martes, 31 de agosto de 2010

SÓLO TENEMOS UN PAR DE COJONES EL CHINO Y YO





Al final el tobillo dijo basta.

Son las 6 de la mañana, ¿a qué hora se puede llamar al centro de salud (antiguo ambulatorio, ya tienes tus años Kufis) para pedir cita?. Llamaré a eso de las 7, a ver si pudieran atenderme por la mañana; no sé ni el nombre de mi doctor/a/o, hace años que no piso la casa de las batas blancas, me da angustia, uno mismo es su mejor doctor, demostrado, pero el puto tobillo ya no se cura con mis vendajes y los antiinflamatorios: "Una semana de reposo, el pie en alto y tómese (o tómate, hoy en día el usted ha pasado a mejor vida. Tuve una amiga, licenciada en no se qué carrera de mierda, que no sabía hablar de usted, "no sé como se hace, Kufisto". Madre del amor hermoso...) un ibuprofeno cada ocho horas". Yo le diré que sí, que vale, no le voy a soltar el rollo de que soy autónomo y como tal no tengo derecho a ponerme enfermo, nosotros descansaremos cuando estemos muertos, pero al menos me harán un buen vendaje y yo dejaré de pasear durante una semana; mal rollo, ahora que todo estaba tan bien...en fin, espero no cagarla.

Qué silencio...sólo se oyen a los grillos y a los árboles. Falta poco para que amanezca. Mejor. Excusadme un breve, debo visitar a míster W. C. Roca, uno de los mejores amigos del ser humano. Sin duda.

Bueno, satisfactorio intercambio, agua por alimentos, a fin de cuentas se trata de eso, alimentos transformados. "Agua por alimentos"...suena a rollo tipo ONG y tal, me estoy acordando de esos capullos que han sido inflados a hostias por los moros, de la tiparraca esa con los ojos tipo Mortadelo y Filemón, aunque a ella le durará más de una viñeta. ¿Se puede ser más gilipollas? Se puede, seguro que se puede. ¿Así que váis a un país medieval, en defensa de una minoría de apestados, enemigos del Régimen y esperáis que no os partan la cara?, ¿creíais que allí se corta el personal como aquí?, ¿que os iban a desalojar con pelotitas de goma y escopetas dispara-flores? Dad gracias que estáis vivos, tontos del culo, volved cuando queráis, el amigo moro os recibirá con los brazos abiertos. Y una buena porra en la derecha.

No me entendáis mal, es una vergüenza lo que pasa con los saharauis, pero todas estas historias, rollos buenistas, me sacan de quicio: no vale para nada, no sirve para nada más que aumentar el enfermizo ego de nuestros capullos salvamundos. He visto una foto de todo el grupo antes de salir, haciendo la V de la victoria algunos, otros con el puñito cerrado, unas caritas de pichaflojas, pagafantas e "Imagines" lennonianas, que tiran de espaldas. Imagino al poli moro cuando los viera con las pancartas, con sus ridículos sloganes coreados temerosamente, imagino al poli sonriendo con un cigarrillo en la boca, bromeando con sus compañeros, "¿has visto, tío?", "no me lo puedo creer, tronko", "¿empezamos a repartir?", "cuando quieras. Déjame la vieja gorda", "toda tuya"...y así.

Recuerdo a ese chino que se plantó delante de una columna de tanques y la paró. Eso sí fue admirable, con un par, seguramente lo despellejaron vivo después, sin cámaras por medio, pero ese tío sí que se la jugó, en su país, contra una dictadura feroz, ¿quién le iba a asegurar que el tanque no pasara por encima de él, destrozándole, reventándole?, y el tío lo hizo, allí se quedó, tieso como un poste, sólo...igualito que nuestros power rangers de barrio residencial.

¿Véis lo que pasa por tocarle los cojones al moro? La próxima vez lo hacéis en Madrid, calmáis vuestra congénita impotencia y seguramente os aplaudirán y os sacarán en los mass-media como héroes de la "Resistencia"; después podréis reuniros en algún garito maloliente, a fumaros cuatro canutos comunales y a beber un poco de vino destroza-tripas, entre fotos del Ché, del Chó y del Dioni. Panda de capullos.

Siempre que me pongo a escribir fumo como una chimenea, y no me sienta bien tan temprano, sin nada en el estómago, me estoy amodorrando, voy a llamar al centro de salú.

