martes, 26 de noviembre de 2013
YO Y BORGES
Pasé la noche de ayer releyendo a Borges, sus cuentos, uno de los cinco libros que me bajó la bibliotecaria, la que me sancionó sin remisión por un mes hace dos; juré no volver a pedirle un libro, pero no soy yo de cumplir la palabra para según con quien. Cosas de haber entendido el diálogo aquel entre Ernest Borgnine y William Holden.
Había tenido un lunes dominical tan estupendo que merecía ser coronado con una buena lectura, no una mala peli como la última vez, que por mirar algo de ajedrez tuve que tragarme una de las mayores mierdas que he visto en mi vida, o casi, que la quité cuando aún le faltaba media hora, cosa rarísima en mi, aunque no lo es tanto si os confieso que desde hace años el cine dejó de ser algo importante para mi. Por contra, al salirme los enlaces de esa bazofia, di con uno delicioso, La Gran Película del Ajedrez, con un Arrabal absolutamente genial, heroico, loco...Y me fui a dormir con un buen reflejo de espejo, tal que el del anoche después de ganarle una partida desde la cama a uno de bandera que no reconocí. Pero sí vi sus puntos que media hora más tarde fueron míos. O su parte correspondiente.
Llegué a Borges de casualidad; iba andando cerca de la biblioteca y recordé que ya había cumplido mi pena con exceso, "¿y por qué no...?" Así que olvidé lo olvidable, es tan fácil cuando pesa tan poco...
Ya en casa, saltándome una historia que perfectamente podré contar dentro de algún tiempo, leí algunas de ese enfermo que no fue más que un buen escritor. Y, cosa nada rara, me reafirmé en mi primera impresión de todas ellas: que lo bueno, lo natural, lo mejor, es aquello que te entra a la primera.
Aquella vez, la primera que lo leí bien, me fui de cabeza al Aleph, cuento famoso donde los haiga, todo el mundo lo ha leído y tal y parece mentira que no lo dieran el Nobel...He leído poco de García Márquez, apenas nada, ni quiero, me aburre, cosas mías para otra historia, pero lo hizo bien una vez que lo ganó.
Pues mejor...A mi, el que me gustó de verdad fue El Inmortal. Pero bien. Como ayer. Como siempre.
Tumbado en el sofá, con la bombilla ginbulldogriana sobre mi cabeza, empecé a leerlos en el orden que venían, dieciocho, nada menos; y echándole un vistazo al índice vi que lo abría el que más me gustaba y casi lo cerraba el más famoso, como la otra vez, de hecho creo que elegí el mismo, dudé entre tres y a uno lo descarté porque lo prologó Zapatero y al otro por la letra pequeña, como siempre...
...y volví a leer El Inmortal.
Y eso es un buen cuento que podría haber sido mejor; uno al estilo de aquella Marnie la ladrona de Hitchcock, "le gran film malade" que dijo Truffaut en aquel maravilloso libro-entrevista que hizo con el Maestro. Pero, con todo lo que le sobra, es una maravilla: uno de los mejores relatos que se hayan escrito nunca.
Al relance seguí leyendo los demás, todos buenos, todos tan correctos como una buena cena de boda. Me fijé, sobretodo, en sus puntos y comas, cosa que me trae de cabeza últimamente, su uso, "es la marca del buen escritor", que me dice un amigo...Llegó un momento en el que sólo los esperaba, tan abundantes en su escritura, cosa que me recordó a los malos y sus defectos, cuando no hacen más que repetir una palabra que consigue te olvides de todo los demás. Sí, aquello estaba maravillosamente escrito; tanto que me pareció una mierda. Y me fui al Aleph.
Y casi que lo pasé por encima.
Habla Borges en El Inmortal, antes del locurón final, como si lo mereciera; como si los dioses estuvieran con él, como a veces lo están conmigo. Pero...yo soy un camarero antes que un escritor, yo no tengo el tiempo del que él disponía a su antojo para ver inmortales y alephs: yo veo lo que veo aunque a veces ponga los puntos y comas en su sitio.
Y cogiéndote (en los dos sentidos, Jorge Luis) no veo nada que no pueda hacer yo si dispusiera del tiempo que tuviste.
Y mejor que tú.
Y lo haré.
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Te cagas.
ResponderEliminarAnda con Diosss...
Qué valor, decir eso al final.
ResponderEliminarUna de las virtudes de Borges era la enumeración, donde hacía un verdadero derroche de imaginación. Hay que leer despacio, no anhelando a ver por dónde sigue el argumento o lo que vendrá después. No es una novela. Hay que poner en el cerebro cada imagen que describe.
Borges contempla el Aleph: Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré.
En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Frey Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.
Sentí infinita veneración, infinita lástima.
Vio el Aleph y quedó ciego. Natural.
ResponderEliminarOswald.
Puedo escribir algo bueno, Pedro, lo sé, de hecho ya lo he escrito, aunque no últimamente...mis cosas y tal.
ResponderEliminarDe todo eso que transcribes lo único que me gusta es aquello de "vi en Inverness a una mujer que no olvidaré" Todo lo demás son saltos de caballo sobre un tablero vacío.
Y ahora me voy a dormir.
Borges no era un auténtico escritor: sólo sabía escribir.
EliminarBorges no era un auténtico escritor: sólo sabía escribir.
Esa 'boutade' tiene mucho de verdad. O mejor dicho: de crítica certera. Va en gustos. Pla decía que Borges solo escribía sobre libros, de lo leído.
Mi amigo Nimaste (Anselmo), el mejicano, ha dicho en el blog de Pío que escribo mejor que Houellebecq.
ResponderEliminar¿Sabéis como se siente uno como lo estoy yo al leer esas cosas, como cuando Pío, sorprendido, dijo que lo mío era talento sin creerse que fuera camarero?
Jamás podré agradeceros vuestras palabras y silencios, de verdad. Sin vosotros no hubiera llegado donde voy a llegar.
Kufisto.... "Sin miedo ni esperanza", ya sabes. Como el Buda: "El deseo es fuente de infelicidad, por tanto anulemos el deseo si queremos una vida armoniosa".
EliminarNo te hagas ilusiones. Escribe, y eso es todo. Lo que venga después no depende de ti.
Ya, Pedro, ya...pero no es fácil, aunque no sea lo principal.
ResponderEliminarSoy un hombre, no una máquina.
Lo que sí he notado en tus escritos es que últimamente son más "serios" que cuando empecé a leerlos hace año y medio, que contabas cosas más graciosas. Imagino que eso también va con tu estado de ánimo. O a lo mejor los recuerdo yo mal, o soy yo, que también puede ser. Como decían en Carretera Perdida: "me gusta recordar las cosas a mi manera, no necesariamente como hayan ocurrido", que es lo que les pasa a los de la "memoria histórica" jaja.
ResponderEliminarLo he dejado en la página de Pío Moa:
ResponderEliminarParece ser que es el mayor prostíbulo de Europa, todo un negocio de “calidad” con un “señor emprendedor”… con violencia, tiroteos, granadas y bombas incluidas:
“Después de meses de investigación, los Mossos d’Esquadra detuvieron ayer siete personas acusadas d estar detrás de la campaña de atentados contra el macroburdel Paradise en La Jonquera (Alt Empordà) el año pasado. El caso más grave fue la noche del 23 de diciembre, cuando dejaron un vehículo cargado con dinamita (TNT), una mecha y dos bombonas de butano con una mecha de seis metros en el aparcamiento del burdel. Se tuvo que desalojar el local hasta que los TEDAX consiguieron desactivar el artefacto.”
Aquí la parte “cachonda”:
“Pero la Operación Rockefeller —en un juego de palabras entre el nombre del dueño del burdel, José Moreno, nombre igual al del conocido ventrílocuo y uno de sus muñecos— no ha llegado hasta el final. Los agentes por ahora no han logrado dar con el autor intelectual de los atentados, que presuntamente habría contratado a los detenidos. Y eso que durante meses han tenido intervenidos los teléfonos de los acusados, pero estos tomaban medidas de precaución, cambiando constantemente de número de teléfono.
Las campañas de acoso al Paradise provocaron una bajada de la clientela. Incluso la noche de Fin de Año recibió un falso aviso de bomba. Su dueño, José Moreno, lo atribuyó todo a una operación de la competencia, que veía como el nuevo local les había dejado casi sin clientes. Algo que hasta el momento está todavía por demostrar.”
