Hay mañanas en las que sabes que has dormido porque al despertar ves como se duermen tus sueños.
Noches en las que primero debes dormir un ojo y un rato después el otro, por lo que pueda pasar. Noches en las que el sueño te vence el pulso de todos los días pero no como siempre: tiene que romperte la muñeca contra la mesa para darte por derrotado, hasta el jaque mate, nada de abandonos prematuros. Y no es que no puedas dormir, sólo que ya sabes que esas noches son para apagarlas así, por lo que pueda pasar.
Luego, durante el día, no hay sol que alegre tu corazón ni música que alivie tus pensamientos. El estúpido y obeso perro del remordimiento muerde tus pelotas sin compasión y así andas, de acá para allá con cara de "debo haber perdido algo en algún sitio", pero como son tantas las cosas perdidas y tantos los sitios en los que has estado no eres capaz de dar con el hueso que aleje al perro de tus cojones, al contrario, cada recuerdo hace que la dentellada sea más fuerte, más dolorosa, tanto que cuando terminas la arrasadora tarea del día lo único que quieres es tumbarte y releer a alguien. No hay nada mejor en un día así. No puedes apagarte, programar que te despierten a las ocho de la mañana y dormir dieciséis horas de un tirón; eso es cosa de las máquinas y de los bebés. Y tú ya no eres ninguna de esas dos cosas.
Vuelve a caer la noche. Otro día que pasa como el botellín en la cinta de la fábrica. Tendrás que salir un rato, respirar aire fresco, el frío ayuda a espabilar, pero al salir te das cuenta que el chisme de la música tiene aún menos energía que tú, que hay demasiada gente por las calles, que hay demasiados coches, demasiadas luces, demasiado ruido...Regresas a casa, tienes toda la noche por delante, más tarde será mejor, cuando solo los gatos y los solitarios pisen las angustiosas calles, cuando apaguen las dolorosas luces de los comercios: ¿para qué tenerlas encendidas?, los gatos no tienen bolsillos y tú como si no los tuvieras. Aquellos a rebuscar su comida en la basura y tú ya más en el suelo que en el cielo. Ellos encuentran su rica mierda y tú y yo una ración más de nada para el coleto.
Una rápida ducha. Una buena ración de jabón. Ni hambre tienes. Te sientas ante el ordenador, enciendes el enésimo cigarrillo, escuchas tu respiración y el rumor de la máquina y tienes que ponerte una copa. En la calle se oyen las risas de quienes todavía pueden reír. Así es la vida. Unos ríen, otros los ven y tú y yo los oímos.
Mudos desde hace mucho tiempo, ciegos un poco después y sordos de aquí a dos días.
Hola, Kufisto.
ResponderEliminarEstá muy bien lo tuyo de hoy.
Si me permites, habría que cambiar una cosa en la frase "Noches en las que el sueño te vence el pulso de todos los días". No se dice "vencer un pulso" sino "vencer en un pulso" o "ganar un pulso".
Un saludo.
Osvaldo.
Hola, Kufisto.
ResponderEliminarEstá muy bien lo tuyo de hoy.
Si me permites, habría que cambiar una cosa en la frase "Noches en las que el sueño te vence el pulso de todos los días". No se dice "vencer un pulso" sino "vencer en un pulso" o "ganar un pulso".
Un saludo.
Osvaldo.
No acabo de entenderlo: "Noches en las que el sueño te VENCE EN UN PULSO" Me suena mejor "TE VENCE EL PULSO", pero gracias.
EliminarNo se dice "he vencido el maratón", sino "he vencido en el maratón" o "he ganado el maratón". Pero bueno, si a ti te suena bien, déjalo como está.
EliminarUn saludo.
Osvaldo.
Por cierto, ¿qué significa el título?
ResponderEliminarJajajaj...eso sí que es una risa.
EliminarEs la marca de unos licores sin alcohol que hacen por aquí. Cuando escribí esto (algo parecido, ya te digo que lo he pulido) nos meábamos de la risa con su impronunciable nombre y la mierda que guardaba en su anterior.
Una vez me vino una vieja con su marido:
- Dame un Dros´l de manzana sin alcohol
Miré y no me quedaba
- Pues no me queda, pero tengo este
- ¡Ah, pues no! ¡Si no es Dros´l no lo quiero! Ponme una tónica
Todavía me sonrío al recordarlo.
Entonces quizá has elegido ese título como queriendo decir que nuestra vida es un sucedáneo triste y patético (todos los sucedáneos lo son) de la vida auténtica. Nuestra vida es un dros´l.
EliminarUn saludo.
Osvaldo.
Lo elegí entonces, eso no lo he cambiado.
EliminarEs bueno tener mejores lectores que escritores.
Tenías que haberle dicho a la vieja lo de aquella cuña radiofónica del güisqui DYC:
Eliminar-¿Me pone un finis taste yelou guol escotis?
-No sé lo que quiere...pero no me queda.
Ah, y muchas gracias.
EliminarPues aquí esta la pagina del dichoso DROS´L http://licoresdrols.com/. Maja la historia, no se si conoces a Dylan Thomas, su colección de relatos "Con distinta piel" es especialmente recomendable. Yo al perro la apaciguo con un poco de psicología y buenos propósitos.
ResponderEliminarUn saludo jjvr
Tan sólo le conozco por referencias de Bukowski. Fueron muy buenos amigos hasta el final. A ver si un día le doy una vuelta.
ResponderEliminarUn saludo y gracias.
Es un texto hermoso, y triste. No sé, he pasado por todo eso demasiadas veces. Y todavía hoy me sucede de cuando en cuando. Aunque he superado esa desesperanza o, al menos, su desesperación.
ResponderEliminarEntiendo tu actitud y tu experiencia. Pero hazte un favor: deja de compadecerte. Y deja de beber.
Es un inédito de hace tres años o así, sólo lo he pulido un poco.
EliminarSaludos.