martes, 15 de enero de 2013

A LA CONTRA




Una vez oí decir a un piltrafilla, un demócrata-cristiano que por entonces se arrastraría en los cuarenta y pocos, que él estaba dispuesto a ceder parte de su libertad por más seguridad. Y esto lo afirmaba hace quince o veinte años, así que ahora...no sé.

Me quedé de piedra, aunque no tanto como para dejarles sus bebidas sobre la mesa, podéis imaginadlas, y recuerdo que regresé a la barra como aturdido por lo que acababa de escuchar: yo era un chaval...¿qué coño es eso de cambiar libertad por seguridad?

Ahora tengo casi cuarenta...y pienso lo mismo, aunque ya no me extraña tanto. Si uno no rompe las cadenas cuando tiene fuerza desea que aquellas sean cada vez más fuertes en tanto que tú vas haciéndote más débil. Es como aquella historia de Poe, la del Maelström, cuando el hermano del protagonista, aterrorizado, se ata a una argolla del palo mayor abandonando a su suerte al querido hermano...y todos sabemos como acabó la historia. Y poco importa si hubiera sido al revés. Al menos para mi.

Lo nuestro ya no es la lucha por la vida, sino la de por no morir, lo cual es absurdo, pero es. Y también lo es que más fácil y cómodo es no morir que vivir.

Fácil y cómodo, ese es el lema de nuestra civilización. Y por él estaremos dispuestos a ser hámsters en lugar de hombres. La tecnología, las máquinas, acabarán por dominarnos: no sabremos no morir sin ellas. La pesadilla de Cameron está a la vuelta de la esquina. Nada de lo que puedas imaginar es irreal. No somos nada, somos algo, fuimos algo y seremos algo...¿qué es la Nada? esta pregunta es más imposible que la de Dios.

¿Por qué va a ser bueno lo fácil y lo cómodo? ¿por qué? ¿no os habéis sentido mejor cuando habéis conseguido algo que era difícil e incómodo? ¿no es siempre mejor lo que uno logra por si mismo que no con la ayuda de otros? ¿no habéis respetado, admirado incluso, a quien es capaz de haceros perder en buena lid? ¿no es la vida una búsqueda de retos, de respuestas, de conquistas, que uno debe experimentar por si mismo sin que nadie se las regurgite en el gaznate? ¿por qué queréis convencerme de todo si aún no he visto nada, si no estuve allí, si tampoco tú estuviste allí? ¿por qué quieres que viva como tú? ¿por qué quieres que viva no muriendo?

Una vez le preguntaron a un alpinista el porqué había escalado aquella montaña:

- "Porque estaba allí"

Preguntar para saber es igual que comer sin hambre.

Hay que preguntar para hacer.

Aunque lo mejor es no preguntar, sino preguntarse.

Y luego hacer lo que tengas que hacer.

Pero que no te lo hagan.


5 comentarios:

  1. Intrigante. Creo que tendre que volver a leerlo por la mañana. Hay dos trozos que no me quedan claros.
    Como esta lo de la libertad y la seguridad ahora a los 40?

    ResponderEliminar
  2. Libertad por seguridad? Ja.
    Nos hemos vuelto blanditos (yo la primera), y así nos (me) va.
    Lograr retos difíciles. Sí claro que genera endorfinas. Y cuándo por más que lo intentas no lo logras? Una y otra vez? Levantarse y caerse, contínuamente?
    Preguntar para hacer…puede. Pero para hacer bien hay que saber. Y ni sabiendo hay garantías.
    Me alegra leerte con esa fuerza.
    En este tiempo de derrotas. Hoy que toca levantarse, lamerse las heridas y tratar de seguir.

    Besos Kufis!

    ResponderEliminar
  3. Hijo, tienes que sacar esto para conseguir un trabajo seguro que te dure toda la vida y vivas tranquilito y sin problemas, no importa que no hagas lo que te guste, no hace falta que vivas, lo importante es esperar a morir con la seguridad de tu lado. Bueno, más o menos. Me cago en mi puta....

    ResponderEliminar
  4. ...vida.

    Un saludo, Paco. Un besazo, amiga mía.

    Muchas gracias.

    ResponderEliminar