Esto último de demostrarse es un ejemplo de competencia entre empresas jaaaaajajaja. De todas formas, el negocio atrae negocio, quicir.
De verdad, hay que joderse.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/14/catalunya/1384417547_246573.html
El que abrió ese megaprostíbulo además obligó a los de la "competencia" a "defenderse" porque le estaba "quitando" la clientela, y éstos, los de la competencia a su vez compraron armas, bombas y granadas que dieron trabajo a otros muchos. Además, todo lo destruido, luego lo tendrán que arreglar otras empresas... para que luego digan.
ResponderEliminarY pregunto: Aparte de afirmar, sin probar, que eres mejor que Borges (tocate los huevos... Afirmaciones de ese calibre hay que probarlas o callarlas.. y sobre todo esperar que las digan otros), ¿Qué cojones tiene eso que ver con los mossos de esquadra absueltos para que lo plantes en Público sin más?
ResponderEliminarEn cojones a Kufisto no el gana nadie. Pareces basura que arrastra un barco.
EliminarY respondo:
ResponderEliminar- ¿Sabes leer?, o mejor aún, ¿entiendes lo que lees?
- ¿Y a ti qué cojones te importa?
Muchas gracias y un saludo.
Tiene que ver todo, macho, ¿o es que no lo ves?
ResponderEliminarY "público" con "P", cuidao.
Me voy a dormir.
Pues adelante, Kufisto.
ResponderEliminarAunque es muy común entre los escritores la rivalidad, las comparaciones (siempre odiosas) y demás mezquindades tan humanas, no caigas en eso. Tú a lo tuyo. Es decir, escribe de lo que quieres, de lo que conoces, de lo que sientes. Y a tu forma. Es muy bueno leer a otros, ver cómo resuelven los obstáculos narrativos, aprender de sus hallazgos... Y ser sanamente influido por lo bueno de los que nos antecedieron. Suele ser común, sobre todo al principio, caer en cierta imitación de aquellos que nos han aportado; pero a medida que uno va conociéndose como escritor y como persona, se va adquiriendo cierto estilo o personalidad o tendencia o tonalidad (como quiera llamársele) expresiva.
Ahora tienes la inmensa libertad de ser un camarero con la sensibilidad de un escritor. A pesar de la falta de tiempo, puedes adoptar tu escritura a tu vida de ahora. Y desde ella, sin deberle nada a nadie, comenzar a ser lo que quieres ser: escritor.
Olvídate, pues no es el momento, de rivalizar con las vacas sagradas. Primero, porque aunque seas un nuevo Cervantes, nadie te conoce. Es muy bueno que sepas cuáles son tus capacidades; pero los demás no lo saben. Habrás de demostrárselo, pero esto exige de ti humildad. Aunque en tu fuero interno puedas verte dando lecciones al mismo Borges, preséntate simplemente como alguien con inquietudes literarias, aunque tú sepas que en escribir te va la vida, y que sientes la literatura como algo propio y necesario como respirar. De lo contrario, aunque presentes la narración más perfecta que vieron los tiempos, actuarán contigo con extrema vileza, pues si bien son o pueden ser mediocres, ellos están instalados en el gremio, y tú solo eres un simple camarero que no lo conocen ni en su casa a la hora de comer. Ahora no estimules lo peor de quienes que te han de juzgar. Tú escribe, y que sea esa verdad la que se abra por sí misma. Si hay calidad, te darás y te darán a conocer.
En un aspecto más profundo, escribe no solo para conocerte, sino también para compartir. Es muy positivo dar a los demás algo bueno, aunque entre esos "demás" haya de todo. Lo que te ha de importar es que la gente que merece la pena valorará tus frutos. Y esa valoración te compensará al menos en parte de tus esfuerzos.
Eso sí: ten constancia. Esto es una carrera de fondo. Como abrir cada mañana el bar, ya haga un frío helador o un sol de justicia. Hay que estar siempre ahí. Y utiliza este blog como hasta ahora: como campo de ensayo y prueba, y como foro donde charlar con amigos y encontrar el apoyo y el calor afectivo que necesitas para seguir. En lo que a mí respecta, también estaré aquí.
Muchas gracias, amigo mío. Está claro que lo de ayer puede parecer un exceso, pero es que así estaba: exceso. Aunque sigo pensando lo mismo.
ResponderEliminarVoy a escribir más, voy a escribir mejor. Me sentaré frente a la ventana y miraré a través de ella, lejos del ordenador que todo lo nubla, y ya veréis por mi. Lo haré todos los días, me obligaré como sabiamente dices, es la mejor manera, es la única manera.
Qué bueno que esteis conmigo, coño.
Pregúntate por qué estamos contigo. Más allá de nuestras trayectorias personales, está la verdad objetiva de que eres una persona valiosa.
ResponderEliminarY ahora, escribiendo, descubre todo lo que vales, todo lo bueno que hay en ti. Entonces, hasta lo malo, de lo que no nos libramos nadie, puedes ponerlo al servicio del bien, luchando contra él, exorcizándolo con tu escritura, desplegando tu sed de belleza y de verdad.
Esto es lo propio de todo gran escritor, de todo gran hombre. ¡Adelante!
Y no te sientas perseguido por exigencias abrumadoras, ni las que puedan nacer de ti, ni las que supongas en otros, amigos o no.
ResponderEliminarBorges era un inhibido. Padecía una timidez patológica. Exponerse, ser visto o escuchado, aun por audiencias escolares e indoctas, le producía auténtico pánico, hasta el punto de no poder emitir palabra alguna en público. Logró superarlo (con ayuda psicoterapéutica, por cierto, pero esto es lo de menos) porque quería superarlo.
Esa debe ser toda tu exigencia. ¿Que publicas? Magnífico. ¿Que te valoran los críticos, especialistas, profesores y escritores? Tanto mejor ¿Que te premian? Miel sobre hojuelas. Pero el fin más precioso es otro...
Sergio, sobre lo del prostíbulo: la acción humana, que dicen los liberales.
ResponderEliminarLo de "Público", con mayúsculas: será el periódico.
Insisto, Kufisto (ya rimo como me rasco), en lo que ya te he dicho alguna vez: hay paralelismos entre tú yo: tú empiezas a sentirte un gran prosista cuando yo empiezo a sentirme poeta, mediocre, anacrónico y sin originalidad pero poeta, dominador al menos de la técnica, del oficio. Que cosas como ésta están muy bien, qué cojones:
SONETO A UN AVARO
¿De qué te sirve el oro si es tu sueño
por su causa tan breve e intranquilo
y te mantienen siempre en ansia y vilo
el ladrón, el deudor y el pedigüeño?
¿Por qué te obcecas tanto en el empeño
de plata acumular como en un silo
el grano se acumula, si al asilo
pronto habrás de yacer de tierra y leño?
A la muerte, sensato, mientes torna,
a que habrás de pasar a la otra orilla
porque con ningún don se la soborna
y a que basta, al morir, la calderilla*
para el último viaje, con Carón,
no tenerlo que hacer de polizón.
*por el óbolo que hay que dar a Carón, según los antiguos.
Oswald.
Qué suerte tienes, Kufisto, de que entre tu clientela esté padre Doiraje. Un buen cura siempre será un buen cura. Lástima de que no autoricen el sacerdocio de hombres casados. De ser así iría a misa, a misa de Doiraje. A confesar ya no me atrevería, pero a misa sí que iría. No lo digo de coña, que los consejos que le da a Kufisto me parecen tan atrevidos como acertados.
ResponderEliminarComo lector aconsejo otra cosa: no dispersarse tanto en el texto, aunque hoy no es el día en que más te hayas prodigado. Si lo haces tienes que pasar de una cosa a otra mediante un puente, porque si no vas dando saltos demasiado grandes y el lector se pierde.
Y esto ya lo señalé otra vez: no hables de cosas que das por sobreentedidas en los demás: Cosas de haber entendido el diálogo aquel entre Ernest Borgnine y William Holden. Creo que te refieres a la película de Peckinpah Grupo salvaje. Aun así, no se sabe a qué diálogo te refieres, pues hablaron muchas veces. (El amor del personaje de Borgnine por Holden estaba más allá de este mundo. Qué devoción. Qué entrega al amigo).
REDONDILLAS A MANUEL GARCÍA VIÑÓ, con motivo de su muerte.
