
Mira, Lisbeth,
si quieres que algo bueno te dure,
que se quede un poco más contigo,
no debes agarrarlo demasiado fuerte,
no sea que con tanta presión se rompa,
y tu imposible Elvis de hojalata,
termine en un sucio cubo de basura.
El amor no es una balanza,
"si yo te doy tanto,
tú me das lo mismo",
por muy buena que seas,
no estás sola en el mundo,
aunque,
como todos los enamorados,
es lo que quisieras.
Tu amor no es un monopolio,
jodistes uno bien grande,
que te daba lo mismo,
lo hicistes por él,
esperando recompensa,
como una buena gatita,
pero...,
la competencia no es tan buena como dicen los capitalistas,
y más si tiene dos buenas tetas naturales,
mucho mundo y buena familia.
Y un maridito con unos bonitos cuernos,
eso nos pone a los tíos,
en el sexo siempre andamos comparándonos,
no hace falta que lo entiendas,
tan sólo créeme.
Es más fácil con las máquinas,
no mienten,
si las entiendes,
si las comprendes,
puedes hacer lo que quieras con ellas,
¿verdad, Lis?,
como a ese hijoputa abogaducho,
que te la metió hasta la campanilla,
ese cerdo descompuesto,
que se aprovechó de tí,
ese mierdón maloliente que te hizo daño...,
cuando lo tuvistes en tus manos,
a placer,
supiste bien,
qué era lo que más daño le podías hacer.
No tus justísimas torturas,
sino que se llevara en la piel,
el recuerdo de lo que es,
escrito por tus manos,
con la ayuda de un amable punzón.
Cuando los cerdos se miran al espejo,
ven águilas imperiales,
pero tu cerdo, Lis,
ahora sólo verá un cerdo,
gracias a tu dulce, eterna y sublime venganza.
¡Hey Lis!
¿recuerdas cuando fuístes,
al País del Puto Oro,
y de la Vaca que Ríe,
para tangar en la distancia,
a ese tío de horrible apellido?
Sólo te hizo falta una peluca,
unas tetas de goma,
y algo de maquillaje.
Con eso, tu cabeza y tu portentosa memoria,
el orondo y flácido dios de la pasta se puso a tus pies,
como el maldito cerdo que marcaste,
ésta vez no hizo falta punzón,
sólo un buen par de tetas falsas,
al dinero le encanta la apariencia,
tú lo sabes bien...
¿Y todo eso para qué?
¿Para que quien creías tu amor,
se largara con la zorra de la otra,
la de las tetas naturales y sonrisa de telediario?.
Tú,
que en el silencio de la noche mirabas,
a ese mamón tan "cool" mientras dormía,
como diciéndote al igual que Amy,
"¿seguirás amándome mañana?",
¡Menuda hijadeputa,
menudo imbécil!
¿Qué tendrías que haber hecho, pequeña?
¿un implante de silicona,
una peluca italiana,
una buena base de maquillaje,
en chez Putón?
Quizá así,
él se hubiera quedado contigo, ¿no?.
No, Lis,
ése sólo quería metértela porque eres rara,
no lo olvides,
sólo otra muesca más,
otro pelo de coño para su colección,
como el gran marqués de Leguineche...
Jode, ¿eh?
Esta tarde seguiré leyendo tu historia,
la cerilla y la gasolina,
buena idea Lis,
tiene buena pinta.
¡Ah!, se me olvidaba,
la próxima vez que pases a comprar tabaco,
y la jodida máquina no acepte tus monedas,
yo te daré mi paquete,
y no te pediré nada a cambio. Palabra.
Besos.
El cerdo va a por tí, Lis. Lo sabía. Cuídate de él, parece que ha encontrado ayuda en otro que también conoces.
Cuando un cerdo es humillado se vuelve peligroso como curva helada, traicionera, de comarcal...manténlo bien atado, que no se suelte, que no muerda las ligaduras con sus afilados colmillos. Tápale la boca.
Suerte Lis. La necesitarás.
Pocas veces en mi vida he leído un libro tan descompensado como éste.
En tanto Lisbeth entra en acción todo es interesante, sinuoso, desconcertante...es pasar a la historia de la revistilla piji-progre e irse todo a la mierda. Lo he dejado cuando el mamóncool "toca uno de los senos bajo el albornoz de Harriet". Propio de la más casposa Corín Tellado.
Pero Lis tiene mucha pasta, se ha puesto tetas, ha comprado zapatos de tacón y tiene una caja con los recuerdos de su madre y un consolador sin abrir en la mesita de noche.
Y una hermana gemela con la que se lleva a muerte...señorita Salander en tus manos pongo mi Espíritu.
Sin noticias del cerdo. De momento.
Fin.
A bote pronto y cinematográficamente hablando:
La primera parte es un buen Hitchcock.
La segunda un James Bond.
¿Se me entiende, no?
He leído demasiado, por hoy es suficiente, otro día escribiré algo más.
