección, la tuya, y que después de todo tienes lo que buscas, harto ya, completamente amnésico, de chocar con molinos de viento: "son molinos, molinos, y nada más que molinos, por todas partes esos putos molinos..." Y la verdad es que no me preocupa demasiado. Únicamente a veces, y siempre de noche, siento como si estuviera solo. Nada, es un instante, enciendo la luz y me veo las aspas como si lo hiciera por primera vez, pero no dura mucho, tanto como al ver alejarse tus pies cuando te incorporas de la cama, es tan curioso...

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    2. Bueno, son molinos y no lo son. Quiero decir, el bien y el mal, como el dolor y el placer, existen. Pero existen no como ideas platónicas, sino encarnadas en personas, en cualquiera de nosotros.

      Hay situaciones que son objetivamente dañinas; gente (gentuza) que persigue dañar y que encuentra satisfacción en el dominio del otro, que es una forma de destrucción, la más profunda. Asimismo, nosotros podemos ser capaces de lo mejor y de lo peor, de albergar odio y del amor más desprendido. Y ello es así porque crecimos y nos educaron a su vez personas, nuestros padres, que amaban y odiaban, que hacían sufrir y padecían por culpa de otros.

      Todo esto en la vida aparece en cada uno de forma abigarrada, íntimamente interconectada, siendo así que cada uno de nosotros, cuando aún no tenemos uso de razón, hemos de digerir todo ese bagaje afectivo que a la vez nos precede y nos conforma. Esa sí que es una elaboración difícil, sobre todo cuando esa historia afectiva es demasiado profusa en claroscuros, en desequilibrios, en densidades silenciosas, no expresadas, que pesan más que el plomo en nuestros corazones.

      Por esto, el viejo Freud con notable sabiduría denominó a la ciencia que aspiraba a distinguir entre los molinos reales de los imaginarios o subjetivos, psiconálisis, pues de lo que se trata es de separar (eso significa analizar) los elementos que aparecen unidos. Con esto no quiero venderte la moto del psicoanálisis; es más, poquísimos profesionales están a la altura de este instrumento que desborda con mucho a su fundador. Esta labor no se culmina ni con la mejor psicoterapia. Primero porque es imposible, y segundo porque esta es una de las tareas fundamentales de la vida: conocerse y conocer la realidad. El más maduro de los analistas te proporcionará instrumentos para ello, pero la tarea es individual, personal y nadie la puede llevar a cabo por ti. Y en la medida que lo vas logrando, que es en la medida que vas viviendo con creciente consciencia de ti y de tu entorno, verás con más claridad qué son molinos y qué verdaderos gigantes.

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    3. Quise decir PsicoAnálisis, claro; no, psiconálisis.

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    4. Muchas gracias por tu comentario, amigo mío. De verdad que tengo unos lectores que no los merezco.

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  6. Doiraje ¿conoces la teoría o doctrina o técnica de la biodescodificación, del psicólogo Enric Corbera?, ¿qué opinas de ella?

    Oswald.

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  7. Gracias en lo que me toca.

    Seremos lo que seremos, pero lo cierto y verdad es esto: tú nos atraes.

    Hay mucha verdad en ti. Y eso llega a cualquiera que la vaya buscando.

    Eres un tío muy valioso, Kufisto. Lo digo de corazón.

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  8. Si te soy sincero, Luis, es la primera vez que la oigo.

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  9. Doiraje

    Eso que dices es muy cierto, pero la solución... Es tan complicada.

    Sería necesario verse a uno mismo de manera totalmente fría y racional, pero eso es imposible. Ni a uno mismo ni a nadie. Así que yo creo que la mejor terapia es diferir el problema a otros campos, a eso que dicen 'creatividad'. Pero eso también es complicado, si es que alguien lo puede definir. A mí creo que me ayuda, porque tiendo a odiar el mundo, al mero hecho de la existencia, como Kufisto.