ResponderEliminarCon motivo de tu muerte,
Viñó, están de enhorabuena
Marías júnior, Almudena
Grandes y Pérez Reverte.
Como el extirparse un quiste
que causa una gran molestia
le alivia tu muerte al bestia
del capitán Alatriste.
"Respeta, Javier Marías,
de los deudos la desgracia;
ya sé que no te hacía gracia
¡pero, coño, no te rías!"
Quiera Dios, Viñó, que andes
por un celeste contorno
en que no haya libros porno
de doña Almudena Grandes.
Tú tanta caña le diste
que es normal que no me asombre
que a tu muerte adopte el nombre
de Alafeliz Alatriste
Tiene un "corazón tan blanco"
y bondadoso Marías
que al saber que te morías
le dio vivas hasta a Franco.
Se ha presentado en tu entierro
esa señora tan fina
que es la Grandes con bocina,
silbato, bombo y cencerro.
Me parece un poco fuerte
que vaya a tus funerales
con fuegos artificiales
Arturo Pérez Reverte.
Puedes decir a Cervantes
y a otros clásicos autores
en el Hades: "escritores
no hay ya como los de antes"
Oswald.
Un texto literario no es una noticia o un ensayo. En un ensayo, o en una obra científica, o de historia, puedes seguir leyendo a pesar de ir dejando lagunas, bien porque no has leído sobre el asunto del que allí hablan o bien porque sencillamente no lo entiendes. Pero un texto literario tiene un componente hedonista muy fuerte, y si dejas lagunas el lector se queda con cara de tonto. Lo desenganchas. Es lo que te pasa con Borges: no te gusta porque no te engancha.
ResponderEliminarPor eso hay que releer mucho lo que se escribe, y releer es leer desde fuera, leer lo que ya has escrito, de ahí la importancia de dejar reposar los textos antes de colgarlos.
Este Oswald es la hostia. O la ostia.
ResponderEliminarPor cierto, no sabía nada de quién era Viñó. De La Fiera Literaria me habías hablado hace tiempo.
Acabo de mirar lo de Viñó y Molina Foix. No he leído nada de ninguno de los dos:
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-10-01-2002/abc/Comunicacion/garcia-vi%C3%B1o-y-molina-foix-la-emprenden-a-bofetadas-en-negro-sobre-blanco-de-la-2_71028.html
Estoy descargando esto:
http://www.youtube.com/watch?v=0-3f_3JozBI
Esos piques no me gustan. Muy de españolazos eso de andar a ver quién la tiene más gorda, generalmente a manos de pésimos escritores o bien de escritores con demasiado oficio y poca pasión, poco anhelo de belleza. (Es lo que Kufisto le achaca a Borges, poca pasión. Y no solo Kufisto, sino muchos más. Considero que yerran; simplemente usa otro camino diferente). O, lo que es más habitual, de envidias, porque unos se consideran perseguidos al no recibir los favores que otros gozan. Unos y otros se olvidan por completo de la literatura.
No me acuerdo quien lo decía hace tiempo, que en las tertulias entre escritores solo se hablaba de premios y prebendas, de que si fulanito le dan esto porque su mujer tal y cual, o su primo, o que si se afilió a tal partido.
Y en cuanto a los congresos y reuniones de escritores con público, Vázquez Montalbán lo describió muy bien hace bastante años: "Las reuniones de más de tres escritores deberían estar prohibidas por ley. La mayor parte de ellos vendería a su padre con tal de tener una frase ingeniosa que los demás celebraran"
Ostia es el puerto de Roma, o sea, que lo otro.
ResponderEliminarGracias, Pedro.
Oswald.
"Voy a escribir más, voy a escribir mejor. Me sentaré frente a la ventana y miraré a través de ella, lejos del ordenador que todo lo nubla, y ya veréis por mi. Lo haré todos los días, me obligaré como sabiamente dices, es la mejor manera, es la única manera."
ResponderEliminarSi señor!!! SI SEÑOR!!! Y aquí me tendrás para leerte!!! Como a Priede, Doiraje…todos los q nos acercamos a esta ventana tuya…los q dejamos comentarios y los q no.
Y lo hacemos por gusto.
Los demás…oye…pues…
Un besote, Kufis!!
Más al difunto G. Viñó:
ResponderEliminarEse trío, que tu peso
se ha quitado al fin de encima
se junta frente a tu sima
a festejar tu deceso
y bailan sobre tu tumba
meneando su pandero,
con su proverbial salero,
los tres juntos una rumba.
Oswald.
Pedro
ResponderEliminarNo sé cómo tomarme eso de confundirme con un cura. Bueno, conozco a unos cuantos que escriben muy bien. Por cierto, para dar una homilía no hace falta ser cura, basta con ser diácono (que también exige su ordenación). Los diáconos pueden ser hombres casados, como así lo son en su mayoría, pero no pueden confesar. Así que tranquilo, ni aunque fuera diácono podría tomarte en confesión, pero, si quieres, podría tomarte como paciente. Aunque tal vez esto te dé más miedo todavía.
Que Kufisto necesita encontrar su tono expresivo, bien, es verdad. En ello está. Lo de los saltos, las citas ocultas o no explicitadas es un recurso abusivamente utilizado en la literatura (tanto en narrativa como en poesía) contemporánea. Buena parte de lo que escribió Ezra Pound, Joyce o hasta Rubén Darío o el propio Borges es un puro salto, lo cual, en efecto, hace perder inteligibilidad al texto y hasta elegancia. ¿Pero y lo valorado que está la literatura difícil de entender? A mí este recurso siempre me ha parecido un rasgo de snobismo. Usarlo de forma sistemática, un completo error. Lo verdaderamente elegante es ser culto sin parecerlo: escribir sencillo, de forma transparente, con léxico rico y adecuado, sin rebuscamientos. Hay mucho ego en que no te entiendan o solo unos pocos. Espero que a Kufisto esta tendencia se le pase como quien supera una cierta fiebre infantil.
Redondilla moral a Kufisto:
ResponderEliminarSi llegaras a estar, Kufisto, en boga,
procura mantener la mente fría,
pues aún más que el caballo, la maría
y la farlopa el éxito nos droga.
Oswald.
Dedicado especialmente para Kufisto, este cuento de Kafka, "Ante la ley". Para que nunca se detenga ante su puerta:
ResponderEliminar"Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
-Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora.
La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:
-Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.
El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.
Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice:
-Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.
Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino.
-¿Qué quieres saber ahora? -pregunta el guardián-. Eres insaciable.
-Todos se esfuerzan por llegar a la Ley -dice el hombre-; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?
El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora:
-Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla."
Así que tranquilo, ni aunque fuera diácono podría tomarte en confesión, pero, si quieres, podría tomarte como paciente. Aunque tal vez esto te dé más miedo todavía.
ResponderEliminarContigo reñiría. Prefiero a Gaditano, pa jartarme de reír. Gaditano era gracioso sin él pretenderlo; tú eres muy serio. Acompañas el diagnóstico de moral, así que discutiríamos de moral y de ética.
Yo vivo desde siempre en la cuerda floja, económica y anímicamente. Desde siempre. Desde los quince años, y ya he pasado de los cincuenta (miedo me da cada vez que lo pienso). No sabría vivir de otra manera; no me reconocería.
Mi violencia es simbólica, imaginaria; hacia dentro y hacia fuera. Miedo me da que algún día deje de serlo. "Armado con una escopeta y en calzoncillos y camiseta, salió al balcón de su casa y disparó repetidamente sobre la procesión del Corpus. Luego, en el mismo balcón, desembaló una pizza Tarradellas y se la comió fría. Diez minutos después falleció". Mi final será una cosa así, acorde con lo que ha sido mi vida.
Y no te tomes a mal que te compare con un cura. He dicho un buen cura, y el que yo sea ateo no significa que desprecie a los curas por el hecho de serlo. Ni a la religión.
No, no me lo he tomado a mal. De hecho, casi me haces un cumplido. Pero no, Dios no quiso que fuera sacerdote. Y gracias por lo de que soy un profesional serio, aunque una cosa es el diagnóstico y otra la moral. Aunque es cierto que no hay terapia sin moral.
EliminarQue tu violencia siempre sea simbólica, y tu afecto real, muy real, como así es. No te conozco, pero siento que tu vida, haya sido como haya sido, no se merece ese final.
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ResponderEliminarMuchas gracias, amigos.
ResponderEliminarBuenas noches y hasta mañana.