Mientras cerraba he visto a ratos la versión cinematográfica de la primera parte. De entrada decir una cosa: CUATRO, SOIS UNOS IMPRESENTABLES. Y ahora digo que la chica escogida para hacer de miss Salander es perfecta. Es ella.
Bien, el final de la segunda parte...es increíble, literalmente, no me gustó. El Gran Gordo Católico dijo en una ocasión que por muy gratuita que fuera una secuencia debía tener un nexo de unión con el tronco principal, y ponía un ejemplo definitivo:
En "Con la muerte en los talones" tuvo la grandiosa idea siguiente: Grant va a una fábrica de coches, habla con el jefe y mientras van charlando éste le explica como de un simple tornillo se acaba construyendo un automóvil; Cary lo ve todo con asombro y cuando el coche está completamente terminado delante de sus narices se abre una puerta y ... ¡cae el cadáver de uno de sus perseguidores!. Genial.
Truffaut, entusiasmado con la idea, le preguntó por qué no la realizó, que si era debido a la duración o tal, y Hitchcock le contesto que no, que eso se podía arreglar, el problema era como hacer creer al público que Grant tuviera que ir a la Ford para hablar de algo con el encargado de la fábrica...era imposible. Y esto lo dijo el rey del "McGuffin", el que podía rodar un film de 100 minutos en una balsa perdida en medio del oceáno sin salir de ella y, ¡encima!, hacer su habitual cameo...
Hay cosas que no pueden ser...Puedo creer, haciendo un gran esfuerzo, que Lis deje fuera de juego a dos ángeles del infierno armados, que acabe con el gigante rubio y con su padre, que vuele hasta el sol...pero que le peguen 3 tiros (y encima poner como excusa para los incrédulos que era una "Browning", sabía que era increíble), uno de ellos en la cabeza, la entierren y sobreviva, es demasiado; no se lo merece un personaje tan extraordinario.
Por lo demás, sigue habiendo personajes desaprovechados (Zala, Plague, el traidor de Milton, la hermana gemela, el motero asesino y chulo, la madre...), personajes que sobran (prácticamente la totalidad de los integrantes de "Millenium", el imposible boxeador, los otros dos investigadores de Milton que trabajan para la poli...), ridículo tratamiento de algunos personajes (el gigante rubio, ¿por qué tiene alucinaciones?, son tan atractivas que merecen explicación y más protagonismo; el ridículo policía machista, lo despacha con que al quedar clara la inocencia de Salander abandono cabreado la reunión, se va a un bareto, se toma dos birras y a casa a dormir...¡no me jodas!, ese tipo tendría que haber cogido la pipa e ir en busca de Lis, a vida o muerte...). Aparte del constante tufo feminista del libro, simplón, propagandístico, infantil...todos los malos son hombres. Punto.
A favor,
Salander, cada vez que aparece hay que abrir bien los ojos, un personaje memorable. El amigo que me está dejando los libros (esta tarde me ha dado el tercero y último que leeré el lunes próximo) me ha vuelto a decir que espere a leerlo, que hay respuestas y tal...bien, esperaré; pero no puedo dejar de decir que quiero SABER MÁS de nuestra heroína, la relación con su madre (no me vale despacharla con que oía los maltratos de Zala), su HERMANA GEMELA, POR QUÉ NO LE GUSTA LA MÚSICA (idea genial, pero hay que explicarla, ¡coño!), que mierdas es el síndrome de Asperger, bien explicado, que lo entendamos, POR QUÉ ES UNA JODIDA HACHA CON LA INFORMÁTICA...estoy hasta los cojones del Billy Pan Pizza y los productos lácteos, has dicho 7 veces lo que come, quiero saber QUÉ COJONES PASA POR SU CABEZA, porque, como no podía ser de otra forma (ahí bien) es mujer de pocas palabras...¡MÁS SALANDER!
Mimi, su novia, buen y necesario personaje, bien contados sus encuentros sexuales, necesarios para entender a Lis (muy buena la parte cuando se entera de la paliza a Mimi, se va a su casa, se desnuda y muerta de frío se echa en el suelo y llora sintiéndose culpable)
El poli machista, absolutamente desaprovechado, cuando aparece la historia gana, debería haber tenido más cancha y más profundidad, enfrentarlo con Lis
La historia inicial, en Granada, necesaria para comprender a Salander; en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia, ella es así
En fin, no tengo el libro delante, se lo he devuelto a Enrique, hablo de memoria...¡jóder!, ¡el Plague de las narices! otro a la basura, el mundo de los hackers. Con esa cantidad de páginas había sitio, ¡a la mierda la jodida revista que no interesa!, el mamotreto buenista, el "intentar convencer"...¡cuenta una puta historia y déjate de rollos!.
Ya está bien, suficiente por hoy. El artículo sigue abierto. Y recordad lo que decía el Gran Gordo Católico:
"Cuanto mejor es el malo, mejor es la historia".