jueves, 21 de noviembre de 2013

CRÍTICA GASTROANÍMICA




Convencido como estaba de tomarme un tiempo de reflexión (más bien de descanso) con este rollo que sigo sin estar seguro sea el mío, hete aquí que al levantarme esta mañana y reanudar mis desayunos ante el ordenador después de un par de semanas haciéndolos junto al ventanal de la calle, he leído el comentario de un amigo hablando sobre un bar de Madrid que conocí hace años; y leerlo y volver a tener ganas de escribir ha sido todo uno, tanto que en respuesta le he dejado un extenso comentario que no ha mitigado aquella sensación, antes al contrario la ha acentuado hasta el punto de lamentarme seriamente por no tener tiempo para coger mi pluma virtual y trasladar al lenguaje escrito lo que bullía en mi cabeza tal que si la hubieran puesto en una placa de inducción, de esas que en cero coma ponen a cien cualquier cosa que pueda llegar a cien. Las inocentes palabras de un amigo y el frío que se filtra junto a los cristales que dan a la calle han sido los culpables de mi recaída. Espero que para bien.

Ya en el bar (con la idea permanentemente en la cabeza, aunque mejor sería decir la historia entera, que uno sólo tiene que colocarla tal y como se hace con un puzzle), y como si todas las circunstancias se hubieran puesto de acuerdo para no dejarme pasar el día de hoy, he dado en caer de forma inopinada en el rápido hojeo de un periódico, que hace tiempo que ni a eso llego. Y hete otra vez, aunque ahora allí, que viendo al propietario del nuevo tres estrellas de Madrid, el primero, he hallado la punta del hilo necesaria para desliar todo el ovillo, aunque ya va un rato y todavía no he empezado; como de costumbre, me voy por los cerros del Campo de Montiel, más cercano. Así que, amigos míos, todo lo anterior no es más que un proemio, que diría Dostoyevski, o un inútil prólogo, en pluma del Príncipe de los Ingenios que en el mundo han sido. Y de La Mancha también.

Y ahora, con el whisky en su punto y el puro en su coma, a por los dos puntos:

Hay nombres que se quedan en tu memoria no tanto por lo bueno como por lo malo; y el de este, el de David Muñoz y su restaurante Diverxo, se quedó en la mía cuando en las postrimerías de mis lecturas mass-mierderas leí la inclemente crítica que Salvador Sostres realizó tanto sobre el uno como su otro, más bien parejas cuando no aún mayor la personal, cosa que chirriaba un poco pues parecía más que no le gustaba él que su cocina, como si fuera un ajuste de cuentas, como si allí poco tuvieran que ver los negocios, sino las personas: craso error que en un país normal le costaría, al menos, su carrera como crítico gastronómico. Y más después de un día como hoy en el que aquel muchacho ha sido ascendido a esas estrellas que son para los cocineros como la hija para la Esteban.

La nueva que luce en el firmamento patrio tiene pinta de quinto defcon-dos, aunque no sé los que eran, pero siendo cuatro los Beatles el quinto lo es de cualquiera, así que quédese ahí. La cabeza pelada al cero y toda ella atravesada por un línea continua de pelo, como dividiendo sus hemisferios, y una mirada seria, concentrada, que fijamente miraba desde abajo al objetivo, dando la apariencia buscada por el fotógrafo. Y así, de esta manera, tanto el uno como el otro quedan conformes con el resultado: aquel por parecer otra cosa y este por sentirse otra.

Tengo para mi que quien busca llamar la atención por su apariencia exterior lo hace porque tiene un problema con la interior. Y siendo esta vida, como lo es, una cuestión de neumáticos en los que prima la seguridad por encima de todo, hay que escoger los que uno va estimando que mejor se adaptan a sus caminos, pues son estos y no las ruedas quienes hacen que tu pasar por aquella sea lo menos degradante para estas, que uno nunca sabe cuantas gomas le quedan en su cuarto oscuro. Y hoy en día, en estos tiempos, en ciertos ámbitos y ambientes, lo conservador es lo estrafalario: si eres normal, eres un ruletero ruso.

