lunes, 4 de marzo de 2013

FOTODEFAMILIA




Me vi ayer en la foto de 8º de EGB, y no porque la buscara, que fue cosa de un viejo amigo y su móvil, está tremendo, es de esos que imponen al pasar a un sitio, por no hablar si empieza a hacerlo, una voz ronca, kilmistera y más allá, una voz de las que es mejor haber sido amigo en esos años donde bastan tres para valer por décadas, que ya van dos y pico sin tomarnos siquiera una copa juntos...madre mía qué animal.

- "¡¡¡MIRA, KUFISTO, A VER SI TE VES!!!... ¡siempre con la misma puta camiseta!"

Creo que fui el último en reconocer. En el extremo izquierda, al fondo, de pie, las manos atrás, riendo, flequillo al viento, mi flequillo...y si él lo dice, con la misma puta camiseta de siempre. Yo no me acuerdo de casi nada, pero los demás sí de algunas cosas.

- "¿Y como es que tienes esta foto?"
- "ME LA HA MANDAO EL QUE ESTÁ DEBAJO DE TI, EL SENTAO..."

Sí, dos filas más abajo, la pierna derecha cruzada, de medio lao, como si dijera yo no soy como estos caraflanes, pero también sale riendo...El repetidor de aquel último año, un tipo que en aquella excursión de fin de curso, durante aquel despertar a tantas cosas, lo vimos subir al cuarto piso de nuestro hotel. Nada extraordinario si no fuera porque estábamos en el segundo y lo hizo por los balcones, a pulso, jugándose la vida para llegar hasta las chicas. Y llegó.

Por entonces los curas y sus acólitos todavía vigilaban cualquier pasillo.

He subido la persiana para ver qué hora era, pero no lo he tenido muy claro porque el cielo estaba tan oscuro que apenas se veía la luz del sol, aunque sí los árboles del colegio, sus grises ramas agitadas por el viento, "tiene que ser fuerte", he hecho mis cosas, he leído a un amigo, he vuelto a maravillarme por su manera de escribir y, finalmente, he hecho lo de siempre: salir a la calle.

Un barrendero de veintitantos años hacía lo que podía de este lado de la valla de los institutos, no se veía a nadie dentro, porterías y canastas esperaban a que les hicieran algo, normalmente siempre están a tope calderas, pero se ve que hoy no hace mañana. Mejor dentro, la Tierra es una diminuta mota de polvo en el espacio infinito. Y tal.

Venteaba fuerte, es cierto, tanto que he decidido regresar mientras estaba rodeando el parque en compañía de mujeres de culos caídos y viejos de pollas por los suelos, todos en sus grupos menos yo, todos hablando menos yo, que iba solo escuchando Radio Clásica.

Han puesto dos catalanes seguidos, música para olvidar, tanto que al acercarme al "Polideportivo Municipal" me ha venido a la cabeza aquella foto, más o menos cuando acababa de dejarlo, o casi, aún estuve algunos años por allí...pero ya de otra manera.

Y poco antes de llegar a las cenizas de la primera de mis adicciones han anunciado a Barber, y yo es oír su nombre y recordar aquel tema, y la mujer estaba presentándolo por su número de catálogo y eso, y en esos momentos he pensado lo cojonudo que sería escuchar aquella música, y justo, justo cuando me he parado a mirar las pistas a través de las rejas ha dado comienzo la primera nota...Y ha sido esa.

Pronto he tenido que echar a andar, y no por el viento, pero no sin antes recordar que cuando yo era pequeño no había ni la cuarta parte de barreras que guardan al viejo Polideportivo Municipal. Se ve que también por él pasa el tiempo. Aunque le hayan lavado tanto la cara que ya no sé como era cuando fue niño.

Como yo.

Las cirugías visibles son tan tristes...

El mercadillo estaba despertándose y despertando, quizá por ello me guste tan poco, el personal habitual andaba montando sus tenderetes, las primeras viejas con sus carritos, siempre es la vejez la primera en llegar a todos estos sitios. Ése es su valor.

Pero justo cuando estaba dejándolo atrás he visto el primer puesto, una churrería, un camioncillo en el que otro animal estaba vendiendo harina frita a los viejos, pero no ha sido él quien me ha llamado la atención, sino una de sus dos hijas, una muchacha pálida de grandes ojos negros, con el pelo recogido en una coleta y una nariz de las que me gustan...

A veces pasa que miras a alguien que no está mirándote y sabes que te va a mirar. Y no porque te quedes ahí pasmao, no...es cosa de segundos, como si fuera verdad eso de que toda esta broma es una ilusión, que en verdad tenemos lo que realmente queremos, sólo que no somos conscientes de ello.

Tu felicidad es tan tuya, tan intransferible, como tu cara en el espejo. No quieras tener otra sino quieres sufrir.

Me ha mirado y no como a cualquiera, lo menos han sido dos segundos, los que he tardado en dar cinco pasos. Sé que se ha dado cuenta.

He pensado en volver y pedirle un churro, o dos, pero puede que estuviera ocupada, puede que me tocara el animal, y también de estos sólo aguanto a los que conocí.

Y me he ido con mi música a mi casa.







