
Uno de los más grandes espectáculos que recuerdo haber visto eran las agarradas que mantenían doña María Antonia Crematorios y don César Texas Ranger en el contenedor que doña Maruja Campos solía arrear en Telecinco, ya sabéis, "la cadena donde a la basura le gusta estar".
Y digo ver diciendo bien, porque eso era lo que hacía, pues dejaba el volumen a 0 (lástima que no haya -1) para no oírlos. A veces pienso que los sordos serían las personas más afortunadas de la Tierra si su enfermedad se limitara a las voces del resto de seres humanos, pero la música...una maldición, sin duda.
La verdad es que era muy divertido: en el centro la Maruja y sus gafas colgantes, cada dos por tres suicidadas de tan hartas como estaban alimentándose de "Holas", "Prontos", "Diez Minutos" y demás "drojas" duras, a su derecha la Crematorios y a su izquierda el Texas Ranger. Se trataba de la tertulia "política", de "rabiosa actualidá" y tal...también andaba por allí el loco del pelo blanco, a la derecha de la Crematorios creo recordar. Show.
Veía a la pequeña Lulú hecha toda una mujercita gesticular con tal cara de odio, de muerte en sus ojillos, que el pobre César Texas Ranger rara era la ocasión en la que le aguantaba la mirada: él, un tipo con un culo del tamaño de Saturno, se acojonaba vivo ante las furibundas embestidas de la Mariantonia, mirando los papelajos, musitando "por favores", hasta que la Maruja, con mucho tacto no fuera a llevarse una maldición, rogaba con gestos que se tranquilizara un poco, podías ver al psicópata del pelo blanco sonreír de forma extraña, anormal, enfermiza, como corriéndose vivo ante tal muestra de furor uterino...tremendo. Me descojono solo recordándolo. Tengo para mí que la ideología no es sino una cuestión de físico: dime como eres y como te encuentras y te diré lo que piensas. Uno piensa según se ve en el espejo, que es igual a como te ven los otros, sólo que un poco mejor.
Tiempo después Losantos le echó la soga y se lo llevó para que presentara "La linterna" en la COPE. Y ahí fue donde empecé a escucharle.
No estaba mal, empezar con el "Stand by me" es un As de Oros, cuando llegaba el estribillo entraba él y narraba una historia de la Antigüedad adaptada a un hecho acontecido durante el día, después hacía una especie de corolario y cerraba el editorial. Diferente. Original. Bien.
Al contrario que Losantos, permitía que sus contertulios pudieran decir esta boca es mía, lo cual era digno de agradecer, todavía no había sufrido el inaúdito ataque de egolatría que padece desde hace un tiempo, y es que a éste le ha pasado algo que vengo sosteniendo: uno da lo mejor de sí cuando por encima de tí están los que ponen la pasta, los que llevan los números de la contabilidad, los que te ponen un freno a tus arrebatos "creadores". Un ejemplo paradigmático de esto que digo son las "versiones del director" de tantas grandes películas: pues bien, no recuerdo siquiera una que superara a la original, a la aprobada por los productores, el caso de "Apocalypse now" es definitivo, y estamos hablando de Coppola, un genio del cine.
Cuando César estaba en COPE sabía que ciertos temas quedaban al margen; sí, era un protestante dirigiendo el programa nocturno de la cadena de la Iglesia, al igual que un agnóstico hacía el de la mañana, pero eso era un asunto privado, personal, que debía quedar al margen del trabajo. Cíñete a lo tuyo e intenta hacerlo lo mejor que puedas, que es lo mejor que puedes hacer. Ya se sabe, "quien mucho abarca poco aprieta".
Pues nada, fue largarlo de COPE y comenzar su cruzada anti-católica, anti-española, pro-yanqui, pro-sionista...un auténtico "outsider", vamos, y más que ninguna otra cosa el tema protestante. Parece ser que todo lo bueno ha sido creado por ellos y todo lo malo por los católicos, cosa absurda si alguien quiere que sus opiniones sean tomadas en serio, pero es tal su rencor, su resentimiento hacia aquellos que le dieron la oportunidad de salir de las alcantarillas, que le ciega de tal forma que la palabra "ridículo" se queda corta; no hay más que recordar sus recientes "Acotaciones" a Pío Moa en LD. "Acotando" que es gerundio, ¿se puede ser más presuntuoso?. La humillación fue tal que terminó llamándole "idiota", sin citarle, por la radio. Como los cobardes. Y mira que Pío tiene de sutil lo que yo de pernambucano, pero le dió tal sobe sin alzar la voz que hasta daba lástima.
Y es que este tipo aún no se ha dado cuenta de una cosa a pesar de los millones de libros que ha leído y los cientos de miles que ha escrito. España sólo puede ser dos cosas: o católica o atea, nunca protestante, no están bien vistos los "protestadores" en nuestra sociedad, lo llevamos en la sangre, "¿de qué se queja ése? ¡agacha el lomo y deja de hacerte el listillo!". En España hasta los ateos se pondrían del lado católico si tuvieran que elegir entre estos o los protestantes, no lo dudéis ni por un sólo segundo, me recuerda aquellas novelas de don Camilo, sí, todos muy revolucionarios y tal, pero como llegue un "sabido" de fuera para abrirnos los ojos lo corremos a gorrazos en 0´2, a los españoles no nos gusta que nos cuenten historias para no dormir, tenemos la mejor tierra del mundo, todos quieren vivir aquí, sol, mar, buena comida, alegría de vivir, ¿y va a venir uno que vive entre tinieblas a decirnos que siempre hemos estado equivocados?. Envidia se llama eso. Y mala follá.
En España hasta el que se caga en Dios lo hace después de haberle rezado miles de veces, y lo hace como culpándole de lo que le pasa, esto es, reconociendo su existencia y provocándole para a ver si así repara en él, causándole lástima, con la esperanza de que tal vez de esa manera le echará una mano para salir del pozo en el que se encuentra. En España hasta los ateos son creyentes. Y católicos.
Si el diablo sabe más por viejo que por diablo, con la Iglesia pasa igual: lleva tanto tiempo en nuestra tierra que nos conoce como nadie. Y sabe que aunque nos matemos entre nosotros, aunque vayamos colgando curas de las farolas, al final volveremos al redil.
Es lo que decía de la cuestión física: cuando te vas haciendo viejo y van abandonándote las fuerzas, y sabes que está más cerca el final que el principio, siempre te quedarán las orejas para oír el tañido de las campanas y el perdón que albergan en su casa.
Y si no las oyes porque eres sordo verás la cruz y la mole de piedra. Donde siempre estaban, como siempre estaban, como cuando eras un niño que saltaba en lugar de andar, ahí siguen, igual, como siempre, aunque a tí tengan que llevarte en una silla de ruedas.
Es la ventaja que tiene quien está desde siempre en el mismo sitio: era viejo cuando tu eras un mequetrefe y seguirá siendo viejo cuando tú no seas nada. Por los siglos de los siglos.
Que sea verdad o mentira es secundario: lo importante es que siempre es.
Y eso es algo que jamás podrá cambiar un Texas Ranger de la pradera.
Ni aunque fueran mil millones.