Armado con escopeta,
ResponderEliminaren tanga y en camiseta,
sale al balcón de su casa
y del Corpus Christi arrasa
la sagrada procesión;
luego se da un atracón
de pizza y sin confesión
-y está claro que en pecado
por el pifostio que ha armado-
espicha de un reventón.
SONETO MORAL A KUFISTO
Si consigues, Kufisto, estar en boga,
procura conservar la mente fría
pues más del buen juicio nos desvía
el éxito que todo vicio o droga.
Si vences y su código deroga
Fortuna manteniendo día tras día
hasta tu fin tu fama y nombradía,
de tu orgullo las llamas siempre ahoga.
Si asciendes a la cumbre del Parnaso
y moras de las Musas al abrigo
y del excelso Apolo a un solo paso,
intenta alguna vez hacernos caso,
que merece del Tártaro el castigo
quien al triunfar olvida a un buen amigo.
Oswald.
Coño con el maestro de versos. Ya decían aquello de "niño coplero, niño puñetero." Bueno, en realidad era "niño refranero..."
ResponderEliminarHe estado leyendo una buena retahíla de maldades en La Fiera Literaria. Hay muy mala leche. Aunque a veces te ríes. Cuenta Juan Goytisolo que Alberto Cardín le llamó --hace de esto casi treinta años-- "sodomita gerontófilo". Se lo tomaba con humor. La verdad es que tiene gracia. En otro, para hablar de Elvira Lindo y Muñoz Molina les dicen "Lindurri y Muñorri". Y los caricaturiza así:
Mientras los colaboracionistas acudían a la boda principesca,
Lindurri y Muñorri (en la foto) se dirigían a las barricadas
http://www.lafieraliteraria.com/images/Mu%C3%B1oz.png
No me gustó Viñó en el debate de Sánchez Dragó. Muy resentido, muy de que me han marginado y yo valgo muchísimo. No hablan de literatura, solo de chascarrillos del mundillo literario, de escritores y críticos trabajando para la misma empresa. No está de más, pero eso no tiene nada que ver con la literatura.
Mala baba. No me gustó. La Fiera está bien que critique a todos esos caras, pero se pasa. A mí al menos me aburre tanta malicia.
Que tu violencia siempre sea simbólica, y tu afecto real, muy real, como así es. No te conozco, pero siento que tu vida, haya sido como haya sido, no se merece ese final.
ResponderEliminarOye, pues si te digo la verdad prefiero morir así que en un hospital. No disparando contra la procesión del Corpus, que ya no soy anticlerical, pero contra la terraza de la cafetería de enfrente, igual sí. Que no hagan mucho ruido, por si acaso.
A mí no me gusta la vida; la acepto, pero no me gusta. Es como vivir con una mujer a la que no amas. Cuantas veces ocurrirá eso en la vida. Tampoco hay más opción que la vida o la muerte, el ser o no ser, que decía aquél. Las otras formas de vida son demasiado ajenas para entenderlas bien. Y hablo de los animales; no digamos de las plantas. ¿Qué sentido tiene ser una lechuga, como no sea dar servir de comida para otros?
Parece un pecado decir que no te gusta la vida, pero yo no lo considero así. No me gustan las fuerzas que nos obligan a todo, desde los genes, sean cuales sean, hasta el prójimo, sea también el que sea, y lo mismo aquí que en Sebastopol. Y no me gusta porque no conozco manera de mejorarla. De distraerse de ella, sí, pero de mejorarla, no. A lo sumo puedes esperar una mejora en la conducta de los individuos, pero al fondo siempre late lo mismo, que no es otra cosa que la presión de estar en el mundo.
Me conformo con ir entendiendo; pero cuanto más entiendo más necesito evadirme. Raro que no sea drogadicto.
A ver qué escribe ahora el vate.
EliminarOswald: sácame de nuevo al balcón y hazme decir algo a la concurrencia
Verás Kufisto:
ResponderEliminarEscribes muy bien. Eso es innegable. No me voy a meter en tu afirmación chulesca puesto que, tienes razón, en realidad lo que hagas en tu microuniverso me importa un comino.
Me parece muy bien tu bravata, tu bravuconería, digamos, sobre Borges y sobre si sé o no leer. Me parece genial lo primero, sobre todo, pues aquí es donde se encuentra la risión, después de encontrar faltas ortográficas en tu blog. Y me parece genial lo segundo, sobre todo porque he cerrado blogs que dejan los números del tuyo en pañales: Decenas de veces más entradas, más visitas y más fama. Cuando cerré el mío con decenas de miles de entradas y varios años abrías el tuyo. Tranquilo, pequeñín, que te hablan los mayores.
Sin embargo, Público, con "P", cuidado, dado que es un nombre propio, pues me refiero al periódico, es un servicio que uso yo y que usamos muchos y que, si todo el mundo usara para hacer publicidad no deseada, o sea, SPAM, perdería la función tan útil de los comentarios.
El problema de poner la dirección de tu blog donde no viene a cuento, o sea, en una noticia de un periódico no relacionada, es que te arriesgas, o más bien, pides a gritos que alguien te lo afee, que es a lo que vine. Y el problema de contestar de una manera tan prepotente en una entrada de un blog tan fantasma es que cualquiera que haya pasado de los 20 te lo va a volver a afear, que es por lo que vuelvo a comentar.
Sí, sé leer. Sí, sé escribir tan bien como tú (y eso es, lo reconozco, muy bien) y sí, has metido la pata con algo tan poco ético como hacer spam de tu página donde no debías. Si se te vacía ese orgullo tan henchido supongo que terminarás cayendo en la cuenta.
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Eliminar"Si se te vacía ese orgullo tan henchido". ¿Si se te vacía de qué, ese orgullo? ¿el orgullo se llena de algo para "henchirse"?,¿dónde se explica eso?,¿qué significa? Sara Mago, (je vais toi dire), significa que no escribes bien. Que eres uno que se las da y que no sabe que no sabe. Un pobre incauto perdido en la jungla progreta y cutre y antiespañola de nuestra pobre cultura medio muerta. ¿Qué más da que seáis muchos, que aparezcan tus pretendidos ídolos en cien posters y cien postres? No vale nada. Kufisto es precisamente el bueno, nunca podréis contra él, desgraciados. Os hace un honor gigantesco publicando algo en vuestro mundo de villanía y sacatajadas.
EliminarOye, tú quién eres ¿el director de Público?
ResponderEliminarHoy mismo veía la indigencia de los que comentáis allí. Sois anticapitalistas, decís, pero odiáis a Putin porque favorece a la Iglesia ortodoxa y es contrario al matrimonio homosexual. En eso ha derivado la izquierda. No sois más que progretariado y peronismo. El único que ha logrado frenar a los saqueadores financieros y a sus ejércitos, y mirad cómo lo ponen estos zascandiles. Leed los comentarios. Piensan, los muy imbéciles, como la derecha, que eso del matrimonio homosexual y fragmentar la sociedad concediendo un estatuto de privilegio a las mujeres es cosa del progresismo español, y no de los Rockefeller y de la élite plutócrata, que fragmentan las sociedades todo lo que pueden para así gobernar a sus anchas. Estos son los del pensamiento cr´tico y progresista .Eso os da una idea de lo que es la izquierda española y su indigencia intelectual. Una perrera que necesita odiar para decir que son algo, sea al rey, a la derecha, a España. Leed los comentarios:
http://www.publico.es/internacional/481714/trasladan-a-una-carcel-siberiana-a-una-integrante-de-pussy-riot
Estos también deben de ser fascistas.
Evo Morales contrario al aborto
http://actualidad.rt.com/ultima_hora/view/100486-morales-aborto-delito
El socialista Correa, contrario al matrimonio homosexual.
http://www.infovaticana.com/el-socialista-correa-contrario-al-matrimonio-homosexual/
Oye, ¿pero de dónde habrá salido este? Y me parece genial lo segundo, sobre todo porque he cerrado blogs que dejan los números del tuyo en pañales: Decenas de veces más entradas, más visitas y más fama. Cuando cerré el mío con decenas de miles de entradas y varios años abrías el tuyo. Tranquilo, pequeñín, que te hablan los mayores.
ResponderEliminarOye, ¿y esos blogs ya no están disponibles? Sería una pena. O una risa. Como lo del chucho hambriento que le dice a otro: "Sabés, pibe, sho ashá en Buenos Aires era un dobermán"
Eliminar"Me conformo con ir entendiendo; pero cuanto más entiendo más necesito evadirme. Raro que no sea drogadicto."
