viernes, 27 de agosto de 2010

UN PEREGRINO EN EL CAMINO





Estaba fumándome un pito, pensativo, mirando al rincón, esperando a que se largaran los últimos pesaos de la terraza, cuando ha llegado Juan:

- "¡Hola Kufisto!"
- "¡Hombre, Juan, qué tal macho!"
- "Bien, mucho calor...dame algo fresquito y sin alcohol."
- "¿Una tónica?"
- "Vale."
- "Que raro se me hace verte a estas horas por aquí..."
- "Estaba en casa, hasta los cojones de mis padres, creía que me iban a caer 20 años encima en cualquier momento..."
- "Ja, ja..."

Juan tiene 30 años, ahora vive con sus padres y trabaja con él.

- "Voy a echarme yo otra, me has dao envidia...¿qué te cuentas?"
- "Poco...¿quieres un pito? toma...pues nada, he estao una semanita de vacaciones... y tú qué, ¿cuando te las coges?"
- "Pues no sé, quizás la segunda quincena de septiembre, si las cosas van bien, pillemos una semana...¿dónde has estao?"
- "He hecho el camino de Santiago...salió una excursión para jóvenes en la parroquia y me apunté...muy bien, Kufisto...muy bien..."
- "Ah..."

Juan ha tenido problemas serios, muy serios; le pegaba duro a la coca y perdía la cabeza. Muchos follones, muchos líos...