En el comer, como en todo lo demás, soy prácticamente un terrorista: me gusta lo normal, entendiendo como tal todo lo que nos ha traído hasta aquí, hasta darnos la posibilidad de volvernos anormales y hacer como quien tiene una tía en Alcalá, que ni es tía ni es ná. Por esto, y en las contadas ocasiones que me he salido de mis casillas, siempre he hecho oídos bien abiertos a los sabios consejos de quienes antes estuvieron en las que me iba a encontrar: me bastan las mías para caer una y otra vez.

Cuando hace muchos años empecé a ir a Madrid con una cierta asiduidad, cosas del amor o parecido, un tío mío me habló muy bien de una marisquería aledaña a la plaza del Callao, nombre que sólo él hace que tengas que ir a verla: "Las Tres Encinas. Es la mejor de Madrid" Y él conocía Madrid y sabía de marisco. Y sino es de nuestra sangre la mezcló bien mezclá. Esta es la única manera de jugar a caballo ganador, aunque no siempre, claro: los caballos ganadores viven en el cielo. O detrás del arco iris.

Yo, por entonces, todavía vivía con mis padres, es decir, no tenía ni un gasto que no fueran mis vicios. Y a ellos les ofrendaba todos mis posibles que, sino infinitos, eran bastantes como para desear poco más, de hecho nada, podría decir: de los siete capitales la envidia es la que menos tiene que hacer conmigo. Y en esa época ni te cuento.

Fuimos al mediodía siguiente de la noche anterior, una vez deslumbrados por la coqueta y recogida vitrina que tenían expuesta en una ventana que daba a la calle. "¡Hostia puta!" le dije a mi chica, aquello era obra de un artista de tan bien puesto como estaba, "mañana venimos con mi prima...", la hija del aconsejador.

Jamás había entrado a ningún bar o restaurante que tuviera azafata en la puerta, una chica joven, guapa, elegante y sonriente que nos preguntó si queríamos barra o mesa, "barra" dije yo, soy un animal de barra, y si los instintos casi nunca se equivocan, menos aún cuando la cartera está por medio. Detrás de ella emergió un tío enorme, perfectamente trajeado, que se hizo a un lado para permitir que la chica nos abriera la puerta con una gran y estupenda sonrisa que, al menos a mi, hizo que perdiera todo resquemor, no así a mis jóvencísimas acompañantes que, como yo, no se habían visto en otra. Pero era yo quien llevaba la morterada de billetes y esto, junto a una franca sonrisa de una mujer guapa, hace que todo parezca tan fácil como lo es.

La barra estaba a la derecha, una barra de madera noble en forma de ese que exponía a la vista (y al tacto si eras un suicida), sin vitrina ni hostias, en gloriosas bandejas, unos mariscos que no parecían de este mundo. Había poca gente y no tuvimos problemas en acomodarnos sobre tres magníficos taburetes, enseguida se acercó un camarero alto, cuarentón, delgado y con bigotes que muy amablemente, sin pizca alguna de suficiencia, nos preguntó qué íbamos a tomar, ya habíamos pasado el control de normalidad a la entrada, ya estábamos dentro, y en ciertos sitios solamente tú puedes meter la pata. Pedí cervezas y poco a poco nos fuimos soltando; nadie nos hacía de más porque nosotros no queríamos estar de más. Allí estábamos bien, ¿por qué joderla?, ¿acaso podría ser mejor? Bebimos, comimos y reímos tan bien que todavía me acuerdo. Como de aquella vieja solitaria a la que los camareros llamaban por su nombre que se ventiló una docena de ostras y dos copas de cerveza helada junto a nosotros.

En otra ocasión, ya sólo con mi chica, me decidí a entrar a otra marisquería cercana que estaba al final de la otra acera, una de la que también me había hablado mi tío, Korynto, y que como la anterior también tenía una vitrina expuesta hacia la calle, aunque no tan estupenda. Y si he de decir la verdad no entramos antes porque daba un poco de respeto de tan exclusivo como parecía, así como tapaíta, sin dar mucho cante...algún tiempo después vi en la televisión salir por sus puertas a la duquesa de Alba después de haber celebrado allí su cumpleaños. Pero aquella noche ya íbamos un poco pedos, "¡vamos para dentro, coño!" Además que no se veía ni chica ni portero.

