miércoles, 11 de enero de 2023

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 - ¿Sabes? -dije saliendo de la cocina con un par de pinchos- Acabo de enterarme de que ayer murió el cardenal Pell
- ¿Quien? -dijo él-

Me quedé un poco a cuadros.

Aquel a quien le hablaba no era un manolo del bombo sino un opusino, un tío de mi edad que anda en la Obra por nacimiento. Que no se hubiera enterado de la recientísima muerte de un príncipe de su iglesia entraba dentro de lo previsible, por eso lo dije, para animar el cotarro ante la insulsa verborrea de su acompañante, pero que no conociera a una de las personalidades claves del Vaticano de estos últimos quince años me dejó como mantel olvidado de camarero que dobla mesas. Lo dejé estar y la conversación derivó hacia la gracia de un cura joven conocido suyo, de la Obra, que está haciendo "cosas" con los jóvenes. Me serví un buen vino y le escuché. 

Lo mismo de siempre: snowboard, montañismo, surfing...A propósito de esto último fue que contó una divertida anécdota de reciente data. 

En fin, se fueron y el bar quedó vacío.

Salí de la barra y me senté ante el ventanal. Vi llegar un coche y a las dos que iban en él. Dos buenas chicas. Algunos piensan que son lesbianas pero yo puedo dar fe de que una de ellas, la chiquitina, no lo es. O no lo fue.

- ¿Qué tal la Navidad, Kufisto?
- Deseando que acabara
- Jajaja...

No nos veíamos desde hace un mes. Me serví una cerveza.

- ¿Qué tal, Kufisto? -dijo la chiquitina cuando la otra se fue a mear.
- Bien

Y nos reímos. Tiene unos ojos muy bonitos.

Entre las típicas bromas hablamos de como había ido la cosa en nuestros negocios, de las cenas señaladas, de las borracheras, de este y de aquel y de los que se fueron y nunca volverán.

- ¿Te acuerdas de Violeta?

Sí, me acuerdo de Violeta. Me enteré cuando ya estaba bajo tierra, me lo dijo un colega.

- Sí, me acuerdo de ella.

Bebimos más cervezas, vino un riente colega y después otro a por su café antes de irse a trabajar. Y me quedé con él en la barra para no hacerle un feo. 

- Mira, Kufisto.

Eran fotos y vídeos de trenes en miniatura, recreaciones a escala de estaciones, pasos montañosos, de cualquier cosa que puedas imaginar, algo impresionante, algo que nunca he buscado en Google.

- Increíble, tío.

Ya llevaba unas cuantas cervezas cuando mi amiga vino con su hija pequeña. 

- ¡Patatas! -dijo después que la encaramarán en el taburete.

Es preciosa, adorable, con unos mofletes así de gordos.

- ¡Pero díselo a él! -dijo su madre.
- ¡Patatas, Kufto!

Se comió tres.

- ¿Sabes? -le dije a su madre mientras fumábamos el pito de despedida en la puerta- Quizá sea lo mejor. 
- ¿Lo mejor de qué, Kufisto?
- ¿Sabes quien fue el cardenal Pell?
- ¿Qué?

Y la besé.

- ¡Tengo que irme! ¡Mi madre cumple años!


Y fui a ve a mi madre.

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