    Ya ves, yo creo que las técnicas orientales, de la concentración y relajación, llevadas con disciplina diaria, irían muy bien. Siempre y cuando se alejara al individuo de esas filosofías, aunque tampoco sería una tragedia si cayese en ellas. Es el peligro de quienes acuden a esas clases, con papanatas cosmovisionarios. La medicación, por otra parte, puede ayudar, pero es peligrosa.

    Hay que sacar de las manos del esoterismo esas técnicas y hacer de ellas un campo técnico, similar a como los técnicos del fútbol se encargan de preparar a los jugadores dejando a los entrenadores la labor estratégica, tanto de organización como de sistema de juego. La técnica al servicio de un proyecto. Pero no olvidemos que la preparación física es tan básica como cualquier otro componente. Un técnico para el control del cuerpo y la mente y otro que haga el seguimiento de la psique del individuo.

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  10. Luis

    Por lo que acabo de leer en su web toma muchos elementos de Freud (conflicto, trauma, represión, síntoma como somatización de un conflicto...). Bueno, todo eso lo trabaja el psicoanálisis desde hace más de un siglo.

    Lo que no entiendo porque no la conozco es esa noción de enfermedad como un constructo imaginario que pasa a ser considerada como una huella biológica que el trauma en origen produjo en el organismo.

    Ya digo, sin necesidad de defender esta noción de enfermedad, esto se trabaja desde el psicoanálisis. Pero este no pone en cuestión la noción de enfermedad por que el origen de la misma sea siempre de naturaleza psicógena. La hipertensión que padezco es debida a mi perfil psicológico, y obedece a una incompleta contención de la angustia, pero esto no hace que mi enfermedad no exista o exista menos. Si me dejo de tomar la pastilla cada mañana, reventaré. Así de claro. Lo mismo un cáncer o una úlcera de estómago.

    Es cierto que si uno resuelve un conflicto en grado suficiente, muchas enfermedades presentan una evolución favorable o muy favorable, pero necesitan, cuando tal enfermedad presenta lesiones objetivas y no una mera disfuncionalidad (por ejemplo, estreñimiento), un tratamiento propiamente médico.

    Desconozco las técnicas concretas que el colega utilizará para "borrar las huellas neuroemocionales" que ha provocado el conflicto en el organismo.

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  11. Pedro

    Sí, de hecho es lo que hace la mayoría. Pero para sublimar tus conflictos por medio de la creatividad necesitas una cosa que mucha gente no posee: talento. Y entonces ya sabemos, ¿verdad?, como "sublima" sus conflictos el personal: jodiendo al vecino o jodiéndose a sí mismo, o las dos cosas a la vez. E incluso los creadores son en muchas ocasiones unos pedazos de cabrones inaguantables.

    Así está el mundo...

    Por lo demás, es completamente cierto lo que dices: nadie puede verse a sí mismo; el objeto de conocimiento nunca puede ser idéntico al sujeto que conoce. Esto ya lo sabían los griegos. Pero en este tipo de conocimiento siempre se acude a un otro especializado que es el que aporta esa distancia: es la mirada ya de un otro.

    No es este el lugar para hablar aquí de ciertas cosas, pero la última revolución psicoanalítica actual consiste en pivotar en que el conocimiento y la salud del paciente no se obtiene solo ni fundamentalmente interpretando conflictos inconscientes, es decir, "cosas", datos objetivables, sino en la relación humana con el terapeuta que es una podría decirse profesionalizadamente de amor. Pasar de leer cosas en el inconsciente como toda fuente de conocimiento a entender que el conocimiento se construye también y muy principalmente en la relación humana positiva, aunque no se expliciten o se aislen unidades de conocimiento interpretativamente es un paso de gigante a la humanización del psicoanálisis y un enriquecimiento de su carácter de verdad y potencialidad curativa. Desde ahí, el psicoanálisis se va abriendo con mucha mayor confianza y efectividad cada vez a patologías más graves.

    Perdonad el rollo, pero esto tiene unas implicaciones morales, epistemológicas e incluso espirituales de primer orden.

