viernes, 6 de julio de 2012

NO PUEDO VIVIR SIN MI BOSÓN




- "Ni tres, ni dos, ni uno...CE-RO. El tabaco es lo peor para la salud"

Y lo decía uno que para saber su peso tenía que utilizar una báscula parlante...

Aunque también era médico, no recuerdo su especialidad, pero ya se sabe que la palabra de un médico es palabra de Dios. O de Higgis, me gusta más así, como era en un principio, con la segunda i, suena a escocés con falda y mariconera, de esos que salían en Sir Tim O´Theo, aquel fantástico tebeo de Raf, ese genio del dibujo feísta, me pregunto como caricaturizaría a la simplona de la Quintana, seguro que ayer hablaron del bosón de los cojones en su "tertulia científica", imagino que llevaron a un científico de esos que no lo parecen, simpático y colegón, como aquel imbécil de las gafitas que parecía un extra de Woody Allen, ese plasta:

- "Doctor Jurujurufurur...¿qué es el bosón de Higgs?"

Y entonces el doctor explica con una gran sonrisa y en un lenguaje que "todos entiendan" algo que seguramente solo comprenda el 0´0002 % de la población mundial, por descontado la décima parte en España, y para hacerlo más accesible lo presenta con una parábola de la ballena y la sardina, cosa que desde El día de la Bestia sabemos es propia del demonio, es decir, imitar a Cristo, como cuando éramos pequeños y hacíamos lo mismo que el sujeto de nuestras burlas para sacarle de quicio; y una vez explicado entre grandes sonrisas lo de la sardina y la ballena los intrépidos compañeros de mesa-camilla de Ama Rosa le hacen algunas preguntas sobre el conocimiento recién adquirido que ya alberga su cerebro con la capacidad de un petisuis junto al problema y solución del Medio-Oriente, las tribus caníbales de Papua Nueva Guinea y la realidad de la situación en el avispero de las repúblicas ex-soviéticas...:

- "Entonces...¿Dios no existe?"

Y se frotan la entrepierna.

El médico aquel era anti-tabaco total, siempre estaba hablándole de lo mismo al sufrido oyente que le acompañaba...sí, creo que era el de los pulmones porque aquellos desgraciados eran sus pacientes, o al menos tenían toda la pinta, podías ver en sus ojos el dolor que el obeso mórbido causaba con sus advertencias, "NI UNO MÁS..." decía antes de atacarle sin piedad a la tortilla, o a la morcilla, o a la ensaladilla rusa, un buen trago de cerveza helada...ese cabrón tenía los pulmones en el estómago. Bueno, y el resto de órganos: allí había sitio para todos.

"NI UNO MÁS..."

Conozco gente que lleva años sin fumar y dicen que si llega el momento en el que sepan que su fin está tan cerca como para no pensar en otra cosa lo primero que harán será volver a fumar.

Llevo fumando desde los trece años, estoy cerca de los cuarenta, tres o cuatro veces lo dejé durante un par de semanas, y aquellos tres o cuatro pitos del regreso al vicio fueron de los momentos más placenteros de mi vida. A veces pienso en hacer otra intentona, pero no tanto para dejarlo definitivamente como para volver a tener esa sensación indescriptible.

Algunos dicen que es algo psicológico, otros que físico, yo solo sé que, aparte de por una emergencia que les ocurra a quienes quiero, por nada del mundo saldría de la cama a la calle de una madrugada de enero sino es a por tabaco, con el pijama puesto y el abrigo encima, a cualquier sitio, a donde sea.

Sí, la mayoría de los pitos que te fumas lo haces sin ganas, pero también pasa con la mayoría de los días que vives y no por eso te pegas un tiro. Uno no puede hacer nada si no puede hacer lo inevitable.

Dios seguirá siendo un misterio para mi, y el bosón de Higgis, y la mierda del Medio-Oriente, y los salvajes antropófagos, y los rusos locos...para mi es un misterio hasta el funcionamiento de un transistor. Y ya se me pasó el arroz para buscar explicaciones: no me interesan.

Fumo, sí, pero también estoy en mi peso y cada órgano ocupa su lugar, un tanto cascados, seguro, pero para eso están. Y si no que te metan en una cápsula como al demoníaco Walt Disney y que te despierten cuando el mundo sea feliz.

Yo estoy bien así.