ResponderEliminarSí, a mi me pasa igual. Supongo que tengo mi propio mundo para no caer en ello. En cuanto a la vida, siempre pienso que es mejor llegar hasta el final, sea mañana o dentro de cuarenta años, y ver si mejora la cosa, aunque jamás me reiré ni miraré por encima a alguien que se quite la vida.
Este Eugenio huele a agente del CAC en versión académico de la lengua, vaya humos. Creo que lo que le molesta es que no se haya dicho que Borges era catalán, como Cervantes o Cristóbal Colón. Verás.
Ese tipo que tiene de foto a José Saramago es un mierda. No le conozco, pero la foto de Sara Mago ya dice lo que hay que saber.
ResponderEliminarEn cambio la cita de Borgnine, ahí donde está, para mí vale una subscripción desde ya a lo que cobre Kufisto. Baratica, ojo, "cada cual según sus posibilidades". A mí me da igual que nadie sepa a qué se refiere. Me hace sentir mejor que nadie lo sepa.
Kufisto es uno de los buenos de esta generación, de la generación de los vivos. A mí como lector no me cambia la lectura que triunfe o no. Bueno, sí, si triunfara socialmente, me sentiría más lejos.
Pero te animo a ello. Yo creo que eres capaz de todo. Borges escribe también en su tiempo libre, y a lo mejor el tema es dedicarle definitivamente la vida. Está en tu mano.
Pero
no menosprecies a los que te aprecian. Ni harto de vino. No creo que Borges lo hiciera nunca.
¿Ha venido el CAC a por Kufisto?....Esto ya es grave. Se persigue el talento.....
ResponderEliminarDespués de todo creo que algo bueno se puede sacar de esta situación: Lo que no te mata te hace más fuerte. Si salimos de esta, España saldrá más fuerte. Y si no, saldrá destrozada y de rodillas.
ResponderEliminarUn saludo a todos.
Oye, Kufisto, ¿Cuándo llamaste Paquirrín I al nuevo Papa, ya te olías lo que iba a hacer?Joer, que atino.....
ResponderEliminarEso fue más cosa de Pedro, también un maestro en esas cosas.
EliminarVi un hilo suyo en la Burbuja donde se refería a Bernoglio como Paquirri I; me hizo tanta gracia que intenté mejorarlo a mi gusto, pues viendo por donde iban sus tiros me pareció demasiado llamarlo como a un torero tan macho como Paquirri. Así, acordándome de su inimaginable hijo, parecióme que le iba mejor a uno tan sin sustancia, como el 1 en lugar del I, pues este tiene poco de romano y mucho de lo de hoy.
Tengo poca inventiva, pero se oyen muchas cosas buenas tanto en la calle como en la Red. Sólo tienes que acomodártelas.
Un saludo y gracias, Hegemon, así como a todos los demás y muy especialmente a Menorqui, ese genio de la vida.
Pedro:
ResponderEliminarEres muy pesimista y creo que exageras, si me lo permites decírtelo. No transmites esa pesadumbre de la vida en la vitalidad de tus escritos ni tampoco esa desidia o asco por el mundo. Te preocupas y sigues buscando respuestas. No es la actitud de alguien que NO ama la vida. Tal vez no sea un amor declarado pero si que existe. Me parece a mi. No eres ajeno a la vida.
No, no es asco a la vida ni pesimismo, ni "depre", que dicen ahora, porque ahora todo se psicologiza. Es desdén. Desprecio. Si fuera aguerrido me iría a la guerra. Por una causa que considerase justa, claro.
EliminarEso no quita que en la vida haya cosas hermosas, claro que no. Pero mira por donde que las más bellas son siempre imaginadas o perdidas, recuperadas desde el olvido. Tan estúpida es la vida que necesitamos contarla, relatarla, que es tanto como edificarla, construirla, y de ese modo dejarla casi irreconocible, porque de no ser así la vida no es más que una máquina ajena a nuestra voluntad, sometida a los instintos y la supervivencia.
¿Es suficiente ese relato que todos construimos acerca de lo que nos rodea? No sé. Digamos que es inevitable, como aquello de "el arte sucede", con lo cual tampoco somos libres cuando relatamos, cuando contamos.
Es que ni a la guerra nos dejan ir, Pedro. Decía un genio alemán que la guerra es la máxima expresión humana. Decir eso puede ser cruel por su contenido real. Seguro que tiene varias interpretaciones.
EliminarLa vida puede ser estúpida pero es sublime y muy sofisticada. Tanto que no paramos de buscar su significado y su sentido. La vida está llena de misterios por eso la hace excitante. Sólo los descubriremos cuando pasemos a un estado superior. Y aún no estoy seguro que nos permitan acceder a la sabiduria total hasta ascender a varios estados más. Tú, que disfrutas como nadie con ellos no sé si conoces esta página que llevo viendo toda la mañana de resfriado y fiebre: "Nuevo orden mundial"
http://www.nuevoordenmundial.es/videos/klaus-dona/artefactos-de-civilizaciones-desconocidas/
Reconozco que mis pasiones de adolescente no se han perdido, han quedado a fuego, como a Malpharus que leía, como yo, a Daniken. A ver, que yo soy de ciencias - por eso lo lelo en literatura - de ahí lo de buscar respuestas y ser escéptico con las conspiraciones y todo eso que tanto os criticaba, pero hay cosas que no se pueden explicar, macho. No sin tener la mente puesta en cosas extrañas o más allá. 50 años de lo de JFK no han asentado lo que se supone es racional. Así que no te digo nada sobre cosas tan extrañas como tantas otras sin explicar por la ciencia.
Yo creo que Pedro, al conseguir lo que quería, vivir a su manera, perdió el equilibrio necesario para mirar la vida con ojos que puedan ir soportándola, incluso quererla.
ResponderEliminarMe explico: si yo viviera como él, a mi manera, creo que sería aún más infeliz; pues es el contacto con los otros, aunque sea obligado, lo que ata a tu cabeza cuando has tenido el infortunio de nacer con la que te tocó.
Yo lo veo a él (una de las mejores personas que he encontrado en mi vida, alguien que me ha ayudado lo que jamás podré agradecerle) y me veo a mi mismo si viviera a mi gusto. Por eso lo siento tan cercano y por eso me ha dolido tanto eso de que no le gusta la vida; algo que oí hace años por parte de una desconocida y que hizo que me entristecería mucho. Tanto que no he podido olvidarlo.
Y sé que lo dice sin amaneramiento, sin ponerse "trágico", por íntimo convencimiento, y que tiene sus días buenos, o sus momentos, esos que a veces parecen justificar todo lo demás.
Yo me honro de su amistad, que alguien como él, en la etapa que camina, encuentre algo en alguien como yo.
Pero quizá sea mejor vivir de otra manera. O no enteramente a la tuya. Al menos para nosotros.
Conseguir muy pronto las metas que uno se impone en la vida puede que produzca frustración, confundido con pesimismo. Al carecer de nuevos objetivos hace la vida más aburrida. No sé si será el caso de Pedro. Creo que no. Yo creo que Pedro, al tener una visión más amplia de la vida que los demás, por muchas cosas, le provoca esa sensación que dice él de desidia y esas cosas. Pero en el fondo a todos nos pasa lo mismo. Todos somos diferentes pero buscamos lo mismo.
ResponderEliminarEn el fondo yo sé que lo dicho por mí lo entendéis muy bien, porque de alguna manera vosotros también lo vivís, lo sabéis por propia experiencia; del mismo modo yo podría suscribir totalmente lo que vosotros estáis diciendo. Digamos que lo que he dicho, todos, de un modo u otro, nos lo planteamos. Concluir que la vida no vale nada o que la vida es maravillosa, está fuera de lugar, es un alarde de estupidez, y momentáneo, porque es muy probable que si hoy decimos uno, mañana o el año que viene digamos lo contrario.