Nada, ni puto caso, ha saltao la llamada, la de guardia estará durmiendo, o follándose al segurata, o leyendo el "Diez minutos", le habré cortado el rollo.

Voy a ver si duermo algo. Hasta luego.

Nada, no hay manera. Me largo a andar, que se joda el tobillo.


10 de la mañana. Continuemos...

A las 8 comenzó la odisea.

Me digo: "Como no coge el teléfono ni Dios y el ambulatorio me pilla de camino pido cita en recepción". Gran idea Kufisto. Gran idea. Sin dormir. ¡Qué más da!

Soy el primero en llegar. Hay un tío y una tía.

- "Buenos días. Vengo a pedir cita"
- "Espérate que se ponga en marcha el ordenador" me suelta la gorda nauseabunda.

Bien empezamos. Al rato el tío me hace una seña:

- "¿Nombre?"
- "Kufistóteles Onassis Rockefeller"

El tío me mira. No me ha oído. Me fijo. Lleva un sonotone feo de grande en la oreja derecha. Le repito el nombre y comienzo la búsqueda de la cámara oculta. Un sordo en recepción. Con un par.

A la velocidad que Fraga correría los 3.000 metros obstáculos el sordo comienza a teclear en la máquina. "¿Será ese chisme la cámara oculta?". Transcurridos 5 minutos de reloj me dice: "¿Nombre?". Lo miro. El tío lo dice en serio, no está de cachondeo. ¿Será él la cámara?. "Kufistóteles...". Otra vez. Al rato me dice: "Usted no está aquí". Me quedo de cuadros. "¿Cómo que no estoy aquí?". "Usted no pertenece a este centro de salud, sino al de la calle...". Como hace años que no piso esta puta mierda no me había enterado. "Su doctora es Ana...". "Bueno, pues adiós". Salgo. Cuando llevo un trecho recorrido me doy cuenta que no he hecho nada, ni cita, ni número de teléfono del otro ambulatorio, ni hostias. Voy a una cabina, marco y descuelgan. El sordo, "perdone, ¿puede decirme el número del ambulatorio que acaba de nombrarme? Soy Kufistóteles...". El sordo debe tener un amplificador de cojón de mico en el teléfono porque me oye a la primera. "Apunte". Memorizo. Voy a llamar y me falta un céntimo, un puto céntimo. Tengo 2 monedas de dos euros. Hay un bar al lado. Dejo el teléfono descolgado y paso. "Buenos días, ¿serías tan amable de cambiarme esta moneda en pequeñas, es para llamar por teléfono". Me mira de arriba abajo, accede a mi petición. "Gracias". Cuando estoy llamando me doy cuenta de que me ha guindao un euro el puto camarero. Por la cara. Descuelgan el teléfono. "Centro de salud", "eh, uh...sí...quería pedir una cita..." "¿nombre?" "Kufistóteles...(puto camarero...¡hijo de la gran puta!)" "Esta tarde a las 5" "Entonces póngamela mañana por la mañana, por las tardes trabajo" "No puede ser señor, la consulta de la doctora es por la tarde, salvo los viernes..." "pues cíteme para el viernes" "sí, un momento por favor...¿señor? no puede ser, la doctora coge las vacaciones este viernes" "(me cago en la puta)...¿podría ponerla antes de las cuatro de la tarde?" "vamos a ver...sí, mañana a las cuatro menos cuarto, ¿le viene bien?" "sí (que remedio)" "Adiós" "Adiós". Pienso en entrar al bar y reclamar mi euro. Lo dejo estar, no quiero liarla tan temprano. Y sin dormir.

Dirección banco, a meterle mi sangre a los vampiros. Voluntariamente. En el siglo XXI Drácula no necesita salir de noche para buscar víctimas, no, son éstas las que acuden a él durante el día y se desangran en su boca. Drácula ya no tiene colmillos. No le hacen falta.

- "Buenos días. A ingresar."
- "¿Cuanto?"
- "800 millones de euros"

El ser que maneja la máquina inicia su trabajo. Es algo más rápido que el sordo. No mucho. Es un novato, a su lado está un perro viejo que acaba de volver de vacaciones. Tiene una cara que mejor no mirarlo. Llega un chaval. Mi cajero lo reconoce, son coleguillas. Jugaran en el mismo equipo de futbito. "¿Qué taaal?" "Por aquí...". Mi cajero patoso intenta hacer una cabriola con la grapadora, supongo que para quedar de guay con su amiguito. Se le cae al suelo. El perro viejo lo mira de reojo. El cajero patoso se pone rojo. "Sus recibos señor". Me largo de allí.