Abrimos la puerta y nos encontramos con una enorme, pesada y oscura cortina que sola ella era capaz de hacértelo pensar dos veces, aunque fueras como si una ya te fuera costando. Recuerdo que mi chica se echó un poco atrás, aquello parecía no sé, algo raro, como si detrás no hubiera lo que esperábamos, "ehhh...venga, va, coooño..." dije yo en la penumbra. Y agarré bien el velo.

Había una gran, enorme barra a mano derecha, a todo lo largo, bien recta, llena de taburetes vacíos y con un viejo de pelo blanco tras ella que no nos hizo ni puto caso estando como estaba partiendo jamón, que ahora os contaré. Al otro lado una fila de mesas normales, con asiento de esos compartidos junto a la pared y sillas alrededor que estaban ocupados más o menos en su mitad por un grupo de los que no tardé en darme cuenta eran guiris, todo con una iluminación muy discreta, nada de ruido y voces, cosa a la que uno como yo se acostumbra fácilmente aunque no deja de asombrarse después de llevar toda la vida guerreando en los bares con sus gentes, sus televisores, sus músicas y sus olores, sus codazos y empujones, tragaperras y futbolines...Lo que más me llamó la atención de todos aquellos sitios fue la ausencia de todo lo accesorio, su pureza.

Nos sentamos en mitad de la barra, solos, y enseguida me di cuenta de como tenía que hacer la jugada. Y en cuanto el viejo terminó de cortar el plato de jamón y se vino hacia nosotros con cara de pocos amigos le dije:

- Dos cervezas, por favor...¿los servicios?
- Al fondo a la derecha

Y lo dejé solo con mi hermosísima, joven, educada y encantadora novia.

Antes de los servicios estaba el salón, el inferior, que me dio tiempo a ver unas escaleras que prometían una segunda planta, quizá más reservada y exclusiva, y tengo que deciros que no he visto cosa igual nada más que en las revistas...¡Qué mesas!, ¡qué mantelería!, ¡qué cubertería!...Apenas estaban ocupadas un par de ellas pero, de verdad, que era tal que hasta el marinaledo se hubiera comportado con corrección. Y los wateres, clavaos, pero clavaos, a los de El Resplandor; tanto que miré para atrás mientras los meaba antes de que se le ocurriera llamarme a Patrick Magee.

Salí y el viejo ya tenía otra cara, estuvo charlando con nosotros todo el tiempo que no tenía que pasarlo cortando jamón para los guiris, a los que no se cortaba en ridiculizar mientras nos contaba esto o aquello. Definitivamente era de la vieja escuela. Un tío agradable.

Y en una de esas que andaba tocando el violín como a nadie he visto hacerlo, cogiendo la pezuña del jamón con una mano y dándole al cuchillo con la otra, sin jamonero ni máquina ni pollas, harto ya de ver como los malditos extranjeros se comían lo mejor de lo nuestro y encomendándome a la suerte pues ya era última hora y no iba muy largo de dinero, le dije que nos preparara uno; nos lo puso en un plato enorme cubierto por un pañito de punto, como los que enebraban nuestras abuelas, y aquello estaba...

Pagué y nos invitó a la última. Nos despedimos y me dio una caja de cerillas de la casa que puede que todavía conserve.

Calle abajo, en la perpendicular dirección a Sol, dimos en otra ocasión con un buen asturiano, uno de fama, aunque este nadie me lo contó, que lo encontré yo. Casa Parrondo, se llamaba, y así sigue llamándose según el incitador de esta historia que ya está alargándose en demasía.

Uno no aparece en la vida así como así, sin ton ni son, derecho y entero, autosuficiente y autodesmontable, no...A uno le hacen, después le forman y cuando empieza a ser consciente se desmonta a sí mismo para ver si lo han hecho mal, cosas del sindiosismo que todo lo inunda; hasta que, si no cayó entre zaques y no es demasiado estúpido, comprueba que tenía la forma correcta e intenta recuperarla para volver a andar con los pies: cerca de lo bueno, poco puede haber de malo.

