viernes, 17 de junio de 2011

75 LEUROS





"Se le hace saber que deberá comparecer con todos los medios de prueba de que intente valerse en el acto del Juicio (testigos, documentos, peritos...). Podrá igualmente comparecer asistido de Abogado si lo desea."


- "Perdone agente...¿dónde está la sala de vistas?"
- "Sube al primer piso y a la derecha"

Arriba a la derecha...

- "Buenos días".

Me ha parecido oír una respuesta, me he sentado en uno de los bancos, he comprobado que (como esperaba) el farolero rajakufistos no se encontraba entre la concurrencia y con cristiana resignación he esperado mi turno.

- "¿Por qué hora va?" ha dicho uno que ha llegado poco después que yo.
- "Por las diez y media" ha sido la cabreada respuesta de otro.

Cojonudo, yo estaba citado para las doce así que me he preparado mentalmente para una laaaaaarga espera. Lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido si tendría suficiente con el pavo y medio de zona azul, solo faltaba que encima me multaran, pero bueno, al menos recordaba la hora del fin de estacionamiento permitido que una maquinita de papá Ayuntamiento me había vomitado poco antes, en caso de necesidad podría hacer una rápida escapada, no estoy para ir tirándolo por ahí. Y menos en la bocaza de Gargantumiento.

Enseguida he echado en falta el movil, con las prisas lo había olvidado, al menos hubiera podido escuchar algo de buena música clásica, pero en fin...resignación.

Muchas mujeres, arrabaleras en su mayoría, treintañeras, o muy flacas o muy gordas, todas con algún tatuaje, en el cuello, en el tobillo, en las tetas, en los brazos...están de moda entre l@s estúpid@s. Me he fijado en una chavala morena de largas piernas que estaba un poco apartada, junto al típico tuneacarros y su enorme tatuaje de letras chinas en la pierna derecha...un gilipollas que no sabrá situar China en el mapa se engüarrina la piel con esos bellos caracteres orientales. ¡Ay qué tiempos nos toca vivir...!

Secretarias judiciales de un lado a otro (cuarentonas, todas en sandalias y algunas con las uñas pintadas. Feas, sin excepción), jóvenes abogadas de gordos tobillos aleccionando a sus estupefactos clientes, barbados abogados barrigones padreando al personal, picoletos llevando arriba y abajo a los desgraciados habituales, mucha luz eléctrica y un lejano ventanal donde apenas se podía vislumbrar la maravillosa luz del mediodía.

Torvas miradas, permanentes cuchicheos y mal ambiente. Así funcionan estos garitos.

Los primeros en salir han sido un rumanoide y una panchita; él un dos por dos y ella la típica zorra con kilo y medio de maquillaje en el rostro y más de mil en el alma, treinteañeros ambos, como me encontraba al lado he podido oír de qué iba el rollo, "orden de alejamiento", primero se ha largado él y después la rubia y su abogada, "¡pero tú no le llames!" le decía la abogada...si es que nadie tiene claro nada, esto es un puto lío, algun@s no aprenden ni teniéndolo delante de las narices.

Han llamado a otros y el facha se ha impacientado, "¡esto es una vergüenza!" ha dicho para que lo oyéramos todos. Ya, tronko, es una vergüenza pero no vas a conseguir nada impacientándote, solo conseguirás que todos nos pongamos más nerviosos, relájate y deja de tocar los cojones. Y no lleves la abultada billetera en el bolsillo trasero de tu pantalón porque está a punto de caerse, y quítate las gafas de sol porque en estos sitios no se digna a parar, y sí, tú no eres como la mayoría de los que andan por aquí, tienes más pasta, un coche mejor, una casa más grande y una jovencita buenorra que te la chupa hasta el final cuando la que tienes a tu lado se va al Carrefour con los nenes para hacer la compra semanal...pero así funciona el tema, hazle caso a lo que te ha dicho la abogada avinagrada, "y quieren que funcione así", "¡MIERDA DE PAÍS!".

Después ha llegado un tío con sus dos hijas adolescentes, inevitablemente tatuadas, taladradas con algunos piercings y vestidas de mercadillo; él andaría por los cincuenta, bajito, delgado, tostado y no por el sol de la Toscana, voz ronca, de fumador sin solución, varios tatuajes desastrados y desgastados en los brazos, un tipo de esa edad con esos tatuajes sólo ha podido hacérselos en dos sitios: el mar o la cárcel. Y aquí nos pilla lejos el mar. Se ha sentado junto a mí, me ha dado los buenos días y educadamente me ha preguntado la hora por la que iba la cosa, eso parecía más la consulta del médico que otra cosa, se la he dicho, ha callado con cristiana resignación, ha juntado las manos y se ha puesto a mirarlas.