Cansado y confundido salgo a la calle. No sé que hacer. ¿Me voy para casa? será lo mejor. De repente me acuerdo de la agradable panchita. "Voy a pillarle una botella de agua y me voy a casa". Llego a la gasolinera. No está. En su lugar me encuentro al sieso de costumbre. Se ve que estaba de vacaciones y la chica le hacía la sustitución. Tiene la misma expresión facial que cuando aciertas 4 en la primitiva y los 2 se quedan en el palo. Compro el agua. "Ahora sí que me voy a mi puta casa". De camino me viene otra luminosa idea, como voy a pasar otra vez por esa casa de locos llamada centro de salud, me meto en urgencias y les digo que si me pueden hacer un vendaje para el esguince. Otras veces me lo han hecho, y así evito esperar a mañana, con las prisas y las historias. Hacia allá voy. Cuando voy a entrar se larga un coche con dos tipos vestidos de enfermeros. Entro. Sólo está la chica de recepción. Bonita.

- "Buenos días, venía a ver si podriáis hacerme un vendaje en el tobillo. Creo que tengo un esguince."
- "Claro señor, déjeme sus datos"

Le doy la tarjeta. Amablemente me dice que me espere, sus compañeros acaban de salir a un aviso. Los que ví al llegar. "Aviso" se llama ahora. En un coche particular. A lo que iban es a comerse un montado de lomo y beberse 2 botellines. Como si los viera. Pero como la chica es lo único agradable de la mañana decido esperar. Al momento llega una bruja uniformada de limpiadora y se lía a hablar con ella. Corte de rollo. Me siento, me pongo los cascos, empiezan a aparecer ¿enfermeras? ociosas, GORRRDASS, BALLENAAATOS, ENGENDROOOOS...dos, tres, cuatro...cuando veo aparecer a la última tengo que frotarme los ojos: ¡llava unas putas sandalias de arena rosas chillón! ¡cómo si estuviera en la jodida playa!...No me lo puedo creer...me pongo a mirar a la puerta, con la música a toda hostia, Dean Martin, Led Zeppelin, The Black Crowes...estoy alucinando, a ratos le quito el volumen y las oigo hablar, "me he comprado esto, mi novio es un imbécil, qué bueno está el controlador aéreo...". Con el rabillo del ojo veo que la de las chancletas de playa me está mirando. Voy con barba de dos días, camiseta sin mangas, pecho lobo, apestando a sudor...y veo que esa monstrua se está poniendo cachonda. Tengo que largarme. Como sea. No tengo el móvil, no puedo fingir una puta llamada...Desesperado me acerco a la bonita chica del principio, "¿Puedes decirme la hora?", "Las diez menos diez", "gracias, tengo que irme. Adiós".

Salgo a la calle. Respiro hondo. "Vete a tu puta casa, Kufisto. A dormir".


Y en mi puta casa estoy.


Y ahora me voy a dormir.

4 comentarios:

  1. Yo uso chancletas de playa todo el verano, ¿qué pasa?. Son las mejores. Me imagino que te refieres a esas de plástico que nos ponían de críos para ir al río.

    Las mías son transparentes, aunque tienen tres años y ya están amarilleadas. Y con mis pantalones rojos, o verdes, y mi camisa blanca voy la mar de lindo, "arreglao pero informal", que diría Martirio.

    Así te duela el tobillo todo el día y sueñes que una ballena enchancletada se te ha puesto encima; y además suelta unas risotadas tremendas porque tú no cumples como un hombre, y por si fuera poco amenaza con llamar a un programa de radio y contarlo todo.

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  2. ¡Vaya maldición! ¡Y yo sin pegar ojo!.

    A esas me refiero tronko, con las que nos metíamos en el mar para no hacernos pupa en los piececitos.
    ¡Qué asco de ballena, por Dios!
    ¡Que llame, que llame...y que lo cuente TODO!

    Un saludo y muchas gracias por tu comentario. Voy a hacer otra intentona, aunque sea hora y pico.

    ¡Virgen del Perpetuo Socorro! ¡Quiero dormir!

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  3. Pues mira, te escribo para decir que me pone la gótica de la cabecera y que poner al chino como ejemplo es levemente indigno.

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  4. POD,

    si no te pusiera esa tía es que estarías muerto.

    Gracias por tu comentario.

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