- "Bueno, pues cuéntame que tal ha sido la cosa..."
- "Nada...fuimos un autocar, 250 pavos el viaje, hemos hecho unos 180 km andando, sobre 30 al día...muy bien...gente joven, entre 18 y 35...ha estao genial, Kufisto...tenía que desconectar y aquí no puedo, ya sabes como funciona el asunto..."
- "Ya."
- "Es la hostia, macho...sólo tienes que andar y llegar a Santiago, pero es la hostia, vas con gente sana, si quieres hablar mientras caminas hablas, si quieres estar sólo lo estás, nadie te molesta, nadie conoce a nadie, nadie te juzga...¿lo entiendes, no?."
- "Te entiendo...¿y para dormir en albergues y tal?"
- "¡Qué va tío! dormíamos en monasterios y sitios así...nos levantábamos a las 6, pero hasta las 9 no empezabas el camino. Te aseabas, desayunabas, preparabas la mochila, oías misa, recogías...¡vamos, que no parabas!...luego empezabas a andar y ¡jóder!, ibas pensando en tus cosas, en tu vida, charlando, bromeando...conocí a un monje...estaba fumándome un pito y oigo "¡Fumador, mal andador", no veía a nadie y así tres o cuatro veces hasta que me doy cuenta de que es un monje el que lo dice desde una ventana...voy hacia él y empezamos a hablar. Me cuenta que tiene 43 años y que ingresó en el monasterio con 38, que iba haciendo el Camino y sintió algo; lo dejó todo...trabajo, coche, casa...se pulía tres paquetes diarios, todo el día de acá para allá, hasta las narices, ya no podía más y lo dejó todo. Era muy agradable, aunque yo creo que lo hacen para captar nuevos monjes..."
- "Todo puede ser, Juan..."
- "Bueno, pues en ese plan...caminabas y caminabas, comías lo justo, caías rendido a la cama, ¡hacía años que no dormía así!...y cuando llegamos a Santiago fue la leche, el tipo ése...¿como se llama?...Rocco...Rocco..."
- "¿Siffredi?"
- "¡No coño! joder, Kufis...el cura, hostia..."
- "Rouco Varela..."
- "¡Ése, coño, ése!...bueno, pues se hizo una procesión por la noche, veinte mil personas tronko...llevábamos una vela y rezábamos y tal...era muy emocionante, estuvo muy bien..."
- "Es curioso, pero toda la gente que conozco que ha hecho el camino me dice lo mismo, que se ven las cosas de otra forma, que te encuentras a tí mismo y todo ese rollo...¿quieres otra tónica?"
- "Vale...es que es verdad, Kufisto, es verdad..."
- "Si cogiera esa semanita de vacaciones y no tuviera tan jodido el tobillo me lo pensaría..."
- "No hay que pensarlo, hay que hacerlo...Mira, Kufis, ya me conoces...no tenía ganas de playas, discotecas, historias...quería algo diferente...Llevo sin probar una gota de alcohol ni de nada desde octubre del año pasado, estoy yendo a la consulta de un tío..."
- "¿Un psicólogo?"
- "Algo parecido...me está costando la pasta y tiempo, pero me ayuda, Kufis, me ayuda...hace que me dé cuenta del por qué hacía lo que hacía, qué me llevaba a comportarme así...recuerdo la última que pillé...me desperté y no sabía ni dónde estaba, ni con quien, la cabeza a punto de reventar...ese día toque fondo, Kufis, toqué fondo..."
- "Ya...toma un pito"
- "Mis padres, mis hermanos...un desastre...Hablé con mi padre, mi madre no hacía más que llorar, desde entonces estamos siempre juntos, nos enfadamos muchas veces, pero se ha volcado conmigo, Kufis, con todo lo que les hice pasar...pero ahora estoy limpio, me siento bien, fuerte, con la cabeza despejada...es duro, no te creas que es fácil...no salgo por las noches, hago mucho deporte durante el finde, mi trabajo...a veces tienes ganas, pero lo piensas y dices: "¡qué coño, no se me ha perdido nada por ahí fuera!..."
- "Bien, Juan, bien..."
- "Y luego los que tú creías que eran tus amigos cuando los ves por la calle y te dicen de ir de fiesta y les dices que no, pasan de tí, te ignoran, ésos son los que yo creía que eran mis amigos, Kufis...y los demás te siguen mirando como si continuaras siendo aquel cabrón que eras...y es duro, Kufis, es duro..."
- "Bueno, Juan...yo creo que lo más difícil lo has conseguido, que era apartarte de esas historias y empezar de nuevo...Soy mayor que tú, con 18 o 19 años mis amigos estaban todo el puto día pensando en las drogas...Yo fumaba costo a diario, bebía y tal, pero la coca y demás mierda muy de vez en cuando. Llegó un momento en el que ya no me sentía bien con ellos, era una obsesión, era el monotema, las putas drogas, ya ni las tías...Los dejé, me quedé solo y no pasó nada, iba donde quería, hablaba con todo el mundo...pero fuera de ese rollo, no era lo mío. Dejé el hach pero no la priva y ya no la controlo. Cuando empiezo a beber no puedo parar... ¿y todo para qué? para hacer el gilipollas, para levantarte enfermo, de mala hostia, insoportable...no soy alcohólico, puedo vivir sin beber, pero he conocido a unos cuantos...llegaban al bar de mi padre por las mañanas, pedían una copa de anís o de mistela o de coñac y tenían que cogerla con las dos manos para no verterla, y aún así se le caía la mitad...no es agradable ver eso, y más cuando eran buenos tipos, no unos imbéciles...después de beberla los niveles se estabilizaban y ya estaban "normales". Recuerdo a uno de ellos, un hombre excepcional, me iba a tomar algo con él cuando terminaba de trabajar, nos íbamos a un bar y charlábamos y bebíamos...una vez me dijo: "Kufisto, lo peor que puede hacer un hombre en esta vida es ^dejarse^". Eso significa no tener esperanza, abandonarse. Yo le decía que eso era lo que se estaba haciendo él, y me contestaba que ese era su problema, pero que yo no cayera en el mismo error. Murio con 49 años, devorado por un cáncer galopante...No hay que ^dejarse^ Juan, no hay que abandonarse. Yo tengo un problema con el alcohol, lo sé, y voy a poder con él aunque sea difícil, aunque mi trabajo consista en vender alcohol y esté rodeado de bebedores. Sé que tengo que dejarlo. Uno tiene que dejar lo que no puede controlar. Es así de simple."


Hemos estado charlando un rato más, caretas fuera, apretón de manos:

- "Gracias, Kufis."
- "Gracias, Juan."


Uno tiene que dejar lo que no puede controlar.


Es así de simple.

2 comentarios:

  1. Admirable, Kufisto. Ese es el camino, esa es la lucha. Y sé que tú puedes. No te abandones, no te dejes, como decía tu amigo. Rspétate a ti mismo. Lo vas a lograr. Ánimo. Un abrazo muy fuerte.

    doiraje

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  2. Gracias doiraje. Se hará lo que se pueda.

    Un saludo.

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