Y aquella ballena anti-tabaco seguramente ya esté criando trompetas de la muerte por no repartir el tema.

El bosón de Higgis es el humo del cigarro de Dios.

Por el humo se sabe donde está el fuego.

Y me temo que Dios se está fumando la vitola y le está sentando mal: no es posible que haya otra explicación para esta Gilipocracia Mundial.

Hasta la breva más grande se termina.

11 comentarios:

  1. Perfecta apología del tabaquismo...tu cancer está más cerca, como la silicosos de los mineros, pero lo tuyo es por no poder controlarte estúpido gilipollas.

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    1. "Apología..."

      Hay que joderse.

      Escribir para éstos...

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    2. Fe de erratas: quise decir silicosis.

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  2. Kufisto, buenos días. Si eres la morenaza de la foto te doy mi enhorabuena en la que naciste. Saludos.

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  3. Bueno, escribir,escribir, lo que se dice escribir....

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  4. Aparte de la sempiterna colección de trolls que siguen entrando como morlacos con el asunto de la foto (demostrando así que, efectivamente, la inversión del cerebro se produce en muchas especímenes del sexo masculino y que esos mozalbetes no se suelen preocupar por leer el foro más allá de cinco líneas), tu artículo provoca en mí reacciones encontradas. Hace catorce años dejé de fumar porque así me lo propuse (paquete y medio de winston a diario no era ni siquiera lógico, y los sábados, domingos y fiestas de guardar el ducados circulaba como el mosto por las piletas), y debo decir que es algo con lo que me siento orgulloso. Ahora disfruto con el ambiente sin humos de los locales cerrados, en los que ya solamente huele a producto de limpieza ultra-pino-destroza-pituitarias, colonias de mercadillo y chonismo en estado puro. En serio, me gusta no tener que secarme los ojos cada 2 nanosegundos a causa del humo de los cigarrillos. Ahora bien, entiendo que la medida habrá supuesto una merma de ingresos y puede ser que no haya sido lo que se dice popular (no entraré a debatir sobre la libertad de cada uno y todo eso porque no soy digno).
    En cualquier caso, también estoy contigo en una cosa: el buen fumador, el que disfruta con un cigarrillo o con una pipa, ese lo es para toda la vida. Han pasado ya catorce años desde que me fumé la última nicotina y sigo pensando en mi pipa cebada con tabaco de cereza y en un Macallan con dos hielos como único acompañamiento, mientras el humo de los cigarrillos que paladeaba Bogart en Casablanca me rodea como una caricia, ocmo un susurro... De hecho, aún vocifero el maravilloso tema de Mamá Ladilla Soy un fumador, que contiene todas las razones por las que los que aún siguen con el vicio lo hacen. Seguiré sin fumar, porque ahora me encuentro bien y no jadeo durante quince minutos tras atarme las zapatillas, pero seguiré mirando con gesto cómplice a los que de verdad saben fumar, a los que entienden cada calada como una visión apologética (lo siento, no me he podido resistir) de la vida misma.
    Y por cierto, si Ana Rosa Quintana ha tratado en su ¿programa? ¿corral? ¿gallinero? el tema del bosón es que algo estamos haciendo mal, definitivamente.

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    1. Muchas gracias, Daniel, no te puedes imaginar lo que agradezco tus comentarios.

      Un abrazo.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. que paliza y cansino el tío Kufisto este, venga otra historia de tu ex, que ya toca.

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  6. "...y aquellos tres o cuatro pitos del regreso al vicio fueron de los momentos más placenteros de mi vida...."
    "Sí, la mayoría de los pitos que te fumas lo haces sin ganas, pero también pasa con la mayoría de los días que vives y no por eso te pegas un tiro. Uno no puede hacer nada si no puede hacer lo inevitable."

    Pues si, eso es lo que tiene el tabaco. Lo más divertido es cuando vuelvo a fumar que ando escondiéndome de mi mujer para que no me riña hasta que inevitablemente se da cuenta, igual que hace veintitrés años lo hacía de mi madre. Este año he llegado a los cuarenta y esto no puede seguir así, mañana lo dejo... o mejor no, el lunes será mejor día.

    Magnífica reflexión.

    ¿No podrías borrar a la gente que entra como anónimo? aparte de subnormales, cobardes.

    Saludos

    Arturo

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    1. Gracias, amigo.

      A veces me entretengo con los idiotas, según el día.

      Un saludo.

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