jueves, 22 de diciembre de 2011
SUERTE PARA TODOS...DE LA BUENA
Se llamaba Ildefonso, había sido ferroviario, era un hombre de estatura normal para su época aunque a ojos nuestros podríamos decir que baja, cara redonda, abotargada, la tez violácea, profundas ojeras que casi escondían sus ojillos, manos grandes, más bien gordas, con las que solía divertirnos haciendo juegos de ilusionista, también era bueno con los números y sus paradojas, problemas que parecían de imposible solución pero que en su interior guardaban una sencillísima explicación, a mi ex le maravillaba. Y a él ni os cuento.
El hombre vivía con su mujer en los pisos de arriba, ella no gozaba de buena salud, la verdad es que estaba bien jodida...bueno, eso quizá antes, ahora simplemente las piernas casi no podían sostenerla, lo que unido a la diabetes que padecía la tenía poco más o menos que encerrada en casa, así que, extrañamente, era su septuagenario marido quien debía cuidar de ella cuando por norma general es al revés.
Ildefonso se tomaba un par de descansos al día: uno a media mañana y otro por la tarde. Entonces bajaba al bar, pedía una cerveza sin alcohol o un café, empalmaba un ducados con otro ("en casa no me dejan") y estaba conmigo, con mis hermanos o con los clientes que por allí estuvieran.
Como no era un viejo pesado, un abuelo Cebolleta, sino que al contrario era más bien callado, nadie le daba la espalda. No se va a los bares para hablar como cotorras. Eso es cosa de aficionados y mujeres.
Era un hombre risueño, siempre tenía la media sonrisa en la boca, andaluz de origen, a veces costaba entender lo que decía, pues entre lo bajito que lo hacía por causa de su tabaquismo y el fuerte acento que no había perdido a pesar de haber vivido muchos años fuera de su tierra era complicado escucharle bien.
Su principal afición era el coleccionismo, de las más diversas cosas que os podáis imaginar, tenía enormes carpetas perfectamente cuidadas y catalogadas que nos enseñaba alguna que otra tarde de invierno, tardes de ésas en las que entran menos clientes que a un recital de poesía uzbeka, pero que gracias a él se hacían bastante más llevaderas: era un auténtico deleite observar aquello. Y más aún escuchar el gusto con el que hablaba de cada una de ellas. Cuando supo de mi pasión por el ajedrez me regaló una colección de vitolas de puros con motivos ajedrecísticos, aún debo tenerla por ahí. Yo nunca tiro nada.
Una tarde, no recuerdo porqué, me contó que tenía tres hijos que no se llevaban nada bien; al parecer sus respectivas parejas no se dedicaban más que a malmeter con el tema del dinero y hacía muchos años que no se juntaban todos. El pobre hombre se emocionó mientras me lo contaba, supongo que habría tenido un día duro con su mujer, y encima si sabes que estás cerca de irte y vas a dejar a la carne de tu carne renegando los unos de los otros...
No sé si fue antes o después de esto cuando conocí a su hijo mayor. No me gustó. Pero era digna de ver la cara de felicidad que tenía Ildefonso, hasta se animó a beber cerveza con alcohol, habían venido a visitarle con sus nietos, tal vez todavía fuera posible un arreglo, tal vez aún tendrían tiempo de volver a ver reunida su más amada colección, tal vez...
Una fría mañana de enero, muy tempranito, Ildefonso salió de su casa y se fue al parque.
Se colgó de un árbol cercano al lugar donde jugaba a la petanca con sus amigos
No me lo podía creer
A ver si dentro de unas horas los huerfanitos de su santo me echan una mano
Aunque, a veces, lo que te echa el dinero es una soga al cuello
Suerte para todos; ya sabéis: en algunas ocasiones lo imposible, pasa.
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Con este comentario respondemos a tus groserías: Vivan el teatro y sus titiriteros! Abajo los titiritontos como tú y los fascistas! Abajo la intolerancia y la mediocridad! Vivan la cultura, la belleza y el arte! Abajo los necios y los estrechos! Los malos autores y los resentidos! Los propagandistas de la fealdad y la pobreza del alma! ¡Abajo los desalmados y los cobardes!Viva la libertad!
ResponderEliminarOs falta uno, querid@s...
ResponderEliminar"¡Viva el dinero de los demás!"
No entiendo a que viene el comentario de arriba... el texto no es malo, un ensayo como otyro cualquiera.