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  12. Doiraje

    La angustia aumenta la hipertensión, pero el problema está en la base genética y sobre todo en el queso que te zampas. La sal es tremenda. Yo sin embargo tomo mucha sal, fumo una barbaridad desde hace 40 años, como de todo y nunca paso de trece de alta y seis de baja. Una vez di 14, pero es que tenía el colesterol alto, debido a la mierda que estuve comiendo durante seis meses. Pero es que en mi familia somos todos hipotensos, salvo un hermano, que le subió con los años.

    Por cierto, mañana sin falta voy a hacerme uno de esos chequeo-exprés en la farmacia. No son muy buenos, exactos, pero sí indicativos.

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  13. Perdonad la confusión en la redacción del último comentario: me he entusiasmado y lo he colgado sin revisarlo. Pero creo que se entiende algo.

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  14. Sin duda, hay un componente genético en cantidad de enfermedades que es de diverso grado de influencia: algunos determinan su aparición de forma total y otros, más débilmente, señalan una vulnerabilidad, una tendencia a padecer.

    Luego, los hábitos de vida también cuentan, claro, pero esto área puede caer dentro de los tipos de personalidad y de las motivaciones psicológicas.

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  15. Es que la gran aportación del psicoanálisis, según entiendo yo (y en esto sí que es verdad que hablo opinando, sin ningún argumento de peso), ha sido la de mostrar que hay en los individuos un componente que no se puede reducir exclusivamente al campo científico, a la famosa 'pastillita' como solución. Otro asunto es el esoterismo en el que cayó el psiconálisis. En eso ha corrido caminos paralelos al marxismo, que ha creado una base para el análisis (el lenguaje actual está lleno de términos marxistas irrenunciables: infraestructura, superestructura, clase social, base de producción,etc), pero no es, como pretendía, científico. No hay una relación causa-efecto constante, o exacta, aparte de no mostrar alternativa al sistema, contrariamente a lo que muchos creen, o mejor dicho 'creían'. Con psicoanálisis ocurre algo parecido. Además de Freud (y muchos lo dicen también de Marx, entre ellos el historiador Paul Johnson) se sabe que fue un impostor:

    http://www.libertaddigital.com/opinion/ideas/la-crisis-de-las-ciencias-blandas-1276235786.html

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  16. Y me cago en la puta madre de...espera...eso

    Wnric Corbera

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  17. Hoy por hoy los freudianos ortodoxos son considerados por la propia profesión como dinosaurios próximos a su extinción. Pero más allá de esto, el psicoanálisis que, en efecto, ha tomado múltiples direcciones (no pocas de las cuales son abiertamente disparatadas), es un campo de saber que desborda con mucho aquello que imaginó el viejo profesor.

    Freud abrió un camino nuevo, logró hallazgos objetivos y se inventó otros que no lo eran, unas veces porque entendió mal lo que se le iba apareciendo, otras porque, en efecto, hubo una voluntad de manipulación o de hacer casar la realidad con sus deseos. Pero lo cierto es que el psicoanálisis no es algo muerto; sigue siendo un organismo vivo y en crecimiento, si bien como toda disciplina que no puede ser objeto de la metodología hipotético-deductiva de las ciencias duras, en este época extremadamente reduccionista, no se libra de las críticas y las descalificaciones acerbas. Y es que el objeto de estudio del psicoanálisis no es susceptible de tales acercamientos sin riesgo a deformar gravemente la propia disciplina y su desarrollo técnico.

    El mayor problema que sigue plenamente vigente en todas las escuelas psicoanalíticas sin excepción es que poseen y parten de una concepción antropológica o filosófica del hombre completamente equivocada o, en el mejor de los casos, muy incompleta, lo que conduce en el terreno ético a que se hundan de hoz y coz en el más vulgar y alienado de los relativismos. Esto es sin duda un lastre enorme que limita de raíz sus más genuinos descubrimientos.

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