ResponderEliminarY en cuanto a que vivo como siempre deseé --bueno, mejor con un poco más de holgura económica--, es famosa la frase aquella de ten cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se cumpla, atribuida, como tantas otras, a Wilde. Quizá tenga que ver con la que dice siempre acabamos destruyendo aquello que amamos, y me suena que también es de Wilde, de la Balada de la cárcel de Reading. Así como la muerte es el final --a pesar de lo que diga el himno de la Armada--, así en vida asistimos al final de casi todo lo que nos estuvo acompañando, sobre todo lo que ya estaba al principio, antes de que apareciéramos en el mundo. Y hay como una venganza a ese destino, por un lado desearíamos no existir y por otro desearíamos la inmortalidad, que si bien lo pensamos todavía es más terrible que la muerte, porque ser inmortal en carne mortal sin duda que es una condena. En definitiva: deseamos imposibles, y en cuanto a lo que nos es posible, una vez lo alcanzamos, quedamos vacíos. Parecido a esa maravillosa escena final de El graduado, cuando la pareja se fuga la mar de feliz; y una vez en el autobús, rumbo a la vida que les queda por delante, se quedan callados, pensativos, taciturnos.
Psdt/ Eso de que te ayudé mucho, Kufisto, no lo hice por gentileza, o porque necesitaras ayuda, sino porque vi que escribías bien. Siendo el mismo que eres, si me aburriera lo que escribes no te hubiese animado a seguir.
Casi no recordaba esa escena tan buena...¡Ay, las piernas de la Bancroft...! Alguna cayó con ella. Y ahora me acuerdo de otra con Jacqueline Bisset de primeros de los ochenta, "Cloud" o algo así, hacía de madura amante de un jovencito...¡Cuantas noches no soñaría con ella!
EliminarMe ayudaste y me ayudas, y mejor aún por el motivo. Tampoco yo lo hubiera querido de otra forma ni lo hubiera esperado de ti.
Todo lo demás que cuentas es tan brillante que no puedo decir nada.
Un abrazo.
Psdt/ (otra cosa que me quedo;yo ponía PD o P.D. Soy un jodido vampiro) Esta noche voy a escribir algo bueno.
Mataiotes mataiotetos kaí panta mataiotes.
ResponderEliminarHasta siempre... o hasta que vuelva a ver Spam. Es lo malo de hacer spam: Que atrae, entre otros, a los que no te doran la píldora.
Btw: Saramago es mejor que Borges.
Viniste creyendo que te ibas a encontrar una cosa y te encontraste otra que te ha desconcertado y asustado.
EliminarCreyó que esto era una mierda para mierdas y se ha encontrado algo mucho mejor de lo que esperaba. Creo que se ha sorprendido y se ha asustado un tanto, de ahí su decepcionante despedida.
EliminarPor mi no hay problema si quiere volver, peor empecé con Pedro y mira ahora; además que aún diciendo tonterías las escribe sin faltas ortográficas.
Psdt/ No he leído a Saramago ni voy a hacerlo: perro sólo come perro cuando no tiene un buen filete.
Y yo comí bien.
Ya te digo, estaba acostumbrado a sobrevivir entre cartones y al encontrarse rodeado de terciopelo, se asustó.
EliminarDe Saramago sólo me gustaba su afán por unir a españoles y portugueses a los que consideraba la misma nación. La idea se expande poco a poco, pero está ahí.
ResponderEliminarOtra cosa eran los "spam" del portugués.......tenía cada ocurrencia comunistoide que metía miedo y producía la duda de que su literatura estuviera a la altura, por ejemplo de Borges, entre otros. Para escribir bien no hay que estar envenenado. Saramago lo estaba. Kufisto no lo está. Ya tiene una ventaja con respecto a los demás. No sé mucho de literatura pero por lo he que leído, Saramago estaba sobrestimado. Eso decían.
ResponderEliminarQué pesado, coño. Banéalo, hombre
ResponderEliminarJajaja...
EliminarVio el Aleph y quedó ciego. Natural.
ResponderEliminarAaaaah. El sarcasmo y la malicia te acabarán pasando factura. O te darán una flebitis que te llevarán al otro barrio, como a Quevedo. (Digo lo de flebitis porque en sus últimas cartas, cuando estaba en su casa de campo y le dolían las piernas y ya casi no se podía mover, decía que tenía para comer de todo, y por lo que describía cabe decir que no era una dieta muy recomendable para un enfermo, porque hablaba de embutidos de todo tipo).
Veía el Aleph precisamente porque era ciego.
Ostia puta.....esta tarde de asueto me mata. ¡¡¡Le estoy dando al mando cosa fina, y al cabo de 20 canales me encuentro con uno de estos culebrones hispanoamericanos donde salen unas jatas que me sube más la fiebre!!! ¡¡¡Vaya hembras!!.....Bajo el volumen de la TV mientras escucho la radio por interné. Bueno, también me he atrevido con La Ratonera.....jope....
ResponderEliminarSon unas pájaras de mucho cuidado. Insoportables. Lo sé porque trabajé con una, y cada vez que venían sus amigas, de su clase social, era tremendo. Puro culebrón.
EliminarSin llegar al lumpen prefiero a la mestizas más populares, por regla general colombianas, las de ay, mi amolsito, achuchúrrame que me tienes llena de sobrosura. Tienen gracia. También son demasiado interesadas, pero tienen disculpa por la pobreza; lo que no vale para esos putones de las teleseries, esos pendones envueltos en la más empalagosa verborrea. Malas como la puta que las parió. En esa clase social son así. Doy fe. No me extraña que luego surjan los Chavez de turno y se lleven todo por delante.
No todas, Pedro. Depende de la clase social. Pero por regla general son como las pintas.
EliminarPedro:
ResponderEliminarDices que no te gusta la vida. No sabría qué decirte, al menos para no parecerte un cura, aun de los buenos, ni para que no acabes cagándote en "mi" Dios.
El hecho es que buena parte de mi vida me la he pasado sin gustarme nada la vida. El "gracias a la vida que me ha dado tanto" no lo sentí hasta muy tarde, pasados ampliamente los treinta. Y me costó literalmente Dios y ayuda descubrirlo. No voy a hacer una segunda versión sentimentaloide de esta canción, pero eso que llamas "la" vida son muchas cosas de las que tú sabes disfrutar como el que más (y digo como el que más en su sentido estricto, pues nada como sufrir mucho para valorar lo que en apariencia no tiene importancia). La vida es un paisaje bello, una sabrosa fabada, el cariño de un animal doméstico, cualquier obra de arte de la que puedas gozar, la charla intrascendente con una persona amable o simplemente educada, la mujer con toda su vitalidad, la atracción sexual, la atracción moral, la atracción espiritual...
Lo que se nos hace difícil, muy cuesta arriba, es la aparición de aquello que nos daña, que nos hace mal. Pero a nada que uno se observe un poco se dará cuenta que también en nosotros anida la capacidad para dañar, para hacer mal. Es difícil sustraerse al influjo de la maldad, la propia y la ajena. De hecho, sustraerse por completo es imposible. Pero algo cabe hacer. Pues aunque esta maldad hace que la vida sea dura, amarga y pesarosa, como dijo el poeta, también nos acompaña una sed de plenitud (llámalo como quieras). Y esta sed es el motor real de nuestras vidas, el más profundo, aunque se halle oculto tras capas y capas de otras motivaciones más pedestres o circunstanciales.
Por mi parte, ya en el otoño de mi vida que cada día va siendo por ley de esa vida, de "la" vida, más frío, puedo hacer mías también las palabras de aquel mismo poeta que le parecía duro, amargo y pesaroso el ejercicio de vivir:
"Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín..."
Y estar aquí, sin más, en este blog, charlando con vosotros, compartiendo nuestras cosas con sinceridad y con sencillez, es un rosal hermoso al que me acerco porque mi sed de amor no tiene fin. A la vida ya le pido muy poco. Y aquí recibo mucho de vosotros. Sí, este es un hermoso rosal. Y el otoño, sí, es la estación más bella, aunque solo sea porque ya es la única que me queda.
¿Y el invierno, amigo?
EliminarBueno, en el invierno ya solo cabe abrigarse, buscar los rayos de sol para que el frío no sea tan poderoso. El invierno es el final. Pero sí, hasta el frío puede ser bello.
EliminarKufisto, ten cuidado con las puertas a las que llamas. Muchos no te abrirán, y los hay que te abren para darte un puñetazo. ¿A quién se le ocurre llamar a "Público"? Ni al que asó la manteca... ¿Qué esperabas obtener de allí?
ResponderEliminarBueno, todos nos equivocamos. Solo procura que no sea por inconsciencia. O esto se nos va a llenar de martíneces (o martín-heces) admiradores de Saramago.