Era una tasca, no más, que siempre estaba atestada de gente joven ansiosa por atiborrarse de su contundente tapeo a buen precio. La barra estaba a la izquierda, y el espacio donde sus camareros se desenvolvían como podían era la mitad de grande del que teníamos para hacerlo nosotros, sus clientes. Al fondo estaban los cagaderos y a un lado cuatro o cinco mesas que eran más imposibles que una butaca para Bayreuth. No había centímetro de sus paredes que no estuviera ocupado por las fotografías de sus ilustres clientes, cualquiera podía conocerlos a todos, o casi, que este país da para lo que da, tampoco conozco otro, pero eso era como un álbum de cromos de la Liga, o del cine, o del teatro, también de los toros, creo recordar que vi incluso al rey, pero yo me fijé en el mío de entonces, en José Tomás. Ahí lo tenías, sonrisa americana y manos cruzadas, en un lugar preferencial junto al bigotón y sonriente amo del garito, enorme como una cuba de vino peleón, parecía como si se oyera su vozarrón saliendo de la fotografía, hay gente que ni así te la imaginas callada...

El restaurante lo tenía justo enfrente, sólo tenías que cruzar la callejuela, no pocas veces salían camareros disparados con las viandas que le iban faltando, arrollando, gritando, casi a hostias, aquello era un sufrimiento para todo el que no tuviera menos de cuarenta años, los que yo ahora. Y allí todo era ruido, y allí eras mucho menos que uno foto, y allí todos estábamos más para allá que para acá.

Nadie puede tener veinticinco años eternamente. Por eso está el dinero.

Y ahora que mi balanza está al revés...ya no son horas para bares con faltas ortográficas y cocineros punkis.

Ni aunque pudiera.

Ni entonces.


44 comentarios:

  1. Le estoy echando un vistazo a El Mundo y The Reason de los útimos días y en los del lunes vienen fotos de Mariano con sus borjamaris de nuevas degeneraciones. Putos niñatos, de verdad, parecen sacados de un chiste.

    Bueno, ahora te leo.

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  2. Borjamaris dispuestos a matar por tener un cargo, o incluso a darles unas pensiones a los etarras para no perderlo:

    http://www.libertaddigital.com/espana/2013-11-21/rosa-diez-el-pp-ha-tenido-una-actitud-vergonzosa-es-una-burla-1276504802/

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  3. Nunca entré a esos sitios tan caros. Lástima no comprobar esto que dices: "Lo que más me llamó la atención de todos aquellos sitios fue la ausencia de todo lo accesorio, su pureza."

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  4. http://www.elmundo.es/madrid/2013/11/19/528b552c684341e03a8b4585.html

    Anda, que cuando le pongan las esposas al malhechor...

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  5. Hace años vendían calendarios con fotos o dibujos de perros, pero debe ser que no vendían tanto, así que han puesto de moda lo de los desnudos:

    "Ummmm señora policia, póngame esas esposas y azóteme".

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  6. Acabo de volver de cenar en el centro con unos amigos. He pasado entre la sidrería y el restaurante de Casa Parrondo a tiro hecho, ya que salió aquí en Casa Kufisto. Es posible que haya caminado alguna vez por esa callecita, pero habrán sido pocas, y en cualquier caso no lo recuerdo.

    Es curioso: puedes vivir toda tu vida en una ciudad y, sobre todo si es una gran ciudad, no pasar nunca por alguno de sus barrios o de sus calles pese a que estén muy cerca de avenidas principales que sí transitas a menudo. A mí ahora me ha dado por callejear por el barrio de Maravillas o de Malasaña, porque habiendo vivido siempre en Madrid, no lo conocía.Y tiene encanto, es de esos barrios en que Madrid es más el viejo Madrid.

    Disculpadme que os aburra con el

    SEGUNDO SONETO DEL CORNUDO
    Aguanto sin mostrar jamás mis celos
    porque soy un marido progresista
    que no quiere perder nunca de vista
    que ya pasó de nuestros bisabuelos

    la era de la honra, de los duelos,
    de matar "in fraganti"; dudo exista
    un hombre como yo, que así resista,
    con tal fair play, dos astas de altos vuelos.

    Tanto aguanto que aguanto los seudónimos
    que me suelen poner en los anónimos
    que empecé a recibir hace unos meses;

    son de alguien que tendrá cierta cultura
    taurina pues me da nombres de reses
    bravas: don Victorino y don Miura.

    Oswald.

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    1. El buen cornudo mutila y plastifica sus astas para metérselas por el ano mientras contempla como el buen salvaje se folla a su mujer ejemplar.