Unos salían y otros entraban, eso es todo, al final le ha tocado a la mujer del facha y a la pareja tatuada en chino, él se ha quedado fuera pero poco después le han llamado, al poco rato se han oído las voces, más que ninguna la suya, la cosa ha terminado y los primeros en salir han sido los jóvenes, después el facha y su mujer, y al final los abogados; han pasado otros y mientras tanto la abogada avinagrada nos ha contado a mí y a otros el por qué del jaleo: al parecer, la malnacida parejita juvenil no permite que su hijo conozca a sus abuelos, que los abrace, que los bese y que juegue con ellos..."¡MIERDA DE PAÍS!", pues sí amigo, a veces hasta vosotros tenéis razón, tienes razón, perdona y suerte.

- "¿Kufisto...?
- "Sí, yo..."
- "¿Hijodelagranputa Malnacido Comemierda?"
- "No está..."
- "Bueno, pasa"

Una bonita sala, toda en madera, "siéntate en ese banco" me ha dicho la border-line con cargo de secretaria judicial; a mi izquierda el fiscal, un tipo al que había visto salir un par de veces durante mi espera, cuarenta y pocos, dos metros, no creo que pese 50 kilos, barba cuidada y tez blanquecina. Al frente, tras una bonita mesa, un gordo con gafas de unos cincuenta años y en el centro la Jueza, una preciosidad treinteañera de larga melena rubia, lisa, discretamente maquillada y aspecto de bien cuidada, "siento el retraso, le ruego nos disculpe...". Y es que la Belleza es inseparable de la Educación.

- "Haga el favor, siéntese en esa silla para que podamos proceder..."

He obedecido con gusto.

- "¿Jura o promete que va a decir toda la verdad...?
- "Juro"

Básicamente le he contado lo que ya os conté a vosotros cuando ocurrió todo aquello ("¿A quién vas a rajar tú?" Enero de este año).

- "¿Tiene algún testigo?"
- "Uno, un chaval ciego, parece un chiste pero es así. He preferido no meterle en este asunto, está atravesando una mala racha..."
- "Bien..."

Después el fiscal ha hecho su alegato contra el invisible farolero rajakufistos; ha estao bien, con ganas, esforzándose, hablando una jerga ininteligible para mí, ahora entiendo lo que sienten los chinos que van a las Ventas, yo estaba a lo mío, en admirar la serena belleza de la Sabia Jueza, ella escribía mientras el esqueleto con Barbas hablaba y hablaba apasionadamente, no podía entender tanta pasión en algo que no le importaba una mierda a nadie, acusando a alguien que ni siquiera se encontraba allí, en fin, el mundo de las pasiones es muy extraño. Y es evidente que ese tío ama su trabajo con locura. Córtate un poco, colega, pasea bajo el sol y come más, no tienes muy buena pinta, aprende de tu Jefa...

Finalmente el Barbas ha propuesto la sentencia:

- "...y por esto propongo que el acusado sea condenado a pagar una multa de cinco euros diarios durante quince días"
- "Visto para sentencia. Puede retirarse don Kufisto."



- "A la orden, Jefa"
- "Kufis..."
- "¿Qué, encanto?"
- "Guarda la última copa de esta noche para mí"



See you.

8 comentarios:

  1. Pero Kusfito, ¿y esto del juicio?, creía que aquello había acabado con el rajakufistos largándose sin más historias.

    La justicia...que engranajes. Si alguien quiere acabar de desesperarse le recomiendo el libro "Asalto a la justicia", escrito por un juez..por desgracia no es una novela ni ficción.

    ResponderEliminar
  2. Kufisto...
    Cinco euros diarios durante quince días... flipa... menos que si te despistas y te pillan en una autopista a 120 Km/h....
    Ya no sale a cuenta ni que te peguen un navajazo.

    Un saludo y espero que la juez se pase a por esa "ultima" copa.

    ResponderEliminar
  3. Kufisto: alquila el bar por un par de años, con una garantía por si hay desperfectos cuando lo recuperes, coge el primer tren y dedícate a describir lo que te vas encontrando. No hace falta ir lejos y gastarse la pasta a lo bobo, porque es mentira eso de que el santo más lejano es el más milagrero.

    Haz eso. Haz el camino de Santiago y nos describes todos los retejadores y matamolleras que te vas encontrando. O vete a un barrio de la periferia de Madrid (yo lo hacía en su día y volvía cargado de extrañas diapositivas), o agarra los autobuses que se desplacen por las comarcales más angostas hasta llegar a Lisboa. Algo así. No es un cambio de vida (o sí, quién sabe), es un cambio de paisaje y paisanaje con billete de vuelta abierto. Seguro que te gustará describir lo que encuentras. Y a nosotros también nos gustará que nos lo cuentes.

    ResponderEliminar
  4. Te doy el mismo consejo que te han dado en el comentario anterior, alquila o vende el negocio y dedicate al arte de la noble escritura, con tu ingenio y formas de expresión te darán grandes satisfaciones.

    ResponderEliminar
  5. Pleitos tengas y los ganes...pero vaya tomadura de pelo, lo barato que sale, mejor le hubieran trincado fumando en el bar ¿verdad?