11 comentarios:

  1. Yo no puedo ver mis fotos del colegio, porque me parece que entonces no había cámaras, creo.Ya ni me acuerdo de la cara de casi nadie. Puede ser porque no haya nadie que merezca que se le recuerde. Yo, pa eso soy mu jodio. Lo más importante que he hecho hoy ha sido ir a recoge a mi Guille y tener mucho cuidao de que no se mojara al llevarlo a casa. Llovia que te cagas. Me he puesto como una sopa, pero a él no le ha caído ni gota. Cosa de los abuelos.

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    1. A mi tampoco me gustan.

      Las fotografías...las carga el diablo.

      Abuelazo...

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  2. Odiosas fotos. Las hay en las que no me reconozco.
    Solo me gustan algunas.
    Mis favoritas son hasta los 7 años. Y algunas de lis últimos tres.
    Todo lo demás es tortura.

    He vuelto a algunos coles de mi infancia. En distintas ciudades. Envejecidos o renovados e irreconocibles.
    Y al insti. Es angustioso.

    En cambio vuelvo una y otra vez a entrar en mi facultad. Un bello y venerable edificio que han ampliado con un pabellón nuevo donde antes había jardín. Adoro ese espacio que ha sabido acoger tantas generaciones. Ahí me siento feliz. Y los estudiantes me deben ver como una loca con ganas de reverdecer laureles. Y yo les veo como lo que son. Como lo que fui.

    Miradas que se cruzan. Suelo sonreír. Y marcharme.

    Kufis, cielo, mo conocía ese compositor. Lo escucharé.

    Besos!!!

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    1. Me pasa como cuando he oído mi voz: no me reconozco.

      Me gusta leerte.

      Sí...

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  3. Las fotos son un objeto contradictorio, al menos para mí. Casi no soporto el verlas, pasan años sin que las revise, pero sería lo primero que salvaría en caso de incendio.
    Casi no tengo fotos de la época de la escuela, los recuerdos visuales vienen a mí cuando ordeno cuadernos, libros u otros objetos de aquella época: estuches, pegatinas, dibujitos, pequeñas notas, bolis mordidos...
    No tengo mal recuerdo de la escuela, ni mucho menos, y no me considero ni sociópata ni antisocial. Tampoco me sucedió algo traumático insuperable, pero, sin un motivo racional que lo justifique, intento evitar cruzarme con excompañeros de clase. Me escabullo por otro lineal de super, paso de largo esa tienda o miro hacia otro lado y acelero el paso. Todo para evitar el contacto, si.
    Creo que es un error por mi parte: esos individuos de tu misma quinta son un estupendo y revelador espejo, sobre todo para constatar el paso del tiempo y recordar de donde vienes, tal y como pude comprobar cuando me falló el plan de fuga.
    Saludos, Suso.

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    1. Bueno...yo no puedo saltármelos. Y he de decir que cuando les veo no se me sale el corazón por la boca, pero hay que tragar, si se puede decir así aunque suene un tanto cruel.

      Y me pasa como a ti: guardo buen recuerdo de aquellos años.

      No sé...si vuelves a encontrarte con tu pasado es como que no has ido a ningún sitio, ¿no te parece? Y será la verdad.

      ¿Plan de fuga?

      Un saludo y bienvenido, Suso.

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  4. Bien hallado, Kufisto.
    Plan de fuga es el que se me pasa por la cabeza cada vez que advierto la posibilidad concidir con otros antiguos alumnos. Se que suena algo patético, pero no lo puedo evitar. Eso sí, si el "contacto" es inevitable, no soy desagradable ni faltón, todo lo contrario. Pero prefiero ir a lo mío.
    Tiene sentido eso que dices que tropezar con el pasado es como darse cuenta que sigues, o seguís los dos, en el mismo sitio. Sólo que cambiando libros de matemáticas por hijos o negrones por canas.
    Ademas, muchas veces ese "pasado" sabe más de tí que tu propia familia, y más aun cuando ese pasado es, por ejemplo, tu primera novia o amor, o ese con quien tuviste una terrible pelea, o aquel con el que cogiste la primera borrachera.
    Creo que el trasfondo de todo esto sea quizás "lo que pudo haber sido y no fue", inevitable al aflorar el pasado.
    Saludos, Suso.
    Enhorabuena por tu blog.

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    1. Entendido, comprendido y solidarizado.

      Eso es, tal y como lo cuentas. "Lo que pudo haber sido y no fue" es algo que siempre tendrá su aureola de "mejor que lo que tienes".

      Curioso.

      Como si no hacer nada fuera mejor que hacer algo. Como si en el fondo todos fuésemos budistas.

      Curioso...

      Muchas gracias, Suso.

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  5. Poco que decir,yo en todas las fotos salgo con los ojos rojos,no sé porque...:)
    Kufisto,dicen que -al que madruga Dios ayuda- claro que también dicen que -no por mucho madrugar amanece más temprano- Total...Que tú así amigo mío-no te comes ni un churro-
    En fin,pregunta;¿Por donde va la foto de esta historia?

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    1. No me acuerdo...bebí un poco...las diez de la mañana...en fin

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    2. Se entiende,normal,en fin :)
      Abrazos Kufisto.

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