      "In eligendo vibratum" El humo sigue siendo negro, que es lo que mola.

      Un abrazo, poeta.

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  7. Tampoco he estado en sitios demasiado caros, además de que no salgo mucho. Las marisquerías que dices me suenan de pasada, pero ni idea.

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  8. Acabo de pasar como a unos cuatro metros de dos ancianas que estaban discutiendo amigablemente y una le ha dicho a la otra "con Franco... el sindicato vertical... ¡cortaba cabezas!".

    Imagino que debía de estar acordándose de las familias de Toxo y Méndez.

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  9. Sergio, el sidicato vertical cortaba cabezas y se las servía crudas a Franco para que se las jamara en el desayuno.

    El buen cornudo, Kufisto, es un contorsionista, pues, a parte de un voyeur, como Miguel, el de la Preysler. Gracias por lo de poeta.

    Otra tasca mítica del centro de Madrid es La oreja, cuchitril en la calle del Príncipe cuya especialidad son, para la manduca, la que le da nombre, y para el bebercio el albariño servido en cuencos blancos, y cuyas mesas son toneles, algunos de ellos sacados a la calle lo mismo en verano que en invierno, pues no hay frío que no venza el buen comer y el mejor pimplar.

    Este pobre se conformaba con poco:

    No te pido tu joya más preciada
    que a uno a quien trató mejor Fortuna
    haciéndole nacer en alta cuna
    le tienes prometida y bien guardada.

    No te pido la flor que deshojada
    será cuando, ya pronto, Hera te una
    a ese a quien estrellas, Sol y Luna
    premiaron de manera desusada.

    Te pido nada más que mi tormento
    alivies permitiendo que acaricie
    de tu faz la rosada superficie

    no más que levemente y un momento,
    y que roce tus manos como tules,
    ligeras, delicadas, blanquiazules.

    Aclaro que Hera era (valga la redundancia) la diosa del matrimonio.

    Hoy se cumplen 50 años de que, supuestamente, maté a Kennedy.

    Saludos cordiales.
    Oswald.

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  10. Hablando de Heras...acabo de ver la foto de Pilar Rubio mamando verga, "happy end" incluido.

    Harde la Rez.

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  11. Yo hablando de rozar manos como tules y tú, Kufisto, de mamavergas...anda que...

    Ya que, Kufisto, a eso vamos,
    yo pregunto: de esa foto
    -que a muchos como una moto
    pondrá- ¿qué pensará Ramos?

    ¿Es ella realmente?
    ¿Se sabe quién es el propietario de la pirindola?

    Por cierto, Kufisto, ¿qué tiene que ver Hera con Pilar Rubio o con las mamadas?

    Oswald.

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  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. ¿Y quién se corrió esa juerga
      -"corrió" nunca mejor dicho-
      con la Rubio?, ese capricho
      ¿qué gachó le dio a su verga?

      Oswald.

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  13. Dice Kufisto que el patio
    de internet está que arde;
    media España ya esta tarde
    habrá visto la "fellatio".

    Oswald.

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  14. Ahora os hago, por mi parte,
    una pregunta inocente:
    ¿estaba con un cliente
    o fue por amor al arte?

    Oswald.

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  15. Magnus Carlsen Campeón del Mundo de Ajedrez

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  16. Dos cosas:

    - En los ojos se ve que va puesta de coca
    - Y también en ellos se ve que le gusta chupar pollas.

    Los ojos no tienen enmienda, compadre.

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  17. Entonces, Kufisto, crees que...

    Si se empeña, Pilar Rubio
    se encaja en sus tragaderas
    hasta las partes enteras
    de un superdotado nubio.

    Oswald.

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  18. Pues no me gusta esa sujeta con mirada putiense. No dejaría que me tocase la polla.

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  19. Pilar Rubio de bote, conejo negrote, que se solía decir...

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  20. Y casi peor que la mirada es la sonrisa que le he visto en alguna foto: grado de pureza al 2%.

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  21. A ver dónde está esa foto. Lo de menos es que sea verdad o no. Con que se le parezca, ya está bien.

