viernes, 31 de agosto de 2012

AMOR OBSOLETO




La verdad es que saltaba (con pértiga) a la vista que no estaba bien. Bueno, ni medio bien, siquiera medio-medio bien, o no demasiado mal: ese tío estaba realmente jodido.

Tenía una pinta tal que una de esas máquinas defectuosas que giran y giran en el sentido correto la columna del manicomio en "El expreso de medianoche", o siendo benévolos, y quizá más ajustados, podría haber pasado sin dificultad alguna el casting para "Alguien voló sobre el nido del cuco", pues no era un desharrapado como aquellos, aunque su huidiza mirada revelaba tamaño cacao mental que bastaba para tenerlo por enfermo de la quijotera: eso estaba tan claro como el azul radiante de una de esas calurosas mañanas de verano de las que hablaba el drugo Álex.

Estaba casado con una tipa que siempre me ha recordado a Bonnie Bedelia, la mujer de Willis en "La jungla de cristal", un tanto más bastorra, por supuesto, pero tampoco su marido era el gran Bruce, que si no ninguno de los dos estaría con el otro, pero en muchas ocasiones las parejas solo se forman tras decenas de malos descartes y muecas de disgusto, como si jugaras con una baraja del uno al mil y sin figuras, entonces te conformas con tus dos treses y vas con lo último que te queda, aburrido y mareado. Y a palmar.

Era una extraña pareja que desprendía el mismo amor que pueda haber entre una musaraña y una pompa de jabón, pero eso es casi la norma en quienes llevan más años casados que solteros y solo los mantiene unidos el fuerte pegamento del deterioro físico, pues imaginan que nadie deseable puede desearlos ya, y así se quedan, el uno junto a la otra, hasta que la Despegadora Universal llegue con su guadaña y los separe por toda la Eternidad, que otra cosa sí será pero no delicada, lo mismo le vale una pareja de treses que una de ases: todos los comodines son suyos.

Pero el pegamento de estos dos no lo era tanto, por lo visto, y aunque él estaba más acabao que la Falange ella todavía tenía un polvo, o dos, o diez, que todos estamos más salíos que Kunta Kinte sin cadenas, así que le ha dado puerta: no estaba dispuesta a pasar los quince o veinte años activos que le queden con un tío que mira a la gente como si llevaran máscaras de carnaval en Ciudad Juárez, más aún ahora que puede follar lo que quiera sin pensar en si fallará el condón, o la pastilla, o el DIU, o la marcha atrás, o la oración a Santa Rita.

Y se ha agenciado a un ciclado, un treintañero con cara de gañán y casi tan nervioso como su ex, parece que le va el desquicie, siempre que al menos durante un rato se le ponga duro algo más que la cabeza.

Una cuarentona que acaba de dejar a su cuarentón busca zumo de nabo como otros al monstruo del Lago Ness, pero aparte de porque lo quiere y desea también está que la vean; como aquello de Dominguín y Ava: ¿de qué sirve si no puedo contarlo?. Y por esto va con este a los mismos sitios a los que iba con el otro.

La veo tranquila, relajada, aunque también la veía así cuando estaba con el otro, siempre me pareció una walkyria, con esas piernazas y esas tetazas colganderas, solo le faltaba el casco de cuernos, pero estoy por asegurar que se lo cedió a su ex durante unos cuantos años, una melenaza como esa hay que enseñarla, además "¿no estás prejubilao? pues al menos lleva esto. ¿O tampoco puedes?".

Así que ¡¡¡AYATOOOOOOO!!!

Que una acaba hasta el moño de que Charlie no le haga surf como Dios manda.

Y el otro...espero que al menos encuentre su columna y tenga una buena reserva de calzoncillos limpios.





8 comentarios:

  1. Ha estado bien, pero se me ha hecho un poco corto...

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  2. Lo que me ha dejado el dolor de cuello, amigo, por gilipollas e ir leyendo el movil a la altura de la cintura mientras paseaba. Cosas de cables.

    Un abrazo

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  3. Amigo Kufis, me gusta el estilo de narrar que tienes... desconozco si has leído algo del Sr. E. Mendoza (El misterio de la cripta embrujada, El asombroso viaje de Pomponio Flato, Sin noticias de Gurb...), pero me recuerda su estilo.

    Un cordial saludo.

    P.D. Lo de Wagner y su Walkirias y otros, es de lo más grande a nivel musical con estilo parecido a la ópera (que no lo es en sí...)

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    1. Gracias, amigo, pero no he leído a ese señor, aunque sé quien es, o al menos a lo que se dedica (quizá dedicaba, creo que la palmó, ¿o lo confundo con Fuentes? como los dos tienen bigote...se ve que estoy bajo la influencia de los Floyd de Barrett, llevo tres horas escuchando su álbum).

      Wagner es tan grande que parece mentira.

      Un abrazo.

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    2. Sigue con los Floyd, que poco hay mejor que escuchar esa banda mítica...
      Has confundido (sí) a Fuentes con Mendoza: éste, aún vive (69 años, Barcelona). Te recomiendo "El asombroso viaje de Pomponio Flato", o cualquiera de los muchísimos que tiene escritos. Yo estoy ahora con el último: "El enredo de la bolsa y la vida".

      Un abrazo.

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    3. Visto y apuntado.

      Intentaré sacarlo de la biblioteca cuando me sea levantado el veto.

      Otro para ti.

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