Es la vanidad, las ganas de pescar aunque casi siempre extraiga botas viejas, como Charlot. Pero hubo algún que otro salmón que todavía echo de menos.
EliminarAh..., ¿pero pescaste algo?
ResponderEliminarBasura......sólo arrastró basura.
EliminarHegemon, cuídate.
EliminarVarios; uno de ellos de lo mejor que ha pasado por aquí. Un compatrioto, como diría Cervantes de Sancho en cuanto a don Quijote, un tipo inteligente que escribía que daba gusto, aparte de que sabía leer. Creo que acabó por no soportar mis incorrecciones con algún que otro lugar común e intocabílisimo. No dijo nada, desapareció. Daniel, se llamaba. Y maldecía haber nacido un 18 de julio cuando se enteró de que yo lo había hecho el 22...En fin, una pena.
EliminarHubo otros, la mayoría de los que se cuentan como mis seguidores supongo que vendrán de allí, pues no spameo en ningún otro sitio. Pero aquel fue el mejor.
Pobre... Mira que si nace un 1 de abril.
EliminarJajaja...Bueno, voy a ver si hago algo.
EliminarSi, una pena. Eran cultivados. Alguno hasta dominaba el griego clásico.
EliminarJajaja...la madre que nos parió a todos.
EliminarBueno, que va, que sino no empiezo.
Un saludo.
Doiraje
ResponderEliminarBueno, eso que dices es aquello de hacer de la necesidad virtud. No deja de ser una estrategia útil. Eso demuestra que la vida ha de reconstruirla cada uno. Digo 'reconstruirla' porque tenemos que usar los materiales que hay al alcance, y que muchas veces proceden de un derribo.
Vivir es eso; y yo soy el primero que se burla de aquellos que piden a la vida lo que la vida no le puede dar a nadie.
Reconozcamos entonces que nunca se alcanza la plenitud siempre anhelada. Es más: por regla general, y en la mayoría de la gente, el infortunio tiene más peso que la dicha. Pero aun en el caso de que la dicha tuviera más peso, con frecuencia, si lo pensamos, es una dicha breve, con final. Y si fuera extensa es probable que no sea más que pura inconsciencia, un vivir sin hacerse preguntas. Por eso mi desdén por la vida.
Tendemos a ser drásticos: si no hay dicha, entonces es desdicha lo que tenemos. No, no es eso lo que digo. Digo que la vida tiene un valor muy relativo. Si le damos un carácter absoluto, lo que probablemente estamos haciendo no es otra cosa que acomodar el instinto de supervivencia a un discurso racional, porque como no hay más vidas que esta, debemos magnificarla, a la manera como los pobres más pobres de las favelas más pobres acomodan la suya. Muchos dicen que hay otra vida, y, por algo será, una vida mejor que esta (ya nadie cree en el Infierno). Sin embargo no se atreven a salir de la vida que viven, que vivimos. Una pregunta solo: ¿Esto es todo? ¿Existir es esto? ¿La vida que vivimos, por más placeres que reúna, es todo lo que cabe esperar de la existencia? No me extraña que exista la necesidad de creer que hay otra vida mejor.
Sé que a muchos los descorazona lo que digo, y que si lo digo en otro lugar, inmediatamente deducen que uno no es más que un pobre desdichado. Si por ellos fuera te medicaban. A mí no me descorazona deducir eso que digo, simplemente lo digo con la mayor frialdad: el desdén a la vida no es amor ni desamor a la misma; es, según veo yo, una manera lúcida de no caer en el vitalismo ni en el nihilismo.
La vida hay que quererla por lo que tiene de valiosa, pero también despreciarla, dado que es habitual el sufrimiento innecesario, gratuito, fortuito, azaroso. O peor aun: innecesario pero útil a otros. Pensad en toda la gente que sufre sin tener culpa ninguna: en Siria, en Irak; en los miles de millones --que se dice pronto-- que apenas comen. Esos también viven y no se hacen estas preguntas porque ni siquiera tienen tiempo. No desean otra cosa mas que paz o un plato de comida caliente. En un documental un viejo afgano decía: "lo mejor que podían hacer es que nos maten a todos, así dejarán de tener problemas con nosotros y nosotros dejaremos de combatirlos". ¿Tan sagrado es vivir? Creo que era Epicuro el que decía que es absurdo tener miedo a la muerte. ¿Por qué temer el no-ser?
Kufisto:"Por eso lo siento tan cercano y por eso me ha dolido tanto eso de que no le gusta la vida; algo que oí hace años por parte de una desconocida y que hizo que me entristecería mucho. Tanto que no he podido olvidarlo."
ResponderEliminarImagino que te refieres a esa llamada telefónica de una chica que llamó a un programa de radio diciendo que su hermano se suicidó "porque no le gustaba vivir". Recuerdo que lo pusiste no sé si en una de tus entradas o en los comentarios charlando conmigo hace tiempo, y también se me quedó grabado, pero por lo que le he leído todo este tiempo a Pedro, y las explicaciones que ha dado, no parece que estén demasiado cerca uno del otro, sobre todo por lo obvio, que uno se quitó la vida y el otro no. Pero aparte de eso, lo de la llamada daba escalofríos, una profunda tristeza, según lo contabas tú que era según lo recordabas que contado aquella chica, cosa que jamás me ha pasado leyendo a Pedro, al contrario, este se pasa la vida aprendiendo y entendiendo y se le ve conforme aun con sus penalidades. Es más, varias veces le he leído decir que no se cambiaba por su él de hace unos años ni loco. Pues es que a lo mejor la vida es todo eso, aprender e intentar entender lo que te rodea.
Exactamente, Sergio, esa era.
EliminarTengo que dejaros un rato. Vamos a ver qué tal sale lo de hoy.
Pedro, lo que dices en tu mensaje de las 20:17 me ha recordado a una cosa que no dejo de oído, y es que la gente "alcanza la felicidad", como si hubiesen estado subiendo una montaña y al llegar a lo alto se quedasen a vivir allí para siempre. Lo de esta gente es como si esa "felicidad", que yo creo que es gilipollez pura y dura, es como si hubiese llegado para quedarse y el que te bajase entonces es un cabrón fascista aguafiestas. Digo yo, que la felicidad son "momentos" muy pasajeros en la vida, aunque bien es cierto que se puede tener una sensación general de bienestar, pero no creo que sea lo mismo. "Hay que ser feliz", cuantas veces lo habré oído...
ResponderEliminarPedro, lo que dices en tu mensaje de las 20:17 me ha recordado a una cosa que no dejo de oír...
EliminarParte I
ResponderEliminarPedro:
Thomas Bernhard (del que te/os recomiendo la lectura de su autobiografía novelada en cinco volúmenes -de lo mejor que he leído en prosa, a pesar de su diabólico modo de escribir, que resulta ser maravilloso-) decía que vivir consiste en desescombrarse, en quitarse de encima los escombros que otros han ido echándote encima. Bernhard tuvo una infancia y una juventud terriblemente duras; pero posee la verdad de quien ha sufrido horrores, aunque sus conclusiones ya no las comparto como cuando le leía hace 25 años.
Es cierto que toda vida es una construcción, y en no pocas ocasiones (como la de Bernhard, como la mía), auténticas reconstrucciones. Pero ni se construye desde cero ni se busca la nada, pues de lo contrario, ¿para qué construirnos? No quiero resultarte pesado, pero hay un cierto orden en nosotros que, por decirlo así, nos reclama. Esto se ve muy bien cuando hablamos de nuestras necesidades más básicas: hambre, sed, higiene, supervivencia... Y al igual que existe este orden básico, existe un orden más complejo que remite a nuestras necesidades de otro tipo: de comprensión, de afecto, de compañía, de apego... Cuando vemos una mujer que nos atrae suele ser normal que rápidamente fantaseemos no solo acerca de su cuerpo o del posible goce sexual que pudiéramos compartir, sino que pensamos en estar con ella, en saber de su vida, de sus gustos, de su personalidad, de lo bueno que sería su compañía; y anhelamos cosas simples: pasear juntos, una cena, acudir al cine... Y también hacerla el amor, aunque ya digo, no solo ni fundamentalmente. En definitiva, queremos conocerla.
Todo esto remite a ese orden del que estamos hechos. Ello no es malo. Pero dentro de ese orden, también el error, la mentira, la maldad tiene su lugar, no tanto como un elemento más que justifica ese orden, sino como una posiblidad que permite, pues ese orden, nuestra naturaleza, se funda en la libertad: somos libres para decidir sobre nosotros mismos, sobre nuestra vida. Y esto sin duda es un riesgo.