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  22. Kufisto

    Aquí tienes todos los montajes o falsificaciones que quieras. La Red acaba con la intimidad. Ya no es que vivamos unos a la vista de los otros, como en las aldeas, sino al alcance de los otros, de lo que quieran hacer con nosotros. O nosotros con ellos.

    http://cfake.com/celebrities/206/14

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  23. Me quedo al ver a esa bella
    mujer con ese instrumento
    en sus fauces, al momento,
    boquiabierto...como ella.

    Oswald.

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  24. Se pegó un buen atracón
    -tenía la pobre hambre
    atrasada- de fiambre
    (en concreto, salchichón).

    Escribiendo redondillas
    he alcanzado tal destreza
    que si no me da pereza
    las hago como rosquillas.

    Oswald.

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  25. Pedro, he visto el hilo que has abierto sobre el nivel de los estudiantes españoles. Me ha recordado a otra de las tonterías que decían en LD, al menos cuando leía esa página, que venían a decir que el socialismo, ZP, Rubalcaba etc estaban haciendo un país con mentalidad de funcionarios, y no para "emprender". Lo que esta gente no comprende es que a lo mejor a la mayoría de la gente le gusta un poco más de estabilidad en los empleos (tampoco digo que un empleo para toda la vida) para organizar un poco su vida y no pasarse toda la vida de un empleo a otro hasta que empiezas a ser "viejo" y no te contratan... entonces es normal que la gente busque la seguridad en ser funcionario, y no porque todos quieran vivir como en Cuba por culpa de ZP, como decían éstos. O como lo de Obama, que estaba convirtiendo USA al socialismo... o que "USA ya no es lo que era", que es un poco lo que dicen los guasp (wasp) de allí al ver que crecen los hispanos y que nuestros angloliberales repiten como si hubiesen nacido en Filadelfia jajaja.

    Es un poco como lo del tema de los sindicatos mafia UGT y CCOO, que no sabemos sus cuentas, ni afiliados, ni leches pero no me extrañaría que en los últimos años hubiesen subido en el número de afiliados no porque la mayoría crea que hacen nada bueno, sino porque saben que eso les da más posibilidades de permanecer en una empresa. Recuerdo que estuve en una empresa en la cual cuando veía que un par o tres se daban de alta en el sindicato (CGT o CCOO) era porque acto seguido iban a echar a gente jaja... claro, los "tontos" como yo no hacíamos eso... hasta que me tocó irme a la calle junto con otros. Vamos, y no me afiliaría nunca a esas mafias con tal de salvar mi culo, coño, qué asco, que encima eran los peores, los más vagos, amenazantes y encima con privilegios.

    En definitiva, que a los ideologizados, sean los anglo liberales economicistas de LD, los progres-feministas etc cuando te dicen que tal cosa no es culpa de los liberales o del liberalismo o del socialismo porque el culpable no era "socialista de verdad" o "liberal de verdad", siempre les digo lo mismo: "él nunca lo haría", como en un anuncio que había en los noventa sobre el abandono de perros que salía el animal triste en medio de la carretera y ponía eso.

    http://www.matatiempos.com/wp-content/uploads/ima158.jpg

    Claro, como parten de que su ideología es la perfección, la cagada se la echan al otro. El liberalismo es perfecto, así que si hay mierda, es que el tío era un infiltrado colectivista ladrón de mis ahorritos y planificador central de esos.

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  26. Mirad y flipad con el retrato oficial de la familia real danesa:

    http://b.bimg.dk/node-images/969/6/1152x-u/6969942-hele-billedet.jpg

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  27. Acabo de ver en la burbuja que Le truhan ha cambiado su avatar... ¡noooooooo!:

    http://www.burbuja.info/inmobiliaria/temas-calientes/481941-angola-prohibe-islam.html

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  28. Es la familia del póster
    o de la instantánea esa
    transilvana, no danesa,
    porque es la familia Monster.

    Oswald.

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  29. 400 años después algo sigue oliendo a podrido en Dinamarca.

    Supongo que al "pintor" lo habrán denunciado los retratados.

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  30. ¿Los "retratados" o los "retrasados"?, quiero decir a los que salen en la parte de atrás no que sean tontos.

    Así serían las Meninas si en la época de Velázquez hubiera existido el LSD.

    Oswald.

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  31. Sergio, si el avatar de Le Truhan es una neumática vestida de blanco, no ha cambiado, por suerte para nuestro ojos:

    http://www.burbuja.info/inmobiliaria/politica/482152-recarte-dimite-consejero-de-libertad-digital-y-vende-grueso-de-acciones.html

    Oswald.