ResponderEliminarEnlaces anteriores, el ataque de la titiritería, que siempre llega tarde.
ResponderEliminarEs lo que les pasa si les saca de su carril
Que descarrilan
El comentario que desató las titiritira:
ResponderEliminar"El teatro se indigna"
Y los bares ni te cuento...Y A PELO, SIN SUBVENCIÓN
¡¡¡QUE OS DEN POR EL CULO!!!
http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/09/el-bueno-de-credo.html
A pringar, listillos
Kifisto...
ResponderEliminarNo me ha tocado nada.
Espero, al menos, que la salud aguante los excesos que están por llegar.
Un abrazo y que te aproveche la Navidad.
Kufisto, perdón.
ResponderEliminarIgual yo, as usual. Te deseo lo mejor para ti y los tuyos, amigo.
ResponderEliminarPor mi parte a ver si pasan pronto.
Un abrazo
Bueno aquí seguimos. Sin blanca pero sin ganas de hacer lo que el pobre Ildefonso.
ResponderEliminarSaluditos.
Como lo tuvo que ver el pobre...
ResponderEliminarSaludos, Zorrete, te deseo lo mejor
Coño Kufisto, me paso por aquí, pues he terminado un capítulo de un libro que escribo sobre historia e historias de mi pueblo, y me he sentido reconfortado con tu historia. Después leo el primer comentario y me digo qué relación tiene con tu escrito. Los hay japutas cuya madre tiene el tonto pelao, el colmo de los insultos en los tiempos de Maricastaña. Saludos.
ResponderEliminarJoanpi
"el COÑO pelao...", joanpi, recuerdo cuando me lo dijiste, grandioso...
ResponderEliminarSaludos, amigo
Feliz Navidad aunque sea sin dinero, te devuelvo el saludo en tu casa como Dios manda. Gran texto, muy emotivo, enhorabuena.
ResponderEliminarEspero que pases unos buenos días aunque hayas dicho que quieres que pasen pronto. Para lo que necesites ya sabes. Un abrazo.
Querido Kufisto:
ResponderEliminarSigo maravillándome de tu don de observación y d transmitir todo cuanto anotas con esa fluidez, ese ritmo...
Triste historia...
A veces, cuando veo a mis niños pelearse sufro por q eso sea solo "jugar a hermanos" fuimos cuatro en casa, y las trifulcas eran Troya, pero nuestros padres lo hicieron bien: nos adoramos.
A veces no se tiene buena suerte...Yo se la deseo a todo el mundo...pero a veces solo se tiene de la mala...
La vida es muy rara...
Gracias por tus textos y que estas fiestas te traigan buenos ratos...
Un beso,
R
Gracias, amig@s. Feliz Navidad tambien para vosotros y los vuestros. Sois kojonud@s.
ResponderEliminarFrom the hell, arrancando motores...
kufisto eres genial ¿ o geniala ?
ResponderEliminarme llevo un lio contigo..
desde luego,no eres nada convencional y eso me gusta
firmado:
MARLON BRANDO
Genial, Marlon, genial...lo malo, al menos para el señor Botín, es que eso es algo que sólo sabemos unos pocos.
ResponderEliminarSaludos.
Feliz Navidad Kufisto.
ResponderEliminarEs un deseo, que espero se cumpla. La felicidad es grandiosa, pero frágil, siempre puede venir alguien a fastidiarla.
Joanpi
Feliz Navidad, amigo mío. Un abrazo
ResponderEliminarJoder que relato, que finale tan triste. Los abuelos y los nietos, hasta que no lo he vivido, no me imaginaba nexo tan fuerte, y cosa tan importante para los abuelos.
ResponderEliminarPor otra parte, la lotería na, me tocaron 200.000 euros.... lo echado :-P
Feliz navidad, y a acabar lo mejor posible el año.
El suicidio cercano siempre te deja cara de gilipollas.
ResponderEliminarYo voy a mirarla ahora. Supongo que sobre el medio millón. A lo mejor de neuros locos.
Un abrazo, feliz Navidad, amigo mío
feliz navidad Kufisto
ResponderEliminarDeja la horchata, Peligro, hace mil anios que acabo...feliz anio nuevo, amigo.
ResponderEliminarFeliz y excesivo en todo 2012.
ResponderEliminarHaz los excesos tú que puedes Kufis.
El próximo que eches di " a la salud de Joanpi".
Feliz año también para tí, amigo. Un abrazo
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