lunes, 21 de mayo de 2012

CAISSA ESTÁ ACOJONADA




Hostia puta como se me fue la pinza anoche...

Es lo que decíamos el otro día, lo de las diferentes velocidades, son tan pequeños los límites que las más de las veces o te quedas corto o te pasas, o circulas por el tramo adecuado demasiado rápido, pensando que el margen es más amplio, y te sales sin darte cuenta. Pero al día siguiente sí que te das cuando ves las huellas del derrapaje. Borracho solo puedes estar borracho, todo lo que hagas demás serán tiros al aire, desperdiciar la munición, tan cara y valiosa. Es el margen, tío, el margen.

Y eso que la cosa comenzó bien, me gusta el principio y tal, pero luego, a medida que iba bebiendo, se transformó en algo bastante patético, sentimentaloide, y el final resultó apoteósico, creo que es la mayor mierda que he escrito, pero bueno, al menos tengo el atenuante de que lo hice bastante borracho. Quisiera borrarlo, no dejar rastro, a fin de cuentas poco me costaría menos, pero estoy bastante de acuerdo con aquello que Pericles dice en su célebre discurso, eso de que allá por donde pasaron sus ejércitos dejaron huella de todo lo bueno y lo malo que llevaban dentro, esa es frase de alguien verdaderamente grande y noble, y aunque yo no es que sea ni lo uno ni lo otro sí sé apreciar la verdad. No hay nada como la desnuda belleza de la verdad. Así que lo dejo en su sitio, esto no es ningún concurso de popularidad ni yo jamás me concedería premio alguno. Solo soy otro que intenta ser mejor de lo que es.

Amanecí (aunque lo más propio sería decir mediodeé) con una ligera resaca, hacía más de dos meses desde la última vez, pero como el alcohol que trasegué era bueno no resultó tan criminal como cuando sales a beber por ahí, aunque también aquí sería mejor decir a que te envenenen por ahí; es bebiendo en casa cuando uno se da cuenta de que el garrafón no es ningún mito, es más, soy de los que piensan que no hay mito que no contenga verdad: creo que existe todo lo que se le pueda ocurrir a alguien, aunque piense que es mentira, existe. O existió. O existirá. La fantasía es cosa de los dioses, que no tienen ojos y por eso no pierden el tiempo, por eso crean sin cesar.

Me hice un gran zumo de naranja, cagué, me duché y me afeité. Ya tenía otra cara. Busqué en el frigorífico algo para comer, pero como lo tengo a dieta perpetua nada hallé. Entre montañas de platos sucios, naranjas exprimidas y manchadas servilletas de papel, vi medio plato de jamón que me sobró de la tarde anterior. Pillé un trozo de pan duro y me puse a comer donde casi siempre: delante del ordenador, no sin antes encerrar al gato en su habitación con su reglamentaria loncha de jamón york, es que si no resulta imposible, se sube a la mesa y no hace más que joderme, todo lleno de pelos, metiendo las narices, su vida es comer y dormir, más o menos como la mía, pero esas son cosas que me gusta hacer sin su compañía, a decir verdad son cosas que me gusta hacer sin ninguna compañía, caminen sobre cuatro patas o sobre dos. No me gusta sentirme observado mientras como y a la hora de dormir no quiero escuchar nada que no sea mi respiración. Que suenen los muelles del colchón cuando el de tu polla tapona los oídos. Solo entonces.

Y entonces fue cuando me di cuenta de lo que había escrito, "mierda...".

Y con el deseo de olvidarlo me fui a Moscú para ver la séptima partida del Campeonato Mundial entre el indio Anand y el judío Gélfand.

Es la página oficial, puedes seguir el juego viendo a los jugadores, y aunque parezca algo prescindible en una cosa como el ajedrez (algo que se puede hacer sin necesidad de nada, ni tablero, ni piezas, solo tu mente y un medio para transmitir tu jugada al rival) a mi si me gusta verlos. Las caras, como van vestidos, los gestos, qué y cuando beben...comprendo que a quien no le guste el juego pueda parecerle lo más aburrido del mundo: dos tíos en silencio sentados ante una mesa sin hacer otra cosa que mirarla. Dicho así parece de locos, y seguramente sea cosa de locos. Pero me gusta.