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  32. Luis, ¿pero es la misma chorva? Prefiero la de antes, jeje.

    Por cierto, al ir al enlace que has dejado me ha salido el foro de la burbuja en versión para móvil, que antes no salía, lo cual está muy bien porque el mes pasado al entrar desde el móvil al foro normal durante unas noches me consumió los megas de internet y estuve sin ello diez días.

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  33. Joder qué selecto eres, macho.

    Buenas noches y hasta mañana.

    Oswald.

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  34. Sí, soy de gustos muy particulares. Cuando era pequeño me decían que era muy exquisito... que a mi me sonaba a ex quesito, como si fuese del Caserío.

    Buenas noches y felices sueños. Para mi es como si fuesen las once de la mañana...

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  35. Pedro, leyendo el hilo que has abierto sobre el debate de Telecinco sobre el franquismo y dices lo del PNV, Pío Moa puso una entrada en el blog de Intereconomía al día siguiente, ya que no le dejaron contestar al final a Anazigasti:

    http://www.intereconomia.com/blog/presente-y-pasado/franco-asesino-nota-para-anasagasti-20131124

    Sobre la construcción del Valle de los Caídos hay una charla con documental que pusieron en Intereconomía hace un par de años o así, en el que también salen Moa, el otro historiador que salía en lo de Telecinco del otro día (Alberto Bárcena) y creo que el otro era Fernando Paz. Lo vi en su día en directo, y recuerdo cómo contaban que estuvo de preso uno que se llamaba "el matacuras" y que después de la condena se quedó allí a trabajar como conserje, creo, y que además no es que las condiciones fueran buenas, es que incluso llevaban allí a sus propias familias.

    Está la charla, pero no el el pequeño documental:

    http://www.youtube.com/watch?v=Q0yhmYMUezw
    http://www.youtube.com/watch?v=1uvYELdCR1Q
    http://www.youtube.com/watch?v=n5NVHffVA2E

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  36. "y recuerdo cómo contaban que estuvo de preso uno que se llamaba "el matacuras""

    Bueno, no "se llamaba", le llamaban supongo, jaja.

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  37. Estoy mirando la foto de Ava y se me representa Nastasia, la zorra de "El idiota".

    Otro fischerkarpov al limbo...

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  38. De El idiota hizo una versión formidable Kurosawa. No se ajusta a la historia de Dostoyevski, ni a la época, quizá por eso me gustó. La novela no la pude acabar. Llegué un poco más allá de la mitad

    https://www.google.es/search?q=kurosawa+%2B+el+idiota&ie=utf-8&oe=utf-8&rls=org.mozilla:es-ES:official&client=firefox-a&channel=np&source=hp&gws_rd=cr&ei=Mb2UUu2PEcKj0QXeqIGQDA

    Qué tiempos, los ochenta, en la buhardilla de la casa del pueblo viendo películas de autor que daban por la 2.

    Joder, ha transcurrido tanto tiempo desde entonces. Tanto como desde esa fecha hasta el año en que se hizo la película, en el 51.

    Es como si hoy un joven de veintipocos viese Opera Prima. Creo que hubo más cambios del 51 al 81 que desde el 81 hasta hoy. Bueno, no sé, quizá no.

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    1. También yo ando pensando eso que dices del tiempo; por ejemplo, con la música.

      Mi grupo generacional fueron los Iron Maiden, tendría catorce o quince años...El chico que ahora los siga (que los hay, y muchos) nacería a finales del siglo XX, es decir, con un retraso comparable a cuando lo mío con los Beatles, lo primero que escuché, los discos de mi padre...

      "El idiota" (quitando "El Adolescente", que no he vuelto a leer) fue la novela que menos me gustó de Dostoyevski; ahora, leída hace un par de meses, me gustó bastante.

      Encontré una adaptación de diez horas en Youtube, de producción rusa, con una factura estupenda, por no hablar de los interpretes, pero...no estaba ni subtitulada en español. Con todo, vi algunas secuencias, entera la del cierre...Y me acordé de nuestra Ava cuando vi a aquella Nastasia.

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  39. Hoy voy a escribir, chicos, que estoy en sazón...

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