    Saludos Kufis.

    ResponderEliminar
  6. Bufff, Kufisto...hay que ver que asco de sistema...y menudo personal...

    Perfectamente descrito, como siempre; visto y vivido a través de tus palabras.

    Hagas lo que hagas (con o sin alquiler y viaje), sigue escribiendo aquí. Plis.

    Un abrazo,

    R

    ResponderEliminar
  7. jejeje hace como 1 año atrás tuve un encontronazo en el trabajo con un matachín que para mi fortuna tenía un tamaño similar al mío y para desgracia suya su padre no le apuntó a Judo de pequeño, como hizo el mío. El caso es que tras intentar sacudirme, terminamos los dos en el suelo (afortunadamente yo encima)hasta que unos amables tenderos nos separaron: ahí cometí mi primer error: le solté demasiado pronto con lo que el tipo aprovechó la ocasión para agarrrarme de la garganta. Una vez separados cometí el 2º: mientras me amenazaba con esperarme en la calle me soltó un puñetazo frente al que reaccioné tarde aunque para mi fortuna el tipo no era precisamente Mike Tyson. Mi 3º error fué presentar la denuncia correspondiente en la policía local y creer ingenuamente que se preocuparían de hacer un atestado preguntado a los testigos por lo sucedido. A la semana siguiente recibo una llamada de la Guardia Civil instándome a presentarme en el correspondiente juicio. El día señalado me persono en el tribunal y tras la correspondiente espera en la que me entretuve evitando la mirada del matachín, ambos pasamos a la sala en la que una jueza jovencita de la que no recuerdo el físico nos informa que puesto que la denuncia es mutua "tenemos muchas probabilidades de ser condenados los dos, por lo que si estamos dispuestos a olvidar lo ocurrido y pelillos a la mar". Visto el cariz de los acontecimientos, me trago mi orgullo mancillado y contesto que por mi parte no tengo el más mínimo interés en continuar con el juicio. Para mi sorpresa el matachín afirma tajantemente que él si que quiere llegar hasta el final. 1ª pregunta de la fiscala para mí: "¿no es cierto que la mordedura que el contrario afirma tener en un brazo concuerda con su dentadura?. Mi respuesta: "Dificilmente podría corresponder puesto que en ningún momento le mordí". Respuesta de la fiscala: "¿aahhh no? ¿entonces tampoco es cierto que le agarró y le tiró del pelo?". En ese momento me vuelvo hacia el matachín que es el típico macarrilla completamente rapado y escucho como las tres mujeres autoridades judiciales (jueza, fiscala y secretaria judicial) no pueden contener la risa ante lo ridículo de la pregunta. Visto como se desarrolla el desaguisado, informo a la jueza de que hubo testigos y de agrsión y como gracia suprema accede a aplazar la vista para poder aportar los testigos. A continuación me toca el papelón de tener que ir a pedirles a los que nos separaron si por favor accedían a ir de testigo, a lo que accedieron dado que el matachín que compartía con ellos lugar de trabajo los tenía literalmente hasta las pelotas. Tres meses más tarde, nueva vista oral en la que tras presentarme con abogado de la empresa en la que trabajo ya que la agresión fué en actividad laboral ratificarme en que visto que no sufrí más daño que en mi amor propio, no tenía interés alguno en proseguir con el juicio, el matachín a la vista de los testigos accede generosamente a lo mismo, tras lo que la jueza da por finalizado el juicio en una especie de "combate nulo". Creo que pocas veces he estado más seguro de acertar con una decisión que en ese momento.

    ResponderEliminar
  8. Hace no mucho, en el curro, un caballero me acerco una carta. "Hazme un favor, traducemela". Reconoci la palabrareria picapleitil a la que me estoy enfrentando desde mis tiernos diecisiete años. Le explique de que iba el rollo depues de una lectura atenta (Herencias, date por jodido, intenta hacer esto y esto para que no te crujan) y lo típico, que si no queria que le dieran por su santo agujero, abogado para defender sus intereses. Reproduzco la conversación:
    -"¿Me puede explicar porque leches hablais asi? ¿Que tiene de malo el cristiano?"
    -"¿Quiere la respuesta que me han enseñado o la que creo yo?"
    -"Las dos por favor".
    -"Una, es necesario un lenguaje técnico y preciso para solucionar y subsumir los conflictos que se dan en las partes en los correspondientes preceptos legales ( No es coña, acabas hablando asi. He decubierto aterrado que cuando lo hago los ojos se me ponen vidriosos y repito las palabras como si vinieran de un plano diferente. El plano espiritual leguyelo, sospecho).
    La otra, si su carta se entendiera, la mayoría de los que nos dedicamos a esto nos tendríamos que buscar un curre honrado, con lo que buena parte del tinglado se iría a tomar por saco. Una putada"
    Al menos nos reímos un rato. Que no es poco.

    ResponderEliminar