jueves, 7 de octubre de 2010
"MARÍIIIIA...MARÍIIIIA..."
Esta mañana he ido con la bici a la que fué viña de mi abuelo.
Me he emocionado al verla a lo lejos. Han pasado los años. Muchos. Se veía que faltaban cosas. Muchas. Han levantado las vides. El vecino loco también. Cosas de la pasta, lo que sea por la pasta. Estúpidos...
Parece un paisaje lunar.
De la hermosa arboleda que teníamos sólo quedan dos en pie, eso sí, perfectamente podados. La alberca está pintada de un horrible naranja chillón con franjas amarillas. Faltan dos cuartas de agua para llegar al borde, hay que ser ecólogicos y tal, lo dice la tele. Nosotros la llenábamos hasta el borde, entonces mi padre se tiraba en plan bomba H, con sus casi 100 kilos a cuestas, y cuando emergía como una orca resoplante sí faltaban dos cuartas. Nos hinchábamos a reír y los bichejos que vivían entre la hierba circundante recibían su ración de vida, de agua. Todos contentos. A nuestra manera también éramos ecológicos.
No hay hierba donde estuvo la arboleda. Sólo cemento, el mejor amigo del hombre por lo que se ve. No hay orugas, ni mariposas, ni caracoles, ni nada vivo...sólo moscas. Si no hay agua ni hierba no hay bichos que te molesten. Acabaremos yendo por la vida embutidos en una urna de cristal reforzado. Individual. Así no nos molestará nadie. Ni nada. Y viviremos seguros. Segurísimos.
Eso sí, la casita ahora es casón, el doble de grande, supongo que con servicios y todo, tendrá hasta jacuzzi. Perfectamente encalada, con varias ventanas fuertemente enrejadas y una gran puerta de madera noble tras otra gran reja, nada de una miserable chapa verde de tiempos de Maricastaña, ¡por Dios!, ¡qué ordinariez!.
El rosal que había bajo la ventana del dormitorio tampoco está, ni los insectos que jugaban y se alimentaban de sus flores para después llevarse las semillas y polinizar los campos sin saberlo. A veces se hacen cosas buenas aunque tú no te des cuenta.
Los árboles que delimitaban lo nuestro con lo del vecino loco, y que éste una vez INTENTÓ talar, tampoco viven ya. Más cemento donde se erguían orgullosos, grandes, triunfales. Y nada sobre él. Será por el placer de ver cemento.
Sentado en el borde de la alberca, bajo un sol que no se cree lo que ve, chapoteo con el agua mirando la lejana sierra, "de allí vienen los lobos por la noche", nos decía la abuela para que nos metiéramos en la casa cuando se hacía tarde. "Cuéntanos un cuento de miedo, abuela", "ése de las asaduras...". Y en su cama, a la luz de una vela, acurrucados entre sus enormes y blandas tetas, abrazándola, comenzaba a contarnos la historia que tanto nos gustaba...cuando por última vez, con nuestros nervios a flor de piel, repetía con aquella voz impostada la terrorífica letanía del fantasma: "Maríiiia...Maríiiiia...daaaame las asaduuuuras que me quitaaaaste el otro díiiia...", nosotros ya teníamos el corazón en la boca, entonces ella nos cogía por las costillas y era tal que si el mismo fantasma viniera para llevarnos. Estallábamos en gritos, forcejeos y risas, entonces oíamos al abuelo, "ya esta bieeeen", nos calmábamos y jugábamos a hacer sombras chinescas, ella era una maestra, con esas manos tan pequeñas y suaves...un ratito después, ya tranquilos, muertos del sueño, la besábamos y nos íbamos a nuestra cama, "rezad un padrenuestro", lo hacíamos en voz alta, rogábamos por nuestra familia y nos dormíamos.
Por la mañana mi abuelo abría la ventana para que nos despertara el sol con su luz y las rosas con su olor; nos levantábamos, desayunábamos un tazón de leche con galletas María, cuando éstas sabían a gloria y no a ladrillo como ahora, y salíamos afuera a jugar, o a ayudar al abuelo en lo que fuera, o a bañarnos, o a hacer el pino... Lo que fuera. Nunca nos aburríamos.
Estaba a punto de irme, ya montado en la bicicleta, pero me he quedado un rato mirándolo todo:
"Cuando sea viejo compraré esto, regresará a las manos de las que jamás debió salir y levantaré todo el cemento, pintaré la alberca de azul, plantaré vides, rosales y árboles, y hasta las moscas serán bien recibidas. Todos volveréis: orugas, mariposas, caracoles y abejas...¡hasta los ratoncillos!"
Cuando la muerte llame a mi puerta de chapa verde quiero marcharme rodeado de vida.
No de cemento.
"
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Gracias por la pole, Oswald.
ResponderEliminarSaludos amigo.
Me ha gustado mucho. Triste y real, sin caer en el melindre ni en la fría descripción.
ResponderEliminarSé que lo verías, pedro.
ResponderEliminarNo puedo aguantarme...
ResponderEliminar¡Qué pesao el puto matamolleras!
¡¡¡REVIÉNTALO PEDRO!!!
¡¡¡SIN PERDÓN!!!
JODIDO CALVOTELO DE LOS COJONES...
- "Pareces nervioso..."
ResponderEliminar- "Sí, me ocurre cuando quieren matarme."
De "Con la vida en los talones" en Alfred Hitchcock presenta.
Hola otra vez, Kufisto, que te he tenido un poco abandonado estos días.
ResponderEliminarLe estoy metiendo cañita esta noche al imbécil...ya sabes quién.
Un saludo cordial.
¡Crack Oswald!
ResponderEliminar¡Magníficos poemas!
¡Así se ridiculiza a un gilipollas!
¡¡¡BRAVO TRONKO!!!
Nada, hombre, me alegro.
ResponderEliminarla globalización me toca los huevos,
ResponderEliminarkufisto me puedes decir como arreglaste el feed de tu blog, el mio no manda los enlaces.
abrazos
Hola Forner,
ResponderEliminarpues a mí ni te cuento.
A lo que preguntas:
te metes en Configuración (de tu blog) y despues en "feed del sitio", eliges "completo" y ya está.
Saludos amigo.
mi fedd es este http://feeds.feedburner.com/ElBlogDeForner
ResponderEliminary tanto en el modo básico como en el avanzado, lo tengo todo puesto en completo.
gracias. un saludo
Bonita historia. Saludos
ResponderEliminarGracias Titania,
ResponderEliminarsaludos.