Anand es el campeón actual, lleva siéndolo desde el 2007, vive en Madrid, en un pueblo de los alrededores llamado Collado Mediano, es un tío que cae bien a primera vista, se le ve buena persona, aparte que su juego tiene el nivel del título que posee, es un auténtico campeón del mundo aunque desde que lo consiguió se ha vuelto más precavido, más cuidadoso, sus partidas ya no son tan bonitas como antes, claro que también él tiene una buena excusa: posee aquello por lo que ha peleado toda su vida y sabe que los demás quieren quitárselo. Es normal que alguien cambie cuando consigue su mayor deseo, no hay nada mejor después de eso, así que mejor cuanto más dure, que te llamen lo que quieran mientras todavía sea tuyo, yo lo tengo y tú no. Y si de verdad lo quieres tanto como yo ven a cogerlo, pero no te lo daré sin pelear con todas mis fuerzas.

Y el que ha ido esta vez se llama Boris, de apellido Gélfand, y es uno de los hombres más feos que he visto en mi vida.

Es de la edad del indio, 42 o 43, yo lo conozco desde que empecé en este rollo, siempre ha estado ahí, cerca, pero nunca lo ha tenido entre sus manos, es más, rara habrá sido la ocasión en la que haya estado entre los cinco primeros del ránking, sí entre los diez, un grande entre gigantes, pero nunca ha sido muy popular ni siquiera en este pequeño mundillo del tablero blanco y negro: ni su juego, ni su persona invitan a ello. Duro de pelar, siempre le costó hacerlo con sus pares, muchos empates y pocas victorias, no recuerdo ninguna especialmente memorable, pero cuando todos pensábamos que ya estaba fuera de la lucha por su sueño, el año pasado logró la primera parte del mismo: ser el Candidato.

Nunca le había visto jugar hasta estos días, y de verdad que ha conseguido mis simpatías. Es un show. Ahí sentado, con su enorme cabezón sujetado por sus grandes manos, absorto en la partida, en su próxima jugada, de repente pega un respingo y mira al tendido asustando hasta a las automatizadas cámaras que le observan, tan feo como el solo, de rasgos mongoloides, panzón, con gafas y medio calvo, coge un vaso de agua, o una taza de café, o un termo azul que lleva consigo, y bebe mirando a todas direcciones menos al tablero, fijando la vista aquí o allí pero sin ver nada, como las vacas al tren, está en su mundo, está en su gran momento, enérgicamente hace su jugada, para el reloj, anota el movimiento en su planilla y se levanta de la silla, sale por un extremo del escenario para regresar poco después, pero no se sienta, pasea torpemente por la platea, las manos a la espalda, cabizbajo o mirando al techo, o a la pantalla electrónica que muestra la partida, o a los invisibles espectadores detrás de la aislante mampara de cristal...está a punto de echarle la zarpa a la corona de Caissa, a la princesa azul que no cuesta imaginar ciñéndose con temor en la cabeza del indio ante la visión de su último pretendiente, como una Penélope que al ver la interminable fila de cansinos históricos se dijera "¡virgencita, virgencita que me quede como estoy!...sí, el indio no es Clooney, pero joder, es que lo de este ya es demasiado, ¿por qué no habrá podido ser ese joven vikingo, el que sale con la hija del de los Aerosmith en las campañas de moda? ¡Ay, Señor! ¡Ay, mi Bobby! ¿hasta cuando tendré que beber de este cáliz? ¡pero éste ogro, no! ¡por ahí sí que no paso!"

Pues me vas a perdonar, querida, pero hoy el Ogro mongoloide ha ganado la séptima después de los seis insulsos empates anteriores; solo quedan cinco más, cinco peldaños para que seas arrebatada por el más feo de los judíos que en el mundo han sido.

Yo voy con él.


Y no me lo explico.


Bueno...sí.



El enlace a las partidas:

http://moscow2012.fide.com/en/

Empiezan a la una de la tarde. Mañana lunes se juega la octava.

4 comentarios:

  1. Ante empate moral o técnico en cualquier asunto, me suelo "aliar" o suelo mostrar empatía por el feo.

    Es que si no nos apoyamos entre nosotros....
    Además, hay que rebelarse un poco contra tanta metrosexualidad y tonterías.

    Si los tontos y los malos pueden llegar a los altos cargos de cualquier cosa, ¿porque los feos no vamos a poder triunfar?.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los nifenigus como nosotros, Ogro, casi siempre estaremos del lado feo de la vida.

      Como el chiste: si vas a darle a ese el doble que a mi...déjame tuerto.

      Eliminar
  2. un taller de escritura ya.

    ResponderEliminar