Parte II
ResponderEliminarPedro:
Así, decidimos según como estamos hecho, y dentro de las posibilidades que permite, también desde nuestras experiencias y vivencias. Bernhard no hubiera escrito lo que escribió y de la forma en que lo hizo si su vida hubiera sido otra, más "fácil", digámoslo así. Si yo no hubiera crecido en el ambiente que crecí, yo sería completamente otro, aunque me llamara igual y mis magnitudes fisicas y fisiológicas fueran idénticas. Decidimos desde lo que somos y desde lo que hemos vivido que ha dejado huella en nuestro ser. Y también, cómo no, desde lo que vamos viviendo.
Todo esto nos influye para emitir un juicio como el que haces, "no me gusta la vida". El hecho de sufrir nos puede volver más lúcidos, sí, o no. Depende. No sé quien dijo que la inteligencia es directamente proporcional al sufrimiento padecido. A veces sí y a veces no, como toda generalización. La mayoría de las personas que sufren en un grado que les resulta insoportable suelen acabar muriendo precozmente. Otras consiguen vivir con ese bagaje doloroso al modo de un superviviente. Y las menos, se hacen verdaderamente sabias y reconducen todo aquel sufrimiento en una inteligencia de las cosas que les ha abierto el corazón y el alma.
No quiero relativizar tu juicio taxativo. Lo que no te gusta, no te gusta, y punto, sea la vida o el chocolate blanco. Simplemente que veas con perspectiva desde dónde parte esa forma de ver, mejor dicho, esa mirada.
Uno nunca es el mejor observador de sí mismo, entre otras cosas porque la observación siempre exige distancia, y cuando el sujeto que observa y el objeto observado coinciden, la distancia es imposible. Yo te veo lleno de mucha vida, de mucha fuerza, con un corazón lleno de sinceridad y de verdad, de anhelo de verdad o de autenticidad, si quieres. Es cierto que también hay en ti cansancio, rabia, soledad no solo buscada sino de la otra, de la que hace daño, desprecio... Sí, pero para no gustarte la vida estás lleno de ella.
Y yo me congratulo de que así sea. Y mientras estés lleno de ella, todo está aún por vivir. Aunque no te guste...
Doiraje: también están las personas que dicen haber sufrido, pero luego no han aprendido nada de ello ni por supuesto se les abierto el alma ni el corazón, al contrario, lo utilizan para meterte el dedo en el ojo. Claro, que es que "ellos dicen que han sufrido", con lo cual también pueden ser unos mentirosos. He conocido estos casos, y son lo peor, porque no hay verdad en ellos, sino conveniencia con sus intereses. Coincido con lo que dices sobre Pedro: "Yo te veo lleno de mucha vida, de mucha fuerza, con un corazón lleno de sinceridad y de verdad, de anhelo de verdad o de autenticidad, si quieres. Es cierto que también hay en ti cansancio, rabia, soledad no solo buscada sino de la otra, de la que hace daño, desprecio... Sí, pero para no gustarte la vida estás lleno de ella.".
ResponderEliminarPor supuesto, Sergio. Hay gente que hace de su sufrimiento, incluso no siendo conscientes de la magnitud del mismo, el fundamento y la justificación para hacer sufrir. Y se emplean a fondo. Se entregan al rencor, a la venganza, a la envidia...; en definitiva, a la destrucción del otro.
ResponderEliminarY de estos hay legión, como bien sabemos cualquiera.
Están poniendo en TVE la de "El Golpe". Siempre me hizo mucha gracia la partida de cartas en aquel tren. Se pasa mucho ahí Paul Newman empapándose de güisqui y haciéndose el borracho, vacilando al malo (Robert Shaw)... timando al timador. "Señor Lineman", "¡¡L-O-N-E-G-A-N, es Lonegan!!", "Bueno, ya que nos hemos quitado de encima a estos primos..." jaaaaajajaja.
ResponderEliminarNuevo ovillo, amigos.
ResponderEliminarDoiraje: me refiero más bien a personas que saben que otro está mal y le cuentan que ellos también estuvieron mal en el pasado, y que le "entienden", pero luego se dedican a jorobarle encima pintándolo como si le estuvieran haciendo un favor demostrando que o no lo habían pasado tan mal en el pasado o si lo habían pasado mal no habían aprendido nada de ello. No sé cómo se define eso, pero es muy humillante ¿falsa condescendencia? No sé.
ResponderEliminarPedro: "¿Tan sagrado es vivir? Creo que era Epicuro el que decía que es absurdo tener miedo a la muerte. ¿Por qué temer el no-ser?"
ResponderEliminarHubo otro filósofo de la misma época que recomendaba la muerte, es decir, el suicidio; Hegesias se llamaba.
SONETO EXISTENCIALISTA
El hombre es en la vida un vagabundo
que tantea como un perdido ciego
ignorando las claúsulas del juego
que para el cruel demiurgo es este mundo.
Bien inconsciente, bien meditabundo,
siempre en el libro de la vida lego,
un aliento fugaz o un breve fuego
es su espíritu vano e infecundo.
¿Por qué este navegar tan tormentoso,
por qué este viaje que, entre tanto apuro,
lleve quizás a nada tras la muerte?
¿Quién resuelve este enigma tenebroso
y quién de la existencia el texto oscuro
a un entendible idioma nos lo vierte?
La importancia de las mayúsculas: no es lo mismo cagarse en público que cagarse en Público.
Al que usa de avatar una foto de alguien triangulándose un ojo hay que mandarle al hilo de simbología en Burbuja.
Sólo he intentado leer una novela de Saramago, "Tratado sobre la ceguera" creo que se llamaba o algo así, y que me regaló por mi cumpleaños una de esas personas que tiene la mala costumbre de regalar lo que le gusta a él y no al destinatario del regalo. La tuve que dejar en la página 20, tirando por lo alto.
Oswald.
Saramago es un pelma, sí. Qué fraude La balsa de piedra
ResponderEliminarOye, en ese soneto te sales. Es de lo mejor que te he leído.
Doiraje
ResponderEliminarLlevas razón desde las perspectivas de los campos en los que estás: el de la psicología y el de la moral. Pero lo que yo digo creo, o eso pretendo, va un poco más allá. O un poco más acá. En cualquier caso se sale de esos campos.
El otro día me llamó la atención --creo que lo leí en RT-- ver en un mapa mundi el porcentaje de creyentes --según religión-- y de ateos. Me llamó la atención que el 20% de los iraquíes no creía en Dios. Treinta años de guerra pasan factura. Y de menos a más. Sufrieron contra Irán, creo que siete años, luego la invasión del 91, el bloqueo, que les trajo más calamidades que todo lo anterior, y finalmente la segunda invasión y el terrorismo diario hasta hoy. Treinta años. Soportar a un dictador terrible y luego a los invasores, que han sido peor que el dictador. Su descreimiento es psicológico, pero en muchos de ellos es más que psicológico.
Yo también me veo lleno de vida, pero justamente es eso lo que no me acaba de convencer. O dicho de otra manera: la vida, la existencia, no se hizo con un fin determinado, o al menos comprensible. Si es así, ¿por qué tanto sufrimiento? Y no hablo de mí, hablo de quienes sufren terriblemente, con dolor físico y psíquico. Da la impresión de que la materia es ciega y además determinante, como ciego y determinante sería Dios si lo hubiese. Nuestra libertad es una pura quimera. No es psicológico lo que digo; poco importa que se sufra o no se sufra para que eso que digo sea verdadero o falso. Es más: siendo como somos, es mejor no tener la libertad que ansiamos. ¿Cómo ejercerla? ¿Dónde? ¿Contra quién? ¿Contra qué? ¿Para conseguir qué?
La vida es extraña. La misma existencia lo es. Tan extraño es que exista el hombre como que exista la arena o los rayos gamma. A mí me fascina ese misterio; pero tiene su lado oscuro, y es que la fascinación cansa, no aporta nada. Sí puede ser un motor, pero sin rumbo. No hay destino. Y si lo hay, entonces no somos más que una pieza en ese engranaje. ¿Puede sentirse alguien contento o dichoso de ser una simple y prescindible pieza dentro de un sistema incomprensible? Bien, admirémonos del misterio, pero no digamos que es maravilloso cuando ni siquiera atisbamos qué es.